El PPE logra el retraso del voto sobre Ribera tras un examen bronco en la Eurocámara
Los populares europeos buscan forzar un retraso a la semana que viene la decisión sobre Ribera y el resto de vicepresidentes
El Parlamento Europeo ha cerrado sus audiencias a los candidatos a formar parte de la próxima Comisión Europea con un examen muy bronco a Teresa Ribera candidata a ser vicepresidenta a cargo de Transición Justa, Limpia y Competitiva, con distintos miembros del Partido Popular Europeo (PPE) acusando a la española de ser responsable de la mala gestión de la DANA. Los populares españoles han logrado que el resto de los democristianos europeos retrasen la decisión sobre Ribera, aunque ese movimiento implica que se retrasara la votación sobre los otros cinco vicepresidentes ejecutivos, ya que los partidos de la conocida como "coalición proeuropea", PPE, socialdemócratas (S&D) y los liberales de Renew Europe habían decidido tratar a los seis vicepresidentes como un paquete.
El PP español ya había calentado la audiencia en los últimos días, tratando de convencer al resto del PPE de tumbar a Ribera por su gestión de la DANA. Durante la audiencia los ataques no se han hecho esperar. Dolors Montserrat, portavoz del PP español, ha sido la encargada de lanzar el primer disparo desde la bancada democristiana: “Ha preferido estar escondida para salvar su sillón europea, y por eso estoy segura que la historia y quizás los jueces por su responsabilidad". Esa sombra de posibles consecuencias judiciales por su respuesta a la DANA ha sobrevolado en todo momento la audiencia en las declaraciones populares, y es el elemento central de la estrategia de Génova en Bruselas: lanzar la idea de que si se aprueba a Ribera Von der Leyen corre el riesgo de tener una vicepresidenta con causas judiciales.
Ribera ha evitado a toda costa responder a esas preguntas y se ha limitado a explicar que la semana que viene acudirá al Congreso de los Diputados y abordará el asunto. En un discurso en español, inglés y francés ha señalado su visión sobre clima, energía y competencia, siendo este último elemento con el que menos cómoda se siente la española pero al mismo tiempo siendo la clave del poder de su puesto. Y había muchas posibles preguntas sobre este último punto, como por ejemplo el equilibrio entre cómo potenciar la innovación sin hacer demasiado flexibles las normas de competencia, cómo evitar que abrir la mano con las ayudas de estado no se traduzca en una barra libre para Berlín y París, o cómo usar la normativa europea sobre subsidios extranjeros para evitar que empresas de países terceros destripen desde dentro el mercado interior en determinados sectores. Pero se ha hablado poco de este asunto.
Los críticos con Ribera que no han puesto sobre la mesa la DANA lo que han hecho ha sido cuestionar que ella sea la persona indicada para el puesto. Silvia Sardone, eurodiputada italiana dentro de los Patriotas por Europa (PfE), miembro del partido de Matteo Salvini en Italia, ha llamado “talibana” a Ribera, y criticado que la estrategia de la española puede representar el “suicidio económico de toda Europa”. Motserrat también ha criticado el "radicalismo" de la vicepresidenta del Gobierno en cuestiones climáticas.
Aunque ya se había decidido que la decisión final sobre el paquete de vicepresidentes ejecutivos se retrasara a este miércoles por la mañana, en vez de tomarla el mismo martes por la noche al finalizar las audiencias, este martes a media tarde el PPE confirmaba que su intención era retrasarlo hasta la semana que viene para "calmar las cosas", según explicaban fuentes populares europeas, que aseguraban que ya había un principio de acuerdo en esta dirección. "Si alguien quiere cambiar eso que lo explique", asegura la fuente del PPE. Fuentes de los socialistas europeos niegan que se hubiera decidido ya el lunes por la noche retrasar la decisión una semana.
Tumbar a Ribera sería un ‘casus belli’, pero los populares europeos pueden intentar forzar a que se eliminen algunos elementos de la cartera, quitándole competencias. Creen que el reloj juega a su favor, y que si la decisión se retrasa a la semana que viene tendrán más tiempo para lograr concesiones y Ribera sentirá cada vez más presión por obtener el visto bueno. Fuentes populares ya señalaban desde el principio a que este era el objetivo más realista: recortar el título y poder vender una victoria en España. Raffaele Fitto, candidato italiano para ser vicepresidenta de Cohesión y Reforma, es otro de los que están en la diana, porque liberales y socialistas consideran que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dado un cargo demasiado elevado al miembro de Fratelli d’Italia, un partido que no ha participado en ningún momento de la mayoría que sirvió para elegir a Von der Leyen.
