¿Una amnistía para Maduro? El papel que EEUU puede (pero no quiere) jugar en Venezuela
De acuerdo con una exclusiva del WSJ, EEUU habría llegado a ofrecer a Nicolás Maduro renunciar al poder a cambio de una amnistía, tras la creciente evidencia del fraude electoral en Venezuela
Este fin de semana circuló en la prensa estadounidense el fuerte rumor de que EEUU le había ofrecido una amnistía a Nicolás Maduro y su entorno para desbloquear la situación política en Venezuela. El portavoz adjunto del departamento de Estado del país norteamericano, Vedant Patel, lo desmintió este lunes, pero es un secreto a voces que algo similar fue ofrecido también durante las negociaciones en Doha en 2023. El escenario, filtrado por tres fuentes a The Wall Street Journal, es una de las posibles soluciones que están sobre la mesa de Washington. La pregunta del millón es si ese ofrecimiento es plausible y también si además sería aceptado por Maduro y su círculo.
Muchos creen que no. “La reacción poselectoral de Maduro y la cúpula gobernante nos indica que no piensan en otra cosa que no sea conservar el poder. Los jerarcas del régimen entienden, al parecer, que pierden menos conservando el poder, aunque por el camino acaben con toda la legitimidad interna y externa que tenían”, comenta a El Confidencial un analista político venezolano que prefiere no dar su nombre por temor a represalias.
Caracas filtró que había rechazado esa oferta. Maduro llegó a decir que sabe que EEUU está dispuesto a casi cualquier cosa para que él deje el poder. “La mayor preocupación de Maduro y su entorno no son los cargos que EEUU les ha formalizado a él y a su círculo cercano. El costo de dejar el poder es internamente, por ahora, mucho más alto que el beneficio de gozar de una amnistía por parte de Washington”, comenta por su parte Tiziano Breda, coordinador asociado de análisis del instituto de análisis de crisis Armed Conflict Location and Event Data (ACLED).
Recuerda, eso sí, que varias negociaciones similares han tenido éxito anteriormente en América Latina.“Pienso en el caso de Nicaragua, donde en 1990 se promulga la Ley de Amnistía como parte de un proceso de negociación que alentó la transición al Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, que había ganado las elecciones a los sandinistas liderados por Daniel Ortega”.
Cree, sin embargo, que el ofrecimiento pierde valor si no es negociado entre las partes en conflicto dentro del país. “Este tipo de ofertas que pueden alentar transiciones son el resultado de procesos internos de negociación entre las partes, claramente con acompañamiento internacional, pero difícilmente un actor externo por sí mismo tiene el poder de ofrecer un incentivo a los gobernantes de turno para dejar el poder”.
Uno de los problemas es que la cúpula oficialista no tiene casos abiertos solamente en EEUU y Venezuela. Washington puso en 2020 una recompensa de 15 millones de dólares por información que concluyese con el arresto de Maduro, después de levantar cargos por narcotráfico y lavado de dinero. También están en búsqueda y captura el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el exlíder de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y el expresidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno.
Sin embargo, contra Maduro pesan también graves acusaciones en tribunales transnacionales. “Siguen vigentes investigaciones abiertas en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad que incluyen el abuso de la fuerza que el Gobierno de Maduro ha utilizado en la última década en contra de los manifestantes, con cientos de eventos e incluso de muertes de personas a manos de las fuerzas de seguridad y colectivos pro gobierno. En esas investigaciones EEUU no tiene mucha influencia por no ser un signatario del Estatuto de Roma”, recuerda el analista Breda.
Muchos en Venezuela, además, no tienen claro que EEUU tenga la capacidad o el interés drástico real de presionar por el cambio en el país. La pasada semana el departamento de Estado desmintió que reconociese, por ahora, al opositor Edmundo González al opositor Edmundo González como ganador de los comicios. Después, la Casa Blanca aseguró que el triunfo de los contrarios al chavismo es “muy claro” y que Maduro debe reconocerlo.
