Una guerra que no se puede combatir con armas: "Me han despojado mi dignidad como persona"
La COP29 advierte que los refugiados de los países del sur global son los que más sufren las consecuencias del cambio climático, a pesar de que estos son los que menos gases contaminantes producen a la atmosfera
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F58c%2F5cb%2Fcd1%2F58c5cbcd17ab8dd3f4cfcd32f77a633f.jpg)
Imagine que tiene que huir del que hasta ahora ha sido su hogar. Imagine que una guerra civil, una revuelta o la inseguridad han azotado tanto su país hasta el punto de que se tiene que ver obligado a dejar todo atrás y empezar una nueva vida. Imagine ahora que el país al que va, bajo condición de refugiado, está atravesando una de sus mayores crisis climáticas como consecuencia del calentamiento global. En el país que le acoge, las sequías han dejado los parajes y los cauces sin agua, las inundaciones destrozan todo a su paso y, en verano, las temperaturas alcanzan grados que hacen casi imposible la vida humana. ¿Qué opción es mejor: quedarse en tu país de origen o intentar sobrevivir en un lugar igualmente inhóspito?
Esta pregunta es la que más de 120 millones de personas se han tenido que hacer tras haberse visto obligadas a desplazarse por la fuerza alrededor de todo el mundo. De esta población, tres cuartas partes viven en Haití, Somalia, Etiopía, Siria o Sudán, países donde el cambio climático está agravando las condiciones de vida tanto para los refugiados como para las comunidades locales. La ONU ha estado advirtiendo sobre este tema durante años, y ahora lo aborda en un informe presentado en la COP29, titulado "No place to go" ("No hay lugar al que ir"), un emblema con el que la Agencia de los Refugiados describe la situación actual de las personas que huyen de la guerra.
Y los datos van más allá. Para 2040 se espera que el número de países que se enfrentan a amenazas climáticas extremas aumente de tres — Emiratos Árabes Unidos, Omán y Bangladés — a 65, de los que la gran mayoría acogen a personas desplazadas. Del mismo modo, se prevé que la mayoría de los asentamientos y campamentos de refugiados experimenten el doble de días extremadamente calurosos para 2050. Solo en Europa las muertes por olas de calor han aumentado hasta alcanzar el 30% de los casos.
Grace Dorong y su familia son uno de los millones de casos que han sido víctimas de esta situación. Cuando estalló la guerra civil en su país, Sudán del Sur, Grace se vio obligada a huir a Kenia, bajo condición de refugiada, cuando solo era una niña. Su experiencia personal le motivó para ser activista por el clima y por las mujeres. En conversaciones para El Confidencial, Grace confiesa que han sido tanto el cambio climático como los conflictos los que le han "despojado" su dignidad como persona: "El conflicto me desplazó y me separó de mi familia. Fue el cambio climático el que hizo que mi desplazamiento fuera aún más desafiante", lamenta.
Tras llegar a Kenia, Dorong no solo tuvo que hacer frente a todos los desafíos que le imponía un país que no es el suyo. Las lluvias torrenciales, que provocaban y siguen inundando parte del país, agravaron la situación de los campamentos, donde ella vivía. "He experimentado inundaciones severas, siendo arrastrada por las aguas. He visto a mi comunidad enfrentarse a un calor extremo en Kenia como refugiado, y luego, cuando regresé a Sudán del Sur, vi el impacto del cambio climático a través de las sequías, la inseguridad alimentaria y la tierra volviéndose árida".
En la actualidad, Sudan del Sur es, precisamente, uno de los países más afectados por esta situación. Este año el país ha vivido una de las peores inundaciones en 60 años, que han provocado el desplazamiento de 240.000 personas, según la ONU. Al mismo tiempo, acoge a 460.000 personas, la mayoría de ellas huyen de Sudán, de la República Democrática del Congo y de Etiopía. La inseguridad que atraviesan, sumada a la situación de pobreza, provocan, según Grace, "que estos sean los países que más sufren porque no pueden adaptarse al cambio climático, a pesar de no haber contribuido a las emisiones de carbono. Sufres más por el cambio climático, dependiendo de quién eres y de dónde vienes".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe7d%2Fb67%2F8fa%2Fe7db678fa8c9ff42b938ea8406c2d803.jpg)
Son principalmente estas dos cuestiones las que marcan el destino de las personas refugiadas. Miguel Pajares, presidente de la Comisión Catalana de la Ayuda al Refugiado, explica a este periódico que "la gente que huye de conflictos bélicos principalmente se queda en el país vecino, porque aquí en Europa tendemos a creernos que todos los refugiados del mundo quieren venir a Europa, y nada más lejos de la realidad. El 84% de los refugiados del mundo están en países pobres, porque son los países vecinos a los que están sufriendo los conflictos", explica.
"Los campamentos de refugiados que están sufriendo estos impactos climáticos tienen que ser atendidos por los fondos para adaptación", señala. La aprobación de estos fondos es una de las prioridades de las cumbres climáticas, ya que estos presupuestos son los que van directamente destinados a paliar este tipo de consecuencias. En esta edición, los países en desarrollo han exigido la aprobación de 1,3 billones de dólares anuales a las naciones más ricas, aunque estas se resisten a poner una cifra sobre la mesa.
