La factura económica de la violencia machista: casi 300.000 millones de euros en la UE cada año
España cuenta con su propio plan de prevención e invierte 2,4 millones de euros en campañas de sensibilización para 2025
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Desde vídeos y fotos en redes sociales hasta las marquesinas de autobús en las calles. Una capa de morado lo tiñe todo con motivo del día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Como cada 25 de noviembre, el día se llena de mensajes sobre la defensa de los derechos de la mujer, declaraciones políticas y apoyo a las víctimas. Mientras, las instituciones lanzan nuevas campañas de concienciación y hacen públicos los anuncios pertinentes.
Pese a todos estos esfuerzos, dos mujeres son asesinadas cada día en la Unión Europea por parejas o familiares, según el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE). Además del coste en vidas humanas y el daño colateral a su entorno familiar o social, la violencia de género no solo es un problema social y de salud pública, también deriva en un problema económico.
Desde la atención sanitaria hasta el gasto en Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la violencia de género en la UE ocasiona un impacto de 366.000 millones de euros al año, según el último estudio publicado en 2021 por el Instituto Europeo de la Igualdad de Género. La ejercida contra las mujeres representa el 79% de este coste, lo que asciende a 289.000 millones de euros, según las estimaciones del EIGE, que tiene en cuenta varios aspectos.
El mayor coste viene del impacto físico y emocional (56%), seguido de los procedimientos de justicia penal (21%) y la pérdida de producción económica (14%). Otros gastos tienen que ver con servicios de justicia civil (para divorcios y procedimientos de custodia de menores, por ejemplo) y con ayudas para la protección de menores.
El cálculo se centra en los costes derivados de estos actos delictivos, incluyendo el gasto económico del proceso, la utilización del sistema sanitario y el sistema de justicia penal y la cuantificación sobre el impacto físico y emocional de las víctimas.
La violencia contra la mujer es un concepto muy amplio. La violencia sexual o los ataques psicológicos son solo una parte de lo que las víctimas viven. Pueden venir de familiares, parejas, exparejas u otros perfiles fuera de su círculo cercano. De esta forma, resulta complejo a veces actuar de forma eficiente contra cada tipo de violencia.
Invertir en prevención como solución
De cara al 25N, cada país europeo tiene su propio lema, desde la "tolerancia cero" de Francia hasta el "Ahora ya España es otra" en nuestro país. Cada Estado miembro contribuye a nivel nacional a la consecución de los objetivos para la prevención de la violencia contra la mujer.
En el caso de España, ya a principios de año el Consejo de Ministros aprobó un acuerdo por el que se autorizan compromisos de gasto de ejercicios presupuestarios futuros para que el Ministerio de Igualdad invierta 2,4 millones de euros en campañas de sensibilización contra la violencia de género hasta 2025.
"Toda financiación está bien, pero se necesitan muchos anuncios y más educación", confirma Laura Barrios, presidenta de Federación Mujeres Jóvenes. Para ellas, estos anuncios a veces pueden quedarse en lo "superficial" y que se queden "en el vídeo en sí y no en el mensaje". También aprovecha para reivindicar que se incluyan aún más a las asociaciones feministas en el proceso para aportar mayor cercanía en la respuesta y la necesidad de invertir tanto en investigación como en educación: "Tal vez en lugar de apostar por cinco anuncios, sería mejor enfocarse en introducir estos valores desde la propia educación".
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"La prevención en violencia de género sigue siendo necesaria porque se siguen produciendo asesinatos por parte de las parejas o exparejas, que son la punta del iceberg de este problema", matiza Carmen Lledó, doctora en Psicología de la Intervención Social de la Universidad de Málaga. Sin embargo, reflexiona sobre la eficiencia de estos anuncios, sus mensajes más generales y la necesidad de que se "complementen con programas de intervención".
En las últimas décadas, por su parte, Europa ha experimentado un progreso significativo en la visibilización y prevención de la violencia contra las mujeres, impulsado por cambios sociales, legislativos y culturales. Durante los años 90, el enfoque principal estaba en la protección de las víctimas y la persecución de los agresores. Con la entrada en vigor de políticas comunitarias como el Convenio de Estambul en 2014, la Unión Europea comenzó a coordinar esfuerzos entre los Estados miembros para establecer estándares mínimos de prevención y atención, marcando un cambio hacia un enfoque más preventivo.
De hecho, se establecieron medidas tanto jurídicas como estratégicas para "prevenir, proteger y asistir a las víctimas". Entre ellas se incluía la concienciación como un pilar fundamental.
La prevención, una parte del todo
En la mayoría de las ocasiones, los gobiernos europeos destinan partidas generales a la prevención de la violencia contra la mujer que incluyen desde la concienciación hasta las estrategias de intervención.
