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Países europeos buscan vías para empezar a deportar a Afganistán… sin tratar con los talibanes
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Países europeos buscan vías para empezar a deportar a Afganistán… sin tratar con los talibanes

Alemania ha reanudado las deportaciones a Afganistán y Siria. A finales de agosto, deportó a 28 delincuentes afganos a Kabul, con Qatar como intermediario, para evitar el contacto directo con el régimen talibán

Foto: Afganos talibanes realizan controles a personas y vehículos en puestos de control en Kabul. (EFE/Samiullah Popal)
Afganos talibanes realizan controles a personas y vehículos en puestos de control en Kabul. (EFE/Samiullah Popal)

A mediados de mayo, el ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner (ÖVP), se reunió en Nicosia con representantes de Chipre y de otros seis países: República Checa, Dinamarca, Grecia, Italia, Malta y Polonia. Su objetivo era reevaluar la situación de la seguridad en Siria para poder deportar a los solicitantes de asilo rechazados y a quienes han perdido al derecho de asilo por la comisión de un delito.

Como respuesta a los ataques con cuchillo en Mannheim y Solingen, Alemania también se ha unido ahora a este grupo. A finales de mayo, un afgano apuñaló mortalmente a un oficial de policía en una protesta contra el Islam, y el 23 de agosto, un sirio cuya deportación ya estaba programada mató a dos hombres y una mujer.

Esto provocó un debate más amplio; el líder de la oposición Friedrich Merz (CDU) pidió con fuerza a la coalición gobernante que endureciera las leyes de asilo, con el objetivo de formar una “gran coalición de asilo”. Sus propuestas incluían la suspensión general de la admisión de personas procedentes de Afganistán y Siria y la reanudación de las deportaciones a estos países. En caso de que estas medidas entraran en conflicto con la legislación de la UE, Merz sugirió declarar una “emergencia nacional”.

Sin embargo, lo que Merz no mencionó es que declarar tal emergencia para invalidar la legislación europea no es sencillo. El Gobierno alemán tendría que justificarlo ante la Comisión y el Consejo de la UE, y los expertos dudan que la situación actual del asilo en Alemania sea motivo suficiente para ello.

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La coalición de gobierno rechazó la suspensión de las admisiones, alegando obstáculos jurídicos. Como solución de compromiso —que no satisfizo a Merz— la ministra del Interior, Nancy Faeser (SPD), anunció controles en todas las fronteras alemanas, no solo en el este y el sur como hasta ahora. Esta medida se introdujo el lunes, pero los expertos, como el austriaco Gerald Knaus, no creen que esto vaya a reducir las llegadas.

Alemania también pretende reanudar las deportaciones a Afganistán y Siria. A finales de agosto, por primera vez en tres años, Alemania organizó un vuelo de deportación a Afganistán mediante el cual envió a 28 delincuentes a Kabul, con Qatar como intermediario para evitar un contacto directo con el régimen talibán, lo que se considera un gran desafío debido al reconocimiento implícito de la autoridad de los talibanes.

placeholder Refugiados sirios regresan a su país desde Líbano.  EFE Wael Hamzeh
Refugiados sirios regresan a su país desde Líbano. EFE Wael Hamzeh

Para seguir evitando el trato directo con los talibanes, Alemania está estudiando otro desvío para las deportaciones a Afganistán. El domingo, el canciller Olaf Scholz (SPD) firmó en Samarcanda un acuerdo migratorio con el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev. Oficialmente, el acuerdo trata sobre la contratación de trabajadores uzbekos para Alemania y la devolución de solicitantes de asilo uzbekos rechazados por Alemania. Sin embargo, también incluye la disposición de Uzbekistán a “hacer transitar” a criminales afganos hacia su patria. Una delegación alemana ya había visitado Tashkent en mayo para explorar estas posibilidades, y el acuerdo es el resultado de estos esfuerzos.

