¿Qué está pasando en Siria? Una guía rápida para entender quién es quién en la nueva batalla de Alepo
En la última semana, alrededor de 400 personas han muerto del lado gubernamental y del sublevado, en el que se integran una miríada de facciones
Vuelco en la guerra de Siria. Este fin de semana, la coalición de grupos rebeldes tomaba Alepo y más de una treintena de pueblos en el noroeste de Siria. El golpe contra el Gobierno de Bashar Al Asad ha sido de una velocidad relámpago y de un alcance brutal: se trata de la mayor ofesiva en años en una guerra que parecía congelada. El domingo, los insurgentes llegaban incluso hasta la ciudad de Hama, penúltima parada antes de Damasco, sin apenas resistencia de las fuerzas gubernamentales. Pero hasta aquí han llegado. Casi una semana después, este lunes el Ejercito sirio ha comenzado su contraofensiva, apoyada por bombardeos rusos y milicias chiíes en el terreno. Los rebeldes se han retirado de Hama y se espera que la coalición asadista pronto intente recuperar Alepo, en lo que puede convertirse en una cruenta batalla.
¿Estamos hablando de Siria? ¿Otra vez? ¿Qué es esto, 2016? Efectivamente. Desde que se firmó un acuerdo de alto el fuego entre Moscú y Ankara —valedores internacionales de cada bando— en 2020, los frentes de la guerra siria quedaron prácticamente congelados. Asad mantuvo un perfil bajo, a la espera de la rehabilitación internacional como mal menor en el gobierno. Nos distrajo el coronavirus, la guerra de Ucrania. Luego, Gaza, el Líbano. Pero las guerras congeladas siempre tienen el peligro de estallar. Y eso es lo que ha pasado. Pero cuatro años son muchos años: entretanto, los grupos yihadistas se han unido y desunido, cambiado el nombre y alianzas, están también los kurdos, los rusos, el Estado islámico, EEUU...
Mientras el mapa cambia a una velocidad inesperada, recordamos quién es quién en esta nueva fase de una guerra que nunca terminó.
Fuerzas antigubernamentales
Hayat Tahrir el-Sham (HTS)
La Organización por la Liberación del Levante —HTS por sus siglas en árabe— ha sido la fuerza líder en la toma de Alepo este fin de semana. Tiene su feudo en Idlib, a unos 60 kilómetros de la segunda ciudad de Siria. Ahora encabeza la marcha al sur, donde por primera vez se está enfrentando a las tropas regulares de Bashar al-Asad en Hama, a 130 kilómetros al sur de Alepo.
La HTS es en realidad una escisión del Frente al-Nusra, la sucursal siria de al-Qaeda. Aunque su líder Mohamed al-Yolani ha intentado desde su fundación en 2016 marcar distancia con la organización yihadista, en 2018 Estados Unidos designó al grupo como organización terrorista y pidió diez millones de dólares por la cabeza de su dirigente. Su apoyo externo reside sobre todo en donaciones de actores privados de varios países del Golfo. Sin embargo, Turquía también le ha dado la aprobación tácita pese a que Ankara lo considera un grupo terrorista.
Desde que rompió con al-Qaeda, este grupo salafista ha renunciado a la instauración de un califato regional y se ha limitado a promover un régimen islámico fundamentalista en Siria. La ofensiva de la última semana, bautizada como Operación Disuasión de la Agresión, tiene por objetivo “defender a los civiles de las represalias del Gobierno en la región de Idlib” y “ampliar nuestras zonas de control para que los desplazados y refugiados [de la guerra civil] puedan regresar a sus tierras”, según su portavoz militar, Hasán Abdulghani.
Fuerzas proturcas
El Ejército Nacional Sirio (ENS) financiado por Ankara y otras facciones proturcas acompañaron a la HTS en la ofensiva sorpresa. La mayoría de las fuerzas proturcas tienen su sede en Idlib y la región de Alepo. Estos grupos se han unido ahora bajo el nombre de Departamento de Operaciones Militares. Destacan la división turcomana Sultán Murad, los movimientos salafistas Nureddín al-Zenki y Ahrar al-Sham, la Brigada Suleimán Sah, la Legión Levantina, la División al-Hamza, el Ejército de la Gloria y la Brigada Turquestán, integrada en su mayoría por combatientes uigures y centroasiáticos.