Esa ambigüedad fue vista por algunos como una forma de no afectar a las negociaciones que mantienen Brasil, México y Colombia, tanto con Gobierno como con oposición para una resolución pacífica de la crisis. Washington ha dicho que está en contacto con esos tres países para lograr destrabar el entuerto. Parte de la oposición no cree que esos debates vayan a llegar a fin alguno, en parte porque creen que los líderes políticos que negocian no van a presionar lo suficiente.
Brasil parece estar subiendo sus apuestas. El gigante sudamericano filtró este fin de semana que no iba a reconocer el proceso abierto en el Tribunal Supremo venezolano para dirimir las elecciones y también, este mismo martes, que el muy influyente asesor del presidente Lula da Silva para las relaciones exteriores, Celso Amorim, opta por una reedición de los comicios. Ese extremo es rechazado de plano por parte importante de la oposición, que se considera ganadora con las actas que ellos han hecho públicas. Eso sí, muchos son, a la vez, conscientes de que no es el peor escenario, porque dejaría claro que hubo gravísimas irregularidades en el recuento. En cualquier caso, la posición de EEUU es también una incógnita para parte de los opositores.
Algunos criticaron que Washington liberase unos meses antes de los comicios a Alex Saab, considerado como el testaferro de Maduro. Son también conscientes de que parte del entorno de las empresas petroleras de EEUU no está actualmente incómodas con el chavismo en el poder. La petrolera Chevron trabaja en Venezuela desde 2022 mano a mano con la estatal PDVSA y extrae hasta 200.000 barriles de petróleo al día del millón de barriles que se produce en el país sudamericano.
La licencia está en el aire tras la reinstalación de parte de las sanciones en abril, pero algunos han recordado que EEUU necesita a su sector petrolero para normalizar su economía, más aún con los recientes vaivenes económicos. Maduro, de hecho, ya ha advertido a Washington y aliados con otorgar los bloques petroleros y gasíferos de EEUU a sus socios de los BRICS, el grupo de países liderado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, si las autoridades de EEUU “cometen el error de su vida” en Venezuela.
Guerras abiertas en un panorama incierto
Otros recuerdan que Washington ya emprendió movimientos políticos masivos contra el chavismo, como la irrupción de Juan Guaidó y de sanciones masivas, que Maduro resistió con solvencia. Además, no está claro cómo de extensa tendría que ser la amnistía para que surtiese efecto. Algunos han especulado que beneficiaría a una veintena de personas, pero podría no ser suficiente.
“Hay figuras públicas del chavismo, como Padrino López, los hermanos Rodríguez o Diosdado Cabello, pero detrás de ellos hay muchas personas, beneficiarios del régimen, familiares, empresarios, nuevos ricos, sin mencionar los posibles vínculos con el narcotráfico”, recuerda el analista venezolano que rechaza identificarse. “El chavismo es una corporación y creo que son muchos más que 20 personas sus accionistas”, añade.
Además, EEUU tiene muchos frentes políticos abiertos. En el frente externo destacan las crisis en Ucrania y en Gaza, que además están costando mucho dinero a las arcas y parte de la opinión pública podría ser reacia a la apertura de otro “frente”, aunque fuese político, en Venezuela. El más importante, en cualquier caso, es el interno, con las elecciones del 5 de noviembre muy próximas. De hecho, algunos piensan que el límite para que las negociaciones finalicen será esa misma semana, porque una victoria de Donald Trump podría dar al traste con los debates.
Este fin de semana circuló en la prensa estadounidense el fuerte rumor de que EEUU le había ofrecido una amnistía a Nicolás Maduro y su entorno para desbloquear la situación política en Venezuela. El portavoz adjunto del departamento de Estado del país norteamericano, Vedant Patel, lo desmintió este lunes, pero es un secreto a voces que algo similar fue ofrecido también durante las negociaciones en Doha en 2023. El escenario, filtrado por tres fuentes a The Wall Street Journal, es una de las posibles soluciones que están sobre la mesa de Washington. La pregunta del millón es si ese ofrecimiento es plausible y también si además sería aceptado por Maduro y su círculo.
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