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Tras el batacazo judicial a Marruecos, la UE tiene una oportunidad de oro
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Tras el batacazo judicial a Marruecos, la UE tiene una oportunidad de oro

La UE debería abrir conversaciones con el Polisario para llegar a un acuerdo comercial justo y apoyar los esfuerzos de paz liderados por la ONU y que Marruecos rechaza

Foto: Bandera marroquí en la frontera con Argelia. (EFE/Jalal Morchidi)
Bandera marroquí en la frontera con Argelia. (EFE/Jalal Morchidi)

El pasado 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) otorgó otra victoria histórica al movimiento nacional de liberación saharaui, conocido como el Frente Polisario, en su lucha por poner fin a la ocupación marroquí del Sáhara Occidental. El tribunal bloqueó los esfuerzos de la Comisión Europea para incluir este territorio en los acuerdos de liberalización comercial y asociación pesquera de la UE con Marruecos.

La decisión llega en un momento en que Marruecos está ejerciendo más presión que nunca en sus reclamaciones internacionales sobre el Sáhara Occidental. En julio, logró el respaldo del presidente francés Emmanuel Macron para su soberanía “presente y futura” sobre el territorio que ocupó en 1975. Mientras tanto, las fuerzas del Polisario continúan sus ataques militares contra las tropas marroquíes estacionadas a lo largo de la línea que divide el territorio desértico.

Una larga batalla legal

Desde 2012, el Polisario ha librado una batalla legal para excluir al Sáhara Occidental de los acuerdos de liberalización comercial y asociación pesquera de la UE con Marruecos. Sus adversarios incluyen la Comisión Europea, el Consejo de la UE y Estados miembros de la UE como Francia y España.

Al apoyar al Polisario, la Gran Sala, el tribunal más alto del TJUE, reafirmó dos determinaciones legales interrelacionadas: primero, el estatus del Sáhara Occidental como un territorio no autónomo “separado y distinto” de Marruecos, lo que significa que la UE no puede reconocer la soberanía marroquí sobre el territorio ni incluirlo en acuerdos bilaterales; y segundo, que Rabat debe obtener el consentimiento del pueblo saharaui al firmar acuerdos relacionados con su territorio y asegurarse de que se beneficien de la explotación de sus recursos naturales.

Foto: Foto: EFE/Bienvenido Velasco.

El TJUE rechazó el argumento presentado por la Comisión y el Servicio Europeo de Acción Exterior, que sostenía haber obtenido el consentimiento de la “población” del Sáhara Occidental, ya que esto confundía a los saharauis indígenas con los colonos marroquíes. Como señaló el tribunal, la población del territorio es distinta del pueblo saharaui, que incluye tanto a los que aún residen en el Sáhara Occidental como a aquellos que viven fuera del territorio, incluidos los refugiados en los campamentos gestionados por el Polisario en Tinduf, al sur de Argelia.

Los Gobiernos de la UE pueden ver el fallo como un problema político, dada su voluntad de apaciguar a Rabat. A pesar de las advertencias recientes, se negaron a planificar lo que vendría después, confiando en el análisis legal de la Comisión y en sus garantías de que triunfaría en el TJUE. Habiendo agotado el proceso de apelación y sin más recursos legales para mantener la inclusión del Sáhara Occidental de una manera que satisfaga a Marruecos, la Comisión ahora debe enfrentarse a la difícil realidad que ha creado.

Pero al respetar el derecho internacional en sus relaciones comerciales y dar una oportunidad a la diplomacia, la UE podría ayudar a negociar un acuerdo pragmático entre Marruecos y el Polisario que proporcione beneficios económicos y diplomáticos a largo plazo. Uno que también apoye la diplomacia liderada por la ONU, que ha hecho hasta ahora pocos progresos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.

Golpe económico

La anulación por parte del TJUE del acuerdo de asociación pesquera perjudica principalmente a los pescadores de la UE, que ya no podrán pescar ni en las aguas del Sáhara Occidental ni en las de Marruecos. Rabat también perderá 40 millones de euros anuales en fondos de la UE, incluidos apoyos financieros para desarrollar su industria pesquera en el Sáhara Occidental.

La invalidación de la extensión del acuerdo de liberalización comercial también provocará que la fruta del Sáhara Occidental cultivada por productores marroquíes sea más cara y menos competitiva frente a productos similares cultivados en países europeos. Esta pérdida de competitividad podría afectar a la inversión extranjera en el sector agrícola en el territorio disputado y reducir los beneficios de las empresas marroquíes, muchas de las cuales están vinculadas al rey y sus allegados.

Además, el tribunal dictaminó que productos como tomates y melones exportados desde el Sáhara Occidental deben etiquetarse como tales “para evitar engañar a los consumidores sobre el verdadero origen de esos productos”. Para Marruecos, este será un cambio doloroso, dado que el país mantiene fuertes reivindicaciones ideológicas sobre el territorio.

Relaciones futuras con el Sáhara Occidental

Con el tiempo, la decisión del tribunal resonará mucho más allá de las exportaciones agrícolas y el acceso a la pesca. Las obligaciones legales de la UE afectarán inevitablemente a todos los acuerdos existentes y futuros con Marruecos, incluidos la cooperación científica y tecnológica, el desarrollo de energías renovables y las inversiones del Banco Europeo de Inversiones. Estos acuerdos podrían ser bloqueados si no excluyen de manera clara y efectiva al Sáhara Occidental o si no cuentan con el consentimiento del pueblo saharaui. Esto representaría otra gran victoria para el Polisario, que espera socavar gradualmente los intereses económicos y financieros que sostienen el control de Marruecos sobre el territorio.

