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Cortejando a las mujeres blancas: Harris necesita hacerse con esta demografía clave que se inclinó por Trump
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"¡Trump siempre dice que Louisiana le ama!"

Cortejando a las mujeres blancas: Harris necesita hacerse con esta demografía clave que se inclinó por Trump

El voto de las mujeres es determinante. Desde que algunos feudos republicanos prohibiesen el derecho al aborto, muchas mujeres conservadoras se plantean optar por Harris. "Estoy asustada", dice una joven sureña

Foto: 'Make America Great Again'. (A.F.)
'Make America Great Again'. (A.F.)
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"¿Cuál es tu nombre? Oh, aquí estás", dice una vocal de una mesa electoral en el Civic Center, uno de los puntos de votación de una pequeña localidad de 13.000 habitantes del estado de Luisiana. La mujer es la encargada de tachar de la lista los nombres de los que acuden para ejercer su derecho al voto. Está diluviando, pero el mal tiempo no ha impedido que decenas de personas hagan fila en la puerta. Llegan, buscan la mesa que les corresponde, enseñan un ID o carné de conducir y se cuelan tras unas cortinas granates para votar. "De esta forma nadie sabe a quién han votado", explica a este diario uno de los responsables. "Mi trabajo es abrirles las cortinas y asegurarme de que nadie vota dos veces", continúa.

Estamos en un feudo republicano por excelencia, y no va a cambiar en estas elecciones: poco a poco, van accediendo al interior del centro con paraguas, chubasqueros y alguna que otra camisa con la bandera americana. La mayoría de votantes supera los 50 años y, muchos, mujeres. Agudizando un poco el ojo, puede encontrar algún que otro votante demócrata en la fila. Una joven de 21 años accede a charlar con El Confidencial a cambio de mantener su anonimato. "Pero en bajito", dice.

—¿Qué sensaciones tienes para estas elecciones?

—Pues estoy asustada.

—¿Por qué?

—Bueno… a las mujeres nos están quitando todos los derechos. Si yo ahora quiero abortar, me tengo que cambiar de estado y tendría que dar explicaciones sobre mi decisión. Lo que me da miedo es que vaya a peor.

placeholder Una de las mesas electorales. (A.F.)
Una de las mesas electorales. (A.F.)

Una de las grandes esperanzas del partido demócrata radica en el voto femenino. En 2022, el Tribunal Supremo suspendió la protección estatal de este derecho reproductivo y abrió la puerta a que cada estado legislase por su cuenta sobre el derecho al aborto. Muchos de los feudos republicanos, como Florida, Texas, Luisiana, Arkansas o Missouri optaron por restringirlo gravemente. Aquí, una mujer que necesite acceder a un aborto deberá viajar más de 800 kilómetros hasta la frontera de Kansas. El resto de clínicas abortivas a la redonda han desaparecido: o bien han cerrado sus puertas, o bien han dejado de ofrecer este servicio.

Esta restricción en derechos reproductivos ha provocado que muchas mujeres, hasta ahora republicanas, se planteen el voto a Kamala Harris. Así lo confirman los expertos. "La tendencia ahora es que las mujeres se inclinan con más fuerza por los demócratas y esto empezó con las restricciones del aborto", explica Joshua Blank, director de Investigación del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Texas, a El Confidencial.

Esto no significa que la brecha de género sea nueva. De hecho, siempre ha estado muy presente en las elecciones estadounidenses. Las mujeres tienden a votar más a los azules y solo optaron más por los republicanos cuando las opciones fueron Nixon y Reagan. La diferencia con los comicios de 2024 es que se pronostica que esa brecha sea todavía mayor.

placeholder Cuando un elector vota en Louisiana, le dan una pegatina con un cangrejo. (A.F.)
Cuando un elector vota en Louisiana, le dan una pegatina con un cangrejo. (A.F.)

El quid de la cuestión es, ¿votarán también las mujeres republicanas por Harris? "Espero que sí", dice Sheryl, una mujer negra de 67 años residente en el estado de Virginia, aunque con raíces sureñas. Su tatarabuelo, un hombre blanco y dueño de un campo de algodón en Luisiana, tuvo descendencia con una de sus esclavas negras. Generaciones después, nació Sheryl.

"Trump odia a las mujeres. Solo hay que ver cómo trata a su esposa. Para mí es el anticristo. Cuando en el mitin dijeron que Puerto Rico era un trozo de basura... perdóname, pero la basura es la persona que puede convertirse en presidente. No me encanta Kamala, pero por lo menos parece que tiene un poco de respeto por los seres humanos. Si hubiera habido más mujeres presidentas en la historia americana, no habríamos llegado a este punto. Espero que todas las mujeres y la población joven salga a votar. Es la única forma de parar a Trump".

Los demócratas confían en que el secreto del voto pueda abrir la puerta a esas mujeres de familias republicanas. Y así han lanzado una serie de spots electorales en esa línea. Dentro de esas cortinas granates de los centros de votación, nadie puede adivinar a qué candidato has elegido. Lo que pasa en la cabina de voto, se queda en la cabina de voto. "Muchas mujeres no tienen voz en sus hogares por sus maridos. Yo espero que en su casa diga que han votado a Trump, pero que dentro de la cabina hayan optado por otra opción", continúa Sheryl.

La cuestión de las mujeres blancas

Lo cierto es que hay muchas mujeres blancas que defienden las políticas conservadoras del partido republicano. En las elecciones de 2016, el 47% de las mujeres blancas votaron por Trump, frente al 45% que votó por Hillary Clinton. En 2020, el 53% de las mujeres blancas votaron por Trump, frente al 46% que votó por Biden.

