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La historia de los 6 políticos que ganaron unas elecciones después de muertos
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Mandatos póstumos

La historia de los 6 políticos que ganaron unas elecciones después de muertos

En varias ocasiones, la política estadounidense ha sido escenario de un fenómeno peculiar: candidatos que ganan elecciones después de haber fallecido

Foto: La histórica congresista Patsy Mink (tercera por la derecha). Fuente: Universidad de Hawai
La histórica congresista Patsy Mink (tercera por la derecha). Fuente: Universidad de Hawai

En la política estadounidense han ocurrido situaciones inusuales en las que candidatos fallecidos han ganado elecciones, un fenómeno que, aunque sorprendente, tiene una explicación lógica. Las leyes electorales en algunos estados impiden retirar o reemplazar a un candidato una vez que las papeletas han sido impresas. Por esta razón, si un político fallece poco antes de las elecciones, su nombre permanece en la lista de candidatos, lo que permite que, técnicamente, puedan ser elegidos incluso después de su muerte.

Además de las limitaciones legales, el apoyo de los votantes también juega un papel crucial en estos casos. A veces, los ciudadanos prefieren mantener su confianza en un político fallecido antes que respaldar a otro candidato que consideran menos apto o alineado con sus intereses. Esto puede dar lugar a situaciones en las que, por lealtad o como un tributo póstumo, el electorado decide conceder la victoria a un candidato que ya no está vivo.

placeholder Fuente: iStock
Fuente: iStock

Anthony DeLuca

El caso más reciente ocurrió en Pensilvania, Estados Unidos, donde el representante estatal Anthony DeLuca arrasó en las elecciones de medio término de 2022 con un abrumador 85 % de los votos. ¿El detalle? DeLuca había fallecido un mes antes a causa de un cáncer. Sin embargo, la normativa electoral local no permitía cambiar a los candidatos una vez impresas las papeletas. Así que los votantes decidieron seguir confiando en él, lo que llevó a una victoria póstuma. Poco después, se convocó una elección especial para cubrir su escaño.

Mel Carnahan

Una de las victorias póstumas más conocidas es la de Mel Carnahan, exgobernador de Misuri. En el año 2000, Carnahan se presentó al Senado de los Estados Unidos y, a pesar de fallecer en un accidente de avión junto a su hijo y un asesor de campaña 38 días antes de las elecciones, sus seguidores no lo abandonaron. Carnahan ganó a su contrincante, el entonces senador John Ashcroft. La viuda de Carnahan, Jean, ocupó su lugar en el Senado hasta que se celebraron nuevas elecciones en 2002.

Foto: John Tyler (Por Matthew Brady)

Carl Geary

En el pequeño pueblo de Tracy City, Tennessee, en 2010, Carl Geary, un candidato a la alcaldía, falleció de un infarto un mes antes de las elecciones, pero eso no impidió que los votantes lo eligieran alcalde con más del 70 % de los votos. Muchos vieron su victoria como un homenaje, mientras que otros simplemente no querían al otro candidato. "Sabíamos que estaba muerto, pero no queríamos a la otra persona", dijeron algunos votantes. Ironías de la política.

Harry Stonebraker

En 2009, el pueblo de Winfield, Misuri, dejó claro que el legado de un buen político puede perdurar incluso después de su muerte. Harry Stonebraker, que había sido alcalde durante tres mandatos, falleció de un ataque al corazón, pero eso no impidió que sus conciudadanos le dieran un cuarto mandato póstumo con un abrumador 90% de los votos. Stonebraker había ganado popularidad el año anterior tras su liderazgo en la recuperación del pueblo después de una devastadora inundación. Nadie, ni siquiera su oponente, pudo competir con el cariño que le tenían.

"Tras 12 legislaturas en el Congreso representando a Hawái, falleció semanas antes de las elecciones de 2002 debido a una neumonía. Los votantes le otorgaron un último mandato póstumo"

Patsy Mink

La congresista Patsy Mink fue una pionera en la política estadounidense. Tras una carrera de 12 legislaturas en el Congreso representando a Hawái, falleció semanas antes de las elecciones de 2002 debido a una neumonía. A pesar de su muerte, los votantes de Hawái le otorgaron un último mandato póstumo. Su escaño fue reasignado tras una elección especial celebrada meses después, pero su legado quedó grabado para siempre en la historia política del estado.

Jenny Oropeza

Jenny Oropeza, senadora estatal en California, falleció en octubre de 2010 por complicaciones derivadas de un coágulo de sangre. A pesar de haber estado ausente de la campaña por razones de salud, Oropeza ganó su reelección con un sólido 58% de los votos. Al igual que en otros casos, la burocracia electoral y el cariño de los votantes hacia su labor hicieron posible su triunfo post mortem.

En la política estadounidense han ocurrido situaciones inusuales en las que candidatos fallecidos han ganado elecciones, un fenómeno que, aunque sorprendente, tiene una explicación lógica. Las leyes electorales en algunos estados impiden retirar o reemplazar a un candidato una vez que las papeletas han sido impresas. Por esta razón, si un político fallece poco antes de las elecciones, su nombre permanece en la lista de candidatos, lo que permite que, técnicamente, puedan ser elegidos incluso después de su muerte.

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