Foto: Mohamed VI condecora, el 14 de julio, al atleta Soufiane El Bakkali, medalla de oro en en los Juegos Olímpicos de París. (MAP/Driss BenMalek)
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La Comisión Europea y el Consejo han subordinado a menudo la autodeterminación saharaui y el derecho internacional a su deseo de mantener estrechas relaciones bilaterales con Marruecos. El gobierno marroquí ha explotado eficazmente los intereses de la UE en su propio beneficio, por ejemplo, utilizando los flujos migratorios hacia las costas europeas para forzar cambios en las políticas de la UE. Pero, con las manos atadas por el TJUE, la UE solo tiene dos soluciones.

Primero, la solución más sencilla y legalmente aceptable es que la Comisión se asegure de que todos los acuerdos actuales y futuros con Marruecos excluyan completamente y de manera efectiva al Sáhara Occidental. Sin embargo, Rabat ha advertido repetidamente que esta medida “podría reactivar los ‘flujos migratorios’ que Rabat ha ‘gestionado y mantenido’ con ‘esfuerzo sostenido’”.

Segundo, la UE podría obtener el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental, representado por el Polisario, para los acuerdos. Los funcionarios de la UE y los Estados miembros han descartado previamente esta opción, dada la fuerte aversión de Marruecos a la autodeterminación saharaui y al Polisario. Sin embargo, aunque negociar nuevos arreglos con Marruecos y el Polisario sería difícil, es la única base legal para llevarlo adelante.

Reactivar la diplomacia

Los esfuerzos continuados de la Comisión, con el apoyo del Consejo y sus Estados miembros, para suprimir la autodeterminación saharaui han afectado negativamente las perspectivas de resolver el conflicto del Sáhara Occidental. El antiguo enviado personal de la ONU para el Sáhara Occidental, Horst Köhler, advirtió en mayo de 2018 que la política comercial de la UE estaba socavando sus esfuerzos para lograr la paz.

Ahora, la UE podría revertir este desequilibrio de poder. Rabat se enfrenta a la perspectiva de perder aspectos clave de sus relaciones bilaterales o tener que aceptar la exclusión del Sáhara Occidental de su asociación con la UE. Sin mejores opciones, el gobierno marroquí podría volverse más receptivo a una solución que le permita profundizar los lazos con Europa y preservar los intereses empresariales marroquíes en el Sáhara Occidental. Pero la UE necesitará hacer frente a las amenazas de Marruecos; además, el pueblo saharaui deberá dar su consentimiento.

Foto: Entrada al Tribunal de Justicia Europeo. (Reuters/Francois Lenoir)

El Polisario podría estar abierto a un acuerdo económico compartido bajo las condiciones adecuadas, incluyendo compensaciones financieras de la UE y el reconocimiento de los derechos saharauis sobre sus recursos naturales. Esto podría basarse en la propuesta del Polisario de 2007 sobre una solución política mutuamente aceptable que incluya “arreglos ventajosos” con Marruecos durante un período de transición que conduzca a la independencia total.

La UE y sus Estados miembros podrían utilizar estos incentivos diplomáticos y económicos para empujar a ambas partes hacia una solución de compromiso, en línea con los requisitos legales establecidos por el TJUE. Este enfoque apoyaría los esfuerzos de paz liderados por el enviado de la ONU, Staffan de Mistura, para poner fin al conflicto del Sáhara Occidental.

A pesar de sus avances políticos, Marruecos no podrá reescribir el derecho internacional para respaldar sus reivindicaciones ni proporcionar una solución duradera al conflicto. Tampoco el Polisario logrará la independencia total mediante su regreso a la guerra. En última instancia, la diplomacia liderada por la ONU sigue siendo la única vía viable. Dada la distancia ideológica entre las partes, se debería intentar persuadir a Marruecos y al Polisario hacia una propuesta de “asociación libre” para el Sáhara Occidental, una ‘tercera vía’ pragmática y legalmente sólida entre la independencia total y la integración autónoma en Marruecos, que respete la autodeterminación saharaui.

Un acuerdo de liberalización comercial y asociación pesquera negociado por la UE entre Marruecos y el Polisario podría comenzar a sentar las bases económicas para este futuro acuerdo de asociación libre. Un esfuerzo tan ambicioso requerirá que los países europeos se mantengan firmes en lo legal, y no cedan al chantaje, por ejemplo, en relación con los flujos migratorios. Deberán aceptar que profundizar las relaciones con Marruecos depende de respetar el derecho internacional y los derechos saharauis.

*Análisis publicado originalmente en inglés en el European Council on Foreign Relations por Hugh Lovatt y titulado 'Still free to choose: What Polisario’s legal win means for EU ties with Morocco and Western Sahara'

El pasado 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) otorgó otra victoria histórica al movimiento nacional de liberación saharaui, conocido como el Frente Polisario, en su lucha por poner fin a la ocupación marroquí del Sáhara Occidental. El tribunal bloqueó los esfuerzos de la Comisión Europea para incluir este territorio en los acuerdos de liberalización comercial y asociación pesquera de la UE con Marruecos.

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