"Y para España...": cómo el diseño de la nueva Comisión explica cómo ve Von der Leyen la UE
La presidenta de la Comisión Europea da a Francia, España, Italia y Polonia carteras clave en el próximo Ejecutivo comunitario, reflejando su manera de entender la UE
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha abierto este martes la ventana al que quiera entender su manera de ver Europa. La alemana ha presentado su colegio de comisarios, el grupo de enviados de los Estados miembros a los que ha encargado una serie de carteras y competencias que ahora el Parlamento Europeo debe confirmar. El reparto de esas tareas, y especialmente el nombramiento de sus vicepresidentes, sus personas de confianza dentro del colegio de comisarios, ayuda a comprender a Von der Leyen.
En 2019 la política democristiana aterrizó en Bruselas débil, sin demasiados apoyos y sin experiencia ninguna sobre cómo funciona la política comunitaria y la Unión Europea. Entonces Von der Leyen nombró a Frans Timmermans, un socialdemócrata holandés, y a Margrethe Vestager, una liberal danesa, como sus vicepresidentes ejecutivos, impuestos por los líderes europeos después de haber estado en las cartas para ser ellos mismos presidentes del Ejecutivo comunitario. Ella añadió como tercer vicepresidente ejecutivo al popular letón Valdis Dombrovskis, con el objetivo precisamente de equilibrar a dos políticos con ambición y colmillo.
Esta vez, Von der Leyen ha impreso su manera de entender Europa: desde su punto de vista solamente se puede liderar la Unión Europea desde Bruselas en continuo concierto con los Gobiernos de Alemania, Francia, España, Italia y Polonia, las cinco grandes economías del club. La española Teresa Ribera ha recibido una vicepresidencia con la poderosa cartera de Competencia, Stéphane Séjourné una vicepresidencia con competencias de Estrategia Industrial y el italiano Raffaele Fitto, miembro del Gobierno ultraconservador de Giorgia Meloni, una vicepresidencia de Reformas e Inversión. Además, Von der Leyen ha entregado la poderosa cartera de Presupuesto en un momento clave debido al inicio de las negociaciones para el próximo ciclo presupuestario de 2028-2034, al polaco Piotr Serafin.
La alemana ha sido acusada durante su primera legislatura de entender la Comisión Europea como una especie de directorio de las capitales, consultando continuamente con París y Berlín las decisiones, evitando a toda costa provocar enfados y molestias en las capitales de los principales Estados miembros. A diferencia de otros presidentes de la Comisión, considera que su trabajo es acompañar a los Gobiernos nacionales, no enfrentarse a ellos. En los últimos tiempos, a medida que Emmanuel Macron, presidente francés, ha empezado a verse embarrado en una crisis política interna, y que Olaf Scholz, canciller alemán, ha sido incapaz de controlar y coordinar a su Gobierno de coalición, Von der Leyen ha ido ocupando un vacío de liderazgo, pero sin abandonar esa lógica de colocar a los grandes países en el centro de la UE. La democristiana alemana ha pasado de tener una visión de acompañamiento a los Estados miembros a una en la que, en el mejor de los casos, guía a las capitales, pero sin forzar su mano.
El caso Breton
Para Von der Leyen es importante tener a representantes de confianza de los Estados miembros clave cerca del núcleo duro de la Comisión Europea con el objetivo de que ayuden a esa coordinación de la posición de Bruselas y de las principales capitales. Un caso relevante es el de Thierry Breton, comisario de Mercado Interior e Industria desde 2019 y hasta este lunes, cuando dimitió al saber que Von der Leyen y Macron habían negociado a sus espaldas para sustituirle como comisaria para el próximo mandato por otra persona.
Von der Leyen a cambio obtiene a Séjourné. Nada garantiza una buena relación con la alemana, porque lo cierto es que la presidenta de la Comisión Europea y su equipo cercano tienen tendencia a centralizar todo el trabajo y a atar en corto a las principales figuras del Ejecutivo comunitario, lo que en muchas ocasiones provoca mucha tensión, como ha ocurrido en esta última legislatura con varias de los protagonistas de su colegio de comisarios.
El caso Fitto
Los socialdemócratas europeos han criticado que Von der Leyen entregue a un político de los Conservadores y Reformistas (ECR), la familia ultraconservadora de la política italiana, una vicepresidencia de la Comisión Europea, lo que consideran que es llevar a la “extrema derecha” al corazón del Ejecutivo comunitario. Pero para la alemana no había alternativa, precisamente porque necesita estar coordinada con Roma.
De hecho, Von der Leyen ha trabajado por reconstruir los puentes con Meloni después de que los líderes socialdemócratas la aislaran durante las negociaciones para nominarla de nuevo como presidenta de la Comisión Europea. La primera ministra italiana mostró públicamente su enfado y su partido votó en contra de la elección de Von der Leyen en el Pleno del Parlamento Europeo en julio, pero la alemana y su gabinete han intentado volver a tejer confianza con la líder ultraconservadora.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha abierto este martes la ventana al que quiera entender su manera de ver Europa. La alemana ha presentado su colegio de comisarios, el grupo de enviados de los Estados miembros a los que ha encargado una serie de carteras y competencias que ahora el Parlamento Europeo debe confirmar. El reparto de esas tareas, y especialmente el nombramiento de sus vicepresidentes, sus personas de confianza dentro del colegio de comisarios, ayuda a comprender a Von der Leyen.