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Cómo Alemania perdió más de 2.000 millones de euros (y subiendo) con una mala venta de Bitcoin
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Cómo Alemania perdió más de 2.000 millones de euros (y subiendo) con una mala venta de Bitcoin

La venta temprana de unos activos incautados por el estado alemán de Sajonia regresa ahora al debate público tras la última subida de Bitcoin

Foto: Foto: Getty/Chris McGrath.
Foto: Getty/Chris McGrath.
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Tu cuñado, tu amigo y tu jefe lo han dicho alguna vez: “Esto en Alemania no pasaría”. Al ya obsoleto ideal alemán de eficiencia y trabajo, se suma ahora la sacudida de otro pilar: el mito del buen gestor.

Verano de 2024. Las autoridades del estado alemán de Sajonia, donde se ubican ciudades como Dresden o Leipzig, concluían el mes con importantes ventas en Bitcoin. Unas 50.000 monedas por 2.650 millones de euros. Hubo palmadas en la espalda, felicitaciones, ideas de inversión. "Estamos haciendo campaña para aumentar la inversión en hospitales". El problema llega ahora, porque apenas cuatro meses después, esos mismos activos valen 4.650 millones, un incremento porcentual del 75%. Y algunos alemanes preguntan al Ministerio de Finanzas por qué permitió la venta.

¿Se le puede achacar al gobierno mala praxis por vender antes de tiempo unos activos en el mundo de las inversiones de riesgo? Hay muchos que creen que sí, con sus razones. Este es el caso.

Foto: Vista de la fábrica de acero alemana Thyssenkrupp en Duisburg, Alemania, este 12 de noviembre (EFE/Christopher Neundorf)

La noticia inicial pasó por debajo del radar de los grandes medios, incluido en Alemania. ¿De dónde sacó Sajonia 50.000 Bitcoin? El caso se remonta a 2023, cuando un responsable de la plataforma movie2k.to, de nacionalidad alemana, fue detenido en España. Se le acusaba de permitir la descarga, reproducción y pirateo de casi un millón de títulos de películas y series entre 2008 y 2013, además de lucrarse con la publicidad y lavar dinero invirtiendo las ganancias en criptomonedas. Ya en 2024, en un acuerdo voluntario con la Policía Criminal Federal (BKA), el acusado entregó esas 50.000 monedas a las autoridades, en lo que se convirtió en una de las confiscaciones cripto más grandes de la historia.

En el momento de la incautación, en enero de 2024, cada moneda de Bitcoin valía alrededor de 38.000 euros. Unos cinco meses después, el gobierno sajón las vendió por 53.000. En aquel entonces, la prensa alemana informó del asunto titulando que la liquidación masiva por parte del gobierno federal podría ser la responsable de la última caída (ese verano) del valor de la criptodivisa por excelencia. No fue así. Hoy día, el Bitcoin cotiza cerca de los 100.000.

Pero, a pesar de otras fluctuaciones propias de mercados de riesgo, incluso ya entonces se daba por descontado una pronta subida del de Bitcoin. Aunque no cuándo y a cuánto. La revalorización del 40% inicial se dejó por el camino otro 100% al liquidar antes de tiempo. De acuerdo a los analistas más cautos, en cuestión de meses es probable que el valor de Bitcoin suba otro 50% desde el precio actual.

Por simplificar, con cada mil euros incautados, Sajonia ha ganado 400, pero podría haber obtenido 2.400. De continuar con las subidas pronosticadas, alrededor de 3.400.

Bitcoin y sus ciclos

Las críticas al movimiento alemán, aunque limitadas a los foros y redes sociales, empezaron ya en junio. Se consideraba un error evitable porque la parabólica subida del mercado de criptomonedas era predecible, aunque nadie en la Consejería de Economía y Fiscal se percató. Para explicarlo, necesitaremos un par de párrafos: si conoces Bitcoin y cómo funciona, puedes avanzar al siguiente bloque.

Bitcoin, la criptodivisa por excelencia, tiene un suministro limitado de unidades, impidiendo su impresión y devaluación. El sistema se basa en una suerte de gran libro de contabilidad público (similar a la cartilla personal del banco) que recoge información de toda la red y la guarda en ordenadores de todo el mundo, impidiendo su alteración. Los que agregan y validan la información al libro cada vez que se ejecuta una transacción no son bancos ni gobiernos (Bitcoin se precia de ser totalmente descentralizado), sino los mineros.

Los mineros ponen a sus ordenadores a resolver problemas matemáticos cada vez más complejos, que es lo que permite el funcionamiento de la red. A cambio, perciben Bitcoin como recompensa. Pero, recordemos, el número total de monedas Bitcoin que puede haber no es infinito. ¿Y qué tiene que ver todo esto con la venta en Sajonia?

Pues que aproximadamente cada cuatro años, la recompensa en Bitcoin de estos mineros se reduce automáticamente a la mitad. Un shock que afecta a la oferta y escasez, disparando el precio. A este evento se le llama halving y ocurrió en 2012, 2016, 2020 y… el 20 de abril de este año. Atendiendo a los ciclos anteriores, la volatilidad tarda entre 150 y 400 días en explotar. Y el resto es historia. Si en noviembre de 2009 un bitcoin costaba en torno a medio céntimo, 15 años después vale más de 92.000 y los analistas más cautos estiman que el tope de este ciclo cuatrienal podría moverse entre los 120.000 y 150.000 euros.

