¡Ese yihadista es chino! La victoria rebelde en Siria da oportunidad al terrorismo uigur que teme Pekín
El desmoronamiento del gobierno sirio es también un enorme dolor de cabeza para Pekín. Y más, cuando el aleteo es un movimiento terrorista internacional que afecta a la superpotencia asiática
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fea6%2F4df%2Fc63%2Fea64dfc632d8057782f71b5184ebad87.jpg)
La caída de la dictadura siria de Bashar Al Asad tiene múltiples repercusiones internacionales. Algunas están por ver, ante las dudas que genera este incipiente nuevo gobierno islamista, y otras ya son sonoros bofetones que han resonado en Moscú y Teherán, principales valedores del anterior régimen. Pero en este mundo globalizado, donde el aleteo de una mariposa ocurre ya a la vez en todas partes, resulta que el desmoronamiento del gobierno sirio es también un enorme dolor de cabeza para Pekín. Y más, cuando el aleteo es un movimiento terrorista internacional que afecta a la superpotencia asiática.
China no es un gran inversor en Siria y no tenía a Siria como referente primordial de su gran proyecto comercial y militar de la Nueva Ruta de la Seda. Y sin embargo, el Ejecutivo de Xi Jinping ha defendido como pocos al Gobierno de Asad en la ONU. "China apoyó al régimen de Asad con ocho vetos en la ONU, lo cual es inusual, ya que solo ha utilizado el veto 16 veces (otras fuentes señalan que la cifra es 19) en su historia. Esto le costó reputación a la República Popular China. Había gobiernos árabes que estaban profundamente descontentos con el apoyo de China a Asad. Y no es que China obtuviera mucho de su relación con Siria en términos materiales", explica el analista Jonathan Fulton en un artículo titulado La revolución siria y China.
El analista da algunas pistas claves: "En el caso de Siria, la guerra resultante fue especialmente preocupante, ya que miles de uigures, una minoría musulmana de habla turca del oeste de China, viajaron a Siria para luchar junto a Al Qaeda contra el gobierno sirio. Un combatiente uigur demostró por qué la guerra era importante para el Partido Comunista Chino: 'No nos importaba cómo iban los combates ni quién era Asad. "Sólo queríamos aprender a usar las armas y luego regresar a China', dijo un combatiente calificado como Ali a la agencia AP", recuerda Fulton.
Entonces, en 2017, análisis como el de la francesa Foundation pour la Recherque Stratégiche aseguraban que "el Partido Islámico de Turkestán (PIT), un movimiento yihadista mayoritariamente uigur que defiende la independencia de la provincia china de Xinjiang, se ha visto envuelto en la guerra civil siria. Habiendo estado activo durante mucho tiempo en las áreas tribales de Pakistán, el grupo ha tejido estrechos vínculos con Al Qaeda y el Emirato Islámico de Afganistán".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F16d%2F3d5%2F676%2F16d3d5676f435403d0af32da287f6e8d.jpg)
La Guerra de Siria fue, por tanto, un campo de reclutamiento para uigures radicalizados. Algunos se unieron al ISIS y otros a las facciones de Al Qaeda. La mayoría lo hicieron tras huir por miles ante la represión china. "Inicialmente, el PIT en Siria parecía estar vinculado a Al Qaeda a través del Frente Al-Nusra [la filial siria], pero también hay evidencia anecdótica de que ha tenido vínculos con Turquía. El PIT reclutó a la mayoría de sus combatientes en la zona de entre los miles de refugiados uigur que llegaron a Turquía desde China entre 2010 y 2015", recuerda un artículo de 2020 del periódico de Hong Kong South China Morning Post.
"Las evaluaciones de los expertos en contraterrorismo de la ONU sitúan sus capacidades (entrenamiento, experiencia de combate, instalaciones con armas avanzadas, acceso a redes) sustancialmente por delante de cualquier cosa que exhibiera el PIT cuando tenía su base principal en Pakistán y Afganistán. Algunos expertos chinos también están preocupados de que la influencia ideológica del Isis sea potencialmente más potente, más capaz de catalizar más ataques de lobos solitarios, extendiendo su alcance a estados en la periferia inmediata de China. Incluso, corre el riesgo de obtener el apoyo de otras minorías musulmanas de China, como lo demuestra el pequeño número de hui que han ido a luchar a Siria", señalaba hace cuatro años un profundo reportaje del medio chino titulado Cómo la guerra civil de Siria atrajo a combatientes uigur y dio forma al grupo separatista TIP.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F21f%2Fa60%2F537%2F21fa60537ef3bf737f2c95b2139f568d.jpg)
El problema para Pekín es que ese mismo escenario de la década pasada se repite ahora."Otros grupos, sobre todo el Ejército Nacional Sirio, también participaron en el bombardeo, al igual que combatientes extranjeros de facciones como el Partido Islámico de Turkestán, que ha estado presente durante mucho tiempo en territorios controlados por los rebeldes" explica una crónica del New Yorker del pasado 8 de diciembre sobre La caída de Asad en Siria.
