La OTAN refuerza sus flancos, mira hacia el este y España da un paso al frente
Al principio el mando de las fuerzas de Presencia Reforzada en Eslovaquia lo ostentaba la República Checa, pero España decidió dar un paso adelante y se postuló como "Nación Marco"
Llevamos tiempo diciendo que la guerra de Ucrania ha cambiado la percepción de la defensa y que 'despertó' las conciencias de muchos socios de la OTAN. Es cierto, pero con matices. Lo que no tiene matiz alguno es que la Alianza está reforzando todo el territorio que mira hacia el este. La presencia multinacional ya alcanza desde el Báltico al mar Negro y en esta nueva era de la defensa occidental España ha dado un paso al frente.
Los matices de los que les hablábamos antes vienen por el hecho de que este refuerzo viene de atrás. El pistoletazo de salida que implicó la presencia de tropas de la OTAN en países próximos a Rusia no se inició con el conflicto actual, sino con la anexión de Crimea en aquel marzo de 2014. El movimiento pilló a la Alianza con el pie cambiado. Tuvo lugar justo después de la llamada Revuelta del Maidan que acabó con el presidente ucraniano Viktor Yanukovych en fuga y con Oleksandr Turchynov, entonces presidente del parlamento, como presidente en funciones. Desde luego el momento elegido fue el ideal. Y, al parecer, nadie en la OTAN lo vio venir.
Una reacción lógica
Aparte de una serie de sanciones a Rusia, por cierto, de dudosa eficacia, se tomaron otras medidas. La primera vino con la Cumbre de la OTAN de Varsovia en 2016. Allí se decidió establecer cuatro grupos de combate multinacionales que se localizarían en las repúblicas bálticas y Polonia. Su objetivo, si atendemos a los efectivos desplegados, no era plantear una respuesta militar —es obvio al ser fuerzas de entidad batallón— sino transmitir un claro mensaje de unidad.
España participa de manera significativa en estos despliegues y mantiene una importante fuerza en el Battle Group situado en Letonia, que incluye aproximadamente 600 efectivos con carros de combate, blindados y artillería pesada. Este esfuerzo defensivo se vino a sumar a las misiones de defensa aérea que desde 2004 se llevan a cabo para aquellas naciones, caso por ejemplo de las repúblicas bálticas, que no disponen de capacidades suficientes.
El siguiente paso se dio con la Cumbre de Bruselas del 24 de marzo de 2022, una reunión extraordinaria que se celebró tras el inicio de hostilidades en Ucrania. En esta especial reunión se acordó ampliar los – entonces – Battlegroup existentes con otros nuevos ubicados en Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Con esto ya estarían cubiertas todas las fronteras con Rusia, Bielorrusia o Ucrania.
Madrid, donde se celebró la siguiente Cumbre entre el 29 y el 30 de junio de 2022, marcó un nuevo avance defensivo, tratándose aspectos cruciales como la entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza, la visión de Rusia como una amenaza directa – esto es muy relevante – y la visión de China como un desafío. Pero también supuso un incremento de las capacidades defensivas, ampliando los Battlegroups de Grupos Tácticos a Brigadas Multinacionales. Para entendernos, pasan a ser algo ya con una entidad de combate respetable al multiplicar por tres los efectivos comprometidos.
El refuerzo, con la amenaza rusa en el fondo, no queda solo en lo acordado en Madrid. Va más allá y la culpa la tiene el nuevo Modelo de Fuerzas de OTAN, que potencia una mayor presencia y disponibilidad de capacidades militares. La clave está en las fuerzas de reacción rápida, capaces de desplegar de cuarenta mil hasta medio millón de efectivos. La rapidez es la clave del modelo y es muy exigente. Los objetivos contemplan en una primera fase movilizar hasta 100.000 soldados en 10 días, alrededor de 200.000 en una segunda fase y entre 10 y 30 días y llegar a los 500.000 en un plazo de entre uno y tres meses.
España toma el mando
Al principio el mando de las fuerzas de Presencia Reforzada en Eslovaquia lo ostentaba la República Checa, pero España decidió dar un paso adelante y se postuló como “Nación Marco”. Esto, en términos sencillos, significa asumir la principal responsabilidad en la zona, tomar el mando y, por supuesto, contribuir con un número importante de efectivos. No hay más que ver qué socios mandan en otras áreas para ver la importancia que tiene. Son países como Reino Unido (Estonia), Canadá (Letonia), Alemania (Lituania), Estados Unidos (Polonia), Hungría (el único en su propio país), Francia (Rumanía) e Italia (Bulgaria). España tenía que estar.
La OTAN tiene una estructura de mando muy compleja y lo es aún más cuando se trata de misiones multinacionales. Todo es fruto de la obligación de tener que compatibilizar cadenas de mando de la Alianza con otras de los propios socios y esto se complica aún más cuando intervienen – como son estos casos – Cuarteles Generales de Alta Disponibilidad, que también están participados por varios países. Es el precio que hay que pagar por tener una organización militar capaz de funcionar con tropas y mandos de tantos países.
Así, en Eslovaquia y con el objetivo de cumplir con el nuevo modelo antes comentado, existen dos estructuras diferenciadas. Por un lado, el Corps Forward Element (CFE) y por otro la Multinational Brigade Slovakia (MN BDE SVK). El primero responde a la capacidad de despliegue rápido y el segundo a la presencia real de tropas multinacionales en un área. El CFE o Elemento Avanzado de Cuerpo [de Ejército] es un elemento dependiente del Nato Rapid Deployable Corps – ESP o Cuerpo [de Ejército] de Despliegue Rápido español, cuyo cuartel general se encuentra en Bétera (Valencia).
