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Amputados, violados, olvidados: esta base militar israelí es la pesadilla de los palestinos
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Denuncian abusos sexuales a palestinos

Amputados, violados, olvidados: esta base militar israelí es la pesadilla de los palestinos

Cinco militares israelíes están detenidos por violar a un preso palestino de la prisión de Sde Teiman. Este caso ha mostrado la realidad oculta a la que se enfrentan los palestinos presos

Foto: Un prisionero palestino es recibido por amigos y familiares tras ser liberado de una cárcel israelí, en el marco de un acuerdo de intercambio de rehenes y prisioneros entre Hamás e Israel. (DPA/Ayman Nobani)
Un prisionero palestino es recibido por amigos y familiares tras ser liberado de una cárcel israelí, en el marco de un acuerdo de intercambio de rehenes y prisioneros entre Hamás e Israel. (DPA/Ayman Nobani)

A 30 kilómetros de Gaza, donde los gazatíes viven en lo que la UNRWA describe como "el infierno en la tierra", los palestinos atraviesan otro calvario. Uno en el que las torturas ocurren en un silencio cuidadosamente mantenido por los guardias israelíes y en el que las organizaciones humanitarias cada vez tienen menos margen de acción. Algunos informes declaran que la situación es incluso peor que en las cárceles iraquíes de Abu Ghraib y Guantánamo.

Ubicada en medio del desierto del Néguev, se encuentra la base militar israelí de Sde Teiman, convertida en un campo de detención desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, que acabó con la vida de 1.200 personas y donde más de 250 personas fueron secuestradas. Desde esta ofensiva se han denunciado numerosos casos de torturas cometidos contra los presos palestinos que, desde el ataque de Hamás, se hacinan en celdas sin luz, sin acceso a comida ni agua.

Tildada ya para algunos como “la Guantánamo israelí”, el Ejército israelí apenas permite el acceso a esta prisión y si lo hace, solo lo autoriza durante minutos. Para el Gobierno de Benjamin Netanyahu, cualquier palestino acusado de ser de la Nukhba —la fuerza de élite del brazo armado de Hamás— merece ser "castigado" sin ningún tipo de límites. En algunos casos, los casos son de índole sexual.

Hace apenas una semana, nueve militares israelíes fueron arrestados, de los cuales cinco de ellos permanecen detenidos, acusados de perpetrar una violación contra un preso palestino. La diferencia entre esta agresión sexual y otras cometidas, según varias ONG, es que en este caso, tuvieron que llevar al agredido a un hospital por riesgo de muerte. Tras su diagnóstico, el informe médico reveló que el recluso había sufrido lesiones en la parte superior del cuerpo y una lesión grave en el recto.

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"Este caso se ha hecho público porque tuvieron que llevar a la víctima al hospital. Solo por eso se hizo público y se realizó una investigación. Tenemos información de más casos. No es un caso individual. Un total de 2.000 prisioneros gazatíes se enfrentan a las mismas condiciones que en esta cárcel. Incluso peor", afirma Naji Abbas, director del departamento de presos y detenidos de Médicos por los Derechos Humanos-Israel, en una entrevista para El Confidencial. Este médico, de origen palestino, ha sido uno de los pocos a los que se les ha permitido el acceso a esta prisión, aunque no ha sido la única. “Hemos visitado 300 prisiones desde noviembre, sabemos mucho de lo que está pasando ahí”.

Tras conocerse el arresto de los nueve militares, decenas de israelíes, simpatizantes de los partidos israelíes de extrema derecha, incluso miembros del Gobierno de Netanyahu, se posicionaron a favor de estos oficiales. Algunos de ellos, incitados por los líderes extremistas, acudieron a las puertas de la prisión para protestar violentamente contra estas detenciones al grito de "heroicos guerreros". Uno de ellos fue el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien escribió en su red social de X que los soldados merecían respeto. "Quiten las manos de nuestros heroicos guerreros", afirmó.

El miembro de la Knéset israelí, Hanoch Milwidsky, también justifica la violación tras defender que "todo es legítimo" en lo referente a las acciones contra un miembro de la Nukhba, "incluso meter un palo por el recto de una persona".

Estos actos, vistos como "heroicos" y "legítimos" por los israelíes más extremistas, forman parte de las torturas a las que cada día se someten los palestinos encerrados. "Son retenidos durante meses. Los doctores que trabajan aquí nos dicen que necesitan cirugías y que les tienen que cortar las manos y las piernas por las infecciones que cogen. Se ven obligados a cortar sus miembros para salvar sus vidas", afirma Abbas.

