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Así funciona el Frente Unido, la organización con la que Xi Jinping teje su red en Europa
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Clave para silenciar las críticas al régimen

Así funciona el Frente Unido, la organización con la que Xi Jinping teje su red en Europa

El presidente de China ha reforzado esta organización desconocida del Partido Comunista para afianzar su control en todo el planeta, especialmente el continente europeo

Foto: Ilustración: EC Diseño.
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Las palabras de Xi Jinping se expandieron por la sala, donde reinaba un respetuoso silencio: “El Frente Unido”, dijo el presidente chino, “es una importante arma mágica para reforzar la posición dominante del Parido, y para llevar a cabo el Sueño Chino del Gran Rejuvenecimiento de la Nación China”. Corría el año 2015, y Xi hablaba ante los delegados del Encuentro del Departamento Central del Trabajo del Frente Unido. La mención era un préstamo del pensamiento de Mao Tse-tung, quien ya en 1939 hablaba de “tres armas mágicas” para imponerse a sus enemigos: el Partido Comunista, la lucha armada y el mencionado Frente Unido.

Esta última organización, muy poco conocida fuera del ámbito de los estudiosos de la China contemporánea, se ha establecido en todo el mundo como una herramienta esencial para la expansión de la influencia de Pekín. El Frente Unido ha vivido un auténtico renacer desde la llegada al poder de Xi Jinping, que la ha convertido en uno de los pilares de su régimen y la ha dotado de abundantes recursos, añadiendo 40.000 cuadros adicionales a la institución y dotándola de más autoridad sobre otros grupos. Una investigación conjunta de media docena de medios europeos, incluido El Confidencial, ha revelado los nombres de las principales figuras de este grupo en Europa.

Pero ¿qué es exactamente el Frente Unido? Se trata de una complejísima red de organizaciones dependientes del Partido Comunista chino encargadas de las relaciones — y en último término, la absorción — de todos los elementos de la sociedad civil para ponerlos a su servicio. Aunque se desconoce su presupuesto actual, se sabe que en 2019 era de 2.600 millones de dólares.

El senador republicano Mike Gallagher, jefe del Comité Selecto sobre el PCCh en el Senado de EEUU, lo define así: “El Trabajo del Frente Unido es la estrategia del partido para librar guerras políticas sin restricciones a través de tres tácticas principales: silenciar las críticas al régimen a nivel mundial, promover la propaganda en el exterior y manipular instituciones extranjeras mediante operaciones clandestinas y abiertamente ilegales”. El New York Times lo describe de forma más prosaica, aunque no exactamente atinada, como “la agencia de inteligencia del PCCh”.

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En realidad, el nombre completo de la organización es Departamento de Trabajo del Frente Unido (DTFU). Las dos últimas palabras hacen referencia solamente a la estrategia de cooptación desplegada por aquella, si bien muchos expertos y periodistas utilizan esa denominación abreviada (FU) para referirse al grupo. En aras de la claridad, en este artículo haremos lo mismo.

Espionaje y corrupción estratégica

“El Departamento de Trabajo del Frente Unido desempeña un papel crucial en las operaciones de influencia extranjera de China, dando forma a las percepciones, narrativas y políticas en línea con los objetivos del Partido Comunista Chino (PCCh). El objetivo principal del trabajo del Frente Unido es promover los objetivos del PCCh involucrando y movilizando a grupos fuera del partido, generalmente centrándose en individuos influyentes dentro de esos grupos para extender su influencia”, explica David Gardáš, sinólogo y analista del Proyecto Sinopsis, con sede en Praga, que estudia la China contemporánea. “Al aprovechar una red compleja de organizaciones fachada, empresas, instituciones académicas y comunidades de la diáspora, el FU ejerce influencia tanto a nivel nacional como internacional, combinando actividades legítimas con tácticas encubiertas”, dice a El Confidencial.

