Lluvias torrenciales sacuden los campamentos saharauis: "Han arrasado con todo"
El campamento de refugiados saharauis de Dajla ha sido el más afectado por las precipitaciones. Más de 500 familias han tenido que abandonar sus hogares
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Hace una semana, ya estaba el aviso de posibles fuertes precipitaciones que podrían afectar a los campamentos de refugiados saharauis de Dajla, a unos 170 kilómetros de la ciudad argelina de Tindouf. Este martes, 520 familias han sido desplazadas por las lluvias torrenciales que han arrasado esta zona en el desierto del Sáhara dejando sin electricidad y sin viviendas a la mayoría de la población.
El campamento de Dajla ha sido declarado como “zona desastre” por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y alrededor de 350 familias han perdido sus hogares, aunque se espera que el resto de días aumente el número de afectados por las fuertes lluvias, según ha informado la Media Luna Roja Saharaui (MLRS) en redes sociales.
La situación de los campamentos de saharauis en el suroeste de Argelia es un conflicto que lleva más de cuatro décadas sin una solución política desde que el gobierno español abandonó el Sáhara Occidental, provocando el posterior enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario. Desde entonces, la situación de los refugiados saharauis en los campamentos depende principalmente de la ayuda humanitaria internacional frente al limbo político en el que se encuentra la comunidad a la espera de una solución política que permita un referéndum para su autodeterminación.
Las actividades no esenciales se han paralizado en la wilaya (los campamentos en árabe), entre ellas, las clases en las instituciones educativas y los trabajos en las instituciones regionales y locales, según el Ministerio del Interior de la RASD, controlado por el Frente Polisario. “Invitamos a todos los habitantes y autoridades a extremar la precaución y medidas de prevención, alejándose de las construcciones o estanques frágiles, así como mantenerse alejado de cables y generadores eléctricos”, explica una nota de prensa de la agencia Sahara Press Service (SPS) sobre la suspensión de servicios durante una semana.
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“La situación es grave debido a que han sido varios días seguidos de lluvia”, dice el joven saharaui Brahim Chagaf quien se encuentra temporalmente en Ibiza, pero vive en la wilaya de Dajla. Las familias ya estaban preparadas para dirigirse a zonas más elevadas en caso de que la situación empeorase, pero sus pertenencias han sido mermadas por el agua. “Tú sales con lo preparado. Algo para comer rápido, ropa para los peques y alguna jaima (tienda de campaña)”, explica. Sin embargo, estas familias han dejado todo en estas casas, que no podrán recuperar. “Todo lo que había dentro lo han perdido para siempre”, continúa el joven saharaui.
La intensidad de las precipitaciones ha sido tan alta que “ha arrasado con todo”, dice el presidente de Juventudes Activas Saharauis (JAS), el saharaui Khaled Mohamed, a El Confidencial. El agua ha destrozado la mayoría de las viviendas de la comunidad saharaui, construidas con adobe —un material no resistente al agua—, al igual que las placas solares, la única fuente de electricidad que utilizan en el campamento, y ha provocado una mayor incomunicación para las familias afectadas por las pocas antenas de cobertura instaladas.
Desde hace 30 años, según ha dicho el presidente de la asociación de jóvenes saharauis, el campamento nunca había sufrido un caso de este tamaño por las condiciones meteorológicas ni tampoco había sido “tan agresivo como ahora”. Por este motivo, las familias se han refugiado en zonas altas para instalar las jaimas saharauis hasta que se pueda secar el terreno y volver a reconstruir sus viviendas en su tierra.
“Ya no es la pérdida del lugar, ya es la pérdida de toda tu vida”, ha añadido en una entrevista por teléfono. Es muy probable que haya más familias que tengan que abandonar sus viviendas esta semana o la siguiente porque “aunque hay muchas casas que no se han caído no quiere decir que no se vayan a caer”.
Precipitaciones de hasta cincuenta litros por metro cuadrado
Mohamed también señala que la estructura demográfica es una dificultad para recibir la ayuda humanitaria internacional al ser Tinduf una provincia rodeada de agua. “A no ser que vengan por ejemplo desde Mauritania, Mali o Nigeria no puede llegar la ayuda. Tendría que llegar pues por cielo”, sostiene.
La Media Luna Roja Saharaui (MLRS) ha pedido “apoyo inmediato” a las organizaciones internacionales para abordar la situación en el campamento de refugiados. “La MLRS, en coordinación con otras entidades humanitarias, ha activado rápidamente sus protocolos de respuesta de emergencia”, dice en su comunicado en redes sociales. La organización informa de que se están distribuyendo tiendas de campaña y artículos esenciales de refugio a los afectados, pero denuncian que “la capacidad de respuesta actual es insuficiente para abordar la crisis en expansión”.
Desde finales de agosto, los saharauis se han visto azotados por las lluvias del temporal. La comunidad recibió la ayuda de equipos de protección civil y unidades de respuesta de los servicios de emergencias, así como tropas del ejército saharaui, entre ellos, también participaron operativos del Gobierno argelino.
A principios del mes, el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWD por sus siglas en inglés) había previsto varios episodios de lluvia más intensos de lo habitual desplazados al norte de África. Las predicciones alertaban de la posibilidad de que las precipitaciones recogieran hasta cincuenta litros por metro cuadrado en zonas donde en los últimos años no han caído más de diez o veinte.
Hace una semana, ya estaba el aviso de posibles fuertes precipitaciones que podrían afectar a los campamentos de refugiados saharauis de Dajla, a unos 170 kilómetros de la ciudad argelina de Tindouf. Este martes, 520 familias han sido desplazadas por las lluvias torrenciales que han arrasado esta zona en el desierto del Sáhara dejando sin electricidad y sin viviendas a la mayoría de la población.