A diferencia del ENS, que está apostado en la frontera con Turquía y por el momento se ha limitado a atacar posiciones kurdas al norte de Alepo, las tropas de Suleimán Sah, la Legión Levantina y la División al-Hamza están enfrentándose directamente al ejército del régimen. Sus herramientas son más sofisticadas que en estadios anteriores de la guerra, e incluyen drones suicidas que ya han estrenado.
Además de estos proxies, Ankara también tiene su propio pie en la vecina del sur. El ejército turco controla regiones fronterizas del norte de Siria, y entre 2016 y 2019 llevó a cabo tres operaciones militares directas en territorio sirio. Esta vez, el ministro de Exteriores de Recep Tayyip Erdoğan aseguró el domingo que no permitirá que las “amenazas terroristas” atenten contra la seguridad de Turquía o del pueblo sirio. Con “amenazas terroristas”, Hakan Fidan se refiere fundamentalmente al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), a las Unidades de Protección Popular kurdosirias (YPG) y a las Unidades de Protección Femeninas (YPJ).
Fuerzas progubernamentales
Gobierno de Bashar Al-Asad
El ejército regular se retiró de Alepo el sábado sin apenas mostrar resistencia. Era la primera vez desde 2016 que las Fuerzas Armadas de Siria (FAS) leales a al-Asad perdían el dominio de la ciudad. Antes de la semana pasada, el régimen controlaba aproximadamente la mitad del territorio sirio, desde la costa mediterránea al oeste hasta Der ez-Zor al este, abarcando ciudades del interior como Palmira.
La posible toma de Hama por parte de los rebeldes podría ser desastrosa para Al-Asad. Desde ahí, la HTS y demás grupos de la oposición tendrían a un paso la costa mediterránea, de mayoría alauita —minoría religiosa de la que emana la dinastía Asad— y estratégicamente vital para Rusia por su base naval en el puerto de Tartús. También avanzaría las posiciones sublevadas en la carretera a dos ciudades controladas por el Gobierno: Homs y la capital, Damasco.
El domingo, Al-Asad rompió el silencio que llevaba cinco días guardando y prometió un contraataque para “defender la estabilidad y la integridad territorial [de Siria] frente a todos los terroristas y sus partidarios”. Añadió: “El terrorismo sólo entiende el lenguaje de la fuerza, y así lo derrotaremos”. A última hora del día, las FAS dijeron que habían reconquistado varias ciudades que habían sido invadidas por los rebeldes en los últimos días.
Rusia, Irán y milicias chiíes
La Siria de Asad cuenta con la Rusia de Vladímir Putin, el Irán del ayatolá Jomenéi y todo su Eje de la Resistencia: de Hezbolá en el Líbano a Hashd en Irak. Mientras la batalla se concentra en los pueblos al norte de Hama, queda por ver cuál es la capacidad de respuesta de estos aliados del Gobierno en un momento en el que, por la guerra en Ucrania o contra Israel, están desgastados y ocupados en frentes lejanos del sirio.
El domingo, el Ministerio de Defensa sirio aseguró que Rusia está jugando una parte crucial en la contraofensiva. El fin de semana, los ataques conjuntos de Damasco y Moscú mataron al menos a 25 personas. Los milblogs rusos informaron después de que el Kremlin ha destituido a Serguéi Kisel, el general al mando de sus fuerzas en Siria.
Las milicias chiíes, encabezadas por Irán llega a esta nueva fase de la guerra coincidiendo con el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá en el Líbano. Como aliado de al-Asad, Hezbolá ha intervenido del lado del Gobierno sirio desde el comienzo de la guerra, y hasta la fecha usa el territorio sirio como corredor de armas entre Irán y el Líbano. Según Nick Beake, corresponsal de la BBC en Jerusalén, Israel ve con buenos ojos el desvío de la atención del Líbano a Siria: ayudaría a mantener la tregua con Hezbolá en el frente libanés y, de paso, intensificar el control del tráfico de armas entre Damasco y Beirut.