Peter Mattis, director de la Fundación Jamestown y coautor de un reciente libro sobre los servicios de inteligencia chinos, relata la forma en la que el Frente Unido logra erigirse como representante absoluto de las poblaciones chinas en la diáspora. “Los políticos tienen que involucrar a su comunidad, tienen que involucrar a sus electores, pero hay que hacerlo a través de organizaciones representativas, de clubes comunitarios, cualquier lugar donde la gente se reúna. No hace falta mucho. El 99% de todos los miembros de alguna organización podrían ser ciudadanos completamente normales, ciudadanos patrióticos honestos. Y, sin embargo, todo lo que se necesita es una persona en el liderazgo que se convierta en el rostro de esa organización y consiga inclinarla y guiarla en cierta dirección”, explica.

Las actividades de esta organización empiezan a preocupar a gobiernos y analistas occidentales por su carácter en muchos casos agresivo, cuyo ámbito va mucho más allá de los límites de la cooperación o la diplomacia pública, como la corrupción estratégica o el espionaje. Según el Departamento de Estado de EEUU, el FU colabora sistemáticamente con las agencias de inteligencia chinas. Y el último informe anual del Servicio de Información de Seguridad, la agencia de contraespionaje de la República Checa, habla de operaciones encubiertas en territorio checo “llevadas a cabo por los servicios de inteligencia chinos así como por miembros de las organizaciones chinas del Partido, como el Departamento Internacional del Comité Central del PCCh o el Departamento de Trabajo del Frente Unido”. “El FU suele operar de manera encubierta e indirecta, lo que dificulta que las democracias identifiquen y contrarresten su influencia”, señala Gardáš.

El caso reciente más sonado ha sido el de Linda Sun, la asistente del gobernador de Nueva York imputada con cargos criminales a principios de septiembre por actuar ilegalmente a favor de los intereses de China, por ejemplo impidiendo que diplomáticos taiwaneses contactasen con los funcionarios de su oficina o transfiriendo documentos internos a Pekín. Aunque no se ha revelado si Sun es miembro activo del Frente Unido, se sabe que Sun se encontró en su ciudad natal de Nanjing en 2017 con Wang Hua, el principal funcionario de la organización en la provincia de Jiangsu, de quien recibió instrucciones de “ser una embajadora de la amistad chino-americana” y “promover activamente la solidaridad” entre los inmigrantes chinos en Nueva York, según reportaron los medios chinos en aquella época.

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La organización también se ha visto implicada en otros escándalos semejantes. En 2022, el MI5, el servicio de inteligencia interior de Gran Bretaña, emitió una alerta sobre una abogada británico-china llamada Christine Ching Kui Lee, a la que se acusaba de actuar de formaencubierta mediante el Frente Unido para “cultivar relaciones con figuras influyentes para asegurar que el paisaje político de Reino Unido es favorable” a los intereses del PCCh. En Australia, los servicios de seguridad también expusieron las actividades de un líder de la comunidad china llamado Di Sanh “Sunny” Duong, la primera persona procesada bajo una nueva ley que castiga la interferencia extranjera. Grupos presuntamente organizados por el FU también atacaron a manifestantes en San Francisco el pasado noviembre durante la visita de Xi Jinping para la Cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico.

El Frente Unido en Europa

La investigación conjunta en la que participa El Confidencial, a partir de la filtración de una lista con los nombres de los miembros en todo el mundo, también ha revelado algunos casos problemáticos. Por ejemplo, el canal sueco TV4 ha descubierto que la postura pro-PCC de una de las personas de la lista, el profesor de la Universidad de Estocolmo Tony Fang, se debe a su pertenencia a la organización, un elemento que no aparece en su currículum. Durante más de 15 años, Fang ha escrito artículos de opinión en el principal diario de Suecia alentando a la inversión china en empresas suecas, suavizando el carácter dictatorial de la República Popular China y argumentando en contra de la entrada de Suecia en la OTAN.

