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El enviado de la ONU para el Sáhara Occidental anuncia su fracaso y se despide del cargo
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PARTICIÓN DEL TERRITORIO

El enviado de la ONU para el Sáhara Occidental anuncia su fracaso y se despide del cargo

Staffan de Mistura da a entender que los gobiernos que respaldan la autonomía propuesta por Marruecos, como España o Francia, no saben bien que es lo que están apoyando porque Rabat no concreta su sucinto proyecto desde que lo presentó hace 17 años

Foto: El enviado del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. (EFE/EPA/Fabio Frustaci)
El enviado del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. (EFE/EPA/Fabio Frustaci)
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Staffan de Mistura, el enviado del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, tiene la intención de despedirse de su cargo dentro de seis meses cuando probablemente anuncie el fracaso de su mediación entre Marruecos y el Frente Polisario para poner fin a casi medio siglo de enfrentamientos sobre la antigua colonia española. Todos sus predecesores, empezando por el estadounidense James Baker, también fallaron en ese intento.

De Mistura, diplomático italiano, dio cuenta el miércoles, a puerta cerrada, ante el Consejo de Seguridad de la ONU de su labor de estos últimos meses. Volverá otra vez en abril a Nueva York cuando el máximo órgano de Naciones Unidas examine de nuevo el conflicto. Entonces podría proponer no solo su renuncia, sino poner fin a la misión de Naciones Unidas en el Sáhara que empezó 33 años.

“(... ) si en abril de 2025 no informase de progresos significativos y diera aclaraciones, me temo que deberían plantearse preguntas sobre las futuras modalidades de facilitación del proceso político en el Sáhara Occidental por parte de las Naciones Unidas”, afirmó según el texto filtrado de su intervención. “Podría ser motivo para que sugiriera al Secretario General una reevaluación de si existe espacio y voluntad para que sigamos siendo útiles en tales circunstancias”.

Antes de que se produzca esta muerte anunciada, De Mistura informó que había estado explorando dos soluciones. Aunque no se ha producido una reacción oficial de Rabat, la explicación que dio debe disgustar a sus autoridades. Pone de relieve que la autonomía que propugnan no es, a ojos de Naciones Unidas, la única opción para poner fin al conflicto.

Foto: Varias personas sujetan una bandera durante una manifestación en apoyo al Sahara Occidental. (Europa Press/Jesús Hellín)

Es un revés para Rabat que se añade al doble varapalo que le propinó, el 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la UE al anular los acuerdos de pesca y asociación suscritos entre Bruselas y Marruecos porque incluyen al Sáhara Occidental sin que su población autóctona haya dado su consentimiento. Las sentencias van a lastrar la relación entre Marruecos y la UE.

De Mistura puso sobre la mesa “la partición del territorio” tal y cómo la propuso, hace ya más de 20 años, James Baker. En el tercio sur se crearía “un Estado independiente” en manos de los saharauis, mientras que “el resto se integraría a Marruecos”. Esta opción, dijo, “combina ambas reivindicaciones, la de la independencia y la del plan de autonomía”.

Cuando España se retiró del Sáhara, en 1975, el territorio quedó dividido en dos partes. Un tercio, en el sur, para Mauritania y los dos tercios del norte para Marruecos. El Ejército mauritano no resistió los embates del Polisario y pactó su retirada del sur en 1979. Las fuerzas armadas marroquíes lo ocuparon de inmediato. Tanto Rabat como el Polisario rechazan la partición propuesta por De Mistura.

La otra opción que De Mistura exploró fue el plan de autonomía marroquí que, resaltó, gana terreno a ojos de algunos actores internacionales”. Marruecos lo presentó en 2007, consistía en tres escuetos folios a los que desde entonces no ha añadido ni una línea. Tampoco ha suavizado la represión de los independentistas en el Sáhara Occidental para intentar ganarse a la población autóctona.

Foto: Pedro Sánchez y Mohamed VI. (EFE/Ballesteros)

A De Mistura le seduce la autonomía y puso tres ejemplos, según él exitosos: Escocia, Groenlandia y el Alto Adige (Italia). En Escocia hubo en 2014 un referéndum de autodeterminación que perdieron los partidarios de la independencia. La población de Groenlandia tiene el derecho a autodeterminarse de Dinamarca cuando lo desee. El Alto Adige (también llamado Tirol del Sur) es una mejor comparación, pero la autonomía de la que goza es muy superior a la que ofreció Rabat para el Sáhara. Ni que decir tiene que el Polisario rechaza esta opción autonómica que se aleja del referéndum de autodeterminación que pactó con Marruecos en 1991.

“Con total respeto, pero con firmeza, le reiteré [a Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores marroquí] que ha llegado la hora para Marruecos de explicar su propuesta autonómica de 2007”, declaró De Mistura ante el Consejo de Seguridad. “Él reconoce la urgente necesidad de explicarlo (...)” y así le lo dijo el mes pasado en Nueva York.

Es un derecho del Consejo de Seguridad de saber a que atenerse con relación a ese plan, recalcó De Mistura. “Es también un derecho para los países que han dado apoyo a esa iniciativa saber qué se ofrece exactamente”, añadió. Dejó así caer que potencias como España y Francia que han respaldado con entusiasmo el plan de autonomía marroquí no saben en qué consiste. Si ignoran su contenido han dado ese paso para complacer políticamente a Marruecos.

Cuando en 2007 la diplomacia marroquí se puso a elaborar su sucinto plan de autonomía, Luis Planas, entonces embajador de España en Rabat, ofreció la colaboración de juristas españoles para engrosarlo y mejorarlo, según los cables diplomáticos de la Embajada de EE UU en Marruecos desvelados por Wikileaks. Marruecos no tuvo en cuenta el ofrecimiento español.

Staffan de Mistura, el enviado del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, tiene la intención de despedirse de su cargo dentro de seis meses cuando probablemente anuncie el fracaso de su mediación entre Marruecos y el Frente Polisario para poner fin a casi medio siglo de enfrentamientos sobre la antigua colonia española. Todos sus predecesores, empezando por el estadounidense James Baker, también fallaron en ese intento.

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