El preso liberado que desafió a Putin y no puede volver a casa: "El descontento en Rusia está creciendo"
Andrey Pivovarov fue condenado a cuatro años de cárcel por el gobierno de Vladímir Putin hasta que en su celda fue notificado de un nuevo destino: la libertad, pero fuera de su país natal
Hace un poco más de una semana, el opositor ruso de 42 años Andrey Pivovarov estaba confinado en una pequeña celda en la Colonia Penitenciaria nº 7 de la ciudad de Segezha, en el norte de Rusia. Un día, el director de la prisión se le acercó y sin ninguna explicación ni procedimiento formal, le informó que sería trasladado a un destino desconocido. Después de un viaje a Moscú subió a un avión con destino a Ankara (Turquía) donde sería liberado como parte de uno de los mayores intercambios de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
Ahora está en Alemania como un hombre libre, pero no puede regresar a una patria que lo considera un agente enemigo.
PREGUNTA. ¿Cómo te sientes ahora que has recuperado tu libertad?
RESPUESTA. Mientras me transportaban por Moscú, al ver la ciudad y a las personas, sentí tristeza y melancolía, ya que deseaba ser libre y vivir en Rusia. Por otro lado, entiendo que ahora puedo retomar mi vida cotidiana y luego mi actividad política. Comprendo que, al haber sido el primero en ser intercambiado, tengo una cierta obligación con aquellas personas que aún permanecen en prisión y que no han sido liberadas. Debo continuar trabajando para conseguir su liberación.
P. ¿Cómo consideras vuestra liberación desde un punto de vista legal?
R. Ninguno de nosotros fue consultado sobre esta expulsión. Insistieron en que escribiéramos una solicitud de indulto, pero nadie nos dijo que el indulto implicaría la deportación y, en general, el procedimiento era ilegal porque no existe un procedimiento que legitime la expulsión del país.
P. ¿Tienes la sensación de que Rusia te expulsó como un elemento no deseado?
R. Sí, es una práctica soviética. Si no fuera así, podrían habernos dado la libertad de elegir, por ejemplo, si continuar viviendo en Rusia o marcharnos una vez que estuviéramos libres.
P. ¿Crees que eres libre de regresar a Rusia si quisieras?
R. Formalmente, puedo. Según la ley del indulto, ahora no estoy condenado y formalmente el Estado no tiene nada contra mí. Pero, juzgando por los comentarios de las personas que nos deportaron, cualquier intento de cruzar la frontera se acabará con la detención, como sucedió con Alexey Navalny. Por lo tanto, por mucho que quisiera, mis colegas y yo preferimos no arriesgarnos. Además, estas acciones pondrían en riesgo los próximos intercambios que espero se lleven a cabo. Muchas personas siguen en prisión, y es importante que este proceso continúe.
Una 'organización indeseable'
Pivovarov era el director de Rusia Abierta, la organización política fundada por el oligarca ruso exiliado Mijaíl Jodorkovski. En mayo de 2021, el opositor fue retirado de un avión en San Petersburgo y detenido por supuestas violaciones de la ley sobre las 'organizaciones indeseables'. En julio de 2022, Pivovarov fue condenado a cuatro años de encarcelamiento.
Amnistía Internacional condenó la sentencia, afirmando que "Pivovarov no ha cometido ningún crimen reconocido internacionalmente y ha sido encarcelado por ejercer sus derechos a la libertad de expresión y asociación".
Juzgando por los comentarios de las personas que nos deportaron, cualquier intento de cruzar la frontera se acabará con la detención
P. Desde que fuiste arrestado, el mundo ha cambiado, Rusia ha cambiado. Hay una guerra en curso y la oposición rusa ha sido completamente reprimida dentro del país. ¿Cómo planeas continuar tu actividad de oposición en el exilio?
R. Podemos comunicarnos con aquellas personas que han quedado en Rusia y que no están contentas y están dispuestas a hacer algo sin asumir riesgos demasiado grandes. Por supuesto, no podemos invitar a las personas a salir a la Plaza Roja y protestar.
