Von der Leyen desvela su nuevo equipo de comisarios con retraso, pero reforzando su control férreo
La alemana estructura su equipo dando peso a sus personas de confianza y a los enviados de Francia y París. Teresa Ribera recibe la cartera de Competencia
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha presentado esta mañana a los líderes políticos del Parlamento Europeo la estructura de su nuevo colegio de comisarios. Es decir, el reparto de carteras para los enviados por las 26 capitales europeas (sin contar con Berlín, que ya tiene a Von der Leyen) dentro del Ejecutivo comunitario. El Parlamento Europeo todavía tiene que dar su visto bueno a los comisarios designados y habitualmente tumba a un par de ellos, que deben ser sustituidos.
La alemana ha estructurado su colegio de comisarios con seis vicepresidencias, una modificación respecto a la actual, en la que ha contado con tres vicepresidencias ejecutivas, por encima de las demás, y cuatro vicepresidentes rasas, siendo el resto de miembros comisarios. La española Teresa Ribera será una de las vicepresidentas, a cargo de Transición Justa, Limpia y Competitiva, con la jugosa cartera de Competencia. También estarán el francés Stéphane Séjourné, la rumana Roxana Minzatu, la finesa Henna Maria Virkkunen y el italiano Raffaele Fitto.
Una de las vicepresidencias irá a parar a Kaja Kallas, hasta julio primera ministra de Estonia, y que fue elegida por los líderes europeos como Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. "El nuevo colegio está estructurado siguiendo nuestras directrices políticas", ha explicado Von der Leyen en sala de prensa, añadiendo que han sido semanas de "intensas" negociaciones con las capitales. Parte de esas conversaciones ha sido pedir a algunos Estados miembros, como Eslovenia o Rumanía, que sustituyeran a sus candidatos por mujeres para lograr así acercarse a un colegio de comisarios paritario, uno de los compromisos de la política democristiana.
Otros comisarios clave son el eslovaco Maros Sefcovic, que ha sido vicepresidente ejecutivo durante la última etapa de la anterior legislatura y que recibirá la cartera de Comercio y Seguridad Económica, fundamental en la era en la que el comercio se mezcla cada vez más con los intereses estratégicos de la Unión Europea. Se aplica la lógica de la seguridad nacional a muchas de las relaciones comerciales, o Valdis Dombrovskis, persona leal y de confianza de Von der Leyen, que se encargará de Economía y Productividad.
Mano de hierro
La alemana ya ha sido presidenta entre 2019 y 2024 y este es, por lo tanto, su segundo colegio de comisarios. Si algo ha destacado en sus primeros cinco años ha sido su visión centralista y presidencialista de la gestión dentro de la institución. A Von der Leyen y su equipo les gusta tener el control de todo lo que ocurre y tomar ellos las decisiones. Y no les gustan las críticas, ni internas, ni mucho menos públicas, ni lo que consideran deslealtad.
Los críticos han señalado en alguna ocasión la ironía de hablar de un “colegio de comisarios” cuando las decisiones son cada vez menos colegiadas. Tampoco acepta bien que haya otros egos cerca. Se comprobó durante los últimos cinco años: su tormentosa relación con Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, el foro de jefes de Estado y de Gobierno y otro político necesitado de focos y atención, ha hecho que los líderes busquen a un sustituto para Michel que sepa mantener un perfil más bajo y discreto, escogiendo para el puesto al socialista portugués Antonio Costa.
Von der Leyen ha logrado que en este segundo mandato no quede rastro de aquellos que en un momento u otro han estado dispuestos a romper filas, a mostrarse críticos o a expresar públicamente ideas que no estaban en línea con el discurso oficial de la presidenta. Josep Borrell, actual Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, que ha mostrado sus diferencias respecto a Von der Leyen en distintas cuestiones, pero fundamentalmente en el conflicto entre Israel y Palestina, no ha repetido.
Tampoco lo hace Paolo Gentiloni, comisario de Economía, que se ha mostrado crítico en distintas ocasiones, aunque más en privado que en público. Ni Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva a cargo de Competencia, el luxemburgués Nicolas Schmit, que ha sido comisario de Empleo y Asuntos Sociales y tampoco el holandés Frans Timmermans, el que fue vicepresidente ejecutivo a cargo del Pacto Verde, que tras años en segunda o tercera fila en la Comisión Von der Leyen tras haber sido una de las figuras principales de la anterior administración decidió volver a la política nacional holandesa.
Thierry Breton, comisario francés de Mercado Interior e Industria, ha sido el último en unirse a esta lista, y lo ha hecho de manera dramática. Uno de los que había sido pesos pesados durante los últimos cinco años dimitió este pasado lunes al saber que Von der Leyen había estado maniobrando y negociando con el presidente francés Emmanuel Macron para sustituirle y nombrar a otro candidato a comisario a pesar de que el Elíseo había nominado oficialmente a Breton. París finalmente ha elegido al ministro de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, para sustituir a Breton.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha presentado esta mañana a los líderes políticos del Parlamento Europeo la estructura de su nuevo colegio de comisarios. Es decir, el reparto de carteras para los enviados por las 26 capitales europeas (sin contar con Berlín, que ya tiene a Von der Leyen) dentro del Ejecutivo comunitario. El Parlamento Europeo todavía tiene que dar su visto bueno a los comisarios designados y habitualmente tumba a un par de ellos, que deben ser sustituidos.
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