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Adelantar la Navidad y órdenes de arresto: los últimos movimientos de Maduro hablan de una crisis distinta
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Adelantar la Navidad y órdenes de arresto: los últimos movimientos de Maduro hablan de una crisis distinta

La orden de detención emitida contra Edmundo González refleja la imagen de un Nicolás Maduro acorralado, dispuesto a tomar medidas extremas para mantenerse en el poder

Foto: El presidente venezolano, Nicolás Maduro, pronuncia un discurso durante un mitin. (Reuters/Fausto Torrealba)
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, pronuncia un discurso durante un mitin. (Reuters/Fausto Torrealba)
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El chavismo ha dado esta semana un paso drástico e inesperado para algunos analistas. La orden de arresto emitida el lunes contra el candidato presidencial opositor Edmundo González inauguró una nueva etapa de la crisis venezolana. Supone una clara diferencia con el anterior periodo de trance: en 2019 el opositor Juan Guaidó reclamó la presidencia interina y fue reconocido por medio centenar de países, pero el Gobierno de Nicolás Maduro decidió entonces convivir durante cuatro años sin detener al político rival, que realizó decenas de entrevistas y apariciones públicas en suelo venezolano.

La emisión de una orden de detención contra González es vista por algunos como una constatación de que esta crisis no es igual a la anterior. “Seguramente tienen miedo y por eso toman estas medidas, que no solamente están dirigidas a neutralizar a Edmundo, sino también a provocar temor, desmoralización y desmovilización”, comenta a El Confidencial un analista venezolano que rechaza ser identificado por temor a represalias ante la actual ola de arrestos.

Según los analistas, ese tipo de decisiones se toman teniendo en cuenta los costes. Emitir una orden de detención contra Edmundo González significa, entonces, que para el Gobierno sería mayor el coste de la libertad del candidato opositor que el de su encarcelamiento, al contrario que en 2019.

“El escenario ahora es distinto. La figura del Gobierno interino de Guaidó tenía una base legal y constitucional frágil que fue llevada a los extremos para tratar de justificarla. Fue muy popular al principio, pero con el tiempo perdió bastante apoyo. No representaba, además, un riesgo para el Gobierno de entonces porque no sentían tan cerca la amenaza de perder el poder a pesar, incluso, del fallido golpe de Estado que solo sirvió para liberar al opositor Leopoldo López”, asegura el analista venezolano.

Foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (Prensa Miraflores)

“En el caso actual hay un liderazgo en la oposición muy sólido, legitimado por las primarias de octubre de 2023, y un resultado evidente en la elección presidencial del 28 de julio”, añade. “Saben que no pueden corregir la crisis socioeconómica del país, porque no tienen recursos financieros y mucho menos las capacidades de gestión y la única forma de garantizar el poder es con la fuerza, un recurso que sí tienen”, asegura el experto.

La orden fue ‘marchada’ por el juez Edward Briceño, con competencias en terrorismo, apenas horas después de que la solicitase el fiscal Luis Ernesto Deñez. El ministerio público señala al candidato opositor de usurpación de funciones en el manejo de documento público, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración, delitos de asociación y sabotaje de sistemas en el marco de la publicación en internet de actas electorales en posesión de la oposición que el oficialismo considera falsas.

Foto: Imagen de archivo de Edmundo González. (Fotografía: Reuters)

El Consejo Nacional Electoral (CNE) dio vencedor de la contienda a Maduro, un anuncio certificado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), pero no han publicado ninguna acta electoral que certifique ese resultado ante las denuncias de fraude de la oposición y la comunidad internacional. Edmundo González fue citado a declarar ante el TSJ y hasta tres veces ante la Fiscalía, pero rechazó acusando a ambos órganos de falta de independencia.

El candidato presidencial se ha mantenido desde hace un mes apartado de actos públicos en la calle. Ahora hay tres posibilidades: un arresto, una coexistencia con una orden de detención que no fuese ejecutada — situación que no es descartable — o un exilio como el del mismo Guaidó, que acabó saliendo de Venezuela en 2023 después de denunciar un incremento de las presiones en su contra.

