La política exterior nunca decide unas elecciones en EEUU. Excepto en este barrio de Detroit
La aritmética electoral ha hecho que la población musulmana del área metropolitana de Detroit sea clave y que incluso pudiese decidir los comicios por un puñado de votos
"Esto es increíble", exclama, con una mezcla entre sorpresa y enfado, Mohammed Gamesh en su pequeña agencia de viajes de Hamtrack, una localidad del área metropolitana de Detroit donde la población árabe es mayoría y el hiyab, e incluso el nicab (velo completo que cubre el rostro menos los ojos), son habituales atuendos de la población femenina.
El empresario enseña la pantalla de su teléfono móvil. Entre los mensajes se ha colado propaganda electoral. Lo que ha ofendido a Gamesh es una imagen en la que aparece la candidata demócrata a la presidencia, Kamala Harris, acompañada por la leyenda "El equipo pro Israel en el que podemos confiar" y adornada con el azul y blanco de la bandera del país hebreo.
"Se han tenido que equivocar, pero esto es increíble. Muestra el doble discurso que tienen los demócratas. A unos les dicen que las cosas en Oriente Medio van a cambiar y a otros les mandan estos mensajes", lamenta el empresario, de origen yemení, todavía sorprendido con la imagen recibida.
Tiene las elecciones atravesadas, como buena parte de sus vecinos, por la guerra de Gaza y el apoyo que tanto demócratas como republicanos le han dado a Israel.
"En este momento, como musulmán, lamentablemente no tengo opciones. Estoy limitado porque ambos partidos en política exterior están ciegos. No ven la sangre que hay en Oriente Medio y no tienen la intención de ni siquiera de intentar solucionar este problema o ser mediadores para detener el derramamiento de sangre. Tanto los republicanos como los demócratas son iguales en ese aspecto", lamenta Gamesh.
En esa tesitura se encuentra la mayoría de la comunidad musulmana de cara a la cita del próximo cinco de noviembre, pero la aritmética electoral ha hecho que la población musulmana del área metropolitana de Detroit sea clave y que incluso pudiese decidir los comicios por un puñado de votos.
Las cuentas son claras: Michigan, donde se encuentra Detroit, es uno de los siete estados clave en estas elecciones. Reparte 16 votos electorales. Solo Pensilvania, con 20 votos electorales, reparte más entre los estados bisagra que decidirán los comicios.
Michigan, donde se encuentra Detroit, es uno de los siete estados clave en estas elecciones. Reparte 16 votos electorales
Michigan tiene también la mayor población musulmana del país y la mayoría se concentra en el gran Detroit.
Donald Trump ganó el estado con 10.000 votos de diferencia en 2016 (0,2%) y el demócrata Joe Biden se impuso en 2020 a 154.000 votos de distancia (2,5%).
En Michigan hay 200.000 votantes registrados que se declaran musulmanes y 300.000 que declaran tener ancestros de Oriente Medio y el norte de África.
En los condados más poblados por árabe americanos de Michigan, Joe Biden ganó con poco menos del 70% de los votos, así que cualquier pequeña variación en la dirección de voto o en la participación podría dar al traste con las aspiraciones de Harris.
La política exterior no decide históricamente el voto en las elecciones de EEUU, pero esta vez podría ser diferente.
Y lo cierto es que la campaña demócrata está teniendo muchas dificultades a la hora de convencer a los votantes árabeamericanos de que realmente quiere un cese al fuego en Gaza y Líbano.
"Ella trata de decir que le preocupa mucho el tema, pero a la vez está apoyando y haciendo promesas a Israel, así que no creo en ella", dice Gamesh, mientras atiende llamadas desde la centralita de su agencia de viajes.
No es el único que piensa así. Un sondeo del Council of American Islamic Relations registró en agosto una caída del 40% del apoyo musulmán al Partido Demócrata.
Una encuesta del Arab American Institute fue más allá y en octubre publicó un sondeo dándole el 42% del voto de la población árabe musulmana a Trump, frente al 41% que obtendría Harris y que podría costarle el estado de Michigan.
Por Trump se va a decantar también Gamesh.
"Tengo que votar y he estado votando demócrata desde que obtuve mi ciudadanía en 2010, pero hace tres años comenzaron a promover la ideología LGTB en las escuelas, con libros y cosas locas que no tienen nada que ver con la educación, intentando enseñarnos cómo educar a nuestros hijos y poniendo demasiadas leyes. Nos traicionaron. En política exterior son exactamente iguales y están empatados en eso. Voy a votar a Trump porque compartimos creencias familiares y no la agenda loca que intentan imponer tan fuerte en nuestros hijos", asegura Gamesh.
Voy a votar a Trump porque compartimos creencias familiares y no la agenda loca que intentan imponer tan fuerte en nuestros hijos
No será el único que tome esa opción. El conservadurismo es visible a nivel de calle en Hamtrack, y también en Dearhorn, las dos ciudades del área metropolitana de Detroit de mayoría árabe americana y que están gobernados por alcaldes musulmanes.
Varias mezquitas han sido erigidas en la zona o también inauguradas en edificios que antes tenían otras funciones. Los atuendos de la comunidad musulmana son comunes en ambas localidades.
