Adivina, adivinanza, ¿cuál es el país más antiguo del mundo?: está en Europa y tiene 61 km2
Este pequeño país europeo, el más antiguo del mundo, conserva una historia fascinante y única. Sus tres torres medievales, museos un tanto peculiares y unas vistas impresionantes lo convierten en un destino imprescindible para los turistas
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Seguramente te has preguntado alguna vez por el país más antiguo del mundo. Aunque, a priori, podríamos pensar en grandes países como China, Irak, Grecia o Egipto, este honor lo ostenta un pequeño microestado europeo, que tiene una extensión de tan solo 61 kilómetros cuadrados. Es sorprendente, pero su historia se remonta al año 301 d.C., lo que lo convierte en el estado soberano más antiguo que se ha mantenido sin cambios significativos en su gobierno y fronteras a lo largo de los siglos.
La mayoría de las naciones del mundo han atravesado profundas transformaciones. Algunas, como China y Grecia, nacieron hace miles de años, pero su estructura política y territorial ha cambiado radicalmente. Sin embargo, este pequeño país, incrustado en la península itálica, ha logrado algo que otros no han podido: preservar su independencia y su forma de gobierno a lo largo del tiempo, resistiendo tanto a invasiones como a presiones políticas. La clave de su supervivencia está en una ubicación estratégica y en su política de neutralidad.
Este curioso microestado, conocido como la ‘República Serenísima’, es nada menos que San Marino, que fue fundado por Marinus el Dálmata, un cantero cristiano originario de la isla de Rab (hoy parte de Croacia), quien huyó de las persecuciones romanas y se estableció en el Monte Titano. La comunidad que formó se transformó en una república autónoma, convirtiéndose en un referente de estabilidad en medio de la convulsa historia europea.
Historia de San Marino
Creado oficialmente el 3 de septiembre del año 301 d.C., San Marino ostenta el título del país más antiguo del mundo que ha mantenido su independencia de forma ininterrumpida durante casi dos milenios. Perseguido por su fe bajo el Imperio Romano, Marinus buscó refugio en un lugar aislado y seguro en el corazón de la península itálica. Allí, junto a un grupo de seguidores, creó una comunidad que defendía valores de libertad y paz, sentando las bases de lo que con el tiempo se convertiría en una nación soberana.
Durante la Edad Media, San Marino consolidó su independencia en un contexto geopolítico complejo y dominado por señores feudales y familias poderosas que codiciaban su territorio. La familia Malatesta, gobernantes de la cercana Rímini, intentó varias veces apoderarse de San Marino, pero sus ciudadanos resistieron con determinación. Gracias a alianzas estratégicas, como el apoyo de los Montefeltro de Urbino, y a su situación en el accidentado Monte Titano, el país pudo defenderse y preservar su autonomía. En un momento en el que los Estados italianos eran absorbidos por el poderío de grandes ciudades-estado o potencias extranjeras, San Marino logró mantener su sistema político basado en una república, algo extremadamente raro en esa época.
Otro momento crucial en su historia llegó en el siglo XVIII, cuando Napoleón Bonaparte reconoció la independencia de San Marino durante su campaña en Italia. Impresionado por la firmeza y la neutralidad de la pequeña república, Napoleón incluso ofreció una extensión territorial, oferta que San Marino declinó para evitar complicaciones políticas. Más adelante, en el siglo XIX, el país se convirtió en un refugio para los revolucionarios que luchaban por la unificación italiana, entre ellos Giuseppe Garibaldi. Este apoyo le valió la firma de un tratado de amistad con Italia en 1862, un pacto que consolidó su reconocimiento como Estado soberano y garantizó su permanencia en la historia como un símbolo de perseverancia y estabilidad política.
Qué ver en San Marino
Para los visitantes, San Marino ofrece una experiencia única y pintoresca. Aunque el país es pequeño y se puede recorrer fácilmente en un día, la opción de pasar la noche en San Marino brinda una experiencia más completa, sobre todo para quienes desean conocer mejor su historia y cultura sin prisa. Entre sus puntos más destacados se encuentran:
- Las Tres Torres medievales en el Monte Titano: símbolos icónicos de San Marino, cada una con su particular encanto e historia. Guaita, la más antigua y famosa, destaca por sus impresionantes vistas y es un emblema nacional. Cesta, situada en el punto más alto del monte, alberga el Museo de Armas Antiguas, donde se exhibe una notable colección de armamento histórico. Por último, Montale, la más pequeña, aunque cerrada al público, es visible desde el exterior y representa la fortaleza y resistencia histórica de este microestado.
- Palazzo Pubblico: el edificio de gobierno de San Marino donde se celebran las ceremonias oficiales y eventos importantes.
- Piazza della Libertà: la plaza principal, donde se encuentra la estatua de la Libertad y se realiza el cambio de guardia, una tradición atractiva para los turistas.
- Basílica de San Marino: una iglesia neoclásica que alberga las reliquias de San Marino, el fundador de la república. Es un lugar de gran valor histórico y espiritual para los ciudadanos.
- Museos de San Marino: San Marino cuenta con una interesante variedad de museos que reflejan su historia y cultura. La Galería Nacional destaca por su colección de arte contemporáneo, ideal para los amantes de las expresiones artísticas modernas. El Museo de los Sellos y Monedas fascina a los aficionados a la filatelia y la numismática, con una amplia muestra que ilustra la historia de este pequeño país. Para quienes buscan algo diferente, el Museo de Curiosidades expone objetos y datos insólitos de todo el mundo, mientras que el Museo de Tortura ofrece una visión impactante de instrumentos de tortura antiguos, revelando el lado más oscuro de épocas pasadas.
- Funicular de San Marino: conecta el centro de la Ciudad de San Marino con Borgo Maggiore. Es un trayecto corto, pero brinda vistas panorámicas inigualables del monte Titano y del paisaje circundante.
Este país también es un destino perfecto para los amantes de la cultura y la historia, con museos dedicados a la numismática, la heráldica y el arte contemporáneo. De hecho, todo el centro histórico de la Ciudad de San Marino, junto con el Monte Titano, ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2008.
Cómo llegar a San Marino
San Marino, enclavado en el corazón de la península itálica, no cuenta con aeropuerto ni estación de tren propios debido a su reducido tamaño, pero su acceso desde Italia es sencillo y cómodo. La forma más común de llegar es a través de la ciudad de Rímini, que se encuentra a solo 20 kilómetros y a donde se puede llegar en tren. Desde Rímini, se puede tomar un autobús que realiza varias salidas diarias y conecta en aproximadamente 30 minutos con el centro de San Marino. También se puede alquilar un coche, permitiendo explorar tanto San Marino como la cercana región de Emilia-Romaña
San Marino es el país más antiguo del mundo por haber mantenido su independencia de forma ininterrumpida durante casi dos milenios
Al no pertenecer oficialmente a la Unión Europea, sus fronteras están abiertas y no se requiere visado para ingresar desde Italia. Esto convierte a San Marino en un destino accesible y sin complicaciones para los viajeros que desean descubrir este pequeño país. Este país utiliza el euro como moneda y su idioma oficial es el italiano. Su pequeño tamaño y su proximidad a Italia han permitido una fuerte influencia cultural italiana, reflejada tanto en el idioma como en la vida diaria de sus habitantes. La carretera de acceso ofrece unas vistas espectaculares del Monte Titano y sus torres medievales, permitiendo que los visitantes disfruten del paisaje antes, incluso, de llegar a su destino.
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