Ya existen planes concretos: las personas deportadas volarían a Uzbekistán en la aerolínea afgana Kam Air. A partir de ahí, las autoridades organizarían su traslado a Afganistán en coordinación con los talibanes.

placeholder Un oficial de seguridad en Afganistán en septiembre de 20024. EFE/EPA SAMIULLAH POPAL
Un oficial de seguridad en Afganistán en septiembre de 20024. EFE/EPA SAMIULLAH POPAL

Desde un punto de vista legal, las deportaciones a Afganistán —incluso a través de Uzbekistán— siguen siendo muy problemáticas. Según los expertos, Alemania seguiría siendo responsable de los deportados, lo que significa que Berlín debe respetar el principio de no deportar a personas a lugares donde puedan ser torturados o sufrir tratos inhumanos.

En el caso de los 28 delincuentes afganos deportados en agosto, el austriaco Friedrich Kinzlbauer, experto en asilo, sostuvo que su devolución era “ilegal”. En su opinión, es necesario establecer un acuerdo legal con los talibanes para que las deportaciones a Afganistán sean lícitas, algo que Alemania está evitando terminantemente en estos momentos.

Los esfuerzos para reanudar las deportaciones a Siria han seguido avanzando. Estas deportaciones han estado suspendidas desde 2012, pero la reunión de mayo en Nicosia mostró signos de movimiento. En julio, el ministro austriaco de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg (ÖVP) y su homólogo italiano, Antonio Tajani, pidieron un cambio en la política de la UE sobre Siria, argumentando que la estrategia actual había fracasado y reconociendo que Bashar Al Asad sigue firmemente en el poder. "Nosotros los europeos tenemos que reconocer finalmente que no habrá solución alguna en Siria sin Asad", declaró Schallenberg. El “documento oficioso” (propuestas políticas informales a nivel de la UE) también recibió el apoyo de Croacia, República Checa, Chipre, Grecia, Eslovenia y Eslovaquia.

Ahora República Checa está planificando medidas concretas para permitir las deportaciones a Siria. El Ministerio del Interior está organizando, junto con Chipre, una “misión” cuyo fin será ir a Siria este otoño para establecer zonas seguras en cooperación con las autoridades sirias. Los sirios que se encuentren en Europa sin derecho al asilo serían deportados a estas zonas.

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“Esta misión tendrá lugar en otoño, pero la fecha exacta depende de la aprobación de Siria y de la situación de la seguridad en el país”, explicó Hana Malá del Ministerio del Interior checo en respuesta a una pregunta del medio de comunicación checo Deník Referendum. Se están preparando varios conceptos para tener una idea de cómo podrían participar los Estados miembros de la UE en esta iniciativa. El ministro del Interior, Vít Rakušan, también subrayó que “República Checa mantiene una posición fuerte en Siria porque nunca ha cerrado su consulado allí, ni siquiera en los momentos más difíciles".

Cuando la página web de noticias Novinky.cz le preguntó si El Asad era un socio adecuado para República Checa, el ministro respondió: “Desde luego, no es un régimen con el que nos alineemos en términos de derechos humanos. Pero necesitamos la aprobación de las autoridades sirias para esta misión, así que necesitamos comunicarnos con ellas”.

Chipre, que forma parte de esta misión, es un destino de refugiados y migrantes sirios que vienen mayormente de Líbano. El número de llegadas a la isla mediterránea se disparó en primavera, lo que llevó a la UE a cerrar un acuerdo con Líbano. Pero pocos sirios y afganos viven en República Checa. Junto con los otros tres Estados de Visegrado —Polonia, Hungría y Eslovaquia— el país se ha negado en repetidas ocasiones a acoger refugiados desde los movimientos migratorios a gran escala de 2015-2016. Sin embargo, los cuatro países actuaron de forma diferente con los refugiados ucranianos.

Traducción por Gloriana Salazar | Voxeurop

A mediados de mayo, el ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner (ÖVP), se reunió en Nicosia con representantes de Chipre y de otros seis países: República Checa, Dinamarca, Grecia, Italia, Malta y Polonia. Su objetivo era reevaluar la situación de la seguridad en Siria para poder deportar a los solicitantes de asilo rechazados y a quienes han perdido al derecho de asilo por la comisión de un delito.

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