Cruce de acusaciones y bloqueo en la Eurocámara por el reconocimiento de Edmundo González
La Eurocámara ha debatido este martes una resolución que provoca una fuerte división entre los eurodiputados españoles sobre si pedir o no a la UE el reconocimiento de González Urrutia
El Parlamento Europeo ha vivido este martes su primer choque hispano-español de la legislatura, como se le suele llamar con cierta sorna en la política comunitaria a las periódicas peleas entre el Partido Popular y el PSOE en el hemiciclo de Estrasburgo. En el centro del choque se encuentra una resolución sobre la situación que se está viviendo en Venezuela y que ha dividido a la Eurocámara en dos bloques: aquellos que piden que el texto, que no tiene efectos legales, llame a la Unión Europea a reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, liderados por los diputados españoles del Partido Popular Europeo (PPE) y aquellos que prefieren limitarse a reconocer su victoria, coordinados fundamentalmente por la delegación española de los socialdemócratas europeos (S&D).
Esta vez, y a pesar de la frecuencia con la que los eurodiputados españoles se enzarzan en batallas totalmente nacionales, en esta ocasión ha habido una importante participación de eurodiputados de otros Estados miembros y el debate ha sido menos bronco y personal. En un debate celebrado este martes y previo a la votación, los ataques entre eurodiputados representantes de los partidos de Gobierno y oposición han sido inmediatos. El pueblo venezolano “no necesita la doble moral de Gobiernos como el de Pedro Sánchez que un día llama héroe a Edmundo González Urrutia y 24 horas después le niega la condición de presidente electo”, ha criticado Dolors Montserrat, que ha sido la primera en hablar por parte del PPE.
La número uno de la lista del PP a las europeas ha criticado también la “complicidad de observadores como (el expresidente José Luis Rodríguez) Zapatero, demócrata en teoría, blanqueador del dictador en la práctica”. Otros eurodiputados del PP se han sumado a los ataques de Montserrat, especialmente señalando a Zapatero, como han sido Antonio López Istúriz, que lo ha identificado como su “abogado y embajador”, e Isabel Benjumea.
“Hay indicadores claros de la victoria de la oposición, lo sabemos y lo compartimos. Pero cada vez que hablamos de Venezuela aquí parte del PPE decide instrumentalizar esta cuestión para dividir esta cámara”, ha respondido por parte de la bancada socialdemócrata el español Javi López, que ha hecho también una “una denuncia inquebrantable de las violaciones y persecuciones que se están viviendo en Venezuela después de unas elecciones que han dado un resultado no creíble e ilegítimo”.
La resolución de la que habla López está provocando importantes divisiones, aunque la realidad es que hay un enorme nivel de consenso respecto a la inmensa mayoría del texto. Sin embargo, el paso de llamar al reconocimiento de González Urrutia está generando el riesgo de que haya una votación dividida. S&D y los liberales de Renew Europe han estado intentando encontrar una resolución consensuada con PPE y de la familia ultraconservadora de los Conservadores y Reformistas (ECR), pero por el momento el bloque conservador no acepta buscar una fórmula alternativa. El PPE tiene las de ganar porque el ala más derechista de la Eurocámara, más allá de ECR, donde se encuentran los ‘Patriotas por Europa’, la familia política de Vox, y la Europa de Naciones Soberanas, la familia de los radicales de Alternativa para Alemania (AfD), apoya su posición.
Las delegaciones españolas suelen tirar del carro de sus familias europeas cuando se discuten asuntos de América Latina, como ocurre también a nivel europeo, donde muchos Estados miembros siguen normalmente la línea de España. Eso no significa que todos los eurodiputados de cada una de las familias europeas sigan la posición de su grupo de españoles, que están presentes tanto en S&D y en el PPE como en el grupo de ‘Patriotas’, vía Vox, de la Izquierda Europea, por parte de Podemos y de Sumar, en Los Verdes con ERC y en los liberales de Renew Europe con la eurodiputado Oihane Agirregoitia, del PNV.
Un elemento clave en las negociaciones internas en la Eurocámara es el fantasma de Juan Guaidó. El Parlamento Europeo lideró en enero de 2019 su reconocimiento como presidente encargado de Venezuela, algo que después hicieron una inmensa mayoría de Estados miembros de la Unión siguiendo la estela del Gobierno español. Nadie en Bruselas quiere dar pasos en falso. El Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), que lidera el catalán Josep Borrell, considera que todavía queda tiempo hasta enero, cuando debería producirse la transferencia de poderes, y que hay que aumentar la presión diplomática sobre Maduro y dejar que los actores regionales asuman el liderazgo de la respuesta a Caracas.
El Parlamento Europeo ha vivido este martes su primer choque hispano-español de la legislatura, como se le suele llamar con cierta sorna en la política comunitaria a las periódicas peleas entre el Partido Popular y el PSOE en el hemiciclo de Estrasburgo. En el centro del choque se encuentra una resolución sobre la situación que se está viviendo en Venezuela y que ha dividido a la Eurocámara en dos bloques: aquellos que piden que el texto, que no tiene efectos legales, llame a la Unión Europea a reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, liderados por los diputados españoles del Partido Popular Europeo (PPE) y aquellos que prefieren limitarse a reconocer su victoria, coordinados fundamentalmente por la delegación española de los socialdemócratas europeos (S&D).
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