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¿Cuánto tiempo puede aguantar Maduro? El reloj corre en contra de la oposición en Venezuela
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La tensión en la calle disminuye

¿Cuánto tiempo puede aguantar Maduro? El reloj corre en contra de la oposición en Venezuela

No hay indicios de que el oficialismo se esté resquebrajando, después de que el Supremo certificase, "de forma inobjetable", los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral

Foto: Protestas en favor de la oposición venezolana. (Reuters/ C. Chiquin)
Protestas en favor de la oposición venezolana. (Reuters/ C. Chiquin)

La crisis venezolana pasa estos días por un impás que está fortaleciendo la posición del Gobierno de Nicolás Maduro. Han transcurrido ya cuatro semanas desde el día de los comicios y el Gobierno permanece fuerte a pesar de la presión internacional y de las denuncias opositoras.

No hay indicios serios de que el oficialismo se esté resquebrajando, después de que el Tribunal Supremo certificase, estos días, "de forma inobjetable", los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral hace ya casi un mes, sin mostrar las actas del escrutinio como le reclama buena parte del globo, incluidos países latinoamericanos gobernados por la izquierda.

Mientras, la tensión en la calle disminuye, en un proceso acelerado por las más de 2.000 detenciones. Ese es un escenario que se ha repetido en anteriores picos de crisis en el país sudamericano. En el lado opositor apenas ha habido noticias en los últimos días. El impás, creen los analistas, beneficia al Gobierno.

"Maduro está utilizando un guion ya probado en el pasado que se basa, fundamentalmente, en un teatrín institucional, represión y, digamos, una espera pausada de acontecimientos que, al final, tiene el objetivo de ganar tiempo, desgastar el entusiasmo de la oposición e intentar persuadir a los gobiernos regionales para que reconozcan su victoria", comenta a El Confidencial Tiziano Breda, coordinador asociado de análisis del instituto de análisis de crisis Armed Conflict Location and Event Data (ACLED).

Foto: La líder opositora venezolana María Corina Machado (i) abraza al candidato a la presidencia de Venezuela Edmundo González Urrutia. (EFE/Ronald Peña R.)

"Si la oposición no logra avanzar en una transición o negociación, la esperanza y el entusiasmo inicial se van a diluir en el tiempo y esto juega a favor de Maduro", añade el analista.

Es lo que se conoce en Venezuela como la "normalización" de la situación, algo sobre lo que parte de la oposición ya ha alertado.

"El guion de lo que va a pasar ya está escrito. Maduro va a dejar que la oposición se desgaste y que las protestas por el fraude descarado pierda notoriedad a nivel internacional. Y luego va a lanzar una campaña de represión contra la oposición y contra su liderazgo. Eso es lo que hemos visto que hizo con López en su momento, con Guaidó y que va a repetir con María Corina Machado", cree, por su parte, Román Ortiz, analista principal de la Universidad Francisco de Vitoria en España.

Nadie negocia si no tiene necesidad

El escenario de una salida negociada se diluye según pasan los días, creen parte de los analistas.

La cúpula de Gobierno se ha visto fuerte en los últimos días al mismo tiempo que la presión ha disminuido, y negociar no es atractivo si supone mostrar una debilidad que, al menos, de puertas para afuera no se tiene. Nadie se sienta a hablar con el rival, en definitiva, si no lo necesita.

Foto: Rueda de prensa de Josep Borrell (EFE/Pedro Puente Hoyos)

"La contracara de esto es lo que pasó con Slobodan Milosevic en los 90, en la antigua Yugoslavia", recuerda Ortiz, que es experto en geoestrategia. "Hubo una combinación tal de presión política, económica, militar, cuyo costo-beneficio le terminó empujando fuera del poder. Aquí el cálculo costo-beneficio para estos señores sigue siendo que es mucho mejor permanecer en el Gobierno".

La calle se enfría

La líder opositora, María Corina Machado, prometió no abandonar las calles, pero la movilización ha disminuido en los últimos días después de la oleada de detenciones. Además, en otras ocasiones, manifestaciones más numerosas tampoco han hecho mella en la resistencia del Gobierno.

La situación está creando, además, las primeras críticas dentro de la oposición, especialmente por la incomparecencia del candidato presidencial Edmundo González en ciertos actos públicos o en las citaciones de las instituciones. Algunos, a nivel, por ahora, de base, han expresado su inconformidad por el hecho de que sienten que se están exponiendo, apareciendo en la calle, a un nivel superior al del líder opositor.

"Las movilizaciones populares se desgastan. Es que movilizarse es un tema que es costoso en términos de recursos para los ciudadanos. Implica tiempo, implica gastos, y la gente, particularmente en una sociedad pauperizada, está limitada porque tiene que emplear sus esfuerzos en sobrevivir cotidianamente. Este es el típico proceso de desgaste que el régimen ha ensayado antes con éxito y va a repetir otra vez", considera el analista Ortiz.

