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La penúltima línea roja: ¿qué papel pueden tener los norcoreanos que luchan por Rusia?
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Soldados del '11 Ejército' norcoreano

La penúltima línea roja: ¿qué papel pueden tener los norcoreanos que luchan por Rusia?

Estados Unidos admitió la llegada de "una primera tanda" de al menos 3.000 soldados norcoreanos que ya estarían entrenándose en combate en suelo ruso y serán enviados a Kursk

Foto: Jóvenes en Corea del Norte firman peticiones para enlistarse en el ejército. (KCNA)
Jóvenes en Corea del Norte firman peticiones para enlistarse en el ejército. (KCNA)
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Si pensábamos que era imposible asomarse a la mente de Vladímir Putin e intentar leer, como en los posos de té, los mecanismos lógicos (o ilógicos) que llevaron a finalmente la invasión a gran escala de Ucrania, Kim Jong-un es aún más oscuro.

Desde una de sus nueve residencias en Pyongyang y rodeado de un círculo fluctuante, el líder norcoreano ha dirigido una nación aislada, con el obvio interés de la vecina Corea del Sur, pero poco más. Después de todo, la Corea del Norte de los Kim era un Gobierno paria internacional, sin nadie a quien poder llamar aliado de igual a igual y dependiente de una reticente China y contactos históricos, pero oxidados en Rusia, que nunca los protegieron de sanciones internacionales en Naciones Unidas.

Sin embargo, la atascada invasión rusa de Ucrania ha cambiado las tornas, resucitado al paria por excelencia y reactivando conceptos geopolíticos apolillados: Corea del Norte se ha convertido en un actor clave de la hermandad Moscú-Teherán-Pyongyang frente a un Occidente colectivo que solo asiste con sorpresa a cada nuevo movimiento.

El último, uno inédito en la historia reciente: el envío —ya comprobado— de miles de tropas a luchar junto a los soldados rusos. Corea del Norte fue el primero de los dos únicos países que reconoció la anexión de las cuatro provincias ucranianas parcialmente ocupadas en otoño de 2022, pero el apoyo podía haberse quedado ahí, agitando el puño desde el púlpito. Podía haberse quedado en esos millones de proyectiles de artillería, que agotan las líneas ucranianas, pero que despejan así los abarrotados arsenales norcoreanos. Podría haberse quedado en los misiles balísticos. Pero no: por primera vez en la historia del régimen norcoreano tras el armisticio, Pyongyang ha enviado varios contingentes de soldados de infantería a luchar en una guerra extranjera.

Foto: Artilleros del Ejército ucraniano apuran el café antes de salir en misión para disparar sobre posiciones rusas. Foto: Fermín Torrano.
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Este viernes, Estados Unidos admitió la llegada de "una primera tanda" de al menos 3.000 soldados norcoreanos que ya estarían entrenándose en combate en suelo ruso. Según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, serán enviados a Kursk. Ese mismo día, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que las primeras tropas rusas llegarán al frente en Kursk el domingo o este mismo lunes. Es "un movimiento claramente escalatorio", aseguró, y exhortó a los líderes mundiales a ejercer una "presión tangible" sobre Moscú y Pyongyang.

El problema es que Estados Unidos no tiene ninguna capacidad de presión directa sobre Pyongyang.

Décadas siendo víctima de las sanciones más estrictas, Corea del Norte ha conseguido sobrevivir al aislamiento y las crisis económicas. El 15 de octubre, voló las carreteras que conducían al sur. Desde enero de este año, Corea del Norte ya había cortado comunicaciones civiles con Seúl y declarado su renuncia a un proceso de reunificación pacífica de las coreas. Kim declaró que Corea del Sur es "el principal enemigo" y sus ciudadanos ya no deben ser vistos como "compatriotas". "Las expresiones mitad norte y unificación pacífica y gran unidad nacional deben ahora ser eliminadas de nuestra Constitución". Señales de preparación para algo.

Foto: El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. (KCNA/YNA/dpa)

Todo ante los ojos de un impotente EEUU. Funcionarios estadounidenses afirmaban hace unos días al New York Times que Corea del Norte ha estado ignorando todas las tentativas de establecer líneas de comunicación desde la llegada de Biden al poder. La Casa Blanca ha extendido repetidamente ofertas públicas para la negociación con Corea del Norte "en cualquier momento y sin condiciones previas", solo para recibir el absoluto silencio por parte de Kim Jong-un.

Ante este movimiento, que parece haber pillado de sorpresa a los estadounidenses, algunos dentro de Washington se encogían de hombros, asegurando que solo "demuestra la debilidad de Rusia", que sufre un agudo problema de reclutamiento. "Es un error verlo así. Aunque este arreglo demuestra una vez más que la guerra no está yendo como Rusia inicialmente quería, es más una solución práctica que una simple debilidad", afirma Emil Kastehelmi, analista del grupo de investigación con sede en Finlandia Black Bird.

"Los soldados norcoreanos deben ser vistos como una continuación pragmática de la cooperación previa [entre ambos países], y como recursos adicionales que reducen la presión sobre sus tropas. Alguien tiene que morir en el campo de batalla y, desde el punto de vista ruso, por supuesto que es mejor que ese alguien no sea ruso", continúa el analista, en entrevista con El Confidencial.

'Storm Corp', soldados de asalto

Los soldados enviados por Kim Jong-un a Rusia en esta primera tanda serían soldados de élite de la unidad 'Undécimo Ejército', conocidos como 'Storm Corps' (cuerpo de tormenta, en español, una denominación habitual para tropas de asalto de infantería). Según la inteligencia surcoreana, este 'Undécimo Ejército' estaría entre las unidades mejor entrenadas y equipadas de Corea del Norte. Se estima que los 'Storm Corps' cuentan con entre 40.000 y 80.000 soldados, divididos en diez brigadas.