También han sido muy duros con Ribera desde la bancada de Vox. Jorge Buxadé, líder de los de Santiago Abascal en la Eurocámara, ha llegado a despertar ciertos quejas en la cámara cuando ha asegurado que su partido considera que la española debería estar sentada "en un banquillo", para acto seguido señalar al PPE. "O están al lado de Teresa Ribera o de la vida de los españoles”, ha señalado Buxadé, para la sorpresa de algunos eurodiputados, no españoles, que no esperaban que el debate fuera a ser tan bronco.
Mayoría alternativa
En realidad el PPE, si quisiera, podría sacar adelante todo el paquete de vicepresidentes con la conocida como “mayoría alternativa” con los grupos ultraconservadores y de la extrema derecha, ECR, Patriotas por Europa (PfE), que es el grupo de Vox, el partido de Marine Le Pen y Viktor Orbán, y el ENS, el grupo más radical, donde se encuentra la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD). Y podría con esos mismos números derribar a Ribera. Pero aunque los populares europeos ya se han apoyado en ellos para algunas votaciones, como por ejemplo ocurrió con votos sobre Venezuela, una cosa es una resolución puntual, y otra sería poner en pie a la Comisión dependiendo por completo de este grupo de extrema derecha. Sería romper con toda la tradición de la política comunitaria y haría volar por los aires una legislatura que acaba de empezar.
El equilibrio de fuerzas es muy favorable para el PPE. Ningún candidato de Renew o S&D, incluida Ribera, puede salir adelante sin el apoyo de los populares, pero todos los candidatos de los democristianos o que han sido adoptados por ellos, como Fitto, pueden salir adelante sin el apoyo de los socialistas y liberales, apoyándose en su mayoría de extrema derecha. Sin embargo, aunque el PPE pueda salvar la situación votación a votación en el caso de los vicepresidentes, acabaría en un callejón sin salida: al final del proceso el Pleno de la Eurocámara debe aprobar al colegio de comisarios en su conjunto, y aunque hipotéticamente el PPE pudiera lograrlo con su “mayoría alternativa”, sería raro que los elementos más radicales de esos partidos, como el ENS, sin candidatos a comisarios, vayan a dar su apoyo a una Comisión Europea a la que critican duramente de manera permanente. Para que sea una mayoría sostenible, el PPE necesita que el núcleo duro del apoyo venga de S&D y de Renew Europe.
El PP español sabe que la jugada es muy compleja. Que si sus socios europeos estuvieran de acuerdo con ellos y acabaran tumbando a Ribera pondrían en problemas a Von der Leyen y toda la Comisión Europea, una de las más conservadoras de los últimos tiempos. Y aunque los populares españoles expliquen en los pasillos que ellos no le deben nada a Von der Leyen, lo cierto es que la alemana es una política del PPE, y los democristianos europeos no están interesados en absoluto caos. Por eso la apuesta de los españoles es desgastar a la española, también buscando dar algo de cobertura a nivel interno en un momento en el que muchos focos están sobre la actuación de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, y ver qué pasa en los próximos días. Si Ribera sale finalmente aprobada la semana que viene, y admiten que eso puede pasar, al menos lo hará debilitada, o ese es su argumento.
El Parlamento Europeo ha cerrado sus audiencias a los candidatos a formar parte de la próxima Comisión Europea con un examen muy bronco a Teresa Ribera candidata a ser vicepresidenta a cargo de Transición Justa, Limpia y Competitiva, con distintos miembros del Partido Popular Europeo (PPE) acusando a la española de ser responsable de la mala gestión de la DANA. Los populares españoles han logrado que el resto de los democristianos europeos retrasen la decisión sobre Ribera, aunque ese movimiento implica que se retrasara la votación sobre los otros cinco vicepresidentes ejecutivos, ya que los partidos de la conocida como "coalición proeuropea", PPE, socialdemócratas (S&D) y los liberales de Renew Europe habían decidido tratar a los seis vicepresidentes como un paquete.