El miedo como argumento

La mala gestión, tantas veces señalada desde Berlín a los países del sur de Europa, se vuelve ahora contra Alemania. Y el miedo sirve para justificar la mala venta. "No podemos esperar a ver si cambiará el valor de Bitcoin y cómo", argumentó Patricio Pintaske, portavoz de la fiscalía de Sajonia, al diario Bild. Según él, la liquidación repentina respondió a una “venta de emergencia” amparada por un artículo -el 111p- del Código de Procedimiento Penal.

Básicamente, este apartado señala: 1) Que los bienes confiscados pueden venderse ante el riesgo de una pérdida significativa de valor. 2) La venta de emergencia la ordena el fiscal. 3) El ministerio público es el responsable de dicha venta.

Un argumento que no convence a los más críticos. Si hubiera sido tan urgente, podrían haber ejecutado las ventas entre febrero y abril de 2024, cuando el retorno hubiera sido mayor. O haber esperado que terminara el verano, habitualmente etapa de desierto para los activos de riesgo. Porque, aunque el mercado de las criptomonedas es muy volátil, tiende a unos ciclos que ya están siendo estudiados.

Una justa en Sodoma

La primera voz pública que criticó esa venta "urgente" como inoportuna no vino ni de los liberales, ni los conservadores ni los socialdemócratas. Fue Joana Cortar, diputada independiente del Bundestag. Exmiembro de AfD, Cortar escribió una serie de cartas al canciller alemán, Olaf Scholz, al ministro presidente de Sajonia, Michael Kretschmer y al, hasta hace pocos días, ministro de finanzas, Christian Lindner, para frenar la venta. Nadie le hizo caso.

"En lugar de conservar Bitcoin como una reserva monetaria estratégica, como se está ya debatiendo en EEUU, nuestro gobierno está vendiéndola a gran escala. He informado [a las autoridades] por qué esto no es solo no muy sensato, sino contraproducente", señaló.

El tiempo le ha dado la razón. Y son varios estados nación los que están intentando introducir la gestión y estrategias que ofrece el nuevo mundo de las criptomonedas en sus economías. Un reto ante el que ya no basta esconder la cabeza bajo la arena.

Foto: El valor del bitcoin se ha despeñado por la crisis en Kazajistán. (EFE)
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Aquel mismo mes de julio, en plena campaña electoral estadounidense, Donald Trump prometió crear una reserva estratégica de Bitcoin para el futuro y convertir al país en "la capital criptográfica del planeta". El ahora presidente electo regresará en enero a la Casa Blanca y los indicios apuntan a que Estados Unidos podría comenzar un periodo de adopción masiva para erigirse nación líder en el fomento, custodia e inversión de criptoactivos.

Hoy en día, tan solo El Salvador y la República Democrática del Congo tienen a Bitcoin como moneda de curso legal. Aunque varios países están ya acumulando Bitcoin en reservas estratégicas. Según una recopilación de Forbes, los cinco estados que cuentan con las mayores reservas de esta criptomoneda son Estados Unidos y China (200.000 BTC y 190.000 BTC respectivamente), Reino Unido 61.000, Ucrania cerca de 50.000, Bután 13.000 y El Salvador con algo más de 5.000. La mayor parte de los Bitcoin de los estados vienen de incautaciones a delincuentes, como la de Alemania, mientras que los de Ucrania vienen sobre todo de donaciones tras la invasión rusa de 2022.

Del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, muchos analistas se rieron cuando comenzó sus compras en 2021 –lejos de los mejores precios— pero hoy el porfolio del país latinoamericano tiene 6.158 BTC... apenas un 9% de lo incautado por Sajonia. Tras mantenerlos en pérdidas, realizar nuevas compras y minar Bitcoin con la energía geotérmica del volcán Tecapa, su rentabilidad supera el 105%, según el rastreador que ha servido como referencia para analizar las pérdidas y ganancias de Bukele.

Foto: Uno de los asistentes a 'LaBitConf' se hace un selfi con el presidente Nayib Bukele de fondo. (EFE/Rodrigo Sura)

Quizás por eso, políticos que aplaudieron la venta de Sajonia, como Rico Gebhardt, jefe del izquierdista Die Linke y líder de la oposición en Sajonia, se echan las manos a la cabeza. Cuestionándose que se liquidará la incautación en apenas cuatro semanas y preguntándose qué podría haberse pagado con esas ganancias, ahora dolorosamente ficticias.

"El hecho de que se vendiera todo de una vez sorprendió a todos", se justificaba Gebhardt. "Hubiera sido más prudente no lanzar todo el paquete al mercado de inmediato", aseguró, en entrevista a la prensa local alemana. La venta masiva ha dejado a Alemania fuera del ránking principal de países con reservas estratégicas de Bitcoin.

Para la locomotora alemana, gripada por segundo año consecutivo y única economía del G-7 que se contrae, 2.000, 4.000 o 6.000 dejados de ganar… son muchos millones. Berlín teme cerrar 2024 en recesión. Las cuentas tiemblan al mismo tiempo que el mito del buen gestor.

Tu cuñado, tu amigo y tu jefe lo han dicho alguna vez: “Esto en Alemania no pasaría”. Al ya obsoleto ideal alemán de eficiencia y trabajo, se suma ahora la sacudida de otro pilar: el mito del buen gestor.

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