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Esperando una venganza que no llega: ¿a qué espera Irán para atacar Israel?
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'Podría ser esta semana'

Esperando una venganza que no llega: ¿a qué espera Irán para atacar Israel?

Irán prometió venganza por el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque que atribuye a Israel. Dos semanas después, la región sigue en vilo ante la hipotética respuesta

Foto: Ceremonia tras la muerte de Ismail Haniyeh en Teherán, el 9 de agosto de 2024. (Europa Press/Rouzbeh Fouladi/)
Ceremonia tras la muerte de Ismail Haniyeh en Teherán, el 9 de agosto de 2024. (Europa Press/Rouzbeh Fouladi/)

"Tenemos que estar preparados". Esta frase se lleva repitiendo casi como un mantra entre funcionarios estadounidenses en las últimas dos semanas. Específicamente, desde que Irán juró venganza por la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque que atribuye a Israel. Tel Aviv no ha confirmado ni desmentido que estuviera detrás del asesinato, pero el ayatolá Ali Khamenei ordenó una ofensiva directa, según informaron funcionarios locales. Para Teherán, la muerte de Haniyeh ha sido un golpe muy duro porque tuvo lugar en su propio suelo y bajo sus protocolos de seguridad.

Irán está intentando formular una respuesta que, por un lado, no deje entrever que un asesinato como el del líder de Hamás puede quedar impune, pero que, por el otro, no sea el inicio de una guerra abierta con Israel. Han pasado 14 días desde el ataque y, por ahora, Tel Aviv, Oriente Medio y la comunidad internacional continúan en vilo sobre cuál será el próximo paso de Teherán. ¿Por qué no ha actuado todavía?

Además del asesinato de Haniyeh, Israel afirmó estar detrás del ataque en Beirut en el que murió del comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, en respuesta a una ofensiva de la milicia libanesa en los Altos del Golán. Las tensiones han aumentado entre la frontera de Israel y el Líbano en los últimos días, pero los temores se acumulan en la hipotética respuesta iraní.

Una respuesta que, según Estados Unidos, podría suceder en los próximos días. "Compartimos las mismas preocupaciones y expectativas que tienen nuestros homólogos israelíes con respecto al posible momento de la cumbre, que podría ser esta semana", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby. "Es difícil determinar el momento en particular en el que habría un ataque por parte de Irán o sus representantes, y cómo podría ser, pero tenemos que estar preparados", añadió.

Foto: Manifestación de hutíes en Yemen por el asesinato del ex líder de Hamás, Ismail Haniyeh. (EFE/Osamah Yahya)

Las informaciones que llegan desde el interior del Gobierno iraní muestran una pequeña discordancia entre la imagen que se quiere proyectar al exterior y las tensiones internas. Todos los funcionarios que han hablado desde el asesinato de Haniyeh han prometido "duras" represalias para "castigar" a Israel. Sin embargo, a puerta cerrada, los líderes piden cautela para evitar una guerra total en la región.

"Tras la muerte de Haniyeh, tanto Israel como Irán están tratando de controlar los tiempos de la política regional. La República Islámica está apostando por mantener la tensión a través de la incertidumbre", apunta Daniel Bashandeh, analista político especializado en Oriente Medio e Irán, a El Confidencial. "La expectativa de una respuesta hace que Irán marque la agenda internacional y busca forzar a que los Estados se posicionen en esta escalada de tensiones cuyo origen está en la guerra de Gaza", añadió.

Foto: Iraníes protestan contra la muerte del líder de Hamás. (EFE/Abedin Taherkenareh)

En abril pasado, Irán lanzó más de 300 misiles y drones contra Israel después del ataque contra un consulado iraní en Siria. El 99% fueron interceptados y se evitó una confrontación más amplia, pero borró las líneas rojas que habían frenado a Teherán a escalar directamente en su conflicto con Israel. En la respuesta que todos están esperando, es poco probable que la represalia sea igual que la de hace tres meses. "El asesinato de Haniyeh fue una misión basada en inteligencia y la respuesta de Irán será de una naturaleza similar y a un nivel similar", dijo Aliasghar Shafieian, asesor de medios de la campaña del recién elegido presidente iraní Masoud Pezeshkian, a The Washington Post.

Estas dos semanas pueden formar parte también de un periodo de reflexión por parte de Teherán ante el gran desafío de responder a la muerte del líder de Hamás. "Hace unos 40 años, algunas de las acciones de Irán se debían a la emoción y al entusiasmo" y ahora es posible que responda de manera "madura", continuó Shafieian.

El desafío de 'calibrar' la balanza

Para Daniel Bashandeh, hay que distinguir el plano doméstico y el internacional. "En clave interna, el régimen no pondrá en peligro su propia supervivencia. Esto es lo que podemos observar de la historia de la política exterior de la República Islámica. Cualquier acción será medida. Sin embargo, todo se ha acelerado desde el estallido de la guerra en Gaza y sobre todo con el ataque al consulado iraní en Siria", apunta el experto a este periódico.

