Lo de Kursk ya lo has visto antes: lo que une a las ofensivas más importantes de Ucrania
Ucrania amplia su invasión y ya controla 1.000 km² de territorio ruso. Los prisioneros rusos superan el millar. ¿Qué similitudes tiene esta ofensiva con la de Járkov en 2022?
Cuando Oleksandr entendió el propósito de la operación, tan solo se le ocurrió una frase que decirle a su mujer: "saldremos en los libros de historia o moriremos en el intento". Era agosto de 2022 y la 80 brigada de asalto aéreo se disponía a recuperar la región de Járkov, ocupada por Rusia seis meses antes. Un año y once meses más tarde, Ucrania — también la misma unidad — ha vuelto a sorprender al mundo con una estrategia similar.
La incursión de las tropas de Kiev sigue avanzando en la región de Kursk, tras ocho días de ofensiva. Más de 1.000 km² conquistados en un ataque relámpago que no muestra signos de detenerse. Un avance “imposible” por la monitorización que los drones ejercen en el frente. Una ofensiva “sin precedentes”, que en realidad los tiene en esta misma guerra.
Otro día 6, pero esta vez de septiembre de 2022. Las tropas ucranianas se abalanzaron sobre Balakliya. La ciudad de 26.000 habitantes era un importante nudo logístico que proporcionaba conexión por ferrocarril y carretera con el norte, sur, y este de la Ucrania ocupada por Moscú. Fue el eje cardinal de un ataque que recorrió más de 90 kilómetros en 72 horas y que terminó en Kupiansk, mientras otras fuerzas ucranianas ampliaban el control por los flancos según avanzaba la ofensiva. Una brecha de tres direcciones. Suena familiar, ¿no?
Desde hace siete días, Ucrania hace lo mismo en territorio ruso. Incluida la toma de Sudzha, una ciudad de 5.000 habitantes cuya estación de tren conectaba con Belgorod. Más al norte, dos carreteras (E38 y E105) parecen un objetivo estratégico para cortar la logística hacia el frente que Rusia amplió el mayo pasado. La segunda invasión de Vovchansk coincidiendo con el viaje programado de Volodímir Zelenski a España, que finalmente canceló.
“Los dos ataques se parecen”, reconoce Mark Cancian, coronel retirado e investigador sénior del Center for Strategic and International Studies (CSIS) a El Confidencial. “Los ucranianos vieron un punto débil en las líneas rusas, sostenidas por tropas de tercera fila, y lanzaron un ataque por sorpresa”.
El roto alcanza tal dimensión que el Kremlin no ha podido escurrir el bulto. El gobernador de Kursk reconoció este lunes ante Putin la pérdida de 28 asentamientos y 40 kilómetros de territorio. Un día y medio más tarde, Volodímir Zelenski ha asegurado controlar 74. Con varias horas, e incluso días de retraso, los vídeos de los propios rusos confirman la mayoría de avances que niegan en un primer momento. Sobrepasada y movilizando tropas de los frentes de combate, Moscú evacua ya a miles de civiles a regiones ocupadas de Ucrania como Donetsk, Lugansk o Zaporiyia.
Mientras, Ucrania continúa confundiendo al enemigo e infundiendo temor gracias al control de la información y grupos de operaciones especiales que combaten tras las líneas enemigas.
⚡️An ambush by the Subversive Reconnaissance Group of the SOF of 🇺🇦Ukraine on a truck of the 🇷🇺Russian Armed Forces with personnel, presumably in the Kursk region pic.twitter.com/XKL0EU9n8Q
— 🪖MilitaryNewsUA🇺🇦 (@front_ukrainian) August 13, 2024
Ecos del pasado con firma propia. La operación exitosa de Járkov fue liderada por Oleksandr Syrskyi, comandante del Ejército de Tierra por aquel entonces, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas desde febrero de este año.
“A diferencia de Zaluzhnyi, Syrskyi escucha a la oficina presidencial y no piensa solo en el campo de batalla. Tiene en cuenta la visión política”, confiesa un militar con conocimiento de causa que solicita anonimato. “No digo que sea bueno o malo, pero a veces los chicos no entienden sus órdenes. Le he visto ordenar misiones peligrosas tan solo para obtener un vídeo. Veremos cómo se desarrolla todo en Kursk”.
Sus tácticas han levantado algunas ampollas, especialmente entre los miembros de infantería, pero es innegable que ha logrado cambios importantes y giros de guion que muchos vaticinaban imposibles. Ucrania ha recuperado la iniciativa pese a la desigualdad de fuerzas y el control en los frentes. Aquella primera semana de septiembre, Ucrania recapturó 6.000 km² en la región de Járkov. Un garrotazo tras las pérdidas en la región de Lugansk y un ejército ruso que empezó a tocar la puerta de la famosa ciudad de Bajmut. Ucrania había esquivado la bala mortal expulsando a los rusos de Kiev, pero salvar el Donbás, o incluso recuperar territorio conquistado previamente por el segundo ejército del mundo, parecía misión imposible.
En 2024 se ha repetido la misma narrativa
Las tropas de Kiev entraron en las trincheras en otoño del año pasado, tras un intento fallido de retomar el sur. El plan ucraniano: destruir para frenar. El ruso: sacrificar para avanzar. El resultado: defensas abrumadas, obligadas a retroceder, sorprendidas ante los sacrificios de la apisonadora rusa. Según las cifras recolectadas por Naalsio, un colaborador del verificador independiente ORYX, el Ejército ucraniano ha abatido más de 1.300 blindados en estos diez meses, tan solo en la dirección de Pokrovsk –ciudad de 60.000 habitantes antes de la invasión—. Los muertos y heridos se cuentan por decenas de miles.
