Una reunión incómoda: el cara a cara (de perro) Trump-Zelenski va más allá de la guerra
El equipo del presidente ucraniano lleva meses tratando de ablandar a Trump para poder reunirse con él. La razón es simple: la defensa de Ucrania (y su futuro) depende de la asistencia militar estadounidense
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El tono de la reunión de última hora entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, fue establecido en el momento del encuentro ante las cámaras. "Tenemos una muy buena relación y, como sabéis, tengo una muy buena relación con el presidente Putin", dijo Trump. Zelenski se rascó un ojo y le interrumpió: "Espero que nuestra relación sea mejor". "Oh, ya veo", respondió Trump. "Pero hacen falta dos para bailar un tango".
Después de que fuentes de la campaña republicana dijeran que la reunión era bastante improbable, finalmente el magnate aceptó recibir a Zelenski en la Torre Trump, en Nueva York. Visiblemente a regañadientes y horas después de publicar en sus redes sociales el mensaje privado de Zelenski pidiendo dicho encuentro. "Tú sabes que siempre hablo con gran respeto de todo lo que está relacionado contigo, y así es como debe ser", escribía Zelenski, que retrasó un día su regreso a Ucrania.
El equipo del presidente ucraniano lleva meses tratando de ablandar a Trump y concertar una reunión con él. La razón es simple: la defensa de Ucrania depende de la asistencia militar estadounidense. Si Trump gana las elecciones, es probable que cumpla su promesa de acabar rápidamente con la guerra en Ucrania. Una operación que resulta difícil de imaginar sin darle a Vladímir Putin lo que pide o parte de lo que pide. Por ejemplo, la aceptación tácita de la conquista ilegal de territorio.
Sin embargo, pese a que la postura de Trump está más claramente alineada con lo que desearía el Kremlin, los ucranianos ven en su victoria una pequeña oportunidad. Como indica el periodista Simon Schuster en Time, citando a fuentes oficiales ucranianas, Kiev espera que una victoria de Kamala Harris prolongue la ayuda militar. Pero también la indecisión y la timidez de dicha ayuda: la renuencia a darle a Ucrania lo que necesita para marcar la diferencia, para tener una oportunidad. Con Trump, en cambio, siempre puede haber sorpresas y decisiones "más drásticas".
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Más allá de la diferencia de perspectiva entre Zelenski y Trump, de la aparente admiración de este último por Vladímir Putin y de la accidentada historia común de ambos líderes, por aquellas presiones de Trump al Gobierno ucraniano para que investigase a los Biden, lo que causó un impeachment, lo cierto es que ambos líderes tienen cosas en común. Una sintonía que quizás se pueda cultivar.
Donald Trump y Volodímir Zelenski provienen del mundo de la televisión y del espectáculo. Los dos irrumpieron en la política casi por sorpresa y sin experiencia previa. Ninguno fue tomado en serio al principio de sus respectivas campañas, pero los dos explotaron el descontento popular y ganaron contra el establishment. Una vez en el poder, los dos han querido hacer las cosas de forma original y distinta, pero ambos se han visto frustrados por los límites de la política. Por último, ambos son extremadamente sensibles a lo que se dice de ellos en los medios de comunicación.
Desde el pasado verano, el gabinete ucraniano ha estado trabando contacto con líderes republicanos y antiguos miembros de la Administración Trump, como el que fue secretario de Estado, Mike Pompeo. Según Time, Pompeo, que ha dicho estar dispuesto a trabajar en un segundo gobierno de Trump, se ha reunido varias veces con dignatarios ucranianos, incluido Zelenski. El consejo que Pompeo le habría dado es el siguiente: no apeles a los valores americanos, sino a los intereses.
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Los ucranianos trataron de engrasar las relaciones con los líderes evangélicos de Estados Unidos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, a través de la comunidad bautista ucraniana. Y el millonario Víktor Pinchuk contrató a Kellyanne Conway, antigua jefa de campaña de Trump, para que influyese políticamente a favor de Ucrania por un salario de 50.000 dólares al mes.
El equipo de Zelenski barajó celebrar una entrevista conjunta entre Zelenski y Trump en algún canal estadounidense e, incluso, la posibilidad de visitar al magnate en su mansión de Mar-a-lago, en Florida. Pero lo descartaron por la rara óptica. El presidente húngaro, Viktor Orbán, uno de los aliados de los intereses rusos en la Unión Europea, fue a ver a Trump a su residencia de Florida.
Pero toda esta estrategia casi se ve arruinada por la planificación de la visita de Zelenski a Estados Unidos. La primera parada del presidente ucraniano fue una fábrica de munición de artillería de Scranton, en Pensilvania, situada en el condado clave del estado más importante para estas elecciones. Zelenski no solo estrechó las manos de los obreros/votantes y elogió la política (demócrata) de apoyo a Ucrania, sino que lo hizo en compañía de tres líderes. Todos demócratas. Entre ellos, el gobernador Ben Shapiro, uno de los principales aliados de Kamala Harris.
"EEUU apoya a Ucrania no por caridad, sino porque es nuestro interés estratégico"
La visita sentó fatal al Partido Republicano. Al día siguiente de la parada de Zelenski en Scranton, Donald Trump comenzó a atacarlo en sus mítines. El republicano dijo que Zelenski era "el mayor vendedor del mundo" porque había logrado sacar decenas de miles de millones de dólares a EEUU. En otro mitin acusó al ucraniano de desear con todas sus fuerzas que los demócratas ganaran las elecciones.
El líder de la Cámara Baja, Mike Johnson, escribió una carta a Zelenski en la que le pedía, en términos duros, que despidiera "inmediatamente" a su embajadora en Washington, por haber programado aquella visita. Según Johnson, "un evento de campaña claramente partidista diseñado para ayudar a los demócratas".
Zelenski, por su parte, deslizó algunas críticas a Trump y a su entorno. En una entrevista realizada por The New Yorker, el ucraniano recomendó a JD Vance, candidato republicano a la presidencia, leyera más sobre la Segunda Guerra Mundial. Y dijo que, en su opinión, Trump no sabía cómo zanjar la guerra ruso-ucraniana.
El republicano dijo que Zelenski era "el mayor vendedor del mundo" porque había logrado sacar decenas de miles de millones de dólares a EEUU
Como consecuencia de estos hechos, la reunión entre Zelenski y Trump, que se había asumido como parte de la visita del ucraniano a Estados Unidos en el marco de la Asamblea General de la ONU, pareció caerse. Las fuentes republicanas sugirieron que era bastante improbable que se produjera dicho encuentro.
Un día antes, Zelenski se reunía en Washington con el presidente Joe Biden y con la vicepresidenta, y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris. "La historia habla claro cuando nos recuerda que Estados Unidos no puede, y no debe, aislarse del resto del mundo", dijo Harris. "Así que EEUU apoya a Ucrania no por caridad, sino porque es nuestro interés estratégico".
La reunión de Trump y Zelenski no arrojó nueva información. Trump dijo que, cuando ganara las elecciones, acabaría con la guerra "muy rápidamente", trabajando con ambos bandos. No reveló ningún detalle de cómo. Zelenski añadió sucintamente: "Compartimos la visión de que la guerra en Ucrania ha de ser detenida".
El tono de la reunión de última hora entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, fue establecido en el momento del encuentro ante las cámaras. "Tenemos una muy buena relación y, como sabéis, tengo una muy buena relación con el presidente Putin", dijo Trump. Zelenski se rascó un ojo y le interrumpió: "Espero que nuestra relación sea mejor". "Oh, ya veo", respondió Trump. "Pero hacen falta dos para bailar un tango".