Curtis Yarvin, el anti-Chomsky que mece la cuna de la 'Nueva Derecha' estadounidense
La elección de J.D. Vance como delfín de Trump ha llevado a la fama a este bloguero, genio informático y la mente que ha llevado a la Ilustración Oscura a un paso de la Casa Blanca
Hay un pódcast en Estados Unidos con cierto éxito que se llama Behind the Bastards. Se emite desde Los Ángeles y, cada semana, invitan a alguna celebridad del cercano Hollywood a disertar sobre algunos de los personajes más malvados de la historia, de ahí el título. Aunque los primeros episodios versaron sobre personajes como Adolf Hitler, Sadam Huseín, Henry Kissinger o Nicolae Ceaucescu, uno de sus últimos episodios tuvo como protagonista a un personaje al que no se le conocen crímenes de sangre —directa o indirectamente— ni otros delitos o faltas.
El invitado en ese programa, emitido el pasado 17 de septiembre, era el actor de comedia Ed Helms (The Office, Resacón en Las Vegas) y el bastardo del que iban a hablar era un informático de 51 años metido a bloguero y llamado Curtis Yarvin.
"El tipo del que vamos a hablar hoy es alguien que... llevo varios años debatiéndome si debíamos cubrirlo o no, porque es un monstruo que silenciosamente se está haciendo importante", dijo el presentador del pódcast, Robert Evans. Un minuto antes, habían estado hablando de los años cincuenta en Estados Unidos, la lucha por los derechos civiles. "Aquel fue un momento autoritario en el pasado de nuestro país, y actualmente nos enfrentamos a otro: el tipo del que estamos hablando, Curtis Yarvin, es el profeta de llevar a América hacia un camino completamente autoritario, es un defensor de cambiar este país a lo que efectivamente es una dictadura, y por desgracia, es un tipo que ha tenido mucha influencia".
El título de ese episodio, de hecho, era "el filósofo tras J.D. Vance", el candidato a vicepresidente con Trump, cuyo debate televisado con el demócrata Tim Walz iba a tener lugar en apenas dos semanas.
J.D. Vance is deeply influenced by a San Francisco man who once suggested turning "unproductive people" into "biodiesel."
— gil duran (@gilduran76) July 22, 2024
Meet Curtis Yarvin, the Peter Thiel political guru who ♥️ dictatorship & whose ideas may reach the White House, via @newrepublic
👉https://t.co/FYVSYvzFnN
Coincidencia o no, cuando el debate entre ambos se aproximaba, las redes comenzaron a reflotar viejas citas de Yarvin, denominado como el padre intelectual del movimiento neo-reaccionario (NRx) o lo que se ha venido a llamar La Ilustración Oscura. En sus manifiestos, como suele ocurrir con las subculturas de internet, las ideas suelen venir bañadas en humor negro o en provocación, matices que siempre se pierden al sacar de contexto frases como que a la gente poco productiva habría que convertirla en biodiésel para los autobuses municipales, en lo que Yarvin definió como una "alternativa más humana al genocidio".
"El problema con la solución del biodiésel es que nadie querría vivir en una ciudad cuyo transporte público se alimentara, aunque sólo fuera en parte, de los restos destilados de su difunta clase baja", concluía.
También surgieron varias citas de Vance, aparentemente inspiradas en las ideas de este pensador, de quien el senador por Ohio se declara amigo. Muchos medios de comunicación estadounidenses llevaban semanas tratando de enhebrar las influencias intelectuales de Vance, relacionándolas con sus antecedentes políticos. Cuando Trump le escogió para su ticket, Vance era descrito como un cínico que pasó de renegar del candidato republicano en 2016 a abrazar posiciones incluso más radicales en asuntos como el aborto o la inmigración. Además, ya desde antes de su designación el político decidió alistarse en la guerra cultural contra lo woke, como denota su célebre comentario de que el país estaba siendo llevado por "un puñado de mujeres sin hijos y con gato", donde incluía a Harris.
Sin embargo, Vance logró salir bastante bien parado del debate con Walz. Para los medios del establishment el republicano resultó el ganador o, al menos, empató con el demócrata. Con una inteligencia que no siempre se da por supuesta, Vance ha sabido canalizar muchos de esos mensajes de la subcultura de derechas para apelar al estadounidense común del Medio Oeste, la zona del país que atesora el puñado de swing states que acabarán decantando unas elecciones muy igualadas. En teoría, es precisamente este el motivo de que Trump lo escogiera.