Visita de Trump
Trump visitó Hamtrack en octubre, recorriendo la localidad junto a su alcalde, el demócrata musulmán Amer Ghalib, que calificó la visita del candidato republicano como “histórica” y declarando que él apoya al magnate en la carrera presidencial en lugar de a Harris.
"Ya sabéis que lo que queremos al final es una cosa. Lo que queremos es paz en Oriente Medio y vamos a conseguir paz en Oriente Medio", dijo exultante Trump en Hamtrack, tras reunirse con Ghalib en una oficina de votación decorada con carteles que abogan por una "paz a través de la fuerza".
El apoyo a Trump crece entre la comunidad árabe americana, según los sondeos, después de haber perdido por goleada en 2020 tras una presidencia en la que indignó a muchos por haber restringido fuertemente la entrada a EEUU a ciudadanos de distintos países musulmanes.
Ahora ha prometido que ampliará la medida a refugiados de la franja de Gaza y su partido mantiene un aparentemente irrestricto apoyo a Israel sin que, aparentemente, le haya dañado en las encuestas.
Enfrente tiene a Harris, que se ha mostrado, en muchas ocasiones, consternada por la muerte de civiles en Gaza, y ha pedido un cese al fuego, pero miembro de una administración que está financiando el conflicto y que no ha logrado pararlo.
Pero no solo la pérdida de votantes frente a Trump puede acabar con sus opciones en Michigan y dejarla sin presidencia.
Una masiva abstención de la comunidad musulmana también podría producir el mismo efecto y es algo que estos días se barrunta en las calles de Hamtrack y Dearborn.
"Yo no voy a votar y estoy profundamente decepcionado con ambos partidos", asegura un cliente libanés de una carnicería que tiene toda la cartelería en árabe, rechazando identificarse. "Esto tiene que acabar, pero no vemos el momento en el que acabe. Los políticos nos dicen una cosa, aun así hacen la otra. Todos apoyan a Israel, aunque algunos se nieguen a decirlo. No voy a poner mi voto en una papeleta", reitera, mientras de fondo se escucha el impacto inclemente del hacha del carnicero contra la madera.
Los árabes comenzaron a establecerse en el Estado de Michigan hace cien años, al calor de las fábricas de automóviles que, además, discriminaban en la contratación a los afroamericanos.
La población creció exponencialmente con la guerra del Líbano, en los 70, y después con la llegada más reciente de refugiados iraquíes, yemeníes y sirios por los conflictos en sus países de origen.
Lo que más les cuesta a muchos de ellos es asumir estar pagando impuestos que financian las bombas que matan a sus familiares en Oriente Medio. "No es solo que la gente esté perdiendo a sus familiares en el exterior, sino que están sacando de sus bolsillos las armas que los están matando. Esto es lo que hace que la comunidad esté muy desesperada y sienta mucho dolor", comenta Sufian Nabhan, líder del Centro Islámico de Detroit, que realiza colectas permanentes para enviar el dinero a Gaza en forma de ayuda humanitaria.
Lo que más les cuesta es asumir estar pagando impuestos que financian las bombas que matan a sus familiares
En numerosos restaurantes y comercios de Hamtrack y Dearhorn hay también colocados botes para colectas solidarias. Es la forma, dicen, de compensar el efecto que están teniendo sus impuestos.
"Algunos están también recurriendo a abogados para ver la manera de no pagar los impuestos o ver si simplemente pueden seleccionar la forma en que van a ser usados", señala Nabhan.
A muchos les toca el conflicto directamente. Tanto que un vecino de Dearhorn resultó recientemente muerto en un bombardeo israelí en Líbano.
"Para la mayoría de la población árabe americana, especialmente de Michigan, la mayor preocupación en esta elección es la guerra de Gaza. Se preocupan por la salud, por la educación, por el trabajo y por la economía, pero creen que salvar vidas es más importante ahora mismo", asegura Nabhan.
Para la mayoría de árabe americana, especialmente de Michigan, la mayor preocupación en esta elección es la guerra
Destaca también que muchos se han cansado de votar a candidatos minoritarios a la presidencia. "En la elección de 2020 votamos por Biden como el menos malo, y creo que los demócratas están tratando de jugar el mismo juego, diciendo que hay que votar por Harris porque es menos mala que Trump, pero no creo que la comunidad caiga en esa trampa. Por eso siento que la mayoría va a votar por la tercera opción".
Esa posibilidad está comenzando a verse reflejada en las encuestas. La candidata verde Jill Stein, que apoya a Palestina, cuenta con un 5% de intención de voto entre los musulmanes, a nivel nacional, en la encuesta de octubre del Arab American Institute. Con respecto a Michigan, otro sondeo del Consejo de Relaciones Islamoamericanas le llegaba a dar, en septiembre, hasta un 40% de intención de voto, algo que supondría un duro golpe para Harris y que podría incluso dejar a la demócrata sin presidencia.
"Esto es increíble", exclama, con una mezcla entre sorpresa y enfado, Mohammed Gamesh en su pequeña agencia de viajes de Hamtrack, una localidad del área metropolitana de Detroit donde la población árabe es mayoría y el hiyab, e incluso el nicab (velo completo que cubre el rostro menos los ojos), son habituales atuendos de la población femenina.
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