P. Entonces, concretamente, ¿qué puede hacer esta gente?
R. Hay esferas en las que el gobierno requiere apoyo de las personas y ahí es donde podemos hacer algo. Por ejemplo, hay funcionarios que son obligados a unirse a Rusia Unida o a asistir a manifestaciones progubernamentales y gritar "sí", pero en su interior entienden que no es correcto. Podemos darles la posibilidad de negar su apoyo, actuar como ciudadanos responsables sin atraer la atención de los servicios de seguridad.
P. Dijiste que no estás dispuesto a llamar a los rusos a apoyar a las fuerzas armadas ucranianas como forma de derrotar a Putin y esto ha sido criticado por ucranianos y sus seguidores. ¿Cuál es tu respuesta a esas críticas?
R. Tengo un gran respeto por los ucranianos, son víctimas. Entiendo perfectamente que esperan que todos compartan su misma visión. Pero yo soy un político ruso, debo hablar con los rusos. Creo que los ucranianos están de acuerdo en que Rusia se convierta en un país libre y democrático, que sea seguro para sus vecinos y que, después de algunas generaciones, podamos ser buenos vecinos. Pero alcanzar estos objetivos con los métodos que usted ha mencionado no tiene perspectivas. Solo estableciendo relaciones con la sociedad, a pesar de las represiones, podemos alcanzar estos objetivos. Mientras tanto, financiar o ayudar a las fuerzas armadas ucranianas llevaría a decenas o cientos de prisioneros políticos más. Mi camino, el de la sociedad civil y del diálogo con los rusos, es probablemente más largo pero más efectivo a largo plazo
P. El apoyo al régimen sigue siendo bastante fuerte en Rusia…
R. El descontento en Rusia está creciendo: suben los precios y los riesgos de la movilización. Cuanto más crezca el déficit, peor será para las áreas civiles de la economía. Si al inicio había la narrativa de que la invasión de Ucrania sería una operación breve y fulminante, ahora todos han entendido que no lo lograron. Y ahora entre las masas ya está difundida la duda de "¿Valió la pena?", a la que la propaganda responde "Dado que hemos comenzado, debemos terminarlo sin dar pasos atrás". Es decir, me parece que entre las masas ya prevalece el pensamiento de que fue un error. Yo me concentraría en esto: no hablo de los partidarios de la oposición y la democracia, sino de las personas descontentas con la situación. Desde mi punto de vista, hay que trabajar precisamente con esas personas que entienden que fue un error y que no quieren que su vida empeore.
"No podemos invitar a las personas a salir a la Plaza Roja y que se pongan a protestar"
P. ¿Qué deberían hacer los gobiernos occidentales para apoyar a la oposición rusa?
R. Deberían, ante todo, permitir que los rusos que comparten valores democráticos puedan quedarse en territorio europeo sin tener que superar difíciles barreras burocráticas. Muchas de las sanciones occidentales contra Rusia empeoran la vida de los rusos comunes. Si lográramos trabajar juntos con los gobiernos europeos para mostrar que estamos del lado de esta gente, les haría entender que no están solas frente al gobierno ruso, sino que hay personas que los representan y defienden sus intereses. Si facilitamos la vida de los rusos, incluso aquellos que no tienen una posición política bien definida, entonces podemos romper la tesis de la propaganda del Kremlin, según la cual en Occidente todos son enemigos.
Hace un poco más de una semana, el opositor ruso de 42 años Andrey Pivovarov estaba confinado en una pequeña celda en la Colonia Penitenciaria nº 7 de la ciudad de Segezha, en el norte de Rusia. Un día, el director de la prisión se le acercó y sin ninguna explicación ni procedimiento formal, le informó que sería trasladado a un destino desconocido. Después de un viaje a Moscú subió a un avión con destino a Ankara (Turquía) donde sería liberado como parte de uno de los mayores intercambios de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
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