Llegar a Kursk para evitar el momento más peligroso de la guerra: "Quieren llevar a Rusia al límite"
Ls incursión de Kursk puede provocar un agotamiento de las defensas rusas y evitar un estancamiento en el frente que ayudaría a las tropas de Moscú a rearmarse
Un soldado ucraniano arranca la bandera de Rusia de un edficio y coloca en su lugar el famoso estandarte de color amarillo y azul. Es una de las imágenes que quedarán en el recuerdo de la incursión de Kursk por parte de las fuerzas ucranianas. La ofensiva, que empezó la semana pasada, ya está considerada como la más importante para Kiev desde 2022 y ha conseguido levantar la moral de unas tropas que llevan meses inmersos en una guerra de desgaste.
Después de varios meses de avances rusos en el frente, Ucrania ha conseguido sorprender a su enemigo con la ofensiva fronteriza que ha puesto en jaque la estrategia militar de Moscú y que ha devuelto a Kiev una posición ofensiva. Desde que el pasado 6 de agosto tanques ucranianos y otros vehículos blindados cruzaran la frontera, las tropas han conseguido tomar el control de cerca de 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso. En total, 74 asentamientos de la región de Kursk están bajo su dominio, decenas de miles de personas han sido evacuadas y cerca de 100 rusos han sido detenidos como prisioneros de guerra.
"Hemos demostrado una vez más que nosotros, los ucranianos, somos capaces de lograr nuestros objetivos en cualquier situación, capaces de defender nuestros intereses y nuestra independencia", dijo el presidente Volodímir Zelenski en una de sus primeras referencias a la ofensiva fronteriza.
Más allá de los logros militares en territorio ruso, los analistas han lanzado sus especulaciones sobre la posible estrategia detrás de la operación. En la que prácticamente todos coinciden es en que Ucrania quiere obligar a Rusia a movilizar sus tropas de líneas de frente donde están avanzando para aliviar la presión sobre las defensas de Kiev. Según algunos funcionarios ucranianos y estadounidenses, Moscú ya habría empezado a hacerlo. "Rusia ha reubicado algunas de sus unidades de las regiones de Zaporiyia y Jersón en el sur de Ucrania", dijo Dmytro Lykhoviy, portavoz del ejército ucraniano, a POLITICO.
Esta estrategia puede poner en peligro las batallas de la ofensiva de verano en la que Rusia lleva ventaja. Sin embargo, esta táctica también puede ralentizar uno de los fenómenos militares que más temen las fuerzas de Kiev. A finales del año pasado, la contraofensiva no logró los resultados esperados y algunos frentes como el de Avdiivka llegaron a un punto de estancamiento. El propio Valery Zaluzhny, excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sugirió que, al igual que en la Primera Guerra Mundial, "hemos alcanzado el nivel de tecnología que nos pone en un punto muerto. Lo más probable es que no haya un avance profundo".
Este escenario es uno de los peores para Ucrania porque le da tiempo a Rusia a rearmarse y reagrupar los recursos militares, para poder atacar después con más fuerza. Y este es precisamente el escenario que las tropas de Kiev querrían evitar. "El objetivo estratégico de Ucrania es maximizar el desgaste de las fuerzas rusas mientras están a la defensiva y llevarlos al límite. Quieren evitar que hagan una pausa operativa y, si están en Kursk, obligan a los rusos a intentar expulsar a los soldados ucranianos de la región. Si las Fuerzas Armadas de Ucrania se atrincheran en la región y comienzan a defenderla, los rusos tendrán que atacarla a pesar de que sus capacidades ofensivas estén agotadas", explica Ruslan Trad, investigador de Atlantic Council y analista militar, a El Confidencial.
Moscú enviaría a una parte de sus tropas en dirección a Kursk lo antes posible porque, cuanto más tarde en hacerlo, más tiempo darían a las fuerzas ucranianas para que ocupen más kilómetros de su territorio. Pero Rusia también apostaría por mantener a una parte de sus soldados en los frentes en donde está logrando avances. "La operación de Kursk es para Ucrania, por un lado, una operación para desviar a las fuerzas rusas del frente ucraniano y, por el otro, para obligarlas a continuar la ofensiva después de haber agotado sus reservas", continúa Trad.
Llamada de emergencia desde Kursk
Una parte de esa hipotética estrategia de Ucrania ya habría empezado a dar resultado. El portavoz del ejército ucraniano, Dmytro Lykhovii, aseguró que Rusia había trasladado algunas unidades de las regiones de Zaporiyia y Dnipró a otras zonas como Kursk. Un funcionario estadounidense confirmó un movimiento de las tropas rusas, pero no específico ni la ubicación ni el número de soldados que estarían involucrados.
