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Un estado desprotegido contra un embate de la naturaleza: ¿está Florida lista para el huracán?
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Un estado desprotegido contra un embate de la naturaleza: ¿está Florida lista para el huracán?

El huracán Milton ha perdido fuerza este miércoles y bajó a categoría 1, con vientos máximos sostenidos de 165 kilómetros por hora (105 millas), tras tocar tierra en Siesta Key

Foto: El huracán Milton a su llegada a Sarasota. (Reuters/Marcos Bello)
El huracán Milton a su llegada a Sarasota. (Reuters/Marcos Bello)

El huracán Milton, reducido a categoría 1, tocó tierra anoche en la costa de Florida con vientos de 190 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y amenaza de subida del nivel del mar de hasta cuatro metros. Los vídeos que llegan de ciudades como Sarasota presentan árboles tronzados, tejas arrancadas y otras postales cada vez más habituales en estas latitudes. En el caso del Huracán Milton, 7,3 millones de personas viven en zonas donde se había ordenado la evacuación inmediata, lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿están Florida y otros estados vulnerables preparados, o en vías de estarlo, para encajar semejantes embates de la naturaleza?

“Hay dos formas de responder a esta pregunta: está lo que se podría haber hecho y está lo que se ha hecho”, dice a El Confidencial Ramón Cruz, profesor visitante de la Universidad de Princeton experto en políticas medioambientales y planificación urbana. “Podemos hablar sobre lo que no se ha hecho, sobre la politización de cosas que hace 15 años no eran cuestionables, como la ciencia climática y el trabajo de las juntas de planificación que usan esa ciencia como norte”.

Ramón Cruz, que fue presidente de Sierra Club, la organización ambientalista más grande de Estados Unidos, entre 2020 y 2023, pone el ejemplo del huracán Harvey, que, en 2017, devastó zonas de Texas donde ya se sabía que habría inundaciones. “Las autoridades de Texas y de Houston se jactan de que las empresas pueden ir ahí a desarrollarse sin que se meta el Gobierno”, dice Cruz. “Si uno deja que se construya en esos lugares, cuando hay fenómenos naturales el agua va donde se sabe que va a ir. Cuando los planificadores dicen que ahí no se puede construir, hay que hacerles caso. Hay infraestructura natural para lidiar con estos fenómenos”.

Foto: Imágen de Estación Espacial Internacional (EEI) donde se observa el ojo del huracán Milton sobre el Golfo de México

A la furia de la naturaleza se une la furia de la política. En los últimos días, la campaña del republicano Donald Trump ha diseminado bulos acerca de la respuesta del Gobierno federal a los efectos del huracán Helene, que golpeó sobre todo Carolina del Norte y dejó 230 muertos, y el huracán Milton. El secretario de transporte, Pete Buttigieg, llamó personalmente al milmillonario trumpista y dueño de la red social X, Elon Musk, para informarle de la reacción oficial y pedirle que dejara de promover desinformación acerca de la respuesta federal al Huracán Milton.

“La agencia FEMA está encargada de reaccionar con una serie de protocolos”, dice Ramón Cruz. “La clave es no politizarlo, como hemos visto recientemente en Carolina del Norte. Las agencias federales son las que tienen más presupuesto y las agencias locales son las que están mejor preparadas para actuar en el momento. Cuanto mejor es la comunicación, mejor se funciona”.

A pesar de que buena parte de Florida continúa desprotegida contra fenómenos de este tipo, sobre todo los vecindarios humildes, que suelen ser los más expuestos, en los últimos años han surgido iniciativas arquitectónicas anti-huracanes. Un ejemplo es el sistema AquaFence que ha contratado el Hospital General de Tampa.

AquaFence es una barrera impermeable diseñada para tolerar subidas del nivel del mar de hasta cuatro metros y medio y vientos de 200 kilómetros por hora. De momento ha aguantado sucesivos embates; el último de ellos, el huracán Helene. A diferencia de los centros médicos que han sido evacuados, el Hospital General de Tampa, que es el más grande de la región y que está situado en una isla, tiene previsto continuar funcionando gracias a este sistema adquirido en 2019.

Foto: Por qué el huracán Milton se convertirá en uno de los más devastadores de la historia. (EFE / EPA / CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH)

“Tenemos algunos de los pacientes más críticos de la región en este hospital, y tenemos muchos de ellos”, dijo a CNN Dustin Pasteur, vicepresidente de Instalaciones y Construcción del Hospital General de Tampa. “Así que siempre hemos diseñado este edificio para ser resiliente y para poder proteger [al personal y a los pacientes] en el mismo lugar”. La puesta a punto de AquaFence, ante la llegada de un huracán, requiere el trabajo de 60 personas durante tres días.