Por su parte, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbás Araghchi, reiteró a Al-Asad el domingo el apoyo de Teherán al Gobierno de Siria. Además, calificó la ofensiva de la oposición de “complot de EEUU e Israel”. Con Siria en manos de los yihadistas, a Irán le resultaría imposible seguir transportando armas por tierra a través de Irak y Siria al Líbano. Con el aeropuerto de Beirut y los puertos libaneses controlados de facto por las fuerzas navales y aéreas israelíes, Hezbolá tampoco no podría rearmarse.
Durante una entrevista con la televisión pública israelí de Israel, el arabista israelí Mordejái Kedar reveló la noche del domingo estar en contacto con facciones de la oposición armada siria y que están listas para negociar un acuerdo de paz con Israel. “No consideran a Israel un enemigo: están dispuestos a llegar a un acuerdo de paz y han comunicado a Tel Aviv que están planeando abrir una embajada israelí en Damasco y Beirut”, dijo en Kan 2.
Otras fuerzas
Kurdos
Por el momento, los rebeldes de la HTS se han hecho con el control de varias zonas de Alepo hasta ahora bajo dominio de las Fuerzas de Autodefensa de Rojava (HXP, por sus siglas en kurmanyi). Esta área incluye el aeropuerto de la ciudad. Además, los sublevados han capturado un corredor entre las zonas kurdas y Alepo.
Hassan I. Hassan, editor jefe de la revista New Lines, informó la noche del domingo de que los rebeldes y las fuerzas kurdas habían llegado a un acuerdo pacífico para que las HXP abandonaran la ciudad. La mañana del lunes, la dirección kurda de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) negaban haber evacuado Alepo hacia el norte y el este de Siria como varios medios locales habían asegurado. En el barrio de Sej Maqsud, el corazón kurdo de Alepo, la presencia civil se mantiene intacta. La situación también es la normal en las áreas cristianas de la ciudad, donde muchos temían que la llegada de la HTS supusiera una amenaza inmediata para las minorías religiosas de Alepo.
Fuera de Alepo, las fuerzas kurdas han mostrado mayor resistencia. La autoridad regional de Rojava —el Kurdistán sirio— decretó el domingo una movilización contra los ataques de Turquía y sus “mercenarios”. Ese mismo día, Tal Rifaat, un pueblo al norte de Alepo controlado por las YPG, sucumbió tras la batalla más dura desde que comenzó la guerra. A diferencia de Tal Rifaat, Manbiy o la aldea de al-Maqbala, que ya han caído, los kurdos cuentan al este del río Éufrates con la protección de unas 900 tropas americanas destinadas a combatir al Estado Islámico.
Estado Islámico
El Estado Islámico, expulsado de Idlib en 2017 por los rebeldes sirios que ahora protagonizan esta ofensiva, controla áreas rurales aisladas en el este de Siria. Son regiones pequeñas sin valor estratégico ni demográfico en la margen occidental del Éufrates.
Vuelco en la guerra de Siria. Este fin de semana, la coalición de grupos rebeldes tomaba Alepo y más de una treintena de pueblos en el noroeste de Siria. El golpe contra el Gobierno de Bashar Al Asad ha sido de una velocidad relámpago y de un alcance brutal: se trata de la mayor ofesiva en años en una guerra que parecía congelada. El domingo, los insurgentes llegaban incluso hasta la ciudad de Hama, penúltima parada antes de Damasco, sin apenas resistencia de las fuerzas gubernamentales. Pero hasta aquí han llegado. Casi una semana después, este lunes el Ejercito sirio ha comenzado su contraofensiva, apoyada por bombardeos rusos y milicias chiíes en el terreno. Los rebeldes se han retirado de Hama y se espera que la coalición asadista pronto intente recuperar Alepo, en lo que puede convertirse en una cruenta batalla.
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