¿Qué posibilidades tenía Kiev de organizar una nueva contraofensiva para arrebatar al Kremlin la iniciativa en el campo de batalla? Ni en Kiev ni en Europa muchos las veían, hasta que llegó Kursk.
“Ucrania ha demostrado sus capacidades ofensivas, desafiando la creencia convencional de que no puede llevar a cabo una acción ofensiva sostenida”, escribió el Centre for European Policy Analysis (CEPA) este lunes. Un mensaje que resuena al de una fuente de inteligencia occidental recogida por el Financial Times: “Zelenski ha demostrado a los socios internacionales que Ucrania no solo puede mantener territorio, sino que puede expulsar a Rusia”. La diferencia: el segundo comentario es de 2022.
Las guerras cambian a los soldados que las libran, pero también sus tácticas y armamento. En apenas dos años, Ucrania ha remplazado gran parte de su stock soviético por material OTAN. Y aunque logísticamente es un regalo envenenado por no ser entregas coherentes y planificadas, los vehículos y armas que dispone Ucrania cada vez son mejores y más seguros, permitiéndole aumentar los riesgos en operaciones como la de Kursk.
“Enviamos nuestras unidades más preparadas para el combate a los puntos más débiles de la frontera”, reconoció una fuente del Estado Mayor ucraniano a The Economist, este fin de semana. “Los soldados del servicio militar obligatorio se encontraron con paracaidistas y simplemente se rindieron”. Y así se explican la gran cantidad de mensajes rusos en redes sociales preguntando por familiares desaparecidos. De acuerdo a los vídeos filtrados, Kiev podría haber apresado varios centenares de soldados enemigos, aunque fuentes de Moscú elevan la cifra por encima de los 2.000.
Unebelievable how much footage is being released of Russian captives. pic.twitter.com/z1Ck30F4zS
— NOELREPORTS 🇪🇺 🇺🇦 (@NOELreports) August 13, 2024
Ucrania controla la tierra que ocupa y los cielos de Rusia. Las imágenes de remolcadores en suelo ruso y camiones transportando blindados para acercarlos al frente son la prueba. “Las unidades ucranianas son similares en ambas ofensivas, incluyendo blindados, artillería e infantería”, asegura Cancian. Aunque ahora, “Ucrania tiene mucho más equipamiento de la OTAN, que es superior al de Rusia”.
Si en 2022 los lanzadores de cohetes HIMARS supusieron una gran revolución, es difícil obviar que días antes de lanzar la operación sobre Kursk se presentaron los F-16 a bombo y platillo, rueda de prensa y vuelo incluido. Bien por su uso, su efecto disuasorio o el margen de maniobra para enviar aviones soviéticos a combatir, el apoyo aéreo es una de las grandes diferencias respecto a la ofensiva de Járkov.
Hasta una docena de los 79 comprometidos habrían llegado ya a Kiev. Allí, el senador estadounidense Lindsey Graham ha sugerido que Ucrania podría invitar a pilotos occidentales retirados para poder volar cuanto antes los F-16, mientras las autoridades ucranianas repiten en público y privado que necesitan cerca de 200 cazas.
Además de los aviones, los equipos de guerra electrónica, la cantidad y capacidad de los drones y la presencia de sistemas antiaéreos como los Patriot han transformado el escenario. La invasión ucraniana de Rusia está ahora protegida por un "paraguas" que las tropas de Kiev no tuvieron en 2022 ni en la fallida contraofensiva del pasado verano. El veto para utilizar gran parte del material occidental —con excepción de misiles como los Storm Shadow o los ATACMS— también resalta respecto a la política occidental reciente.
“Para Ucrania sería difícil ganar una guerra de desgaste contra Rusia. En cambio, este ataque hará tres cosas. Eleva la moral ucraniana y la confianza de los socios internacionales. Obliga a Rusia a desplazar tropas del este, donde estaban atacando, a la zona de Kursk. Eso debilita sus ataques. Por último, si Ucrania puede mantener ese trozo de terreno, podría serle útil en las negociaciones de paz”, subraya Cancian.
Mientras que Rusia se ha dejado decenas de miles de hombres y miles de blindados para avanzar menos de 400 km² en dirección Avdiivka-Pokrovsk en once meses, Ucrania avanza el triple, en ocho días y con bajas reducidas. Las primeras confirmadas, precisamente, son las de Vitaly Ihorovych y Denys Boyarchuk, precisamente, miembros de la 80 brigada de asalto aéreo.
Porque en la sorpresa, la estrategia, el mando, las brigadas, la velocidad, los objetivos, o el caos en las líneas rusas, las ofensivas de Járkov y Kursk se asemejan. Ahora queda por ver si Ucrania anunciará importantes conquistas cuando la niebla de la guerra desaparezca, si Putin organizará otra gran movilización o si Kiev abrirá un nuevo gran frente, como ocurrió con Jersón. El Instituto para el Estudio de la Guerra ya escribe que estamos ante “un momento crucial en el conflicto con potencial para cambiar su trayectoria”. Y aunque la historia no siempre se repite, tiende a rimar.
Cuando Oleksandr entendió el propósito de la operación, tan solo se le ocurrió una frase que decirle a su mujer: "saldremos en los libros de historia o moriremos en el intento". Era agosto de 2022 y la 80 brigada de asalto aéreo se disponía a recuperar la región de Járkov, ocupada por Rusia seis meses antes. Un año y once meses más tarde, Ucrania — también la misma unidad — ha vuelto a sorprender al mundo con una estrategia similar.
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