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Europa central, asolada por inundaciones masivas: "Todo es agua"
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La Tormenta Boris deja 22 muertos

Europa central, asolada por inundaciones masivas: "Todo es agua"

Al menos 22 personas ya han muerto en Austria, Polonia, República Checa y Rumanía, según Reuters. Se confirma el fallecimiento de un bombero austriaco

Foto: Inundaciones en el estado alemán de Sajonia. (EFE/Filip Singer)
Inundaciones en el estado alemán de Sajonia. (EFE/Filip Singer)

Trozos de asfalto, postes y vallas hechos añicos, una montaña de escombros, árboles en medio de la carretera, un cubo arrancado de la acera y un edificio cuya pared se ha desprendido por completo. El paisaje que encontraron, a su paso este domingo, en el sur de Polonia, los periodistas del medio polaco colaborador de El Confidencial, ‘Gazaeta Wyborcza’, fue desolador. Se quedaron atrapados durante unas horas en el municipio de Lądka-Zdrój, en el suroeste del país, cerca de la frontera con la República Checa. Todo era agua.

Al menos 22 personas ya han muerto en las inundaciones en Austria, Polonia, República Checa y Rumanía, según una recopilación de la agencia Reuters. Entre ellos, un bombero austriaco que murió durante un rescate. El ejército llegó con 1.000 soldados en apoyo. “¡Estamos de luto con las familias y los allegados!”, escribió Karl Nehammer, canciller Federal de la República de Austria, en su cuenta de X, en referencia a otras dos víctimas. Desde esta red social, el político austriaco también anunció que 2.400 soldados estaban preparados para ayudar a llenar sacos de arena y en las evacuaciones. En Rumanía, hay al menos seis víctimas y dos desaparecidos. Y en Polonia, han muerto al menos cuatro personas.

Las imágenes de casas anegadas, vecinos con el agua por las rodillas rescatando a familiares y mascotas y sacos de arena a modo de barreras cerca de los ríos es el paisaje que está dejando a su paso la tormenta Boris, en las peores inundaciones en dos décadas en el centro y sureste de Europa.

“Matko święta!” (¡Santa Madre!), exclamaba un hombre sentado en el balcón de su casa, en Lądka-Zdrój. “Tengo un metro y treinta centímetros de agua en mi apartamento”, afirmaba su vecino. “Ni en mis peores pensamientos pensé que esto fuera posible”, añadía. “El miedo siempre está ahí cada vez que llueve intensamente”, lamentaba una mujer, entre lágrimas.

En el sur de Polonia, las inundaciones comenzaron el pasado viernes. Cada hora que pasaba, subía el nivel del agua en los ríos. “Nos estamos hundiendo”, afirmaba el alcalde de Głuchołazy, Paweł Szymkowicz, mientras el agua corría por las calles arrasando todo a su paso y los bomberos luchaban por construir un puente provisional. El domingo, el alcalde pedía suministros de agua embotellada, alimentos secos y productos de higiene, para abastecer a los vecinos. De momento, cerca de 400 escuelas polacas continuarán cerradas durante la semana.

Orbán cancela sus viajes internacionales

Hungría también está bajo alerta y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que tenía previsto dirigirse al Parlamento Europeo el miércoles, anunció en X, el 16 de septiembre, que cancelaría su viaje: “Debido a las condiciones climáticas extremas y las inundaciones en curso en Hungría, he pospuesto todas mis obligaciones internacionales”, publicó.

En Austria, el consuelo este lunes aunque pequeño es que había amainado el viento, lo que facilita la labor de los bomberos, aunque el estado de ánimo de los vecinos a lo largo de Schoenberg am Kamp, en el estado de Baja Austria es de nerviosismo: “Ya perdieron tanto en 2002 y podría volver hacerlo”, expresaba un habitante de la zona afectada.

No solo los bomberos brindan asistencia en el municipio, sino también partes de la población. "¿Puedo traerte algo más?", preguntaba una mujer que detenía con su coche, y traía algo de comer a los bomberos.

La lección de 2002 que ha evitado una tragedia mayor

Se trata de las peores inundaciones en Europa central desde 2002, cuando las lluvias torrenciales de agosto provocaron inundaciones en las cuencas de los ríos Elba y Danubio y arrasaron Austria, la República Checa y Alemania. Entonces, las víctimas superaron el centenar y las pérdidas fueron millonarias, estimadas en más de 15.000 millones de euros.

Esta vez, como muestra el caso de República Checa, la comunicación entre todas las autoridades e instituciones implicadas funciona mucho mejor, así como los preparativos y las operaciones de rescate. “La principal diferencia ha sido que, esta vez, estábamos preparados y teníamos información sobre las inundaciones cinco días antes de que llegaran las inundaciones”, explica por teléfono a El Confidencial, Tomas Urban, jefe del departamento de medios de comunicación de la organización People in Need, con sede en Praga, que ha lanzado la campaña SOS Flood para ayudar a las zonas afectadas en República Checa. “Así que la información fue diferente, también estábamos preparados en términos de medios y expertos”, agrega.

Urban explica que las tormentas se anunciaban para el fin de semana y el Instituto Hidrometeorológico Checo (CHMU) ya informó el lunes al Ministerio de Asuntos Ambientales. Después, el martes y miércoles, los medios estuvieron alertando constantemente. “Hubo tanta información que como las inundaciones no llegaron hasta el domingo había quien creían que eran noticias falsas”, agrega. “Entonces el domingo se despertaron y se encontraron con la realidad”.

El jueves 12 de septiembre, la policía de República Checa advertía sobre los peores augurios: “Estamos viendo el pronóstico del tiempo, y como todo el mundo, deseamos que las consecuencias de las lluvias no se acerquen a lo que ocurrió en 2002”, escribieron en su cuenta en X, en la que informaron de los preparativos que se estaban efectuando, entre ellos, efectivos policiales, servicio aéreos, incluidos helicópteros y drones, así como buzos y grupos de salida de pirotécnicos, “en caso de voladura de obstáculos”, especificaba.

“Todos hemos aprendido de inundaciones anteriores, hemos construido un sistema, cooperamos con otras ONG, con estructuras regionales, el sistema de bomberos, compartimos bases de datos”, continúa. Urban dice que estas inundaciones han sido muy similares a las de 1997 y, las cifras de muertos muestran que ahora están mejor preparados. “Si entonces hubo unas 70 víctimas, ahora son cuatro”.

Sin embargo, el actual desastre en el Este de Austria ha puesto de manifiesto la necesidad de sistemas de alerta en funcionamiento. En el futuro, el número de fenómenos meteorológicos extremos en Europa puede ser más frecuente y uno de los ingredientes para reducir el número de víctimas es que los afectados sean avisados con la mayor celeridad. El Sistema de Transmisión Celular AT-Alert, que se encuentra actualmente en fase de prueba, no parecía listo para asumir su tarea a nivel nacional, pese a que debería estar en funcionamiento desde 2022, según una directiva de la UE.

Trozos de asfalto, postes y vallas hechos añicos, una montaña de escombros, árboles en medio de la carretera, un cubo arrancado de la acera y un edificio cuya pared se ha desprendido por completo. El paisaje que encontraron, a su paso este domingo, en el sur de Polonia, los periodistas del medio polaco colaborador de El Confidencial, ‘Gazaeta Wyborcza’, fue desolador. Se quedaron atrapados durante unas horas en el municipio de Lądka-Zdrój, en el suroeste del país, cerca de la frontera con la República Checa. Todo era agua.

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