Esta es la calle residencial más cara de todo el Mundo: reservada para los ultrarricos

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En el corazón de Londres, una calle de ensueño se erige como la residencia más exclusiva y costosa del planeta. Hablamos de Kensington Palace Gardens, conocida entre la élite como 'Millionaire Road' y, para muchos, la calle más cara del mundo. Aquí, el lujo no es una opción, sino una regla: las mansiones alcanzan precios promedio de 50 millones de dólares, una cifra que sólo los ultrarricos pueden permitirse.

Entre sus distinguidos residentes se encuentran miembros de la familia real británica, multimillonarios de renombre internacional y celebridades de talla mundial. Pero eso no es todo. Kensington Palace Gardens no es solo hogar de magnates y figuras de la realeza, también es sede de importantes embajadas internacionales, lo que añade una capa de exclusividad y seguridad. La calle es un enclave diplomático, vigilada día y noche, con protocolos de seguridad extremadamente estrictos que incluyen patrullas constantes por parte de firmas de seguridad privada y la Policía Metropolitana de Londres.

Si todo eso fuera poco, un avanzado sistema de vigilancia con cámaras y detectores de movimiento cubre cada rincón de esta vía arbolada de medio kilómetro. El acceso está altamente controlado, permitiendo la entrada únicamente a residentes y personal autorizado. Cualquiera que desee visitar la zona debe someterse a un riguroso proceso de verificación.

Pero la calle no solo es famosa por sus estrictas medidas de seguridad. Kensington Palace Gardens es una joya arquitectónica e histórica. Construida en los años 1840 sobre terrenos que alguna vez pertenecieron al Palacio de Kensington, esta avenida ha sido hogar de personajes célebres y ricos desde hace más de un siglo. Magnates como Lakshmi Mittal, multimillonario del acero, y el billonario ruso Roman Abramovich han adquirido propiedades aquí, en un entorno donde la discreción y el lujo son sinónimos de exclusividad.

Palacios de estilo italiano y victoriano, cuidadosamente restaurados o modernizados, se alinean en esta avenida, donde el tráfico es tan escaso como el acceso. Además, el entorno histórico de la calle agrega un encanto inigualable. Aquí se encuentra el Palacio de Kensington, residencia oficial de varios miembros de la realeza británica, como el príncipe y la princesa de Gales.

El acceso limitado de vehículos y el alumbrado con faroles de gas victorianos dan al vecindario una atmósfera que evoca otra época, aunque los precios de las propiedades son más propios de una realidad futura que de la historia.