En el caso de los refugiados que huyen de Sudán del Sur, como es el caso de Grace, emigran hacia países vecinos donde las inclemencias atmosféricas han empeorado paulatinamente la situación a lo largo de estas últimas décadas. El experto sostiene que estas transformaciones se han podido ver en "toda la franja del Sahel, que es una franja árida, pero fértil, en la cual viven unos 150 millones de personas, que principalmente viven de la agricultura, la ganadería, la pesca, se están viendo muy afectados por el cambio climático porque se están perdiendo terrenos de cultivo y de pasto. El desierto del Sahel está avanzando hacia el sur y se está comiendo zonas que eran productivas y que dejan de serlo".
"El conjunto de África es responsable del 3% de las emisiones históricas"
"Son los países tropicales donde también se están produciendo mayores sequías y donde todos los impactos, también la subida del nivel del mar, están afectando más a las costas. Los impactos más graves se están produciendo en estos países, que a su vez, en general, son países empobrecidos", afirma. En el caso del continente africano, "el conjunto de África es responsable del 3% de las emisiones históricas. Ahora está emitiendo aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales, pero si sumamos las de los dos últimos siglos, desde el inicio de la industrialización, es responsable del 3%. Sin embargo, es el continente que más está sufriendo por estos impactos".
Las víctimas, las que menos contaminan
En un año en el que las catástrofes naturales se han multiplicado a nivel global, con inundaciones en Valencia, el huracán Milton en la costa este de Estados Unidos, o el riesgo de que varias islas del Caribe desaparezcan por el aumento del mar, la COP29, en esta edición, está tratando de fomentar que los Estados consigan invertir un mayor presupuesto en paliar esta crisis, algo vital para el futuro de los países más pobres. De hecho, este es el centro de las demandas de los líderes del sur global, quienes exigen la transferencia de fondos que les permita enfrentar una emergencia climática que no han causado, pero de la que son las principales víctimas. El tiempo se agota y los informes son contundentes: las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, el umbral establecido por los expertos para evitar que la crisis climática se transforme en una catástrofe permanente.
Sin embargo, la ausencia de los líderes de países como China, Estados Unidos, India o Brasil, los tres primeros los más contaminantes a nivel mundial, desdibujan un panorama en el que esta problemática parece que no ocupa las prioridades en sus agendas políticas. En este año, solo China ha emitido un total de 12.667,428 toneladas de emisiones de CO₂ a la atmósfera. En el ranking le sigue Estados Unidos —con 4.853,780 toneladas— y la India —con 2.693,034—. Este último país ha registrado durante esta semana niveles de polución 50 veces más alto que el límite a seguro, lo que para la salud equivale a fumar 20 cigarrillos diarios.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F160%2F356%2Fd69%2F160356d69e3725368d7536203583cab6.jpg)
El escenario en esta materia no parece ser alentador, más ahora, en un momento en el que la ciudadanía estadounidense ha elegido al republicano, Donald Trump, como presidente. Conocido por sus declaraciones negacionistas respecto al cambio climático, Trump retiró a Estados Unidos de los Acuerdos de París durante su primer mandato, que velan, precisamente, por establecer un límite en las emisiones de gases que fomentan el efecto invernadero. De hecho, el republicano ha vuelto a amenazar con retirarse de estos acuerdos una vez inicie su nuevo mandato.
A pesar de que Joe Biden no ha acudido a la Cumbre climática, su Administración ha tratado de alejarse del mensaje defendido por Trump a poco más de dos meses de que se produzca el traspaso de poderes entre ambos líderes. Coincidiendo con la cumbre del G20, que tiene lugar en Brasil, Biden ha viajado hasta el Amazonas, concretamente a Manaos, la capital del estado, convirtiéndose en el primer presidente de Estados Unidos que visita la mayor selva tropical del mundo. Que la visita se haya producido en estos momentos no es algo baladí: actualmente, el 47% de la selva está amenazada por el cambio climático y la deforestación. Todo un gesto cuando ya se ha iniciado la cuenta atrás para dar de nuevo la bienvenida a Trump como presidente.
Imagine que tiene que huir del que hasta ahora ha sido su hogar. Imagine que una guerra civil, una revuelta o la inseguridad han azotado tanto su país hasta el punto de que se tiene que ver obligado a dejar todo atrás y empezar una nueva vida. Imagine ahora que el país al que va, bajo condición de refugiado, está atravesando una de sus mayores crisis climáticas como consecuencia del calentamiento global. En el país que le acoge, las sequías han dejado los parajes y los cauces sin agua, las inundaciones destrozan todo a su paso y, en verano, las temperaturas alcanzan grados que hacen casi imposible la vida humana. ¿Qué opción es mejor: quedarse en tu país de origen o intentar sobrevivir en un lugar igualmente inhóspito?