Esta fábrica quería comerle la tostada a China en Europa: ahora va a echar a 1.600 trabajadores
La empresa Northvolt representaba la mayor esperanza de la UE para dejar de depender de China en la producción de coches eléctricos
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Tenía que ser la locomotora europea en la carrera mundial frente China para fabricar baterías eléctricas en los coches de bajas emisiones, pero esta semana ha caído en una estrepitosa fallida. La empresa sueca Northvolt representaba un importante avance de la industria verde europea para producir baterías eléctricas baratas y sostenibles con el medio ambiente, al ser diseñadas sin utilizar minerales de escasa disponibilidad.
A pocos kilómetros del círculo polar ártico, Northvolt construyó la primera “Gigafábrica” europea de baterías de ionio de litio, lo que prometía a la industria automovilística del continente dejar de depender del mercado asiático para proveer las baterías de sus coches eléctricos. Otro hito importante para Northvolt lo consiguió hace tan solo seis meses, cuando levantó 5.000 millones de dólares de financiamiento, el mayor préstamo jamás otorgado para la industria de la energía verde en Europa. La apuesta de los inversores y las instituciones europeas con Northvolt era clara, hasta que la caída en la venta de coches eléctricos en Europa y los competidores asiáticos, que han inundado el mercado con baterías más baratas, han obligado a la empresa a anunciar un plan de rescate que aporta un futuro más que incierto al proyecto.
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Durante el verano, los peores presagios han sobrevolado a Northvolt por la desaceleración que sufre la venta de vehículos eléctricos en Europa, que en el mes de agosto registró los peores números de comercializaciones desde enero del 2023. Sin embargo, no se esperaba que el golpe fuera tan importante como el que se anunció el pasado lunes. La empresa comunicó un recorte de 1.600 puestos de trabajo en Suecia, lo que representa el 20% del total de su plantilla mundial. La “Gigafábrica” en Skellefteå despedirá a 1.000 trabajadores, mientras que se perderán 600 puestos de trabajo más repartidos por las instalaciones en Västerås y en las oficinas centrales en Estocolmo.
El director ejecutivo y cofundador de la empresa, Peter Carlsson, expresó en un comunicado de prensa que “la decisión que hemos tomado hoy, aunque sea difícil, es necesaria para el futuro de Northvolt”. Según el director financiero, Alexander Hartman, la empresa prevé cerrar el año 2024 con pérdidas de 12.500 millones de coronas suecas (1.105 millones de euros). De esta forma, la compañía se ha visto forzada a detener los planes que tenía previstos para abrir una nueva planta en Gotemburgo, (Suecia), y dos nuevas fábricas en Alemania y Canadá.
Problemas financieros y de producción
Más allá de los ambiciosos planes de expansión y del rápido crecimiento que la empresa ha experimentado desde que se fundó en el año 2015 de la mano de Petter Carlsson y Paolo Cerutti (ambos exdirectivos en Tesla), los problemas en la cadena de producción de las baterías y la financiación han sido un continuo lastre para la empresa. La Gigafábrica de Northvolt fue construida para tener la capacidad de producir 16 gigavatios hora, teniendo en cuenta que un gigavatio hora representan suficientes baterías para mantener en funcionamiento a 17.000 coches eléctricos.
El problema para Northvolt es que su cadena de producción nunca ha llegado a lograr producir ni un 5% de su total capacidad, por lo que la empresa no ha recibido los ingresos que esperaba. El objetivo para la firma sueca era lograr unas ventas en el año 2024 de un gigavatio hora, y empezar a obtener beneficios a partir del año 2026. Siguiendo este objetivo, hace dos meses la empresa anunció haber logrado un récord histórico de producción en la Gigafábrica de 60.000 baterías en una semana, lo que se corresponde a tan solo unos 60 camiones eléctricos, según informaba el periódico sueco Dagens Industri.
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Una consecuencia grave de la crisis en la cadena de producción de Northvolt se produjo cuando este año la empresa alemana BMW canceló un contrato por valor de 1.185 millones de euros a causa de su frustración por el retraso en la entrega de pedidos. Este fue un duro golpe para Northvolt, ya que BMW es uno de sus principales accionistas, con una participación del 2,8%, pero al final acudió a comprar las baterías que necesitaba al grupo surcoreano Samsung. La situación para Northvolt aún ha sido más complicada debido a la crisis que también atraviesa su mayor accionista, el grupo automovilístico Volkswagen (con una participación del 21%), que, por su parte, también ha anunciado despidos en seis fábricas de Alemania en el próximo año. Por si esto fuera poco, en los últimos meses se han encontrado tres trabajadores muertos de forma repentina en sus casas después de haber estado trabajando en la fábrica de Skellefteå, en un caso que está siendo investigado por la policía.
Una guerra perdida contra China y EEUU
Los problemas acumulados para Northvolt y sus dificultades para aumentar la producción han tenido lugar al mismo tiempo que se ha producido la expansión masiva de las fábricas de baterías en China. En un artículo para el periódico sueco Dagens Nyheter, el especialista en economía, Jonas Fröberg, señalaba que en el último año China ha reducido casi a la mitad el precio de las baterías de ionio de litio mediante grandes subvenciones gubernamentales, al considerarse este un sector estratégico para el país: “esto significa que ahora los coches eléctricos chinos ya son más baratos de producir que los vehículos de gasolina, por lo que China está dejando que sus baterías y coches inunden el mercado mundial” decía Fröberg.
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Según el experto, otro punto a favor de la competitividad China es que “domina toda la cadena de valor de las baterías, desde la obtención de los materiales que la componen hasta las subvenciones en su fabricación, y esto tiene unas repercusiones enormes”. El economista sueco Carl Johan von Seth añadía otro punto, y es que “los grandes productores en China van muy por delante tecnológicamente mientras el estado aporta dinero a las empresas, por lo que el mundo se enfrenta a un exceso en la oferta de baterías”.
Por otro lado, el economista alemán en la universidad de Duisburg-Essen, Ferdinand Dudenhöffer, señala que Estados Unidos y Canadá también representan un competidor relevante en la fabricación europea de baterías, ya que “a través de la ley de reducción de la inflación aprobada por Joe Biden (IRA), hace un par de años que las empresas dedicadas a la energía verde reciben grandes subvenciones que pueden provocar que las inversiones se terminen haciendo allí y no en la UE”.
Finalmente, el analista Hampus Engellau, experto en la consultoría automovilística, advertía: “Si la UE no quiere depender de China para los coches eléctricos y las baterías, tiene que trabajar para hacerlo posible. Puede ser en forma de préstamos gubernamentales, exenciones fiscales u otras subvenciones para que Europa pueda participar y competir” decía el experto.
Tenía que ser la locomotora europea en la carrera mundial frente China para fabricar baterías eléctricas en los coches de bajas emisiones, pero esta semana ha caído en una estrepitosa fallida. La empresa sueca Northvolt representaba un importante avance de la industria verde europea para producir baterías eléctricas baratas y sostenibles con el medio ambiente, al ser diseñadas sin utilizar minerales de escasa disponibilidad.