La ventana de oportunidad de la guerra: Hezbolá está 'sorda' e Israel moviliza tropas hacia Líbano
Netanyahu anuncia que Israel entra en una "nueva fase de la guerra" en el momento que nuevos movimientos de tropas hacen temer una escalada definitiva
"Está empezando", rezaba agoreramente un mensaje publicado en la red social X, acompañado del vídeo de un camión transportando un tanque israelí. Se dirige, presuntamente, a la frontera norte y coincide con otros movimientos que han sido reportados por una retahíla de publicaciones. Una señal clara de que la "nueva fase de la guerra" que advertían desde el Gobierno de Benjamín Netanyahu podría estar a punto de materializarse. Tras las explosiones de centenares de buscapersonas y de varias decenas de aparatos walkie-talkie en manos de milicianos de Hezbolá, que dejaron al menos 28 muertos y más de 3.000 heridos, Israel se moviliza hacia la frontera con Líbano.
El jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Herzi Halevi, ha anunciado la reubicación desde la Franja de Gaza y hacia la frontera norte de las tropas de la División 98 de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), mucho más veteranas el que puñado de reservistas jóvenes y sin experiencia que hasta el momento guardaban con el Líbano. Un movimiento de tropas que, en el contexto de la ventana de oportunidad que da la enorme disrupción de las comunicaciones internas de Hezbolá —así como la luz verde del gabinete de guerra en Tel Aviv a operaciones de mayor envergadura en el frente norte—, presagia una expansión del conflicto.
La noche del jueves al viernes, el Ejército israelí atacaba un centenar de "objetivos" del grupo paramilitar al sur de Líbano, en lo que varias fuentes de seguridad libanesas han catalogado del "bombardeo más intenso" en el país desde el inicio de la guerra en Gaza. Mientras tanto, en Tel Aviv, altos mandos de las IDF presentaban ante el gabinete de gobierno, incluido el primer ministro Netanyahu, "planes operacionales para el frente norte", según reportaba el diario Times of Israel.
El propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, admitió este miércoles que la destrucción de Hamás ya no es el único objetivo de la guerra. Ahora, según un comunicado el Ejecutivo, la prioridad es que los miles de israelíes desplazados de la zona norte del país vuelvan a sus hogares —en referencia a los cerca de 60.000 israelíes que siguen evacuados— y que las tropas aseguren la frontera con el Líbano.
Desde el punto de vista estrictamente militar, el éxito de la operación para destruir las comunicaciones de Hezbolá supone oportunidad como pocas. Desde principios de año, el líder de Hezbolá, Hasán Nasrallah, había ordenado a su organización que limitaran las comunicaciones con teléfonos inteligentes, que consideraba más vulnerables de ser interceptados por Israel. En su lugar, la organización distribuyó los buscapersonas como método primario para la comunicación de órdenes desde los altos mandos y el resto de milicianos, así como la coordinación en general.
Según han reportado varios medios de comunicación, los walkie-talkies que explotaron el jueves eran una segunda y más interna capa de comunicación, diseñados para ser utilizados en caso de urgencia o, incluso, guerra. Con ambos destruidos, y con Hezbolá visiblemente sacudido y diezmado por "el peor fallo de seguridad" de su historia, el grupo está ahora mismo descoordinado y con una clara dificultad para comunicarse.
Esta ventana no durará mucho tiempo abierta. La pregunta es si el estamento político israelí está dispuesto a volver a lanzar una guerra en Líbano.
Según Ishay Efroni, jefe del departamento de Seguridad del concejo Mate Asher, al que pertenece el kibutz Metsuva (ubicado a pocos kilómetros de la frontera), si llega a producirse, la ofensiva militar contra Hezbolá llega meses tarde. Él mismo es un reservista que afirma estar listo para acatar las órdenes y cruzar al otro lado. “Necesitamos órdenes claras. Porque no tenemos un problema de hombres, tenemos a miles de personas que quieren y pueden unirse al ejército en esta zona”, afirma en entrevista con El Confidencial desde el kibutz.
Según los medios israelíes, las tropas de las IDF estarían esperando ahora nuevas directrices del Gobierno sobre cómo actuar en el Líbano, sin perjudicar "la operación militar en Gaza", que ya ha acabado con la vida de más de 42.000 palestinos. Testigos de la zona han podido corroborar que Israel está reforzando la frontera con el Líbano con carros de combate, misiles y soldados.