"En J.D. Vance se entrecruzan dos caminos de la Nueva Derecha estadounidense que, hasta ahora, no lo estaban", explica Jaime Caro, investigador en historia contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid especializado en las nuevas formas de la derecha en Estados Unidos, "por un lado está la alt-right, y por el otro una parte muy importante, los neorreaccionarios y la Ilustración Oscura; son dos caminos que antes estaban totalmente diferenciados pero ahora se dan la mano en figuras como Vance o Elon Musk".
Muchas de esas ideas, que Vance está poniendo en el debate público, llevan años en internet y tienen su origen en el teclado de Yarvin, que en cuestión de meses ha pasado de ser un friki con lecturas leído por unos pocos a un serio problema para el bando demócrata, que mediante el Efecto Streisand —amplificar algo queriendo denostarlo— ha acabado disparando su fama hasta niveles insospechados por el bloguero.
Yarvin acuñó en 2007 la metáfora de la pastilla roja, muy extendida en círculos conservadores
Está, por ejemplo, la metáfora de la pastilla roja. En Matrix (1999), el protagonista tiene que elegir entre tomar una pastilla azul, que le mantiene sedado dentro de una alucinación colectiva, o una roja, que le abre de repente las puertas de la percepción mostrándole verdades capaces de cambiarle la vida. En 2007, Yarvin tomó esa imagen y la convirtió en una poderosa metáfora que hoy ha invadido el mundo.
Por ejemplo, cuando habla de Noam Chomsky (Yarvin se define como el anti-Chomsky) dice "muchos aseguran vender pastillas rojas. Puedes ir, por ejemplo, a cualquier librería y pedirle al chico detrás del mostrador algo de Chomsky. Lo que te dará es una pastilla azul bañada de Rojo #3".
Aunque es muy difícil condensar la obra de alguien que lleva diseminándola por internet desde los años noventa, esencialmente Yarvin argumenta que la democracia estadounidense se ha degradado hasta convertirse en una oligarquía corrupta, dirigida por unas élites más centradas en consolidar su posición de poder que en atender al interés del pueblo. Para ello, el sistema pone a su servicio lo que Yarvin denominó La Catedral —uno de sus conceptos más exitosos— que vendría a ser un conglomerado de las universidades y los medios de comunicación.
Aunque a veces aparenten competencia entre ellos, todos los que forman parte de La Catedral estarían vendiendo pastillas azules, es decir, al servicio de los oligarcas, propagando las mismas nociones para proteger al Sistema de sus atacantes. Para arreglar este desaguisado, Yarvin propone un retorno a la monarquía, pero no a cargo de una familia real sino de una sola persona, un CEO nacional capaz de hacer un debug —en jerga informática, hallar errores en el código y repararlos— al orden político estadounidense. Para alcanzar este glorioso objetivo, escribe Yarvin, antes los americanos tendrían que superar su fobia a los dictadores.
Por radical que suene, la influencia de esta idea ha acabado llegando a casi todos los espectros de la derecha estadounidense, desde los foros como 4Chan hasta los consejos de administración de empresas tecnológicas de Silicon Valley —bendecidos por la tecnología y por el mercado, son quizá los individuos más próximos a ocupar ese rol de CEO absolutista— pero no se confundan. Tras el pensamiento Yarvin hay mucho más que un puñado de eslóganes radicales.
Uno de los principales méritos de Yarvin para haberse convertido en un autor de cabecera para la Nueva Derecha es su capacidad para poner de acuerdo a las facciones más conservadoras del país, tanto a las libertarias como a las tradicionalistas. En una entrevista a Vanity Fair de 2022, Yarvin definió otra de las claves de su pensamiento: "La premisa fundamental del liberalismo —entendido como izquierda estadounidense— es que existe una marcha inexorable hacia el progreso. No estoy de acuerdo con esa premisa".
¿De dónde sale?