El 6 de diciembre pasado, la página del Syrian Observatory for Human Rights publicaba que "miembros del Partido Islámico de Turkistán atacaron posiciones de las fuerzas del régimen en las líneas del frente de Al-Tufahiyah y Kabanah en el campo norte de Latakia, utilizando armas medianas y ligeras". En un video también publicado en X por un auto calificado como guerrillero uigur se ve a muyahidines uigures dando un discurso en una mezquita de Latakia en el que, asegura el autor, dicen que llevarán la guerra santa más allá de Siria.
Más allá de videos de propaganda, la presencia de los extremistas uigures en el escenario bélico sirio está de nuevo constatada. Eso preocupa a China que lleva practicando durante años, según múltiples analistas independientes y ONG, una política de castigo y represión sobre su minoría musulmana.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F25b%2F25f%2Fac1%2F25b25fac176e8ee5cef365c8bf42a0d9.jpg)
Pekín vio el estallido de las Primaveras Árabes como una posible enfermedad contagiosa. Pese a que las llamas de la revolución de Tiananmén estaban más que apagadas, y el país gozaba y goza de estabilidad social, tenía y tiene problemas con las minorías musulmanas y el Tíbet. Así que intentó alejarse de sus efectos y practicar esa política comercial-diplomática made in Xi. "Pekín sigue contento con mantener un perfil bajo y obtener beneficios para evitar verse envuelto en complejos conflictos regionales. Su enfoque sigue siendo la construcción de vínculos económicos con todas las partes basados en los principios de neutralidad y no interferencia", explicaba un análisis de Middle East Council of Global Affairs del 18 de noviembre pasado sobre la posición de China en la zona.
Hace menos de un mes nadie podía siquiera imaginar lo que ha sucedido en Siria, y Pekín sencillamente planificaba su expansión Brics y de su Ruta de la Seda por el territorio MENA (Medio Oriente y Norte de África, en español). Ahora eso ha cambiado algo. Hay un riesgo de que el nuevo gobierno sirio se convierta en un foco de grupos terroristas islamistas que pueden expandirse por Rusia, Turkmenistán, Uzbekistán…, y China, donde el conflicto islamista es una de las prioridades de la política interior de Pekín.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F413%2F9a7%2Fb95%2F4139a7b95037d671196ef2ae015d3ef3.jpg)
Por ahora, la respuesta ha sido recoger cable ante un revés en sus relaciones exteriores. "El futuro de Siria debe ser decidido por el pueblo sirio", afirmó el lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, y añadió que "esperamos que las partes pertinentes encuentren un acuerdo político para restaurar la estabilidad y el orden en Siria para el interés fundamental y a largo plazo del pueblo sirio", señala un editorial del Global Times, uno de los medios del PCC, que habla ahora de que el futuro de Siria lo deben decidir los sirios.
Una idea recurrente que hace un año no parecía apoyar Pekín. Entonces, en septiembre de 2023, durante una visita oficial de Asad a China, el propio Xi manifestaba que "hoy anunciaremos conjuntamente el establecimiento de la asociación estratégica China-Siria, que se convertirá en un hito importante en la historia de las relaciones bilaterales. Las relaciones entre los dos países han resistido la prueba de los cambios internacionales. Y la amistad entre los dos países se ha fortalecido con el tiempo", decía el mandatario chino tras un sonriente apretón de manos.
A Xi no le preocupaba entonces que millones de sirios vivieran bajo un régimen de terror sin decidir su futuro, como no le importaba a casi nadie en el panorama internacional ante esa disyuntiva diplomática que es elegir entre el muy malo y el peor. Hoy Asad ha huido del país y su mandato de puño de hierro se ha desmoronado en unos días ante la mirada perpleja de Moscú, Teherán y Pekín.
A China no le preocupa nada, ni se inmiscuirá directamente, lo que ocurra políticamente con Siria, pero sí le preocupa mucho lo que suceda con los miembros del Partido Islámico de Turkestán, terroristas uigures para la superpotencia asiática, que podrían encontrar en el nuevo régimen sirio un terreno desde el que afianzarse y atacar sus intereses.
La caída de la dictadura siria de Bashar Al Asad tiene múltiples repercusiones internacionales. Algunas están por ver, ante las dudas que genera este incipiente nuevo gobierno islamista, y otras ya son sonoros bofetones que han resonado en Moscú y Teherán, principales valedores del anterior régimen. Pero en este mundo globalizado, donde el aleteo de una mariposa ocurre ya a la vez en todas partes, resulta que el desmoronamiento del gobierno sirio es también un enorme dolor de cabeza para Pekín. Y más, cuando el aleteo es un movimiento terrorista internacional que afecta a la superpotencia asiática.