Ya avisamos que era complejo, pero trataremos de simplificarlo. España, como nación marco, no solo está al mando de las tropas en Eslovaquia (la Brigada Multinacional) sino que también lo estaría del Cuerpo de Ejército que, en su caso desplegaría en el teatro de operaciones de República Checa, Eslovaquia y Hungría. Por eso el mando de este Cuartel General lo ostenta un teniente general (tres estrellas). Sin embargo, el CFE que se encuentra ubicado en la Base de Kuchyňa (Eslovaquia), no es un puesto de mando, sino un elemento de información para el teniente general – ahora Luis Sáenz Rocandio - que ejerce el mando desde Bétera. Ante una situación de crisis, su responsabilidad sería el mando y despliegue de hasta 60.000 efectivos en esas tres naciones. Al mando de este CFE, que es de reducidas dimensiones, se encuentra el coronel Gustavo Paredes Lobo.
Tropas sobre el terreno
Sobre el terreno y con base en Lešť (Eslovaquia) se encuentran los elementos de la Brigada Multinacional, que no está todavía al completo. Ahora mismo está formada por 1.100 militares, integrados en un Grupo Táctico Multinacional con una entidad aproximada de batallón reforzado, a su vez formado por dos compañías de infantería de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) española, con sus blindados Vamtac, una compañía (de momento sección) acorazada portuguesa dotada con cinco carros de combate Leopard 2A6 y una compañía motorizada eslovena con blindados de seis ruedas Pandur, un vehículo parecido a nuestro BMR. A esto habría que añadir una compañía mecanizada checa con blindados de cadenas BVP-1 y BVP-2, que no son más que versiones autóctonas del BMP-1 y BMP-2 de origen ruso.
Como apoyos, estas tropas cuentan con un escuadrón (de momento sección) de caballería compuesto por cinco blindados de ruedas VRCC Centauro, del Regimiento de Caballería Ligero Acorazado Lusitania nº8. También disponen de una batería de artillería ligera con piezas de 105 mm Light Gun, una unidad de zapadores, de artillería antiaérea (con misiles de corto alcance Mistral), sistema antidron Cervus y los siempre imprescindibles apoyos logísticos. Todo este contingente se encuentra bajo el mando del coronel Francisco Calvo, actual jefe del Regimiento Nápoles de la BRIPAC, aunque el mando de la Brigada Multinacional lo ostenta el general Luis Jesús Fernández Herrero, ahora al mando de la BRIPAC.
A todo este contingente se unirá en los próximos meses un importante refuerzo de medios aéreos con dos helicópteros de ataque Tigre y uno de maniobra NH90, que se ubicarán en la Base de Kuchyňa. Dentro de poco, con el cambio de año, las tropas de la Brigada Paracaidista serán relevadas por miembros de la Brigada Galicia VII y los jinetes del Regimiento Lusitania cederán sus monturas al Regimiento Farnesio nº12.
Al igual que ocurre en Letonia, el adiestramiento que se consigue en Eslovaquia es impagable. Lo es no solo por las capacidades del campo de Lešť, muy completo, con zonas de tiro para fuego real y blancos móviles, sino por el hecho de trabajar con unidades de otros países. Para esta fuerza multinacional se cumplió en octubre un importante hito al realizarse satisfactoriamente la evaluación que certifica la operatividad de la brigada. Dicha prueba consistió en unas exigentes maniobras donde se pusieron a prueba todas sus capacidades. Unos ejercicios con movimientos y combates nocturnos y diurnos a los que pudimos asistir en varias de sus fases.
¿Y los otros flancos?
Todos estos movimientos defensivos de la OTAN demuestran una buena unidad de acción entre los socios o, al menos, entre la mayoría de ellos. También son una muestra de la sensibilidad europea respecto a lo que supone Rusia, ahora definida como amenaza directa. Es normal que lo sientan así países muy cercanos al conflicto, como son todos aquellos donde se han instalado tropas multinacionales. También en Suecia y Finlandia, tradicionalmente neutrales, pero ansiosos por entrar en la Alianza desde el minuto uno de la guerra.
Sin embargo, no deja de ser, como mínimo sorprendente, la poca atención que se presta al flanco sur frente al flanco este. El flanco sur, y hablamos por ejemplo del Sahel, supone una amenaza, no sabemos si tan directa o no como lo es Rusia, pero lo es. Es evidente que la inseguridad es una percepción y si bien se siente con claridad en unos sitios y frente a una amenaza, no lo es tanto frente a otras.
Es cierto que no es lo mismo actuar a nivel socios OTAN, donde todo son facilidades, que a nivel gobiernos — algunos de ellos en situaciones complejas — de la zona africana, donde se debe actuar a base de acuerdos bilaterales nada sencillos. Pero en el fondo se echa de menos una preocupación mayor y una sensibilidad más cercana con las amenazas de los países mediterráneos. No hay que olvidar que lo que aquí pase, subirá hacia el norte, más tarde o más temprano.
Llevamos tiempo diciendo que la guerra de Ucrania ha cambiado la percepción de la defensa y que 'despertó' las conciencias de muchos socios de la OTAN. Es cierto, pero con matices. Lo que no tiene matiz alguno es que la Alianza está reforzando todo el territorio que mira hacia el este. La presencia multinacional ya alcanza desde el Báltico al mar Negro y en esta nueva era de la defensa occidental España ha dado un paso al frente.
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