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Maduro, ¿acorralado?: radiografía de una región cada vez más harta del chavismo
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Aislamiento del chavismo

Maduro, ¿acorralado?: radiografía de una región cada vez más harta del chavismo

Nicolás Maduro está cada vez más acorralado. No solo por las críticas dentro de su país que denuncian "un fraude electoral", sino por los propios países de la región que exigen transparencia

Foto: Venezolanos protestan en Santiago. ( EFE/Ailen Díaz)
Venezolanos protestan en Santiago. ( EFE/Ailen Díaz)

La noche electoral del 28 de julio volvió a incendiar Venezuela. Las reacciones de Gobierno y oposición llenaron los primeros titulares, pero pronto la atención cambió a lo que se decía desde el exterior del país. Cuba, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Bolivia, los mayores aliados del chavismo, felicitaron de forma casi inmediata a Nicolás Maduro después de que el Consejo Nacional Electoral publicara sus resultados.

Muchos creían que Brasil, México y Colombia, los gigantes latinoamericanos gobernados por la izquierda, fueran los siguientes, pero ese momento no se produjo en la noche electoral ni se ha producido hasta ahora.

El pasado jueves, Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro, los líderes de esos países, mantuvieron una reunión por videollamada para hablar de Venezuela. De esa cita salió un comunicado conjunto en el que los tres países reclamaban una “verificación imparcial” de los resultados electorales y la entrega de actas. Maduro se había quedado así sin el apoyo directo de socios clave y de líderes a los que él mismo había alabado hasta hace poco. Además, los tres países aseguran estar hablando tanto con Gobierno como con oposición para encontrar una salida a la crisis.

Algunos en Venezuela recelan, y creen que esa intermediación solo sirve para darle más tiempo a Nicolás Maduro, pero otros creen que como mínimo supone una ruptura con el pasado reciente y erosiona la base de apoyo chavista.

Foto: Machado es recibida en la protesta opositora en Caracas al grito de "libertad". (EFE/Ronald Peña R.)

Uno de los argumentos es que esas mismas bases de apoyo del Gobierno venezolano vibraron con las victorias en América Latina de los líderes que ahora se niegan a dar por válido un resultado que los mandatarios venezolanos consideran como inapelable, dejando con el pie cambiado a la cúpula del Ejecutivo. Para quienes sostienen ese argumento es en sí una noticia de peso que Brasil, Colombia y México no hayan aceptado todavía los resultados.

“Es un paso en relación al convencimiento de una parte de la izquierda anti imperialista de que lo que se tiene hoy en Venezuela es una dictadura efectiva y que no puede haber espacio para tergiversar una democracia sea cual sea el matiz político”, comenta a El Confidencial el abogado brasileño Paulo Abrão, ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que destacó por su gestión en las crisis de Nicaragua (2019) y Bolivia (2020).

“La posición de los gobiernos de Brasil, Colombia y México, en cualquier caso, ya ha producido, por lo menos, un resultado importante, como es abrir un canal de diálogo en torno al asunto más importante ahora, que es la presentación de las actas electorales. Sin ese canal tal vez no hubiese una mediación posible en la crisis, y los distintos países del mundo estarían proclamando de manera unilateral la victoria de uno u otro candidato”, considera Abrão, que ahora es director del ‘think - tank’ Washington Brazil Office (WBO).

“Eso sería más de lo mismo en relación a lo que ya vivimos en los últimos años, cuya fórmula no funcionó y empujó a Venezuela a aislarse. Para salir de esa crisis es necesario buscar alternativas y el mérito de esta propuesta reside en eso. La posición de centrar el debate en el conteo de votos tiene la doble ventaja de mantener el foco en la institucionalidad electoral y mantener una posible salida pacífica en el caso de que las actas no se confirmen”, añade el abogado experto en DDHH.

Foto: Militares en desfile Venezuela. (Reuters)

Funcionarios de los tres países están en permanente contacto con representantes tanto de Maduro como de Edmundo González para buscar una solución, aunque parte de los politólogos aseguran que no saben muy bien cómo hacerlo. Mientras tanto, los presidentes lanzan mensajes en redes sociales que calan en la opinión pública.