Ashley, de 26 años, es una de ellas. Para ella, ni el Gobierno ni los demócratas son gente de fiar. Así lo demostró al acudir el pasado sábado a un encuentro con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, vestida con una camiseta donde podía leerse Make America Great Again. Fue acompañada de su madre, que también llevaba todo el merchandising republicano en la gorra y camiseta.

"¡Trump siempre dice que Luisiana le ama!", dijo Mike Johnson en aquel encuentro. "¡Amén!", corearon todos los presentes.

placeholder Votantes republicanas llenas de merchan. (A.F.)
Votantes republicanas llenas de merchan. (A.F.)

En términos generales, "ellos se inclinarán más por el partido republicano y ellas por Kamala Harris", continúa Blank. Echando un vistazo a los datos de participación desde el año 2000, las mujeres han acudido más a las urnas que ellos. Solo en los últimos comicios de 2020, el porcentaje de mujeres que ejerció su derecho al voto fue un 3,5% mayor que los hombres. No todas votan igual. La raza, el nivel educativo y la edad también son factores determinantes a la hora de analizar como votan las mujeres en Estados Unidos.

También se aprecia un cambio en la evolución entre mujeres blancas, negras y latinas. Estas últimas son las que menos acuden a los colegios electorales, a pesar de que en 2020, el porcentaje de participación aumentó un 6% con relación a los comicios anteriores. Las mujeres blancas son, especialmente desde 2016, las que más ejercen su derecho al voto. Entre 2008 y 2016, fue la población femenina afroamericana la que batió todos los récords, superando a las blancas con más de 7% puntos porcentuales en algunas elecciones. La figura de Obama como primer candidato negro a la presidencia motivó con creces su participación. Tanto, que el demócrata consiguió asentarse en la Casa Blanca durante dos legislaturas.

La llegada de Donald Trump volvió a cambiar el tablero de juego. El republicano impulsó de nuevo la participación de las mujeres blancas y, desde entonces, son las que más acuden a las urnas. Este perfil tiende a ser republicano, conservador y ubicado en los feudos rojos del país. Si analizamos los datos desde 1964, las mujeres blancas siempre han tendido a votar al partido republicano con grandes márgenes de diferencia. Por ejemplo, en 1972, el apoyo femenino a Nixon fue rotundo —el candidato recibió un 35% más de votos que su rival demócrata—.

Un ejemplo de este perfil es Joanna, una mujer blanca de 41 años que reside en una pequeña ciudad del centro de Luisiana. "Espero que salga Trump", relata a este diario. "Estoy cansada de que los inmigrantes ilegales vengan a este país", continúa. Sobre el aborto, la mujer señala que está "en el medio" porque no lo "defiende al 100%", pero sí está de acuerdo en que se interrumpa el embarazo en caso de "violación". En cualquier caso, la derogación del Roe v. Wade no es, ni de lejos, razón suficiente para cambiar el sentido de su voto. "Y no creo que Trump sea idóneo, pero es el mejor de los dos demonios", sentencia.

Las blancas solo han apostado más por el partido demócrata en cinco ocasiones. La última de ellas fue en 2020, donde las mujeres blancas optaron más por Joe Biden que por Donald Trump. "Lo que estoy es asustadísima", reseña Jen, otra de las pocas mujeres demócratas de Luisiana. Tiene 73 años y considera que la cuestión del aborto fue un punto de inflexión en la percepción de la política de muchas mujeres. "Solo en Texas han muerto tres mujeres por esto. Eran casos de embarazos de riesgo y los médicos se negaron a practicarles un aborto. El resultado fue que las perdimos", relata a este diario.

placeholder Una señal que indica el centro de votación. (A.F.)
Una señal que indica el centro de votación. (A.F.)

En cuanto a la edad, son las mayores de 65 años son las que más ejercen su derecho. En 2004 —aquellos comicios que llevaron a George W. Bush a la Casa Blanca—, era la franja entre 45 y 64 años la que más iba a votar. Esto demuestra cómo el voto femenino ha ido envejeciendo en las dos últimas décadas. Quienes menos escogen papeleta siguen siendo las más jóvenes.

En 2020, apenas un 55,9% de las mujeres entre 18 y 24 años fue a votar. Y es esta franja de edad la que se posiciona más con el partido demócrata. Las universitarias han sufrido en los últimos 30 años un giro hacia la izquierda y obtuvieron el margen de voto más amplio respecto al voto republicano en las primeras elecciones de Obama en 2008. ¿El problema? Que la experiencia hace presagiar que su participación será minúscula. "Las chicas jóvenes son las que menos tendencia tienen a ir a votar", continúa Blank.

"¿Cuál es tu nombre? Oh, aquí estás", dice una vocal de una mesa electoral en el Civic Center, uno de los puntos de votación de una pequeña localidad de 13.000 habitantes del estado de Luisiana. La mujer es la encargada de tachar de la lista los nombres de los que acuden para ejercer su derecho al voto. Está diluviando, pero el mal tiempo no ha impedido que decenas de personas hagan fila en la puerta. Llegan, buscan la mesa que les corresponde, enseñan un ID o carné de conducir y se cuelan tras unas cortinas granates para votar. "De esta forma nadie sabe a quién han votado", explica a este diario uno de los responsables. "Mi trabajo es abrirles las cortinas y asegurarme de que nadie vota dos veces", continúa.

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