Foto: El buque 'Juan Carlos I'.

Ante esta nueva respuesta de Teherán tras la muerte de Haniyeh, no están claras cuáles son las expectativas. "Hemos visto cómo no ha detenido los planes de Israel ni tampoco ha contribuido a rebajar tensiones. Además, el tiempo juega en su contra: cuanto más tiempo alargue la respuesta, más difícil será gestionar las expectativas que tenga el régimen, algo más difícil de controlar, sobre todo con un nuevo Gobierno que buscará priorizar la gestión interna", continúa Bashandeh.

Para el recién elegido presidente Masoud Pezeshkian, equilibrar esta balanza es uno de los principales desafíos. El reformista puede estar intentando encontrar un punto medio para evitar nuevas sanciones occidentales que aíslen todavía más al país. "La respuesta tiene que ser cuidadosamente calibrada para no cerrar de golpe la puerta a las negociaciones con Occidente, que podrían llevar a un posible alivio de las sanciones", sostiene Sanam Vakil, analista de Oriente Medio en Chatham House, un grupo de investigación de Londres.

A pocas semanas de haber sido elegido como presidente de Irán, Masoud Pezeshkian tiene que hacer frente a su primera crisis de Gobierno. En medio del proceso para nombrar a su gabinete, apostó por varias figuras conocidas por su postura conservadora y entre los candidatos hay solamente una mujer. Como respuesta, Javad Zarif, el que había sido erigido como vicepresidente, renunció a su cargo.

Foto: Un mural antiisraelí en una calle de Teherán. (Reuters)

"No estoy satisfecho con el resultado de mi trabajo y me avergüenzo de no haber podido lograr adecuadamente lo que había prometido sobre la representación de las mujeres, los jóvenes y las etnias y la opinión experta de los comités", dijo en un comunicado.

Su renuncia ha conmocionado a los círculos políticos de Teherán porque era uno de los rostros más conocidos de la campaña del líder reformista. Además, fue ministro de Asuntos Exteriores y fue uno de los negociadores del acuerdo nuclear de 2015. En un momento de tensión regional sin precedentes, su experiencia en Exteriores podría haber sido una buena baza para el Gobierno de Pezeshkian. "Es como si les hubieran echado un balde de agua fría en la cabeza; tenían grandes expectativas, pero el resultado ha sido mínimo", escribió el columnista iraní Mohammad Javad Rouh en el periódico Ham Mihan, citado en un artículo de The New York Times.

El caso Zarif ha puesto de manifiesto que el nuevo presidente puede tener problemas para encajar a sus candidatos 'reformistas' con una estructura de poder establecida y algunas fuentes internas apuntan a que los legisladores conservadores iraníes han amenazado a Pezeshkian con retirarles su apoyo si no incluye a políticos afines al régimen dentro de su gabinete.

Una 'venganza de sangre'

Más allá de la situación política en Irán, los implicados en la escalada de la crisis regional se preparan para una posible actuación de Teherán. Israel ha pedido a la población que se prepare para un ataque y que almacenen alimentos y agua en lugares seguros. Algunos equipos de rescate también han sido desplegados en varias ciudades del país.

En abril, el lanzamiento de misiles y drones no tuvo prácticamente consecuencias para los israelíes porque la mayoría fueron interceptados por unas defensas en las que participaron varios países, entre ellos, Estados Unidos. En ese caso, Washington estaba informado sobre la escala de la respuesta y pudo frenar el impacto. Ahora, Irán ha tenido más tiempo para prepararse.

La retórica de Teherán no parece haber cambiado, ni siquiera con un nuevo Gobierno a las puertas. Tras el asesinato de Haniyeh, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, dijo que la muerte del líder de Hamás "no pasaría en vano". El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica advirtió además de una "venganza de sangre".

Foto: El sistema antimisiles israelí. (Reuters/Amir Cohen)

Masoud Pezeshkian compartió esas amenazas el pasado lunes y, en una conversación con un funcionario del Vaticano, dijo que el ataque en suelo iraní justifica el derecho de su país a la "autodefensa" y a "responder a un agresor".

"Tenemos que estar preparados". Esta frase se lleva repitiendo casi como un mantra entre funcionarios estadounidenses en las últimas dos semanas. Específicamente, desde que Irán juró venganza por la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque que atribuye a Israel. Tel Aviv no ha confirmado ni desmentido que estuviera detrás del asesinato, pero el ayatolá Ali Khamenei ordenó una ofensiva directa, según informaron funcionarios locales. Para Teherán, la muerte de Haniyeh ha sido un golpe muy duro porque tuvo lugar en su propio suelo y bajo sus protocolos de seguridad.

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