"No son soldados norcoreanos comunes, de los que la mayoría nunca recibe un entrenamiento de combate adecuado", explicaba Go Myong-hyun, investigador del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional de Corea del Sur en Seúl, citado por el Financial Times. "Son infantería ligera móvil, bien equipados y altamente entrenados".

Las tropas norcoreanas son pocas para cambiar a corto plazo el curso de la guerra, pero los rusos podrían centrarse en objetivos estratégicos

Estas tropas, ya en Rusia, habrían recibido uniformes, armas e identificaciones para encubrirlos como buriatos y yakutos, minorías étnicas de Siberia con características físicas similares a las de los coreanos. Algunos de estos procesos han sido grabados en vídeoluego autentificados por el Washington Post—, que localiza al menos dos de ellos en la base militar rusa de Sergeevka, en la Rusia más oriental.

Corea del Sur detectó buques de la Flota del Pacífico trasladando a las fuerzas especiales norcoreanas a Vladivostok, para luego presumiblemente ser trasladadas a Sergeevka. Esta base, cercana a la frontera con Corea del Norte, ha sufrido una serie de obras en los últimos meses, según muestran imágenes de Maxar Satellite: han aparecido nuevas instalaciones y, sobre todo, se han construido trincheras de entrenamiento. Parecería poco probable unas obras así para un único contingente de entre 3.000 (EEUU) o 12.000 (que estima Ucrania) que, además, ya habría sido desplegado.

En un vídeo, soldados norcoreanos vestidos con camuflaje ruso, cargando mochilas y rifles, pasan rápidamente junto a una cerca.

—Ahí van, —dice una voz en ruso.

—Eh, no deberíamos filmarlos, —advierte otra.

—Hay millones de estos aquí ya —responde el primero, algo hiperbólico.

"El despliegue de tropas de Corea del Norte indica que ya no es un conflicto que tenga poco que ver con Corea del Sur"

Incluso siendo miles, las tropas norcoreanas son pocas para cambiar de la noche a la mañana el curso de la guerra, en la que se calcula que Rusia puede llegar a perder, entre muertos y heridos, unos 1.500 soldados al día. Podrán, sin embargo, permitir a los rusos centrarse en sus objetivos estratégicos de la conquista del Donbás y hacer a Ucrania demasiado costoso mantener su control del pequeño saliente de tierra rusa que controla en Kursk.

Pero, moral y geopolíticamente, el movimiento es brutal. La ayuda de Corea del Norte que realmente se ha convertido en pulmón para Rusia han sido los millones de proyectiles de artillería que ha ido mandando desde el año pasado. Según estimaciones, la mitad de todos los proyectiles de artillería que ha utilizado Rusia este año para limar las defensas ucranianas y hacerle perder pie en Donetsk venían de Corea del Norte. Mientras tanto, Europa no ha sido capaz de cumplir sus compromisos en cuanto a la munición y Estados Unidos arrastra los pies con la defensa antiaérea. El envío de tropas de la OTAN, aunque sea para entrenamiento o defensa de fronteras, parece estar fuera de la mesa.

La penúltima línea roja y la guerra 'proxy'

Y, sobre todo, la línea roja de tropas extranjeras desplegadas por orden de un gobierno. La enésima que se cruza en Ucrania y que empuja cada vez más a un conflicto internacional. "Ucrania se está convirtiendo en un campo de batalla 'proxy' para las tensiones en la península de Corea", titulaba un análisis del think tank Carnegie.

En Seúl ha habido un terremoto. "El despliegue de tropas de Corea del Norte indica que la guerra en Ucrania ya no es un conflicto que tenga poco que ver con Corea del Sur", afirmaba el Korea Times en su editorial.

Aunque un gran productor mundial de armas —el noveno más grande del mundo con ventas por valor de 14.000 millones de dólares el año pasado—, tiene por política no proporcionar armamento letal a países que están en guerra. Como Ucrania. Hasta el momento, Corea del Sur ha limitado su asistencia a reabastecer los suministros estadounidenses de artillería de 155mm enviados a Ucrania.

¿Por qué está tan preocupada Corea del Sur? Corea del Norte estaría ganando desde dinero a experiencia en combate real

Pero ahora está cambiando la marea. La semana pasada, un funcionario presidencial afirmó que Seúl está ya considerando enviar armas defensivas a Kiev "y, si se supera un umbral, podríamos también considerar armas ofensivas". Eso podría significar, además de munición, obuses y sistemas antimisiles. También podría significar armamento surcoreano acabando con soldados norcoreanos a miles de kilómetros del Paralelo 38.

¿Por qué está tan preocupada Corea del Sur? A corto plazo, Corea del Norte estaría ganando mucho de su alianza con Rusia, desde dinero, experiencia en combate real para sus tropas, combustible y el know-how del desarrollo de nuevo armamento militar, a un hueco en el panteón de los que tienen algo que decir en la geopolítica. Pero, a largo plazo, el objetivo podría ser asegurar un compromiso ruso de que intervendrá a su favor en cualquier conflicto en la península coreana, si llegara a suceder. Después de todo, es lo que incluía el tratado de Defensa entre Rusia y Corea del Norte, firmado en junio, que establecía ayuda mutua en caso de "agresión".

Si pensábamos que era imposible asomarse a la mente de Vladímir Putin e intentar leer, como en los posos de té, los mecanismos lógicos (o ilógicos) que llevaron a finalmente la invasión a gran escala de Ucrania, Kim Jong-un es aún más oscuro.

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