Petro, que restableció relaciones diplomáticas con Venezuela a principio de su mandato, dijo la semana pasada, tras romper un silencio de cinco días por redes sociales inédito desde hace años, que existen “graves dudas” en torno al proceso electoral, reclamando un “escrutinio transparente con conteo de votos, actas” y una “veeduría internacional profesional” sobre el escrutinio.

Lula insistió este lunes en la transparencia de los resultados, después de haber irritado al chavismo antes de las elecciones cuando aseguró haberse “asustado” en el momento en el que Maduro se refirió a un “baño de sangre” si perdía en las urnas.

También en Argentina, Uruguay y Chile

Pero las expresiones recelosas de la izquierda latinoamericana no llegan solo desde Brasilia, Bogotá y Ciudad de México. Cristina Fernández Kirchner, la líder de la izquierda argentina, también le ha pedido al Gobierno venezolano “por el legado de Chávez” que se entreguen las actas.

Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio uruguayo, la agrupación izquierdista que gobernó durante 15 años con Tabaré Vázquez y José Mujica, reclamó las actas de una elección a su parecer “sospechada” y criticó que en Venezuela haya “detenidos políticos”, se “violen libertades” y haya habido una “elección con proscritos”.Desde Guatemala, el socialdemócrata Bernardo Arévalo rechazó “las acciones de Maduro para perpetuarse en el poder”, reclamando también las actas.

Foto: Foto de archivo de Nicolás Maduro, junto al ex dirigente de Guinea Bissau. (EFE)

El más beligerante y claro ha sido Gabriel Boric. El presidente izquierdista chileno ha dicho que no reconoce el triunfo de Maduro y ha exigido en numerosas ocasiones, desde la pasada semana, la presentación de las actas y que se termine con las “detenciones arbitrarias y la violencia” en Venezuela.

Maduro reaccionó expulsando a los diplomáticos chilenos del país. Diosdado Cabello le llamó “cachorrito del imperio” y Delcy Rodríguez aseguró que las acciones de Boric sólo podían considerarse como una “ofrenda a su líder oculto Pinochet”. Antes el oficialismo ya había calificado a Cristina Fernández Kirchner como traidora del legado del peronismo y de Néstor Kirchner.

Papel de EEUU

Muchos ojos están posados también en el papel de EEUU dentro de la intermediación entre los tres países latinoamericanos de izquierda y el Gobierno y la oposición de Venezuela. El portavoz del departamento de Estado, Mathew Miller, ha asegurado esta semana que su ministerio está “en estrecho contacto con nuestros socios de la región, especialmente con Brasil, México y Colombia, para encontrar el camino a seguir”.

Su jefe, el secretario de Estado, Anthony Blinken, había reconocido el pasado 1 de agosto la victoria en las urnas del opositor Edmundo González, según las actas electorales que la oposición califica como originales y que ha publicado en internet. Miller, sin embargo, matizó esta semana la posición, asegurando que todavía no reconocen a González como presidente del país y exigiendo a chavismo y oposición negociar una transición democrática.

Miller, ha asegurado esta semana que su ministerio está “en estrecho contacto con nuestros socios de la región

Esa postura ha sido vista por algunos analistas como una recogida de cable para no dañar las negociaciones que lideran Petro, Lula y López Obrador, que llamó la atención de Washington en una de sus conferencias mañaneras asegurando que EEUU se estaba “extralimitando” en reconocer la victoria de González.

España y Francia intentan ser relevantes

Hay otros países, además, pendientes de la negociación y queriendo ser relevantes en esos debates. Uno de ellos es España. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado este miércoles estar “en contacto permanente” con su homólogo brasileño, Mauro Vieira, y haber conversado con él “sobre la evolución de la situación en Venezuela”, exigiendo que se entreguen las actas.

Después dijo haber hablado también con el ministro de Exteriores colombiano, Luis Gilberto Murillo, sobre “los resultados de las elecciones en Venezuela”. Francia, por su parte, está tratando la crisis directamente con Brasil. El presidente galo, Emmanuel Macron, llamó por teléfono este lunes a Lula para tratar la crisis por la sospecha de fraude, elogiando la postura brasileña de fomentar el diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana.