Francia es uno de los ejemplos. En el último año, destinó más de 184 millones a presupuestos generales para combatir la violencia contra la mujer. La financiación del programa nacional de igualdad ha aumentado casi un 10,4% en el proyecto de ley de finanzas del nuevo gobierno francés, presentado en octubre.
Sin embargo, este aumento no es suficiente para las asociaciones. En el informe Où est l'argent contre les violences faites aux femmes, publicado el 25 de septiembre de 2023 por la Fondation des Femmes, se estimó que el presupuesto mínimo que el Estado debería dedicar para proteger a las víctimas de la violencia doméstica, de género y sexual en Francia sería de 2.600 millones de euros al año, es decir, al menos un 0,5% del presupuesto nacional.
Para la Fundación Mujeres sigue sin "ser suficiente para cubrir las necesidades" ante la magnitud de las cifras, ya que entre 2018 y 2022, el número de denuncias por violencia doméstica aumentó un 83% y en el caso de la violencia sexual se ha elevado al 100%, según cifras del Ministerio del Interior. En los últimos meses, además, han crecido las movilizaciones sociales ante casos mediáticos como el de Gisèle Pelicot.
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Francia es uno de los países que, junto a España, forman parte del Convenio de Estambul. Sin embargo, otros como República Checa o Lituania no han ratificado dicho convenio. Por su parte, República Checa confirma desde el medio Checo Deník Referendum, no se ha planificado ninguna campaña nacional. Eso sí, en 2023, se puso en marcha un plan gubernamental para asegurar el compromiso del Estado a "esforzarse por concienciar sobre los derechos de las víctimas en el ámbito de la indemnización y la violencia contra las mujeres", anunciando así "na campaña de sensibilización a escala nacional" con el fin de "acabar con la ignorancia sobre este tema". Dicho plan, incluye una campaña para 2025 centrada más en la "prevención de la ciberviolencia de género, la violencia en pareja y la incitación al odio por Internet".
En este sentido, las ONG juegan un papel fundamental en la publicación de campañas, ya que desde 2003 instituciones, como la asociación feminista ROSA, crean anualmente una campaña de concienciación sobre la violencia en el hogar contra las mujeres. Además de actuaciones como Orange the World a nivel nacional de ONU Mujeres.
Según las estadísticas disponibles, cada año se denuncian a la policía una media de 650 casos de violación, la policía tramita anualmente una media de más de 500 casos de malos tratos a una persona que vive en un hogar común y 75 casos de asesinatos motivados por relaciones personales.
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Lo mismo sucedió en Lituania. No fue hasta julio de 2023 que aplicó una medida preventiva: la "Orden de protección contra la violencia". Desde entonces, según los registros policiales, el número de denuncias por violencia doméstica ascendía a casi 68.000. La "Orden de Violencia" es una medida preventiva destinada a la protección rápida de las personas en riesgo de violencia doméstica. Consiste en que un agente de policía ordena a una persona, que corre un riesgo de violencia doméstica, que se aleje temporalmente de las inmediaciones de las personas maltratadas durante 15 días.
Al mismo tiempo, que la financiación para esta asistencia especializada se ha duplicado en el último año, también se asignan 100.000 euros anuales al Centro Nacional de Información sobre Violencia Sexual y otros 75.000 euros al Centro de Apoyo Metodológico a los Centros de Asistencia Integral Especializada. Además, se han asignado casi 2 millones de euros del Programa de Inversión de los Fondos de la UE para 2021-2027 para el desarrollo de las competencias del personal y la sensibilización de la opinión pública en el ámbito de la prevención de la violencia doméstica.
Con estos avances, en otoño de 2023, el Parlamento lituano pidió al Tribunal Constitucional que evaluara si las normas del Convenio de Estambul eran compatibles con la Constitución lituana y este concluyó posteriormente, que no la contradecía, lo que supuso un paso en su ratificación.
"Aunque en los últimos años ha habido avances en materia de prevención, el esfuerzo institucional sigue siendo insuficiente", confirman desde Nosotras Mismas, Asociación de Mujeres en Madrid. Valoran las iniciativas, pero consideran que todas estas campañas en medios y redes sociales "a menudo se quedan en mensajes generales que no abordan las raíces del problema: la educación en igualdad y el cambio de patrones culturales". Así, remarcan que la necesidad de una prevención integral donde estas campañas sean más periódicas y accesibles. "Sin prevención, perpetuamos un ciclo que solo se atiende cuando ya es demasiado tarde", sentencian.
Desde vídeos y fotos en redes sociales hasta las marquesinas de autobús en las calles. Una capa de morado lo tiñe todo con motivo del día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Como cada 25 de noviembre, el día se llena de mensajes sobre la defensa de los derechos de la mujer, declaraciones políticas y apoyo a las víctimas. Mientras, las instituciones lanzan nuevas campañas de concienciación y hacen públicos los anuncios pertinentes.