Victoria electoral aplastante de Abdelmajid Tebboune que retrotrae a Argelia a los tiempos del partido único
Aunque la autoridad electoral no precisó la participación, es probable que menos de una cuarta parte del censo acudiera a las urnas. El presidente reelegido no logra así la robusta legitimación que buscaba
Argelia dio el sábado un gran paso atrás, volviendo a los resultados electorales de los años 60 y 70, los tiempos en que gobernaba el partido único, cuando los aspirantes a presidentes ganaban con porcentajes aplastantes que superaban el 90%.
Abdelmajid Tebboune (78 años) fue reelegido por un segundo quinquenio con nada menos que el 94,65% de los sufragios (5,2 millones de votos) tras la celebración de unas presidenciales a las que solo pudieron concurrir otros dos candidatos.
Sus dos rivales obtuvieron porcentajes ridículos. Abdelaali Hassani, del Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), un partido islamista moderado y legal, tuvo que conformarse con el 3,17 % de los sufragios (178.800 votos). Youcef Aouchiche, del Frente de Fuerzas Socialistas, una formación laica y de izquierdas, logró el 2,16 % (122.146 votos).
La victoria, teóricamente apabullante, de Tebboune, tiene un largo amargo. De los 24 millones de electores convocados a las urnas el pasado sábado, solo un 23,4 % depositaron una papeleta válida en las urnas, casi todas a su nombre. Es un número escaso para un presidente que trataba de afianzar su legitimidad tras cinco años de mandato. En Cabilia (6 millones de habitantes), una región con fama de díscola en la que circulaba la consiga de "cero votos", la participación fue casi nula.
Diecinueve horas después del cierre de los colegios electorales, Mohamed Charfi, el presidente de la Autoridad Nacional Independiente Electoral (ANIE), compareció, por fin, sin aceptar preguntas para anunciar los resultados. Omitió, sin embargo, precisar a cuánto ascendía la abstención y el número de votos blancos o nulos. A lo largo de la jornada Charfi no había proporcionado ningún resultado provisional del escrutinio.
La víspera, tres horas después del cierre de los colegios electorales, Mohamed Charfi sí había indicado que la participación casi definitiva era del 48,03 %, nueve puntos por encima de la que hubo en las presidenciales de 2019, las primeras a las que se presentó Tebboune.
Enseguida, los islamistas moderados del Movimiento de la Sociedad para la Paz (MSP), cuyo candidato presidencial era Abdelaali Anie, denunciaron en un comunicado las "presiones ejercidas sobre algunos responsables de colegios electorales para hinchar los resultados", especialmente la participación. El porcentaje anunciado les parecía "extraño". También se quejaron de que no se entregó el acta del recuento de las mesas a los compromisarios de los candidatos.
Atmane Mazouz, que encabeza el Reagrupamiento para la Cultura y la Democracia, un partido legal que llamó al boicoteo, resaltó en redes que "la deserción de las urnas es tal que los centros urbanos dan la impresión de ciudades muertas (...)". La participación real no fue, según él, superior al 18 %.
Desde la sociedad civil también surgieron voces en el mismo sentido. "Como era de esperar, la participación, en el fondo, fue ridícula", escribió en Facebook Mohamed Hennand, profesor jubilado de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas de Argel.
"Las elecciones presidenciales son una especie de referéndum sobre la popularidad del presidente Abdelmajid Tebboune que necesita una legitimidad fuerte para dar así una imagen que refleje la reconciliación entre el pueblo y las autoridades gracias a la política que él ha desarrollado (...)", explicaba este fin de semana Rabah Lounci, profesor de la Universidad de Orán, en la publicación "Ultra Algeria". Esa legitimidad no se consigue con una victoria teóricamente arrolladora, sino con que una mayoría de argelinos acuda a votar. No lo logró.
"La deserción de las urnas es tal que los centros urbanos dan la impresión de ciudades muertas"
Hasni Abidi, director del Centro de Investigación sobre el Mundo Árabe y Mediterráneo de Ginebra, achacaba anoche la escasa movilización del electorado a la "mediocridad de la campaña" en la que los tres candidatos "no estaban a la altura" como demuestra que el presidente saliente “apenas dio cuatro mítines” durante los 19 días de campaña. Además, "¿para qué votar si todos los vaticinios son favorables al presidente?", se preguntaba.
Nada más proclamarse el arrollador triunfo de Tebboune, numerosos argelinos reaccionaron en redes sociales bromeando sobre un porcentaje "a la manera de Corea del Norte" o invitando al presidente Emmanuel Macron a estudiar el sistema argelino para no volver a perder unas elecciones como las de julio pasado.
Denuncian "errores" en los resultados electorales
El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, que ganó las presidenciales de este sábado, y los dos otros candidatos que concurrieron, Abdelali Hassani y Youcef Aouchiche, denunciaron en un comunicado conjunto "ambigüedad, contradicción y vaguedad" en los resultados provisionales de las elecciones.
"Las cifras anunciadas por el jefe de la autoridad (electoral) contradicen el contenido de las actas de recuentos y concentración de votos entregadas por los comités electorales", indicó una nota publicada la noche del domingo y firmada por los tres candidatos.
Sin aclarar el porcentaje de la participación final, la ANIE se limitó a ofrecer cifras de votantes: 5.329.253 de argelinos que optaron por Tebboune de los 5.630.196 argelinos que ejercieron su derecho a voto este sábado, lo que supondría un 23% del electorado.
Argelia dio el sábado un gran paso atrás, volviendo a los resultados electorales de los años 60 y 70, los tiempos en que gobernaba el partido único, cuando los aspirantes a presidentes ganaban con porcentajes aplastantes que superaban el 90%.
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