Venezuela se manifiesta ante las Cortes: "Me mataron a mi hijo de un disparo en el pecho"
Cientos de manifestantes se congregan ante el Congreso de Diputados un día después de que María Corina Machado haya convocado la protesta. Afirman que están aquí por la "deshonra" que supone los resultados electorales
"El 22 de junio del año 2017 mi hijo fue a una protesta en Altamira, en Caracas. Un militar le disparó al pecho y me lo mató. Él solamente quería ser libre y nunca pudo vivir en libertad". David José Valdenilla sostiene dos fotografías de su hijo. En una de ellas aparece tapado enfrente del militar que lo asesinó. "Era mi único hijo. A raíz de todo, yo, como abogado que soy, me convertí en activista por los derechos humanos. Empecé a ser perseguido y me tocó exiliarme en España".
Los gritos de "Libertad, libertad, libertad" interrumpen por unos segundos la conversación. Son cientos los manifestantes los que, como Valdenilla, se manifiestan a las puertas del Congreso de Diputados de Madrid, en la plaza de las Cortes. Las banderas venezolanas ondean junto a las banderas españolas mientras los asistentes empiezan a entonar el himno de Venezuela. "Busco la justicia plena porque mi hijo solo quería ser libre. Era muy joven. Tenía 22 años y estaba haciendo una especialidad en enfermería. No me hizo caso y se fue a manifestar en una de las tantas manifestaciones".
La protesta, convocada por la líder opositora María Corina Machado a través de X, se produce dos días después de que el líder de la oposición, Edmundo González Urrutia, recibiese asilo político en España. A través de un comunicado, González explicó que los motivos que le habían llevado a tomar esa decisión estaban dirigidos a "que cambien las cosas" para "construir una etapa nueva para Venezuela". El país venezolano lleva más de dos décadas viviendo bajo el régimen del chavismo, privando de libertad a su ciudadanía en todos los ámbitos. Las últimas elecciones, acusadas de ser fraudulentas, daban de nuevo la victoria a Nicolás Maduro. Según el oficialismo, el actual presidente obtuvo el 51,95% de los votos, frente al 43,18% que habría conseguido González.
"El militar que asesinó a mi hijo era un sargento de la aviación que no tenía competencia para estar en las manifestaciones. Usó un arma indebida, cargada de forma indebida. Debía de tener esferas de plástico y eran de metal. Ellos [el círculo político de Maduro] usan hasta paramilitares para asesinar al pueblo. Los arman y por eso Venezuela está totalmente descontrolada".
Esta vorágine política, sumado a lo que los venezolanos consideran como "un robo electoral", llevó a miles de ciudadanos a manifestarse horas después de conocer los resultados electorales, el pasado mes de julio. Son decenas las organizaciones humanitarias que denuncia al sistema político por detenciones arbitrarias dentro de estas protestas. Algo que ya ocurría antes. Amnistia Internacional señala en un informe que entre el 29 de julio y el 7 de agosto de 2024, "más de 2.000 personas han sido detenidas por protestar o ser consideradas críticas al gobierno. La mayoría de las detenciones son de personas jóvenes, incluidas al menos 105 entre 13 y 17 años".
En Venezuela, Maduro destinó las cárceles de Tocuyito y Tocorón como prisiones de "máxima seguridad" para recluir a los arrestados durante las protestas en contra de los resultados electorales. Según el Gobierno venezolano, los adolescentes capturados planeaban "desestabilizar el país" durante las elecciones
La esperanza, en manos de Machado
Alan Martínez, otro de los asistentes a estas protestas, se ata una bandera de Venezuela al cuello. Explica a El Confidencial, que está aquí, manifestándose, "por la deshonra que supone este fraude electoral". Mira hacia otro lado mientras dice que se siente desanimado. Hace pausas largas y evita mirar a los ojos. Para él, la salida de Edmundo González y su llegada a España supone una traición al pueblo venezolano. "Yo me siento ambivalente. Sé que él lo hizo por su vida, pero siento que la lucha la debía de haber hecho desde allá. Siento que nos abandonó en cierto sentido".
"Creo que su salida debilita a la oposición en cierta medida, aunque, realmente, la figura principal ha sido María Corina. No hemos perdido totalmente los pilares de la oposición". A los gritos de "Libertad", también se le suman, precisamente, los gritos del nombre de la líder opositora. Son muchos los que protestan llevando fotografías de Corina Machado sonriente, con un puño al aire. "Todavía queda esperanza", suspira.
Varios pasos más atrás, cerca de la estatua de Cervantes, dos mujeres mayores, amigas, explican a El Confidencial que están aquí porque creen que es "necesario que se reconozca a Edmundo González como presidente electo. No solamente que le den asilo o que le den refugio. Queremos exigir eso. En Venezuela no hay justicia. Esperamos que internacionalmente la haya. Es por eso por lo que estamos acá".
"Venezuela está militarizada. Hay muchísimo control por todas partes. Quiero justicia, libertad y democracia para mi país. No hay independencia de poderes. No tenemos que perder la fe ni la esperanza", añade.
"En Venezuela no hay justicia. Esperamos que internacionalmente la haya"
Cerca de ellas, otras dos mujeres, corean "no más tortura de la narco dictadura". Su predisposición a hablar viene acompañada de un brillo en los ojos esperanzadores. No es la primera vez que se manifiestan, pero esta vez sienten que es más necesario que nunca. "Gonzales Urrutia es el presidente de Venezuela y eso es gracias al voto de los venezolanos". A medida que habla, Gilda Alonso airea la mano para esquivar una mosca. "No me deja hablar. Es Maduro convertido en insecto. No puedo decir groserías", bromean entre risas.
"Deseamos a nuestro país libre. María Corina Machado es nuestra líder hasta al final. Tenemos un gobierno narcotraficante. González Urrutia está aquí por las amenazas. Estoy segura. Y Machado anda escondida. Tenemos 25 años con esto. No podemos segur así", afirma.
El mismo día en el que se celebra esta manifestación un grupo de 45 países miembros de la ONU ha pedido al Consejo de Derechos Humanos que Venezuela "ponga fin a la ola de represión contra opositores políticos y manifestantes que se está intensificando en todo el país" y libere de forma incondicional e inmediata a los detenidos arbitrariamente. Se calcula que actualmente hay 1.600 personas detenidas en las cárceles venezolanas de forma arbitraria.
"Mis hijos vinieron aquí hace tiempo. La situación de inseguridad en Venezuela es horrible. Salías a la calle y no sabías si ibas a volver. Yo me sentí tranquila cuando vinieron. El Gobierno lo destruyó todo. Hay que vivirlo para poder entenderlo", concluye.
"El 22 de junio del año 2017 mi hijo fue a una protesta en Altamira, en Caracas. Un militar le disparó al pecho y me lo mató. Él solamente quería ser libre y nunca pudo vivir en libertad". David José Valdenilla sostiene dos fotografías de su hijo. En una de ellas aparece tapado enfrente del militar que lo asesinó. "Era mi único hijo. A raíz de todo, yo, como abogado que soy, me convertí en activista por los derechos humanos. Empecé a ser perseguido y me tocó exiliarme en España".