Del mismo modo, el medio Direkt36 ha expuesto las actividades del FU en Hungría. Por ejemplo, uno de sus miembros, Cao He Ping, es un influyente empresario que preside la Asociación Chino-Húngara, en la que al menos un parlamentario húngaro tiene un cargo importante y a cuyos eventos asiste el Ministro de Exteriores y Comercio Péter Szijjártó. Direkt36 también describe la implicación del FU a la hora de organizar la visita de Xi Jinping a Hungría el pasado agosto y movilizar a la comunidad china de Budapest para recibirle.

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Más preocupante, revelado también por esta publicación, es todo lo que rodea al acuerdo secreto entre los gobiernos húngaro y chino para construir un campus de la Universidad Fudan de Shanghai en Budapest mediante un crédito chino. La polémica desatada llevó a la alcaldesa del distrito en el que estaban previstas las obras a nombrar los espacios públicos a su alrededor con nombres de comunidades oprimidas por China, como Calle del Dalai Lama o Calle de los Mártires Uigures.

Como respuesta, la alcaldesa recibió una carta firmada por 16 asociaciones chinas que decían ser “representantes de la comunidad china de 40.000 personas”, que alegaba: "Tenemos que cumplir con el pensamiento político del país anfitrión, pero también con las expectativas de la madre patria, China. Por eso nos sentimos mal cuando los nombres de las calles que rodean el área de la Universidad de Fudan se cambiaron de una manera que era incompatible con el pensamiento político de la madre patria", y exigía que se reconsiderase el cambio de nombres “ofensivos”. Al menos 10 de esas organizaciones pertenecían al Frente Unido, según ha podido comprobar Direkt36. Un incidente muy similar al ocurrido en 2017 cuando la Universidad de Salamanca trató de organizar unas Jornadas Culturales sobre Taiwán, tal y como describíamos en nuestra investigación sobre el Frente Unido en España.

Explotando las libertades

“El FU interactúa con la diáspora china para promover la lealtad al PCCh, a menudo movilizándola como herramientas de influencia. Esto puede crear tensiones dentro de las comunidades de la diáspora y entre ellas y sus países anfitriones, especialmente cuando los miembros enfrentan presiones para alinearse con las posiciones de Pekín”, dice Gardáš. “Esta red de organizaciones controladas guiadas desde Pekín, toman las voces de nuestros ciudadanos [de origen chino] y se las presentan a nuestro gobierno, pero utilizando su propia voz y poniendo sus propias palabras, su propio guion. En otras palabras, están quitando la voz a nuestros ciudadanos y pretendiendo representarlos ante nuestro gobierno”, opina por su parte Mattis.

“El sistema del Frente Unido plantea desafíos importantes a las democracias porque opera mediante tácticas de influencia encubiertas, complejas y multifacéticas, explotando las libertades, la transparencia y las normas democráticas de las sociedades abiertas. El sistema busca infiltrarse en los sectores político, académico, empresarial y de los medios de comunicación, apuntando a las élites y las comunidades de la diáspora para moldear narrativas, influir en las políticas e incluso facilitar la transferencia de tecnología”, indica Gardáš. “Las democracias a menudo tienen dificultades para responder de manera efectiva debido a la dificultad de identificar estas operaciones de influencia, sus zonas grises legales y la necesidad de equilibrar las contramedidas con la protección de las libertades civiles. Una conciencia integral y la coordinación son cruciales para contrarrestar este desafío”, concluye.

Las palabras de Xi Jinping se expandieron por la sala, donde reinaba un respetuoso silencio: “El Frente Unido”, dijo el presidente chino, “es una importante arma mágica para reforzar la posición dominante del Parido, y para llevar a cabo el Sueño Chino del Gran Rejuvenecimiento de la Nación China”. Corría el año 2015, y Xi hablaba ante los delegados del Encuentro del Departamento Central del Trabajo del Frente Unido. La mención era un préstamo del pensamiento de Mao Tse-tung, quien ya en 1939 hablaba de “tres armas mágicas” para imponerse a sus enemigos: el Partido Comunista, la lucha armada y el mencionado Frente Unido.

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