El problema, insiste Efroni, es que el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha actuado despacio. “No lo han hecho bien, porque ni siquiera han traído de vuelta a los rehenes que siguen en Gaza”, lamenta.
Este es precisamente el objetivo de la organización Fórum, que busca acelerar el regreso de los israelíes capturados por Hamás el 7 de octubre. Desde hace meses, miles de personas han salido a las calles de ciudades como Tel Aviv para reclamar a Netanyahu un acuerdo que consiga su liberación. La plaza 'Rabin', en el centro de la capital, es ahora el lugar en el que se juntan las fotografías de todos los secuestrados y el centro de las protestas.
“Pensábamos que volverían dos semanas después de ser secuestrados. Cuando llegando al mes, nos decepcionamos. Imagina ahora”, explica el fundador de la asociación.
La remilitarización de la frontera ha coincidido con el último discurso del líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, quien ha acusado a Israel de traspasar "todas las líneas rojas" con los ataques masivos de esta semana, "una declaración de guerra" por parte de Tel Aviv. Nasrallah ha enfatizado que Israel "quería atacar a los miembros de Hezbolá, pero también tuvo como objetivo a todo el entorno que les rodeaba". En el momento en el que Nasrallah estaba emitiendo su discurso, varios cazas israelíes sobrevolaron el cielo de Beirut.
Según Nasrallah, poco después de las primeras explosiones recibieron mensajes israelíes llamándoles a suspender su apoyo a Gaza y amenazándoles con realizar más ataques si no lo hacían."El martes pasado, horas tras el ataque, nos llegaron mensajes a través de vías oficiales y no oficiales cuyo contenido fue: 'nuestro objetivo es que paréis de apoyar a Gaza y que suspendáis la lucha en el frente del norte, y si no paráis, tenemos más'", aseveró.
Tras esto, el líder recalcó que Hezbolá responderá ante estas ofensivas, aunque no ha dado ningún detalle sobre cómo lo hará: "No hablaré de tiempo, ni de forma, ni de lugar, pero llegará". Además, insistió en que los ataques del grupo paramilitar no cesarán hasta que no haya un alto el fuego en Gaza.
Un acuerdo cada vez más difícil
Sin embargo, este es todavía difícil de conseguir. Una ofensiva en el norte alejaría todavía más la posibilidad de conseguirlo. “Sería una mala noticia para los rehenes porque toda la atención se centraría en el norte y se perdería la urgencia de llegar a un acuerdo de alto al fuego en la Franja”, explica el jefe de diplomacia del Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, Daniel Shek, a El Confidencial en Tel Aviv.
Al igual que el fundador de la asociación, otros altos mandos militares coinciden en que la mejor estrategia sería estabilizar primero la situación en Gaza antes de abrir otro frente en la frontera norte. Con o sin acuerdo, son muy pocas las voces en Israel que no crean que es necesario tomar una decisión definitiva contra Hezbolá. “Si no es posible llegar a un acuerdo diplomático, no habrá más remedio que operar militarmente”, concluye Shek.
Las tensiones entre Israel y el Líbano han alcanzado el punto más caliente de la guerra desde el inicio de la invasión militar israelí en Gaza. Desde que Netanyahu declaró la guerra a la Franja, Hezbolá e Israel han protagonizado múltiples ataques, convirtiéndose en los más graves desde la guerra del 2006. Desde el 7 de octubre, el Ejército israelí ha llevado a cabo 6.544 ataques en territorio libanés a lo largo de los 120 kilómetros de frontera, provocando el desplazamiento de casi 200.000 libaneses.
"Está empezando", rezaba agoreramente un mensaje publicado en la red social X, acompañado del vídeo de un camión transportando un tanque israelí. Se dirige, presuntamente, a la frontera norte y coincide con otros movimientos que han sido reportados por una retahíla de publicaciones. Una señal clara de que la "nueva fase de la guerra" que advertían desde el Gobierno de Benjamín Netanyahu podría estar a punto de materializarse. Tras las explosiones de centenares de buscapersonas y de varias decenas de aparatos walkie-talkie en manos de milicianos de Hezbolá, que dejaron al menos 28 muertos y más de 3.000 heridos, Israel se moviliza hacia la frontera con Líbano.
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