El sí gana en el referéndum de Moldavia sobre el ingreso en la UE a falta del voto extranjero
El Sí le dio la vuelta al resultado durante las últimas horas después de que la presidenta moldava, Maia Sandu, denunciara anoche fraude en una clara acusación a grupos próximos a Rusia
"DA" significa "SÍ" en rumano, el idioma mayoritario de Moldavia; en esta ocasión, tenía además, importantes connotaciones geopolíticas. Es el monosílabo que, este domingo, los moldavos han elegido en un referéndum para modificar su Constitución y acercarse un poco más a la Unión Europea. A primera hora de la mañana, con el 98,29% de los votos escrutados, se registraba un empate técnico. Sin embargo, horas después, y con un 99,41% del voto escrutado, el sí se ha impuesto con el 50,39% de apoyos a falta del voto exterior.
Este domingo 20 de octubre, la diminuta República de Moldavia, de 2,5 millones de habitantes, vecina de Ucrania y Rumanía, votó en dos elecciones cruciales para su futuro: elecciones presidenciales y un referéndum sobre la reforma de la Constitución para su adhesión a la Unión Europea. "Votam DA la Referendum!" (Vota SÍ al Referéndum) se leía en letras blancas y amarillas en pósters azules, los colores del club que aspiran a integrar, en Chisináu, la capital moldava, en unas calles en las que también se veían posters anti-EU.
Las urnas abrieron a las 7:00 de la mañana y cerraron a las 21:00. Sobre las 9 de la mañana, frente a un colegio electoral de Comrat, la capital de la región autónoma de Gagauzia, ya había cola para votar. En esta zona, en la que la mayoría de moldavos habla ruso, muchos de los votantes entrevistados tienen una mala opinión de la Unión Europea.
A las 18:00, se cruzó el primer umbral de este referéndum: la participación. A esa hora, más de un millón de moldavos había votado. En concreto, un 42,44%, según la Comisión Electoral Central, lo que implica que el referéndum será válido. A las 21:00, habían votado más de 1,4 millones de ciudadanos. La participación es uno de los elementos clave de este referéndum, puesto que es imprescindible que vote al menos un tercio de los votantes registrados para que los resultados sean válidos. En la República de Moldavia están registrados en las listas electorales poco más de 3,3 millones de electores, según los datos del Registro Estatal de Electores, lo que significa que para validar el referéndum es necesario que al menos 1,1 millones de electores estén presentes en las urnas.
En el plebiscito pro-EU, los moldavos debían votar "SÍ" o "NO" en papeletas con la siguiente pregunta en las papeletas: "¿Apoya la enmienda de la Constitución para que Moldavia entre en la Unión Europea?". El "SÍ" implica que el preámbulo de la Carta Nacional se complete con dos nuevos párrafos para "reafirmar la identidad europea del pueblo de la República de Moldavia y la irreversibilidad de la vía europea" y para "declarar la integración en la Unión Europea un objetivo estratégico de la República de Moldova". Los resultados fueron muy ajustados. El sí se impuso con el 50,39 % de los votos a falta del contar el votos en el extranjero.
¿Qué significa el voto del 'no'? Alexandru Flenchea, director de la Asociación Iniciativa para la Paz y ex viceprimer ministro moldavo para la Reintegración, puntualiza por teléfono a El Confidencial que este no es un referéndum sobre la adhesión de Moldavia a la UE, sino un referéndum constitucional, algo que "muchos observadores han tendido a pasar por alto". Explica que, "además del lenguaje genérico y palabras bonitas sobre la UE y el futuro de Moldavia en la UE, la enmienda propuesta también estipula que cuando llegue el momento, los parlamentos de Moldavia votarían todos los tratados necesarios para la adhesión, es decir, no se requeriría un referéndum en esa etapa". Así que para Flenchea, una conclusión preliminar es que muchos de los que votaron en contra, tal vez no votaron necesariamente contra la UE, "sino más bien contra las enmiendas propuestas a la Constitución, que impedirían que la gente diera su opinión en un futuro referéndum antes de la adhesión real".
Sandu va a segunda vuelta con Stoianoglo
En cuanto a las presidenciales, no ha habido sorpresas. Los resultados preliminares, con cerca de un 98,42% de las papeletas contadas, dicen que la actual presidenta, la europeísta Maia Sandu, lidera con un 41,98% de los votos, pero lejos de la mayoría, seguida de Alexandr Stoianoglo, con un segundo puesto muy cercando y un 26,31%. Lo que indica que habrá segunda vuelta. Las elecciones de Moldavia, con dos vueltas, son similares al modelo de Francia. Un candidato gana las elecciones si obtiene más del 50% de los votos. Ambos se tendrán que enfrentar en la segunda vuelta que se celebrará el 3 de noviembre.
"He votado para que la gente viva mejor, para que los precios cambien. Todo es muy caro, los salarios y las pensiones de la gente no son suficientes", afirmó a Hotnews, un votante a la entrada del instituto. Preguntado sobre si había votado al referéndum, respondió: "No hablaremos de eso". "No le veo el sentido", dijo otro votante de la región autónoma de Gagauzia, en referencia a la posible adhesión de Moldavia a la UE. "Hay demasiado LGTB, esto va en contra de nuestras costumbres", cuestionó.
El 'NO' "podría ser el resultado de la posición tomada por los partidos de oposición más importantes que, o bien hicieron campaña en contra del referéndum, o hicieron campaña a favor de boicotear el referéndum", continúa Flenchea. Dice que es algo que muchos observadores predijeron a principios de este año, después de que la presidenta Sandu propusiera el referéndum y las elecciones el mismo día, "muchos observadores temían que pudiera parecer una lectura personal del apoyo popular y que afectara el resultado del referéndum". Y entonces, "el resultado del referéndum puede estar indicando no tanto lo que la mayoría de los moldavos piensa sobre la integración europea y la Unión Europea, sino más bien un indicador de cuántos votantes moldavos apoyan a Maia Sandu como presidenta", añade Flenchea.