Yarvin es un judío de Brooklyn. Hijo de un diplomático del Servicio Exterior estadounidense, pasó su juventud viviendo por todo el mundo. Sus abuelos, comunistas que fueron perseguidos por las políticas de McCarthy, tienen en él una notable influencia: en un post de 2013, consideraba análogo lo que les pasó a sus antepasados en los años 50 con el Temor Rojo, solo que ahora había un Temor Marrón: cuando antes se perseguía a algunos estadounidenses al grito de ¡comunista!, hoy se hace lo propio con otros al grito de ¡racista! ¡machista! o ¡fascista!
Como adolescente, formó parte de un Estudio de Jóvenes Matemáticamente Precoces realizado por la Universidad Johns Hopkins, donde se formaría años después. Más tarde pasó por Brown, otra de las universidades de la prestigiosa Ivy League, y prosiguió como investigador en el departamento de Ciencias de la Computación de Berkeley. En esta época, a principios del siglo XXI, es cuando empieza a dar forma al blog que acabaría alojando gran parte de su producción, Unqualified Reservations. Más recientemente, abrió otro llamado Gray Mirror, subtitulado como "un portal hacia el próximo régimen" y que cuenta con 44.000 seguidores en Substack; un número importante, pero discreto en comparación con el terror que parece inspirar en la mitad de Estados Unidos que planea votar a Kamala Harris.
Por supuesto, y como suele suceder con este tipo de ensayistas, muy pocos de los que lo temen lo han leído y muchos menos aún lo habrán entendido. Su prosa es farragosa, a veces innecesariamente circular. Las frases se entienden una a una, pero cuando se van acumulando es difícil saber qué dirección están tomando. Las reflexiones sobre política se entreveran con otras sobre Thomas Carlyle —una figura que le obsesiona— o el imperio británico, todo ello aderezado con un léxico informático.
"Yarvin escribe de manera muy críptica, su blog es difícil de descifrar"
"Curtis Jarvin escribe de manera muy críptica y, grosso modo, basada en ciencia", explica Caro. "Su blog es difícil de descifrar, y en este caso sería Nick Land, que es un filósofo británico, quien coge todo eso y lo convierte
Este libro, publicado en español en 2022 por una pequeña editorial llamada Materia Oscura, vino a cristalizar todas esas teorías e ideas que hasta entonces andaban sueltas y de repente conformaban un nuevo dogma: la Neorreacción o NRx. Su prologuista, Abraham Cordero, indica que el movimiento "está constituido por varias ramas casi antagónicas entre sí, cuyo objetivo común les posibilita dejar a un lado sus diferencias".
En muchos puntos, las diferencias entre teonomistas, tecnocomercialistas o etnonacionalistas (tres de las facciones que ahora se reconocen como neorreaccionarias) son insalvables, explica Cordero. "En muchas ocasiones he visto referenciar la NRx como neofascismo, cuando esto dista bastante de la realidad; existe un claro componente antinacionalista y desestatalizador, al menos en la corriente tecnocomercialista en la que Land y Yarvin medran".
Este mismo componente, alentado por la visión de Yarvin de convertir al presidente de los EEUU en un CEO, atrajo el interés de los empresarios tecnológicos. Uno de los grandes valedores del pensador es Peter Thiel, el fundador de PayPal y dueño de Palantir que lleva promocionando al pensador desde hace más de una década, cuando invirtió más de un millón de dólares en Urbit, una especie de tablón de anuncios digital creado por Yarvin y construido sobre una "galaxia" de servidores descentralizados.
Otro nombre relevante en este triángulo que Yarvin forma con la empresa y la política es Blake Masters, inversor de capital riesgo muy cercano a Thiel y candidato al senado por Arizona en las midterms de 2022.
Yarvin en Mérida
El hombre que hoy aterroriza a la América demócrata apareció hace un par de años en la capital extremeña con un aspecto singular: vaqueros negros, gafas de sol y una camiseta roja del Che Guevara. Allí le esperaba el columnista Paco Santas, alias Hughes. Hasta donde sabemos, la única persona en España que ha entrevistado a Yarvin. En este caso, para el diario Abc, donde trabajaba por entonces.
"Ir a entrevistarle fue una cuestión personal mía, él comunicó en su blog que estaba en Lisboa y yo en esa época hacía reportajes y entrevistas", explica Hughes a El Confidencial. "Iba a ir a Mérida para ver la ciudad y quedé con él allí".
