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¿Harris o Trump? Qué dicen las encuestas sobre el próximo presidente de Estados Unidos
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La foto 'finish'

¿Harris o Trump? Qué dicen las encuestas sobre el próximo presidente de Estados Unidos

Esta elección ya ha pasado oficialmente a la historia como la más ajustada en las encuestas de la que se tienen registros, con una estabilidad tan alta en torno al empate que resulta hasta sospechosa

Foto: El candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump, y la candidata demócrata, Kamala Harris. (Reuters/Evelyn Hockstein/Octavio Jones)
El candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump, y la candidata demócrata, Kamala Harris. (Reuters/Evelyn Hockstein/Octavio Jones)

El gran día ha llegado. Hoy culminan las elecciones de Estados Unidos y las encuestas muestran la misma realidad que ha definido los dos últimos meses de campaña: Kamala Harris y Donald Trump llegan a las urnas totalmente empatados. La diferencia en los principales promedios de sondeos del país muestran, en la mayoría de los casos, una ventaja mínima de la candidata demócrata en el voto popular, pero el Colegio Electoral que decide quién llega a la Casa Blanca tiene un sesgo que favorece a los republicanos. La diferencia es, por lo tanto, irrelevante. Nadie tiene la más mínima idea de quién ganará esta noche.

Esta elección ya ha pasado oficialmente a la historia como la más ajustada en las encuestas de la que se tienen registros. La estabilidad en casi todos los sondeos, ya sea a nivel nacional o en los estados clave, ha sido tal que ha llevado a múltiples sospechas y análisis sobre la posibilidad de un error sistémico por parte de las encuestadoras del país. La posibilidad de sorpresas en cuento los estados comiencen a hacer públicos los resultados es altísima, con variaciones inesperadas que pueden ir en cualquiera de las dos direcciones.

Gran parte de esa incertidumbre se debe a que, en el ciclo electoral actual, la cantidad de estados clave se ha reducido al mínimo histórico, pasando de 12 en 2016 y 10 en 2020 a solo tan siete. Esta disminución implica que cada uno de estos territorios, donde los resultados pueden depender de un margen muy estrecho de votos, desempeñará un papel decisivo en el futuro de Estados Unidos. Por lo tanto, el anuncio del ganador en cada una de las entidades tendrá un impacto dramático en el desenlace electoral.

El camino más directo para que Harris se imponga pasa por asegurar los tres estados clave del conocido como Rust Belt: Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Los dos primeros han mostrado cierta inclinación hacia la candidata demócrata en las encuestas, pero en el tercero, la contienda es un empate casi total. Trump, por su parte, mantiene cifras algo más favorables en el sur, especialmente en Arizona, pero ni siquiera ganando esos cuatro estados le bastaría: para llegar a la Casa Blanca necesita, sí o sí, conquistar al menos uno de estos territorios del norte.

La consecuencia de este margen tan ajustado es que pequeñas diferencias que escapan a la mayoría de las encuestas pueden alterarlo todo. ¿La participación de las mujeres sube 5 puntos porcentuales este año, motivada por el derecho al aborto? Es probable que Harris sea la vencedora. ¿Un 8% de los votantes afroamericanos y latinos deja de apoyar a los demócratas? Trump tiene todas las de ganar. ¿Un cambio notable en las preferencias de los ciudadanos mayores de 65 años? Harris triunfa. ¿De los jóvenes? Trump, presidente. ¿Votan más de lo normal en los suburbios? Harris. ¿En las zonas rurales? Trump.

En un día como hoy, cuando las redes y columnas de opinión se saturan de predicciones, hay una certeza que sobresale: no hay pruebas suficientes para afirmar que algún candidato sea el favorito. En el Estados Unidos más polarizado desde la Guerra Civil, el desenlace depende, una vez más, de un puñado de votos.

El gran día ha llegado. Hoy culminan las elecciones de Estados Unidos y las encuestas muestran la misma realidad que ha definido los dos últimos meses de campaña: Kamala Harris y Donald Trump llegan a las urnas totalmente empatados. La diferencia en los principales promedios de sondeos del país muestran, en la mayoría de los casos, una ventaja mínima de la candidata demócrata en el voto popular, pero el Colegio Electoral que decide quién llega a la Casa Blanca tiene un sesgo que favorece a los republicanos. La diferencia es, por lo tanto, irrelevante. Nadie tiene la más mínima idea de quién ganará esta noche.

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