A pesar de que algunos soldados puedan haber sido movilizados, Moscú estaría buscando evitar un despliegue masivo de las unidades en regiones como Donetsk. "Los rusos son reacios a hacerlo, porque pondría en peligro todos los logros de su campaña ofensiva de verano", dijo Serhii Kuzan, presidente del Centro de Seguridad y Cooperación de Ucrania, un grupo de investigación independiente, a The New York Times.
Por este motivo, estarían apostando por movilizar a prisioneros rusos (una medida que ya han utilizado anteriormente y que se popularizó por el Grupo Wagner) y de unidades militares que están en zonas donde los éxitos militares son limitados, apunta un informe de Institute for the Study of War.
Adicionalmente, el ministro de Defensa de Lituania, Laurynas Kasciunas, sostuvo que Rusia estaba trasladando tropas desde su enclave báltico de Kaliningrado a Kursk. El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ordenó también la transferencia de una parte del equipo militar de su país a Kursk para refozar las defensas en esta nueva línea de frente. La entrega está relacionada con "una solicitud urgente de la parte rusa" debido a las pérdidas y la falta de equipo en el óblast ruso y en otras líneas de frente, informó el medio bielorruso Belnovosti.
Unbelievable.
— Illia Ponomarenko 🇺🇦 (@IAPonomarenko) August 15, 2024
About 100 Russian troops, basically an entire company, surrendering to Ukraine in Kursk Oblast.
We have never seen anything like this before. pic.twitter.com/h3d6AY8gPJ
Mientras Rusia reordena sus recursos para hacer frente a la incursión de Kursk, la tensión no han bajado, por ahora, en el frente ucraniano. Un grupo de oficiales de Kiev afirmaron que las tropas rusas han seguido avanzando hacia Chasiv Yar, Niu York, Pokrovsk y Toretsk. Por su parte, el portavoz de la 32ª Brigada Mecanizada Independiente, que se encuentra en el frente de Toretsk, dijo que la ofensiva fronteriza "aún no han tenido ningún impacto en la densidad de los asaltos y bombardeos en nuestra dirección", cita un artículo de The New York Times.
En Kursk, mientras tanto, Kiev continúa manteniendo la presión. El pasado miercoles, la ciudad de Bélgorod se declaró en estado de emergencia tras nuevos ataques de las fuerzas de Kiev y su gobernador, Viacheslav Gladkov, admitió que la situación era "difícil y tensa".
Si Ucrania consigue seguir avanzando y poner a las tropas rusas contra las cuerdas en su propio territorio, podrá seguir explotando un posible agotamiento de las fuerzas de Moscú. Los efectos no han llegado todavía al frente, pero la incursión de Kursk puede formar parte de la guerra de desgaste que tanto ha explotado Rusia en los últimos meses.
Sobre todo en batallas como la de Bajmut, el Kremlin utilizaba a soldados como carne de cañón para llevar a los ucranainos al borde de la extenuación militar. En el caso de Kursk, Ucrania podría obligar a Rusia a dividir su atención y recursos en las diferentes líneas de frente para intentar boicotear sus futuros avances.
Las posibilidades de conseguir este objetivo dependen de las tropas que Kiev pueda utilizar para la ofensiva en Kursk. Sus fuerzas están al límite de las posibilidades, pero solamente con la operación de esta última semana, las tropas ucranianas han evitado un escenario del que alertaba Mark Cancian, investigador sénior del Centro Internacional de Estudios Estratégicos (CSIS), en una entrevista anterior con El Confidencial. "Una ofensiva fallida y un estancamiento en el frente crearía temores de que se trata de una guerra eterna y de que el costo y el sufrimiento continuarán indefinidamente", alertó.
Kursk ha alejado a Ucrania de su posición defensiva y lo ha puesto en el centro de un escenario que, hasta hace pocas semanas, parecía muy improbable. La guerra ha llegado a Rusia y las reglas del juego de esta guerra han cambiado. "Ucrania empezó atacando objetivos en la retaguardia rusa con drones, luego a realizar incursiones y, ahora, a una operación que involucra a brigadas enteras. El traslado de las hostilidades a territorio ruso es una herramienta para ejercer presión sobre el Kremlin. Y es lo que está haciendo", concluye Ruslan Trad a este periódico.
Un soldado ucraniano arranca la bandera de Rusia de un edficio y coloca en su lugar el famoso estandarte de color amarillo y azul. Es una de las imágenes que quedarán en el recuerdo de la incursión de Kursk por parte de las fuerzas ucranianas. La ofensiva, que empezó la semana pasada, ya está considerada como la más importante para Kiev desde 2022 y ha conseguido levantar la moral de unas tropas que llevan meses inmersos en una guerra de desgaste.
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