Imágenes de satélite muestran el impacto de misiles iraníes en una base militar israelí

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Una imagen satelital que ha salido a la luz recientemente ha dejado al descubierto los daños sufridos en la base aérea israelí de Nevatim tras el contundente ataque con misiles balísticos lanzado por Irán el pasado martes. Esta base, situada en el desierto de Negev y que es clave para las operaciones de la Fuerza Aérea israelí, alberga una importante flota de aviones de combate furtivos F-35 de fabricación estadounidense, además de otras aeronaves de transporte y reconocimiento.

La imagen, obtenida a través de fuentes satelitales y compartida por la agencia de noticias AP, muestra un gran agujero en el techo de uno de los hangares principales de la base, lo que demuestra el impacto directo de uno de los misiles iraníes. Los escombros esparcidos por el área muestran, además, la magnitud del ataque, que habría afectado a varios edificios cercanos a la pista principal.

El bombardeo con más de 200 misiles balísticos llevado a cabo por Irán fue una represalia directa a una serie de muertes, como la del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Entre los objetivos de esos ataques se encontraban figuras clave de Hamás, Hezbolá y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní, lo que provocó el aumento de la tensión entre ambos países.

La operación iraní no solo provocó el sonido de las sirenas en todo el territorio israelí, sino que obligó a miles de ciudadanos a buscar refugio en búnkeres subterráneos, generando momentos de máxima tensión. Las imágenes de la base Nevatim son solo una parte de los daños causados en varias instalaciones militares israelíes, aunque es la primera vez que se ven con tanto detalle las consecuencias de un ataque de este calibre.

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Según fuentes iraníes, el ataque logró un "90% de éxito" en sus objetivos, alcanzando tres bases militares y una base de inteligencia de Israel. El ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, afirmó que la operación respetó el derecho internacional y que se evitó a propósito atacar objetivos civiles, centrando el bombardeo en infraestructuras militares estragcas.

A pesar de las evidencias visuales que muestran los daños sufridos en Nevatim, el ejército israelí ha intentado minimizar el impacto del ataque. En un comunicado oficial, las autoridades reconocieron que algunas de sus bases aéreas fueron golpeadas, pero insistieron en que los aviones de combate, drones y otras infraestructuras clave no resultaron afectados. Según sus declaraciones, los misiles habrían dañado principalmente áreas de mantenimiento y edificios de oficinas, sin comprometer la operatividad de la Fuerza Aérea israelí.

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Sin embargo, algunas fuentes no oficiales han señalado que el ataque podría haber destruido hasta 20 aviones de combate, una cifra que, de ser cierta, representaría un golpe significativo para la capacidad defensiva de Israel. Por el momento, el gobierno israelí no ha confirmado ni desmentido estos informes.

La base aérea de Nevatim, ubicada al sur de Israel, es crucial para las operaciones militares del país. Alberga varios escuadrones de aviones F-35, considerados entre los más avanzados del mundo por su capacidad para eludir los radares enemigos. Además, en Nevatim se encuentran estacionados aviones de transporte C-130 y aviones cisterna Boeing 707, esenciales para las misiones de larga duración y reabastecimiento aéreo.

El hecho de que esta instalación haya sido uno de los principales blancos del ataque refleja la importancia de la base en la estrategia militar de Israel, además de la capacidad de Irán para llevar a cabo operaciones de represalia a gran escala.