Para Hughes, Yarvin no era ningún desconocido ya que llevaba tiempo leyéndolo, pero le sorprendió encontrar en el informático a alguien tan interesado y conocedor de la historia de España, entre otras facetas de la personalidad que los límites de la comunicación en internet enmascaran. "Yo no asocio lo que se dice de Yarvin con mi conocimiento personal y con las lecturas que he hecho de él, me pareció una persona brillantísima, un hombre excepcionalmente culto", indica. "No lo reduciría a una especie de extremismo oscuro de la red, esto es completamente absurdo".
"No asocio lo que se dice de Yarvin con mi conocimiento personal y con las lecturas que he hecho de él, me pareció una persona brillante"
Con el tiempo, Hughes se convirtió en editor de Ideas, el suplemento dominical de La Gaceta, un clásico de los kioskos que desde hace unos años pertenece a la Fundación Disenso, el think tank de Vox. En sus páginas han aparecido a menudo traducciones de los artículos de Yarvin.
"Puede ser farragoso pero es brillante", sentencia el editor. "Yarvin tuvo a través del blog una influencia cada vez mayor, dentro de lo minoritario, pero sobre todo en la terminología. Luego tiene la formulación de La Catedral, cómo hay un todo organizado más allá del puro Gobierno; lo vio de una manera muy clara y luego lo hemos ido viendo todos y sintiendo todos en nuestras carnes".
"Con lo de la pastilla roja hay una influencia de largo aliento en lo alternativo", prosigue Hughes, "él no ha acaudillado nada".
Tras casi una década en Abc, periódico monárquico por excelencia, una de las cosas que más interesaban al columnista sobre la obra de Yarvin era su propuesta de reinvención de la monarquía. "Me interesó mucho su entendimiento de lo monárquico", confirma. "Es un estudioso de la monarquía en el siglo XXI, y claro, eso es atractivo y raro, porque cuando la forma monárquica parece cosa del pasado, aparece él con una reivindicación de ésta que va más allá de lo simbólico, una monarquía gerencial", algo que para Hughes, "puede parecer más o menos realizable o disparatado, pero desde luego no es extremo; una reducción al absurdo de esto sería vislumbrar cómo se puede trasladar el principio organizativo de las compañías de Silicon Valley al Ejecutivo americano, lastrado por esas cohortes administrativas que hacen imposible que la decisión política se produzca".
Ideas radicales a las puertas de la Casa Blanca
Yarvin puede vivir en lo etéreo, ¿pero pueden sus ideas estar alimentando una nueva rebelión? Este es el temor en Behind the Bastards y entre los partidarios de Kamala: que lo que sucedió el 6 de enero de 2021, con el asalto al edificio de la Casa Blanca, pueda tener una nueva oportunidad con una segunda venida de Trump. Y que además, no sea algo episódico sino continuado, para lo cual el asalto debería contar con un respaldo intelectual sólido que lo justifique y logre convencer a millones de estadounidenses de su conveniencia.
En estos círculos se habla a menudo del Proyecto 2025, un documento elaborado por la Fundación Heritage, un grupo ultraconservador, del que Trump se ha desmarcado en repetidas ocasiones, pero que los demócratas están tratando de vincular al candidato republicano dado que algunos antiguos miembros de su administración lo han apoyado. El planteamiento, de más de 900 páginas, contempla muchas de esas ideas tecnofeudales apadrinadas por Yarvin, como ampliar los límites del poder del presidente o despedir a miles de funcionarios intermedios, e introduce otras más libertarias como desmantelar el Departamento de Educación y otras agencias federales o ejecutar recortes fiscales radicales.
Para Jaime Caro, que ahora trabaja en Sumar, no son ideas nuevas, pero han encontrado en estos momentos un caldo de cultivo perfecto. "Que la democracia funciona mal y lo tecnocrático funcionaría mejor es una pulsión autoritaria que siempre ha tenido la nueva derecha estadounidense", indica. "Se basa también en una metáfora que utiliza el paleolibertario alemán Hans-Hermann Hoppe, viene a decir que el Gobierno es como una casa, entonces no es lo mismo estar de alquiler que tenerla en propiedad, si estás de alquiler no te preocupas en mantenerla bien, porque en cuatro o cinco años te tienes que ir, pero si la casa la tienes en propiedad te vas a preocupar, porque además tú eres el que manda. Lo que viene a decir Hoppe es que un gobierno no se lo puedes dar a alguien que va a estar cuatro años porque no se lo va a tomar en serio, sino a alguien que esté de por vida, y que además la mejor persona para ello sería alguien que haya triunfado en el mercado".