Foto: Maduro en una rueda de prensa desde el CNE. (Reuters/Leonardo Fernández)

María Corina teme ser aislada

La posición de Brasil, México y Colombia fue puesta en duda la semana pasada cuando los tres países se abstuvieron a la hora de votar una resolución contra el Gobierno venezolano en la OEA que supuso el fracaso de esa iniciativa. Parte de los analistas interpretaron esa decisión como una forma de salvaguardar la interlocución con Maduro para la resolución de la crisis.

La cúpula opositora debió verlo así también, porque su líder, María Corina Machado, salió inmediatamente después lanzando capotes tanto a Lula como a Petro en redes sociales, destacando favorablemente los pronunciamientos, por ejemplo, del embajador colombiano ante la OEA y la “posición nítida del presidente Lula”.

“Yo creo que la oposición presume la buena fe de Petro, Lula y López Obrador y hasta la misma Machado lo ha dicho públicamente. Eso no quiere decir que no haya sospechas o cierta desconfianza, pero hay algo que nos invita a creer en la franqueza de sus posiciones y es que los gobiernos de Brasil, México y Colombia, sobre todo este último, no quieren una nueva oleada masiva de migrantes venezolanos.

"En realidad no la quiere nadie en la región "

"En realidad no la quiere nadie en la región y harán todo el esfuerzo posible para evitarlo, incluyendo la casi imposible tarea de hacer recular a Maduro y a su cúpula en su intento de aferrarse al poder”, expone desde Caracas un analista político que prefiere no revelar su nombre por el miedo a represalias, algo común en los últimos días de tensión en el país.

Parte de la oposición critica, eso sí, que los tres presidentes izquierdistas podrían estar buscando una interlocución directa entre Maduro y Edmundo González, apartando a María Corina Machado, que podría ser vetada por el chavismo para esas negociaciones. La mayoría de los opositores no parece dispuesta a aceptar esa condición, si se diese, aún siendo conscientes de la fortaleza que podría tener la vía diplomática.

División dentro del chavismo

Paralelamente a las negociaciones a nivel diplomático, ha tomado fuerza estos días en Venezuela una corriente de ex dirigentes chavistas fieles a Hugo Chávez y no a Nicolás Maduro muy críticos, que exigen la publicación de actas y ven probabilidades de fraude en las elecciones.

Varios llegaron incluso a firmar una misiva reclamando esos documentos y criticando “una oleada represiva contra sectores populares y dirigentes políticos, pocas veces vista en la historia de nuestro país”. Destacan el ex alcalde de Caracas, Juan Barreto, muy crítico en redes sociales, y el ex ministro de Comunicación Andrés Izarra, y varios ex congresistas y constituyentes.

“Muchos de estos personajes que vienen siendo críticos con Maduro son vistos como traidores y no creo que tengan ascendencia dentro de las bases del chavismo”, matiza el analista Venezolano que mantiene en reserva su identidad.

Foto: Un hombre con una bandera de Venezuela. (Reuters/Maxwell Briceno)

En el seno de ese sector, eso sí, comienza a barajarse como posibilidad que se anulen las elecciones ante el tremendo embrollo generado con el recuento y la dificultad de auditar los resultados y se convoquen nuevos comicios, extremo que buena parte de la oposición rechaza de plano, pero que, de producirse, dejaría claro que hubo graves irregularidades y eso podría afectar a la base de apoyo del chavismo.

“A la base dura del Gobierno venezolano y del chavismo no creo que los afecte las gestiones que Petro, Lula y López Obrador realizan, y que pidan transparencia. A las bases del chavismo, por el contrario, sí les puede afectar de alguna manera, pero no tanto como el hecho mismo de lo ocurrido el 28 de julio. Las bases chavistas estuvieron en los centros de votación y saben lo que ocurrió”, comenta el analista que rechaza identificarse.

No se descarta que haya una reunión de ministros de Exteriores si se ven avances en esas negociaciones. El presidente panameño, José Raúl Mulino, ya ha planteado una cumbre de presidentes en su país para tratar la crisis venezolana.

La noche electoral del 28 de julio volvió a incendiar Venezuela. Las reacciones de Gobierno y oposición llenaron los primeros titulares, pero pronto la atención cambió a lo que se decía desde el exterior del país. Cuba, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Bolivia, los mayores aliados del chavismo, felicitaron de forma casi inmediata a Nicolás Maduro después de que el Consejo Nacional Electoral publicara sus resultados.

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