La UE abre la billetera en Moldavia para contrarrestar la desestabilización de Moscú
La Comisión Europea anuncia un paquete de 1.800 millones de euros para Moldavia justo cuando Rusia trata de interferir en un referéndum clave para las aspiraciones europeas del país
A veces hay que mancharse, bajar al barro. Get nasty. En un mundo que tras unos años de aparente paz vuelve a ser agresivo y conflictivo, la UE ha tardado en entender que, a veces, hay que ir a la ofensiva. El precio que ha pagado por su empane mental ha sido alto: la Comisión Europea se mantuvo pasiva y al margen de la campaña del referéndum del Brexit que provocó la salida de Reino Unido de la Unión Europea a pesar de ser el objeto utilizado por una enorme campaña de desinformación, extendida a lo largo de los años e intensificada en aquella campaña.
Ahora la Comisión empieza a ser más reactiva, a tener menos reparos a la hora de lanzarse al barro. Moldavia tiene un día clave en el calendario: el próximo 20 de octubre los moldavos tendrán que elegir si incluyen las aspiraciones europeas del país en su constitución y también si reeligen a la presidenta, la proeuropea Maia Sandu. Chisinau está acusando a Rusia de una enorme campaña de desestabilización con el objetivo de interrumpir el acercamiento que se ha producido en los últimos años entre Moldavia y la Unión Europea, que ha llevado a que la república exsoviética se convierta en candidato a ingresar en el club comunitario.
Bruselas ha decidido no quedarse al margen: si el Kremlin está intentando influir en la campaña, entonces la UE no debe estar desaparecida en combate, también debe hacerlo. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, viajó este jueves a Chisinau y anunció un paquete de apoyo económico de 1.800 millones de euros que envía un mensaje muy claro. Si Moldavia apuesta por Europa, Bruselas abrirá la billetera. Rusia suele intentar influir con campañas de desinformación a través de redes sociales, esparciendo noticias falsas y provocando miedo e inseguridad entre la población. La UE quiere contrarrestarlo con el incentivo más básico que existe. Von der Leyen ha asegurado junto a Sanbu que el paquete de ayuda anunciado podría hacer que el PIB del país se doble durante la próxima década.
La alemana ha asegurado que lo que voten el 20 de octubre es la “decisión soberana” de los moldavos, que son los que deciden “qué hacer con su país”, algo en lo que “nadie puede interferir”. Pero Von der Leyen ha querido dejar al menos claro que el camino europeo es un sendero con muchos fondos comunitarios. El “Plan de Crecimiento” anunciado en Chisinau ofrece al país esos 1.800 millones de euros a cambio de reformas que harán que Moldavia avance en el proceso de adhesión a la UE, algo que comenzó en 2022, poco después de que Rusia lanzara la invasión a gran escala de Ucrania.
Encuestas de CBS-AXA apuntan a que el 63% de los moldavos apoyan el ingreso en la Unión Europea. Sandu también es, de largo, la favorita para hacerse con la victoria en las elecciones presidenciales, aunque casi con toda seguridad sea necesaria una segunda vuelta, ya que será difícil que alcance el 50% de los votos. La misma CBS-AXA apunta a que cuenta con una intención de voto superior al 38%.
Según la policía moldava, grupos paramilitares apoyados por Rusia tendrían planes para intentar interferir en la campaña electoral, llegando incluso a planear tomar el control de edificios gubernamentales, según recogió la agencia Reuters. Viorel Cernauteanu, jefe de la policía nacional, aseguró en una entrevista en televisión que una red criminal con apoyo ruso habría comprado los votos de cerca de 130.000 ciudadanos moldavos. Las acusaciones de desestabilización no son nuevas. Desde que Sandu llegó al Gobierno en 2020, las relaciones entre Chisinau y Moscú han empeorado mucho, especialmente después de la invasión de Ucrania. El Kremlin acusa a Sandu de “rusofobia” en un país con una importante minoría rusoparlante y con una región, Transnistria, que se encuentra, según una resolución del Consejo de Europa (una institución a la que no pertenece la UE) bajo control efectivo militar ruso.
A veces hay que mancharse, bajar al barro. Get nasty. En un mundo que tras unos años de aparente paz vuelve a ser agresivo y conflictivo, la UE ha tardado en entender que, a veces, hay que ir a la ofensiva. El precio que ha pagado por su empane mental ha sido alto: la Comisión Europea se mantuvo pasiva y al margen de la campaña del referéndum del Brexit que provocó la salida de Reino Unido de la Unión Europea a pesar de ser el objeto utilizado por una enorme campaña de desinformación, extendida a lo largo de los años e intensificada en aquella campaña.
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