En una pequeña localidad llamada Cortez, donde el Huracán Helene inundó las calles “hasta la cintura”, los habitantes de una serie de viviendas nuevas no se inmutaron. Los alrededores se quedaron sin luz, pero estas 31 casas de la calle Hunters Point, de un total de 86 proyectadas, siguieron alumbradas y secas.

Foto: A la izquierda, la alcaldesa de Tampa (Florida), Jane Castor, y a la derecha el huracán Milton

La constructora Pearl Homes hizo la planta baja de cemento armado, usó paneles de construcción más anchos de lo normal, cubrió las junturas con material aislante duro y unió las tres plantas del edificio con tiras metálicas. Los arquitectos tenían en mente la potencia de un huracán de categoría 5, además de la mayor eficiencia energética de tener una vivienda bien aislada. El techo es de acero y tiene incrustados paneles solares que sirven como alternativa al tendido eléctrico. Las baterías están llenas al 100% en caso de que se vaya la luz. En los dos años largos que llevan en pie, estas casas han pasado por los huracanes Ian, Idalia y Helene.

En el suroeste de Florida está Babcock Ranch, una urbanización idílica, situada en un espacio cinco veces más grande que Manhattan, que desde 2018 está diseñada para aguantar la ira de la naturaleza y se alimenta de energía solar. Durante el poderoso Huracán Ian, en 2022, ni una sola de sus viviendas se quedó a oscuras.

Pero estas soluciones no están al alcance de todos los habitantes, ni mucho menos. Dada su situación geográfica y la cualidad llana de su terreno, Florida es el estado de Estados Unidos que más se inunda, pero sólo un 18% de las viviendas tiene seguro de inundación. La razón es que este puede costar tan caro como el alquiler.

Mientras tanto, digan lo que digan el Gobierno y las aseguradoras, muchos floridanos han desarrollado una pequeña cultura de resistencia a los huracanes. Con sus protocolos caseros para hacerlo todo, en la medida de lo posible, más fácil.

Como indicaba un artículo del Tampa Bay, si viene un huracán, lo fundamental es hacerse con baterías y garrafas de agua. Uno nunca sabe cuánto tiempo va a estar sin luz y sin agua corriente. Para calcular si la comida que tenemos en el congelador aún se puede comer, lo mejor es usar la técnica del centavo: se mete un centavo en un vaso de papel con hielo en el congelador. El grado de derretimiento del hielo dará una idea del grado de descongelación de la comida. Para mantener las bebidas y los alimentos frescos, la mejor alternativa a la nevera es la lavadora.

También se recomienda sellar los documentos importantes en bolsas de plástico aislantes y dejarlos listos, cerca de la puerta, en caso de evacuación. Los dueños de mascotas harían bien en tener preparada una lista con hoteles que las acepten. No sólo pueden causar daños los huracanes, sino las compañías aseguradoras que luego se puedan negar a pagar los destrozos. Por eso es sabio sacar fotos de los tejados y de la fachada de la vivienda, para demostrar cómo estaban antes de la tormenta.

Pero, muchas veces, da igual lo que uno haga individualmente. La fuerza de los huracanes requiere la actuación de grandes estructuras, para resistirlos y para reparar sus destrozos. “Cuando he visitado Florida, he visto que el patrón de consumo y de construcción no es sostenible”, dice Ramón Cruz. Todo esto redunda en cuestiones climáticas que afectarán a las comunidades más humildes. En Puerto Rico, de donde soy yo, muchas casas son de cemento, pero no en Florida. Y si sus habitantes no eligen a la gente adecuada, el futuro de Florida se va a ver afectado”.

El huracán Milton, reducido a categoría 1, tocó tierra anoche en la costa de Florida con vientos de 190 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y amenaza de subida del nivel del mar de hasta cuatro metros. Los vídeos que llegan de ciudades como Sarasota presentan árboles tronzados, tejas arrancadas y otras postales cada vez más habituales en estas latitudes. En el caso del Huracán Milton, 7,3 millones de personas viven en zonas donde se había ordenado la evacuación inmediata, lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿están Florida y otros estados vulnerables preparados, o en vías de estarlo, para encajar semejantes embates de la naturaleza?

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