Aquí encaja perfectamente la noticia del mes pasado, cuando Trump anunció: "A sugerencia de Elon Musk, que me ha dado su apoyo total y absoluto... crearé una comisión de eficiencia gubernamental encargada de llevar a cabo una auditoría financiera y de rendimiento completa de todo el gobierno federal y de hacer recomendaciones para reformas drásticas". Una comisión dirigida, además, por el propio magnate de Tesla y SpaceX.
NRx, un anillo para unirlos a todos
Cuando Arlie Hoschschild, profesora de sociología en Berkeley, se adentró en las regiones del Medio Oeste donde Trump había arrasado, encontró que aquella fuerza electoral que muchos medios vendían como homogénea no lo era en absoluto. "Podemos hablar de los votantes de Trump orientados a los impuestos —generalmente acomodados— y de los votantes orientados a la raza o la inmigración", explica a El Confidencial. A estos se sumaban otros votantes de Trump más centrados en asuntos sociales o de guerra cultural. "Para muchos con los que hablé, la 'gota que colmó el vaso' fueron los baños trans", pero también había otros que no encajaban en estas categorías, como los votantes rurales y "un sector que se hunde, el de los blancos no universitarios (42% de los estadounidenses) que en las últimas tres décadas han sufrido pérdidas y para quienes Trump les expresa agravio: comparten la idea de que han sido 'olvidados' por el Partido Demócrata", apunta Hochschild.
La idea central es que Yarvin y Land lograron dar cohesión a todos esos grupos bajo una misma etiqueta, y del mismo modo, provocaron una conexión entre dos fuerzas mayúsculas en la sociedad estadounidense: el enorme capital político que atesoran todos esos votantes —algunos conservadores, otros de extrema derecha o neofascistas, otros independientes— y el enorme poder de Silicon Valley, particularmente de su vertiente libertaria.
De algún modo, podría considerárseles los dos pensadores más influyentes del momento, ya que sus ideas están conformando también de la mano de J.D. Vance las futuras políticas del Gobierno si Trump logra imponerse en las próximas presidenciales de noviembre.
"A pesar de que Land es la cara más visible del movimiento, Yarvin sería el verdadero padre de la vertiente más 'pragmática' del movimiento, en el sentido de ser quien ha influido realmente en J.D. Vance o en la administración Trump con Steve Bannon, etcétera", explica Cordero, uno de los mayores estudiosos en nuestro país de todos estos movimientos. "Land es café para los cafeteros, en términos coloquiales, y su relevancia debería darse mucho más a nivel filosófico que político".
"Yarvin sería el verdadero padre de la vertiente más 'pragmática' del movimiento, en el sentido de ser quien ha influido realmente en J.D. Vance"
Dentro de este nuevo marco conceptual de lo neorreaccionario, "Yarvin, por un lado, aporta su neocameralismo, una especie de conservadurismo que parte de Edmund Burke, o sistema de patchwork, a través del cual localiza el enemigo común de lo que podríamos llamar Nueva Derecha en cualquiera de sus vertientes: la Catedral", explica el editor. Es decir, al nombrar al enemigo, todos los miembros de la tribu olvidan sus diferencias. "Yarvin sostiene que La Catedral tiende inevitablemente a la izquierda, a través de la implementación paulatina de elementos identitarios, de modo que cualquier conservadurismo posmoderno sólo conservaría el régimen establecido, haciendo necesaria una nueva reacción que retome elementos del pasado que chocan con la idea de progreso catedralicia o democrática".
En los últimos años ya ha habido algo de esto. De acuerdo con Caro, la apuesta por pensadores como Yarvin creció tras el asalto del 6 de enero a la Casa Blanca, que supuso un gran descrédito de la marca QAnon y, al mismo tiempo, un mayor control sobre sus publicaciones conspiranoicas en foros de internet.
Del mismo modo, Hochschild ha percibido un cambio entre los votantes de Trump a los que visitó hace una década para su primer libro Extraños en su propia tierra (publicado en español por Capitán Swing) y el último, Orgullo robado: pérdida, vergüenza y el ascenso de la derecha, publicado este año en Estados Unidos.
