De la Bóveda del Juicio Final a la isla de Poveglia: los lugares del mundo a los que no se permite entrar (y por qué)
Aunque pueda parecer increíble, a día de hoy existen algunos lugares del mundo que continúan siendo inaccesibles por diversos motivos (y seguramente no lo sabías)
A pesar de que a día de hoy la globalización permite explorar casi cualquier rincón del mundo con un solo clic, lo cierto es que existen algunos lugares del planeta que están completamente vetados para los humanos. Se trata de ciertas zonas que, en muchos casos, son inaccesibles debido a su peligrosidad, sus estrictas medidas de seguridad o, simplemente, por razones de preservación cultural o natural.
Una de ellas es, por ejemplo, la popular Bóveda del Juicio Final, ubicada en el remoto archipiélago de Svalbard. Este banco de semillas fue construido para preservar la biodiversidad agrícola del planeta en caso de que hubiese una catástrofe global, como guerras, pandemias o desastres naturales. Aunque la idea de entrar en un lugar lleno de semillas podría no parecer del todo emocionante, la realidad es que el acceso está estrictamente restringido. De hecho, solo un grupo muy reducido de científicos y técnicos tiene permitido entrar, y solo en circunstancias excepcionales.
Sin embargo, la Bóveda del Juicio Final no es el único lugar que, a día de hoy, es inaccesible para los humanos. Frente a la costa de Brasil, en pleno océano Atlántico, se encuentra la temida Isla de las Serpientes (Ilha da Queimada Grande), uno de los lugares más peligrosos del mundo. Y no es una exageración.
Este pequeño trozo de tierra está habitado por una gran cantidad de serpientes venenosas, entre ellas la Bothrops insularis, una especie endémica cuyo veneno es tan potente que puede matar a un humano en cuestión de horas. Se estima que hay entre una y cinco serpientes por metro cuadrado, lo que convierte a la isla en un auténtico infierno reptiliano. Las autoridades brasileñas han prohibido las visitas para evitar accidentes fatales.
Además, en el corazón de China, una de las civilizaciones más antiguas del mundo, se encuentra la Tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador del país. Acompañado por el famoso ejército de guerreros de terracota, descubierto en 1974, este lugar sigue siendo un auténtico enigma a día de hoy. Aunque el ejército está expuesto al público y se puede visitar, la cámara central de la tumba permanece cerrada.
Al otro lado del mundo, en el océano Índico, encontramos la Isla Sentinel del Norte, hogar de la tribu de los sentineleses, uno de los últimos pueblos indígenas no contactados del planeta. Los sentineleses han vivido en aislamiento durante miles de años y cualquier intento de acercarse a su territorio ha sido respondido con hostilidad. Las leyes del Gobierno indio prohíben totalmente las visitas a la isla, no solo para proteger a sus habitantes de posibles enfermedades externas, sino también para preservar su modo de vida.
Poveglia es una pequeña isla ubicada entre Venecia y Lido, en el norte de Italia, cuyo oscuro pasado ha dejado una huella imborrable. A lo largo de los siglos, este lugar fue escenario de terribles atrocidades, y una creencia popular en la región sostiene que cerca del 50% de su suelo está compuesto por los restos de las víctimas exiliadas durante las epidemias de peste. A pesar de su intrigante historia, el acceso a la Isla Poveglia está completamente vetado.
Otro de los lugares que se suma a esta lista de lugares inaccesibles para los humanos es Mezhgorye, una ciudad rusa situada en los Montes Urales, rodeada de un velo de secretismo. Ni siquiera los aviones sobrevuelan la zona. Se cree que esta ciudad oculta una base militar subterránea que alberga misiles nucleares, aunque las autoridades rusas nunca han confirmado estas informaciones.
Con una seguridad extrema y accesos completamente restringidos, Mezhgorye es uno de los lugares más herméticos del mundo. Cualquier intento de entrar es inmediatamente bloqueado por las autoridades, lo que ha alimentado todo tipo de teorías conspirativas sobre lo que realmente se oculta en sus profundidades.
La Bóveda de Coca-Cola y la Habitación 39
Mucho más accesible en apariencia, pero igual de hermética, es la Bóveda de Coca-Cola, en Atlanta. En su interior se guarda uno de los secretos mejor protegidos del mundo: la receta original de la popular bebida. Aunque los turistas pueden visitar libremente el museo de Coca-Cola, lo cierto es que acceder a la cámara donde se custodia la fórmula es absolutamente imposible. Solo un número muy reducido de personas conoce el secreto de esta multimillonaria receta, lo que la convierte en un auténtico mito comercial.
Además, en Corea del Norte, uno de los países más cerrados del mundo, se encuentra la enigmática Habitación 39. Se trata de una oficina cuya ubicación exacta, o incluso si es un lugar físico, sigue siendo incierta, pero que, según la mayoría de los exiliados, realmente existe. Según diversas informaciones que se han divulgado en los últimos años, se encarga de gestionar una extensa red de captación de fondos internacionales con el fin de proporcionar divisas para financiar tanto al régimen como su programa militar.
De acuerdo con la inteligencia estadounidense, la Oficina 39 estaría generando entre 500 y 2.000 millones de dólares al año. ¿Cómo lo logra? Empleando tácticas similares a las de cualquier otra red de crimen organizado global: falsificación, tráfico de bienes y personas, y, en los tiempos actuales, el hackeo.
A pesar de que a día de hoy la globalización permite explorar casi cualquier rincón del mundo con un solo clic, lo cierto es que existen algunos lugares del planeta que están completamente vetados para los humanos. Se trata de ciertas zonas que, en muchos casos, son inaccesibles debido a su peligrosidad, sus estrictas medidas de seguridad o, simplemente, por razones de preservación cultural o natural.