Y, ahora, ¿qué? Las 9 piedras en el camino de Moldavia
Respecto a la adhesión a la UE, "es un proceso que se basa en méritos propios", explica a El Confidencial un portavoz de la Comisión Europea. "No hay plazos predeterminados", sino que el proceso se rige por la aplicación de las reformas necesarias, "y la maduración de una sociedad y una economía hacia la UE". "Los países que cumplen las condiciones necesarias pueden unirse, no hay necesidad de esperar a una fecha determinada", añade.
"Moldavia ha demostrado un compromiso notable con su proceso de adhesión a la UE", afirma el portavoz, que exponía que el país había logrado "avances impresionantes en materia de reformas, al tiempo que ha enfrentado desafíos derivados de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y los ataques híbridos de Rusia contra el propio país".
Cuando la Comisión Europea recomendó al Consejo que se concediera a Moldavia la posibilidad de convertirse en miembro de la Unión Europea, se hizo si se adoptaban nueve compromisos. Estos abarcan desde la reforma integral del sistema judicial; las deficiencias sobre el derecho al voto y electoral; la lucha contra la corrupción; la "desoligarquización"; reforzar la lucha contra la delincuencia organizada; trabajar para servicios públicos de calidad; completar la reforma de la Gestión de las Finanzas Públicas, incluida la mejora de la contratación pública en todos los niveles de gobierno; mejorar la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones y reforzar la protección de los derechos humanos, en especial, "de los grupos vulnerables" y la igualdad de género.
Ucrania y Moldavia, “un calendario similar y ambicioso”
Una semana después de la invasión rusa de Ucrania, en marzo de 2022, Moldavia fue parte del trío que junto a Georgia y Ucrania solicitó unirse a la Unión Europea. En diciembre de 2023, el Consejo de Europa decidió abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia y conceder a Georgia el estatus de país candidato a la UE, condicionado a que cumpla ciertos requisitos.
"No se trata de un proceso inmediato, pero tampoco excesivamente largo", con "reformas pacientes, incansables y específicas", afirmó Egils Levits, quien fuera presidente de la República de Letonia entre 2019 y 2023, en un artículo en la web de la agencia moldava IPN, en el que explicó que para Letonia la candidatura duró seis años, "aunque partía de una posición de partida algo mejor".
Desde junio, cuando Bruselas decidió iniciar negociaciones de adhesión tanto con Ucrania como con Moldavia, la Comisión llevó a cabo un examen bilateral con los dos países, que según explica un portavoz, "avanza bien, de acuerdo con un calendario similar y ambicioso". Explican desde Bruselas que la Comisión espera convocar reuniones intergubernamentales con vistas a iniciar negociaciones sobre el grupo de áreas fundamentales, con ambos países, en 2025.
Entre los retos pendientes, la reforma de la justicia, "que sigue siendo un tema espinoso", como explicaba el exministro moldavo de Asuntos Exteriores, Nicu Popescu, en una entrevista con el periódico rumano Hotnews; y la economía, "muy afectada por la guerra", son los mayores problemas por resolver. Respecto a cómo logrará la República de Moldavia unirse a la UE con el conflicto de Transnistria abierto, Popescu respondía que "la UE se fundó sobre un conflicto no resuelto", refiriéndose a la división de Alemania. Y después añadía un ejemplo que suele sacarse a colación, la cuestión de Chipre.
En cuanto a la "desoligarquización", el Ministerio de Justicia ha elaborado un proyecto de ley para eliminar la influencia excesiva de los intereses privados en la vida económica, política y pública. Respecto a la igualdad, Moldavia dio un paso en enero de 2022, al convertirse en el 35º Estado en ratificar el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y doméstica —conocido como Convenio de Estambul—. Ucrania lo ratificó en julio de ese año. El arcoíris es una de las grandes piedras en el camino a la adhesión tanto de Moldavia como de Georgia. Un 70% de los moldavos no aceptaría a un vecino gay, según un estudio del Centro de Asociación para el Desarrollo moldavo.
Como un péndulo, en sus 33 años de independencia desde la caída de la URSS, Moldavia ha estado pilotada por gobernantes que miraban unas veces a Oriente y otras a Occidente. "Cada parte ha invertido mucho para influir en el resultado", escribe Andrés Higgins en un reportaje en The New York Times.
Chisináu es ya uno de los socios que más ayuda bilateral ha recibido de Bruselas en los tres últimos años, con 417 millones de euros entre 2022 y 2024. Además, la Unión Europea ha asignado 137 millones de euros para reforzar las fuerzas armadas moldavas desde 2021, como recuerda el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, en nota de prensa. Esto la convierte en el segundo mayor receptor de apoyo bilateral del Fondo Europeo de Paz después de Ucrania.
"DA" significa "SÍ" en rumano, el idioma mayoritario de Moldavia; en esta ocasión, tenía además, importantes connotaciones geopolíticas. Es el monosílabo que, este domingo, los moldavos han elegido en un referéndum para modificar su Constitución y acercarse un poco más a la Unión Europea. A primera hora de la mañana, con el 98,29% de los votos escrutados, se registraba un empate técnico. Sin embargo, horas después, y con un 99,41% del voto escrutado, el sí se ha impuesto con el 50,39% de apoyos a falta del voto exterior.
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