Parte de los analistas cree que el objetivo de la orden era forzar a González a dejar el país rumbo a Madrid, algo que finalmente ha sucedido en la noche del sábado. En la capital española se refugia parte importante de la cúpula opositora. La lógica tras la presión chavista es que sin el protagonista de la causa se desactiva la misma.

Foto: Retrato de la opositora María Corina Machado. (Reuters/Maxwell Briceno)

Aunque en un primer momento, el mismo abogado del político opositor, José Vicente Haro, descartó la posibilidad de que González pidiera asilo político y dijo que el exembajador se encontraba en su casa a la espera de las fuerzas de seguridad, finalmente la salida se ha producido en la noche del sábado. "Si hay orden de allanamiento se acatará y se permitirá el debido proceso", señaló.

Esa postura era considerada un órdago al Gobierno para certificar si la orden era o no un farol. Si la detención no se producía después de haberse lanzado la circular, muchos lo leerían como una debilidad. "Han perdido toda noción de la realidad”, dijo, por su parte, la líder opositora, María Corina Machado. Ella también podría ser la próxima en recibir una orden de arresto, aunque algunos creen que el oficialismo podría andar con más tacto en su caso.

“En esta ocasión, si bien Edmundo González fue el candidato, la líder es María Corina Machado, así que probablemente a quien nunca apresen es a ella, pero sí a su círculo cercano, como lo vienen haciendo desde hace meses”, considera el analista venezolano. La gran pregunta es qué sucedería si la detención se hiciese efectiva.

Un contexto político que podría empeorar

“Agravaría la crisis y, desde la oposición, pueden ocurrir dos cosas. Que se profundice el miedo o, por el contrario, se despertase una ola de protestas y se unificase aún más a los factores políticos de oposición”, reflexiona el experto.

Muchos apuntan a una reacción más drástica de la comunidad internacional, aunque las primeras valoraciones desde EEUU pueden leerse como una bajada en el tono con respecto al mes pasado. “Si Maduro decide hacer eso (un arresto de los líderes opositores) activará a la comunidad internacional en formas que él no podría imaginarse, y creo que sus esfuerzos por fracturar y dividir a la comunidad internacional habrán fracasado rotundamente”, dijo el 8 de agosto Francisco Mora, embajador de EEUU ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

Este lunes fue Brian Nichols, subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental de la administración de Joe Biden, quien se refirió a la orden de aprehensión. “Edmundo González ha promovido la reconciliación nacional y nos sumamos a la creciente lista de socios internacionales que condenan esta orden de arresto injustificada”, señaló desde un país que impuso en las últimas horas sanciones contra miembros del oficialismo y también requisó el avión de Maduro, que se encontraba en República Dominicana desde hace meses.

Foto: Protestas en favor de la oposición venezolana. (Reuters/ C. Chiquin)

La Unión Europea, varios países latinoamericanos​ y España también criticaron con fuerza la orden de detención, mientras muchos se preguntaban cuál sería la posición de los países latinoamericanos de izquierda dura, Brasil y Colombia, que no han reconocido el resultado electoral a la espera de la publicación de las actas.

“Evidentemente, al Gobierno le importa muy poco lo que piense la comunidad internacional”, cree el analista venezolano. Una detención de Edmundo González podría haber supuesto también un aumento de la migración si se tiene en cuenta, igualmente, la reciente ola de arrestos a opositores.

El chavismo ha dado esta semana un paso drástico e inesperado para algunos analistas. La orden de arresto emitida el lunes contra el candidato presidencial opositor Edmundo González inauguró una nueva etapa de la crisis venezolana. Supone una clara diferencia con el anterior periodo de trance: en 2019 el opositor Juan Guaidó reclamó la presidencia interina y fue reconocido por medio centenar de países, pero el Gobierno de Nicolás Maduro decidió entonces convivir durante cuatro años sin detener al político rival, que realizó decenas de entrevistas y apariciones públicas en suelo venezolano.

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