Dimite el arzobispo de Canterbury por encubrir a un pedófilo acusado de abusar de 100 menores
Justin Welby ha dimitido por las presiones de los obispos por no haber actuado cuando en 2013 conoció un grave caso de abusos infantiles
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, máxima autoridad de la Iglesia Anglicana —por detrás del rey Carlos III— ha presentado este miércoles su dimisión por su fracaso a la hora de prevenir los abusos sexuales llevados a cabo durante décadas por el peor pedófilo de la historia reciente dentro de la institución.
Welby ha admitido que hace 40 años le habían advertido de las preocupaciones sobre John Smyth, un poderoso abogado que dirigía campamentos juveniles cristianos, y que abusó de al menos 115 menores en tres países durante décadas. Controlaba y golpeaba a sus víctimas, infligiendo abusos como 800 latigazos por supuestos delitos menores. El abogado murió en 2018, sin rendir cuentas con la justicia.
En el comunicado de su dimisión, Welby —que compartió campamentos con el poderoso letrado— defiende que cuando en 2013 fue denunciado ante la policía, "creyó equivocadamente que se llegaría a una resolución apropiada". "Es mi deber honrar mis responsabilidades constitucionales y eclesiásticas", matiza. "Espero que esta decisión deje en claro hasta qué punto la Iglesia de Inglaterra entiende seriamente la necesidad de cambio y nuestro profundo compromiso con la creación de una iglesia más segura", añade el texto.
La presión para que presentara dimisión comenzó la semana pasada cuando un informe encargado por el equipo nacional de protección de la Iglesia de Inglaterra y escrito por Keith Makin, exdirector de servicios sociales, reveló que el abuso "prolífico, brutal y horrible" por parte del responsable de los campamentos fue encubierto por "poderosos clérigos evangélicos".
El llamado informe Makin concluyó que el arzobispo posibilitó con su inacción que continuaran los presuntos delitos que cometió durante décadas el ya difunto abogado canadiense John Smyth, a quien se atribuye el abuso sexual, físico y psicológico de más de un centenar de menores en su papel de líder de campamentos cristianos. Se reprocha a Welby que no remitiera inmediatamente el caso a las autoridades cuando conoció de su existencia al asumir el cargo en 2013.
Más de 3.600 personas habían firmado una petición por internet, coordinada por miembros del sínodo o asamblea de la comunión mayoritaria en Reino Unido, donde se pedía la renuncia de Welby de manera inmediata. Se cree que ese promotor de los campamentos, que murió en Suráfrica mientras era investigado por la Policía británica, fue el pederasta más prolífico asociado a la Iglesia de Inglaterra, cuna del anglicanismo en el mundo.
El sacerdote Giles Fraser, víctima de abusos cuando era niño, dijo a la BBC que Welby "había perdido la confianza del clero", mientras que la reverenda Helen-Ann Hartley, obispa de Newcastle, señaló que era necesario tomar medidas urgentes para evitar que se “pierda credibilidad total” de la institución.
El largo proceso para el reemplazo
El informe de Makin, señala que Welby y Smyth estuvieron juntos en varios campamentos de vacaciones cristianos organizados por el Iwerne Trust, entre el verano de 1975 y agosto de 1979, compartiendo hasta en dos veranos el mismo cuarto. El ya ex arzobispo de Canterbury recuerda que quedó "impresionado" por el abogado ante su aparente poder intelectual y personalidad carismática. Sin embargo, defiende que nunca fueron cercanos. Intercambiaron tarjetas navideñas durante varios años, pero lo ve como "habitual para la época".
El informe también dice que Welby recuerda haber "hecho donaciones" a John Smyth para ayudar con su ministerio en Zimbabue, "pero no recuerda los detalles, el momento ni las cantidades". Welby dice que no estaba al tanto de las acusaciones de abuso contra Smyth hasta 2013. Ahora dice que debería haber hecho más para asegurarse de que las acusaciones se investigaran adecuadamente.
Carlos III —que además de jefe de Estado es también máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra— intercambió este mismo martes unas palabras privadas con Welby a través de intermediarios, según informa PA. Estas palabras dieron el visto bueno al proceso de dimisión que siguieron sus ayudantes. Las palabras públicas del rey se reservarán para el momento de la despedida formal.
En cuanto a lo que sucederá a continuación, se espera ahora un largo proceso. Los plazos están por decidir, pero la elección del próximo arzobispo de Canterbury no será rápida. Habrá una comisión que tendrá en cuenta las opiniones de toda la Iglesia de Inglaterra y de la comunión anglicana en general, ya que es un cargo que tiene un papel global como líder de la iglesia anglicana mundial. Luego se formará un comité, y llamarán a las personas para una entrevista. Esto puede llevar hasta seis meses, según BBC.
Antes de la renuncia del arzobispo, cuando se preguntó al premier Keir Starmer sobre la situación, aseguró que, por lo que sabía de las acusaciones, "son claramente horribles en relación con este caso en particular, tanto en su escala como en su contenido, y mis pensamientos, como en todos estos temas, están con las víctimas aquí, a quienes obviamente se les ha fallado muchísimo".
"Es un asunto que, al fin y al cabo, le compete a la Iglesia, pero no voy a eludir el hecho de decir que estas acusaciones son horribles", añadió.
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, máxima autoridad de la Iglesia Anglicana —por detrás del rey Carlos III— ha presentado este miércoles su dimisión por su fracaso a la hora de prevenir los abusos sexuales llevados a cabo durante décadas por el peor pedófilo de la historia reciente dentro de la institución.