Un desastre sureño: por qué Trump ha barrido a Harris en el Cinturón del Sol
Hay una zona del país en la que ya se puede hablar de un fracaso estrepitoso de los demócratas: el Sun Belt, o Cinturon del Sol, que abarca el sur del país
Aunque todavía no ha finalizado el recuento definitivo, todo apunta a que Donald Trump recuperará la Casa Blanca. Sin embargo, hay una zona del país en la que ya se puede hablar de un fracaso estrepitoso de los demócratas: el Sun Belt, o Cinturon del Sol, que abarca el sur del país.
Kamala Harris ha perdido en Georgia y Carolina del Norte; en Arizona, las proyecciones apuntan a otra victoria de Trump; Florida, el antiguo estado clave más poblado de EEUU, es ahora un bastión republicano y Texas se ve más roja que en cualquier punto de la última década. Será necesario contar con las cifras definitivas y los datos demográficos para un análisis más amplio, pero la pregunta del momento es: ¿cómo le ha podido ir tan mal a Harris en el sur?
Florida es el ejemplo más drástico del avance republicano en el sur del país. Barack Obama ganó allí dos veces seguidas en 2008 y 2012 y, por aquel entonces, los demócratas pensaban que la demografía les acabaría favoreciendo y garantizando futuras victorias en el estado. Sin embargo, los republicanos desarrollaron una estrategia sólida de movilización, superándolos en el registro de nuevos votantes y construyendo una coordinación eficaz, en contraste con el desorden en el liderazgo de la rama local del Partido Demócrata, plagada de escándalos.
La llegada de Trump en 2016 marcó el giro definitivo en Florida. Su crítica implacable a los regímenes de Cuba y Venezuela resonó profundamente entre los cubanoestadounidenses y permitió al Partido Republicano captar este electorado clave. La pandemia fue el otro gran punto de inflexión: entre 2020 y 2022, cerca de medio millón de personas, en su mayoría californianos y neoyorquinos conservadores, migraron hacia Florida, atraídas por las políticas anti-confinamiento del gobernador Ron DeSantis. Lo que parecía un terreno demográficamente favorable para los demócratas se transformó territorio hostil.
El resultado es desolador para los demócratas: en estas elecciones, la práctica totalidad de los condados de Florida se han lanzado aún más a la derecha. En los grandes condados urbanos, el cambio ha sido especialmente drástico: Miami-Dade, el antiguo bastión demócrata por excelencia, ha registrado un giro de 19 puntos hacia los republicanos, con Trump ganando por 11 puntos.
Hoy, más que nunca, Florida es el estado más emblemático del trumpismo. Uno que funciona como laboratorio de las políticas más conservadoras del Partido Republicano. Bajo el liderazgo de DeSantis, el Gobierno estatal ha impulsado leyes que restringen la enseñanza de temas como el racismo y la justicia social en las escuelas. También ha conseguido que un referéndum sobre el derecho al aborto celebrado este mismo martes tuviera un requisito del 60% para triunfar, condenándolo al fracaso.
Pero el fracaso demócrata se ha extendido por el sur del país, mucho más allá de Florida. Desde el apresurado inicio de la campaña de Harris, sus dos mayores problemas a la hora de medirse con Trump quedaron claro en las encuestas: la inmigración y la economía. Dos asuntos que cuentan con especial peso en los estados del sur.
En 2021, apenas dos meses después de asumir el cargo, Joe Biden asignó a Harris una misión: ayudar a reducir la migración desde Centroamérica trabajando con países como El Salvador, Guatemala y Honduras. Era una tarea diplomática que consistía en buscar maneras de mejorar las condiciones de vida para atacar las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la violencia y la corrupción. Sin embargo, los republicanos rápidamente la etiquetaron como la "zar fronteriza" de la administración, colocándola en el centro de la controversia por la crisis migratoria en la frontera.
Esa etiqueta acabaría dañando su imagen considerablemente. Ese mismo año, las detenciones en la frontera sur se dispararon, pasando de menos de medio millón a 1.66 millones y alcanzando un récord de 2.21 millones en 2022. En 2023 los números se mantuvieron elevados con 2.05 millones y solo este año, después de que Biden tomara medidas drásticas bastante similares a las de la administración Trump (como un veto a las solicitudes de asilo), han comenzado a descender drásticamente.
El impacto de estos tres años persiste, con una crisis humanitaria del otro lado de la frontera y la sensación generalizada entre una parte considerable de los votantes del país, sobre todos los que lo han vivido más de cerca, de que la administración Biden fracasó. Y con él, su ‘zar fronteriza’, aunque el papel de Harris nunca tuvo nada que ver con la gestión de la frontera, una tarea que corresponde enteramente al Departamento de Seguridad Nacional.
A esto se suma que la inflación durante la era Biden ha afectado con mayor dureza a las ciudades en rápido proceso de expansión, muchas de ellas ubicadas en el Sun Belt, en estados como Texas, Arizona y Florida. Desde el inicio de la pandemia, propulsado por la creciente migración interna desde las costas y hacia el sur, el precio promedio de una casa en Phoenix, la capital de Arizona, aumentó un 50%, alcanzando los 470.000 dólares (440.000 euros). Los salarios, mientras tanto, no han podido seguir el ritmo del costo de vida y los alquileres se han disparado.
La inflación ha generado un profundo malestar entre los votantes de clase trabajadora, incluso aquellos que en el pasado apoyaron con lealtad a los demócratas, como latinos y afroamericanos, que forman uno de los segmentos del electorado que más ha crecido en el Sun Belt. Durante la campaña, Harris había propuesto políticas ambiciosas, como la construcción de tres millones de viviendas en los próximos cuatro años y un crédito fiscal de 25.000 dólares para compradores primerizos. Sin embargo, el plan no parece haber captado mucha atención en la recta final de la campaña, quizás percibido como una promesa electoral más, destinada a quedar sin cumplir.
Aunque todavía no ha finalizado el recuento definitivo, todo apunta a que Donald Trump recuperará la Casa Blanca. Sin embargo, hay una zona del país en la que ya se puede hablar de un fracaso estrepitoso de los demócratas: el Sun Belt, o Cinturon del Sol, que abarca el sur del país.