"Cuando hablé con la gente entre 2012 y 2016 para Extraños en su propia tierra, la democracia en sí no era el tema", dice la socióloga. "Pero en mis últimas charlas para mi reciente libro, Orgullo robado, el tema a favor y en contra tenía que ver con la democracia", o dicho de otra forma, los neorreaccionarios han logrado instalar ese marco mental en la mente de muchos estadounidenses, y no solo de sus acólitos. "Quienes se oponen a Trump señalan las muchas formas en que ha insinuado o declarado abiertamente su intención de desafiar a la democracia, por ejemplo alabando a los extremistas que irrumpieron en el Capitolio o diciendo que gobernaría el «primer día» como un autócrata", señala Hochschild. "Y sobre estos desafíos, incluso cuando se les pregunta, los votantes de Trump que llegué a conocer expresan su objeción".
Tímida reacción de la izquierda
Prácticamente, todos los políticos progresistas del mundo siguen instalados dentro de su actual marco, situando como enemigos a los partidos tradicionalmente conservadores o a los partidos emergentes de extrema derecha. Sin embargo, algunos han empezado a mirar un poco más allá y a observar la amenaza que estos movimientos tectónicos pueden suponer para las democracias.
El año pasado, el exministro griego de Economía, Yanis Varoufakis publicó Tecnofeudalismo (Ariel, 2024), ensayo donde diseccionaba las consecuencias de que el capital en los últimos años se haya trasladado desde lo industrial a lo financiero y, en última instancia, a la "economía de la nube", con el consiguiente poder que los dueños de estas empresas (Facebook, Amazon) han logrado sobre ciudadanos y trabajadores de todo el mundo. Según Varoufakis, esto inaugura un nuevo sistema de explotación que, como en el medievo, nos convierte en siervos de esos nuevos señores tecnofeudales.
"Ha habido otros, como Evgeni Morozov, que han escrito también sobre este nuevo reto para todos los países", explica Caro, "lo que Varoufakis dice es que hay que intentar que no se erosione la democracia, y poco a poco, ir recuperando el Estado".
Según Varoufakis, este nuevo sistema de explotación nos convierte en siervos de esos nuevos señores tecnofeudales
"No creo que sea extremo ni que atraiga a una facción política determinada", discrepa Hughes, "atrae a gente heterodoxa, raros y mira la política desde fuera de las coordenadas manufacturadas habituales: él piensa u observa, a veces de un modo puramente especulativo, las posibilidades que hay de evolución, ya está, no hay detrás una orquestación de radicalidades tenebrosas".
Los movimientos que surgen de internet son, muchas veces, líquidos e inaprensibles, por lo que su lucha contra ellos es muy difícil, dado que además la respuesta a una guerra de guerrillas nunca puede ser coordinada. La reflexión del presentador de Behind the Bastards no es baladí: el resultado de exponer a los intelectuales denostados a la demonización les acaba conduciendo al mainstream. Así sucedió con el psicólogo canadiense Jordan Peterson, inicialmente adscrito a esta Ilustración Oscura y hoy una figura absolutamente normalizada y enmarcada en el centro-derecha.
Thank you and congratulations @moicanoufc !
— Hans-Hermann Hoppe (@HoppeQuotes) September 29, 2024
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O con el ya mencionado pensador paleolibertario alemán. El pasado 28 de septiembre se celebró un combate de la UFC —artes marciales mixtas o MMA— en París donde el brasileño Renato Moicano derrotó al favorito local Benoît Saint Denis. Tras agarrar el micrófono, gritó al público "Que le jodan a Macron. Que le jodan a los globalistas. Que le jodan a todos esos globalistas cabrones que intentan impulsar esta agenda políticamente corrupta. Si quieres hablar de política y economía, lee
Hay un pódcast en Estados Unidos con cierto éxito que se llama Behind the Bastards. Se emite desde Los Ángeles y, cada semana, invitan a alguna celebridad del cercano Hollywood a disertar sobre algunos de los personajes más malvados de la historia, de ahí el título. Aunque los primeros episodios versaron sobre personajes como Adolf Hitler, Sadam Huseín, Henry Kissinger o Nicolae Ceaucescu, uno de sus últimos episodios tuvo como protagonista a un personaje al que no se le conocen crímenes de sangre —directa o indirectamente— ni otros delitos o faltas.
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