El partido conservador japonés lleva décadas en el poder. En estas elecciones le tiemblan los pies
Solo el 22,9% de los votantes afirma estar dispuesto a apoyar a candidatos opositores en los distritos de un solo escaño, frente a un 28,5% que votará por candidatos del Partido Liberal Democrático
A pesar de los bajos niveles de aprobación del gobierno de Kishida, el Partido Democrático Constitucional de Yoshihiko Noda sigue sin conquistar a los votantes de cara a las elecciones generales del 27 de octubre, mientras que las fuerzas gubernamentales intentan romper la tendencia.
El Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio de coalición, el partido budista ultraconservador Komeito, enfrentan un desafío este domingo en las elecciones generales de Japón, donde intentarán mantener su control sobre la Cámara de Representantes. A lo largo de los 12 días de campaña, 1.344 candidatos han luchado por obtener uno de los 465 escaños, en un sistema en el que cada votante emite dos votos: uno para un candidato en distritos de un solo escaño y otro para elegir un partido en representación proporcional.
Pese al descontento generalizado y los niveles históricos de desaprobación del Gobierno de Fumio Kishida, la oposición, encabezada por el Partido Democrático Constitucional (PDC) de Yoshihiko Noda, parece incapaz de capitalizar la situación. Noda ha atacado duramente al flamante líder de los conservadores, el actual primer ministro Shigeru Ishiba, acusándolo de usar estas elecciones para desviar la atención pública del escándalo de fondos políticos que ha salpicado al PLD. Sin embargo, las cifras actuales favorecen claramente al oficialismo.
Aunque el PLD y Komeito tienen una cómoda mayoría de 288 escaños, Noda sueña con romper esta hegemonía, confiando en que las críticas al primer ministro por su gestión y el escándalo pesen más que los resultados de los sondeos. Pero las encuestas no reflejan un cambio significativo. Según un estudio de Kyodo News, el 26,4% de los encuestados planea votar por el PLD, mientras que solo un 12,4% apoya al PDC. Komeito cuenta con un respaldo del 6,4%, mientras que una gran porción del electorado, el 33,2%, se muestra indeciso.
El desafío para Noda y la oposición es significativo: solo el 22,9% de los votantes afirma estar dispuesto a apoyar a candidatos opositores en los distritos de un solo escaño, frente a un 28,5% que votará por candidatos del PLD. Con un 46,6% de los encuestados aún indecisos en las circunscripciones clave, el resultado podría depender de cómo se movilice este electorado en los días finales de la campaña. Para Noda, desmentir las encuestas será la única manera de aspirar a un cambio en la política japonesa, aunque el PLD sigue siendo el gran favorito para revalidar su mayoría.
El profesor de la Universidad tokiota de Soka, Fuminobu Okabe, explica a El Confidencial que a pesar de que serán unos comicios muy disputados, "será poco probable que el número combinado de escaños del PDC y de otros partidos de la oposición alcance la mayoría". A pesar de ello, el académico cree que el número total de escaños que podrían perder los partidos gubernamentales podría estar alrededor de los 50, cosa que podría dar opciones a la oposición.
"Al colocar a Ishiba se quería aprovechar su popularidad. Se convocaron elecciones para evitar la pérdida de escaños"
Según Okabe, "los altos dirigentes del PLD calcularon que nombrar a Shigeru Ishiba, popular entre el público, como presidente del partido y primer ministro, suavizaría las críticas hacia el PLD". Además, estos altos dirigentes "lo consideraban más fácil de controlar, ya que Ishiba cuenta con pocos aliados dentro del partido. Así pues, la estrategia era colocar a Ishiba en estos puestos clave para aprovechar su popularidad antes de que disminuyera, disolver la Cámara de Representantes y convocar elecciones generales, con el objetivo de minimizar cualquier pérdida de escaños para el PLD", revela el académico.
Las altas esferas del PDL, según el profesor de la universidad de Soka, calculan que "si el PLD logra al menos una mayoría en las elecciones generales, los líderes del partido seguirán controlando a Ishiba por la puerta de atrás y restaurarán el antiguo sistema del PLD, pero si el partido pierde una cantidad significativa de escaños a pesar de la popularidad de Ishiba, esos mismos líderes lo responsabilizarán por el fracaso y buscarán destituirlo como primer ministro". "Esto significa que, en lugar de mantener a Ishiba, a quien consideran poco útil, designarán a un político más manejable y también popular entre el electorado japonés, como Koizumi, para ocupar el cargo de primer ministro!, asegura Okabe.
Así pues, según Okabe "el pueblo japonés ya percibe con claridad que detrás de estas elecciones generales anticipadas forzadas se esconden las intenciones y cálculos estratégicos de los principales líderes del PLD". "Es probable que el PDC y otros partidos de la oposición logren aumentar su número de escaños en estos comicios, sin embargo, no parece que tengan la fuerza suficiente para competir de manera efectiva con el PLD, que cuenta con un sólido apoyo estructural, especialmente en las zonas rurales. Por tanto, es posible que la suma de los escaños de la oposición no alcance para formar una mayoría", admite.
Según el académico, "la gente, en general, no tiene grandes expectativas ni mucha confianza en el PDC ni en otros partidos de la oposición". "Es cierto que muchos valoran la honestidad y la seriedad de Yoshihiko Noda, quien ha sido reelegido como líder del PDC, pero no obstante, el partido nació de la fusión de varias formaciones políticas pequeñas y los conflictos ideológicos dentro del partido a menudo se mantienen ocultos", relata. "Aunque se confía en la integridad de Noda, muchos japoneses sienten que el PDC en su conjunto no inspira la misma confianza", concluye Okabe.
"El PLD ha demostrado su capacidad para mantener la seguridad económica y social en tiempos de incertidumbre global"
La mayoría de ciudadanos consultados a pie de calle evitan responder directamente cuestiones sobre las elecciones y los pocos que no se muestran reacios a hablar son favorables al mantenimiento de la coalición conservadora. Takehiko Kaneko explica a El Confidencial que percibe estas elecciones como un "momento crucial para la estabilidad del país" y cree que el PLD "ha demostrado una capacidad sólida para mantener la seguridad económica y social, especialmente en tiempos de incertidumbre global".
Kaneko afirma que a pesar de que el partido ha tenido algunos problemas recientes, como el escándalo de fondos políticos, "creo que el primer ministro Ishiba tiene la habilidad para superar esta situación y mantener el liderazgo necesario para que Japón siga avanzando". Este oficinista tokiota cree que "el enfoque de Ishiba para fortalecer la economía regional y su experiencia en defensa son aspectos que valoro, especialmente ante las crecientes tensiones en Asia". Respecto a los partidos de la oposición, asegura que a pesar de tener buenas intenciones, "no ofrecen la misma estabilidad ni la experiencia necesaria para manejar los desafíos actuales".
A pesar de los bajos niveles de aprobación del gobierno de Kishida, el Partido Democrático Constitucional de Yoshihiko Noda sigue sin conquistar a los votantes de cara a las elecciones generales del 27 de octubre, mientras que las fuerzas gubernamentales intentan romper la tendencia.
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