Foto: María Corina Machado, ganadora de las primarias presidenciales de la oposición venezolana. (Reuters/Leonardo Fernández Viloria)

El desgaste no es solo visible en la calle, sino también con respecto a la comunidad internacional.

En el mundo hay diversas posturas. Están quienes reconocen directamente a Edmundo González como ganador de las elecciones, quienes, como la UE y EEUU, reclaman con mucha fuerza la publicación de las actas, y quienes intentan mediar, como el grupo de países de izquierda formado por Brasil, Colombia y México, bajando el tono y proponiendo repetición electoral o un gobierno transitorio de concentración.

El Gobierno venezolano no se siente intimidado por quienes mantienen una línea dura —y ya han resistido embates muy serios en el pasado— y tampoco parece escuchar a quienes intentan mediar con un discurso más moderado.

"Las movilizaciones populares se desgastan. Movilizarse es un tema que es costoso"

A Maduro, además, parece no importarle perder aliados. El presidente brasileño, Lula da Silva, calificó a su Gobierno como un "régimen muy desagradable" la pasada semana, sin efecto alguno en el cambio de políticas.

En ese escenario, la situación se enquista. "La comunidad internacional, que es una ficha clave para poder poner presión sobre el gobierno, va perdiendo interés. En este momento tenemos una guerra abierta en Ucrania, además de una crisis y una guerra en Oriente Medio también abiertas y con el riesgo de que esa guerra escale a nivel regional. A eso súmale las elecciones de los Estados Unidos el próximo mes de noviembre. Entonces, con ese panorama informativo, esto va a perder rápidamente presencia mediática e importancia en las agendas", reflexiona Ortiz.

Washington ha parecido, por ahora, delegar en Lula y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, para intentar una salida. Tiene asuntos muy acuciantes en los que ocuparse.

Foto: La líder opositora María Corina Machado. (EFE/Ronald Peña)

Nuevas sanciones están sobre la mesa, pero en todo el continente americano son conscientes de que provocarían una nueva oleada masiva de migrantes y que, por ende, la popularidad de esa medida ha disminuido. No solo, además, fuera del país o en el chavismo. Un sector creciente de la oposición está también en contra.

"Maduro está en el camino de Bashar Al Assad", cree Ortiz.

"Su único objetivo es mantenerse en el poder y para eso cuenta con una serie de puntos de apoyo. Una parte de ellos muy importante en el ámbito internacional y estoy hablando particularmente de Rusia y Cuba. Detrás de Cuba está Rusia. Y además está dispuesto a que el país asuma cualquier costo que sea necesario para que él pueda mantenerse en el poder. Una vez que Maduro apuesta por esa estrategia, todos los movimientos de la comunidad internacional pierden cualquier capacidad de erosionarle de manera significativa", añade.

Nuevas sanciones están sobre la mesa, pero en el continente americano saben que provocarían una nueva oleada masiva de migrantes

Tampoco ha habido una presión, por lo menos, externa en las Fuerzas Armadas, sobre las que el oficialismo mantiene un control férreo.

No parece, además, que el Gobierno vaya a flexibilizar su postura, sino todo lo contrario. El legislativo ha desarrollado en los últimos días las leyes contra el fascismo, que acotan significativamente la operatividad de las ONG, una evidente declaración de intenciones sobre una base que ya se trabajó en Moscú y Managua.

Eso sí, sigue habiendo en el seno del Gobierno, por ahora, atisbos de prudencia que, para algunos, son reveladores. A pesar de las múltiples referencias a un posible procesamiento de Machado y González, por ahora no se ha desarrollado. En 2019 no se detuvo a Juan Guaidó y esa estrategia se demostró exitosa. Una detención ahora de los líderes opositores denotaría que las cosas sí han cambiado.

Foto: Militares en desfile Venezuela. (Reuters)

Hay similitudes con otras crisis, pero hay otros aspectos, aseguran los analistas, que sí difieren y que son clave.

"Mis dudas conciernen la capacidad de Maduro de, por un lado, mantener cohesionados a los liderazgos que lo sostienen, a las cúpulas de poder, a las que seguramente vendió la idea de que con una elección medio competitiva, medio controlada, contra un candidato que nadie conocía, iba a asegurarse una victoria", pone Breda en una balanza.

"A menos que la oposición haga un paso en falso, yo creo que será muy difícil mantener calmado un país por un sexenio de parte de Maduro frente a una clara oposición de la mayoría de la población", considera.

Otro aspecto que algunos destacan es que la oposición asegura tener cartas guardadas. En cualquier escenario, la fecha clave es enero, cuando asumen los presidentes en el país sudamericano.

La crisis venezolana pasa estos días por un impás que está fortaleciendo la posición del Gobierno de Nicolás Maduro. Han transcurrido ya cuatro semanas desde el día de los comicios y el Gobierno permanece fuerte a pesar de la presión internacional y de las denuncias opositoras.

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