"El sistema legal de Israel es el que anima a hacer estos actos. Piden tener a la gente muerta de hambre e incitan a la violación. Animan a estos soldados a hacerlo. Antes del 7 de octubre teníamos algunas herramientas para luchar contra estas políticas. Desde octubre no. Todo está permitido. Cualquier guardia puede hacer lo que quiera", lamenta.

Foto: Un niño palestino camina cerca de tiendas de campaña utilizadas como refugio. (APA Images/ZUMA Press/Omar Ashtawy)

Esta impunidad se ha trasladado, incluso, al plano legal. El 18 de diciembre, dos meses después del ataque de Hamás, el Parlamento israelí aprobó la Ley de Detención de Combatientes Ilegales que permite arrestar a "toda persona que participe en una actividad hostil contra el Estado de Israel, directa o indirectamente, o que pertenezca a una fuerza que participe en una actividad hostil contra el Estado de Israel".

Además, permite a los oficiales de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y de la "Autoridad de Valores de Israel" (ISA), con el rango de teniente coronel o al jefe del equipo de investigadores de la ISA, "ejercer la autoridad de detención que antes requería oficiales de mayor rango".

Amnistía Internacional denuncia que La Ley de Combatientes Ilegales otorga al ejército israelí amplios poderes para detener a cualquier persona de Gaza "sospechosa de participar en hostilidades contra Israel o de suponer una amenaza para la seguridad del Estado durante periodos renovables indefinidamente sin tener que presentar pruebas que corroboren las afirmaciones".

Foto: Escenas de destrucción en Gaza tras un ataque israelí (EFE/Anadolu TV)

"Aunque el derecho internacional humanitario permite la detención de personas por motivos imperativos de seguridad en situaciones de ocupación, debe haber salvaguardias para impedir la detención indefinida o arbitraria y la tortura y otros malos tratos. Esta ley incumple flagrantemente estas salvaguardias. Permite la tortura desenfrenada y, en algunas circunstancias, institucionaliza la desaparición forzada", declara la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.

Para Israel, el ataque de Hamás, considerado como el mayor ejercido contra la población israelí desde el Holocausto, ha generado una de las guerras más cruentas contra el enclave de Gaza. A pesar de que el Gobierno reclama que esto es una guerra contra Hamás, casi 40.000 palestinos, la gran parte de ellos civiles, han muerto en las ofensivas israelíes contra la Franja y más de 84.000 han sido heridos, según informa el Ministerio de Sanidad gazatí. A las muertes y a los heridos hay que sumarles la destrucción que se ha ejercido contra barrios enteros que han visto como sus casas se han convertido en montañas de escombros, además de la falta de alimentos y la insalubridad del agua.

"La situación antes del 7 de octubre en las cárceles era mala, pero desde el ataque de Hamás la situación es totalmente diferente. Al menos 60 palestinos han muerto en detenciones y 10.000 han sido detenidos en los últimos 10 meses, cuando antes de la guerra había 5.000 detenidos". La situación es tan precaria que los prisioneros enfermos prefieren no ir a las consultas médicas porque "los militares les pegan en el camino al hospital. Nos dan las gracias por ofrecerles ayuda, pero a veces no la quieren por las represalias a las que se enfrentan", añade Abbas.

"Los doctores han encontrado signos de violencia que han causado la muerte. Esto quiere decir que los prisioneros han sido pegados hasta la muerte. Han encontrado ejemplos de negligencia médica. Por ejemplo, un chico joven, enfermo del estómago, no recibió su tratamiento. El informe médico dice que fue llevado al hospital y allí murió", señala.

placeholder Niños y jóvenes reaccionan mientras los cadáveres de palestinos no identificados son enterrados en una fosa común tras la entrega de los cuerpos por parte de Israel. (Reuters/Mohammed Salem)
Niños y jóvenes reaccionan mientras los cadáveres de palestinos no identificados son enterrados en una fosa común tras la entrega de los cuerpos por parte de Israel. (Reuters/Mohammed Salem)

El caso de este adolescente no ha sido el único. Abbas afirma que existen decenas de presos con enfermedades que pueden resistir durante meses, "pero no mucho más. Todos los palestinos se quejan de que tienen hambre todo el tiempo, porque no pueden coger su comida, solo lo que les dan. Les dan la comida con las calorías justas para que no mueran".

Las malas condiciones higiénicas a las que son sometidos estos presos, muchos de ellos detenidos de forma arbitraria y sin pruebas, han provocado la generación de enfermedades que antes no existían en estas prisiones. "Hemos visto problemas de piel entre los palestinos encerrados. Esto se debe por las condiciones en las que están y por la falta de alimentos".

"Estamos intentando que respondan ante la ley. Pero en diez meses el escenario no ha cambiado. Pero lo seguimos intentando. La gente muere de los abusos a los que les someten y la ley es la única herramienta que en algún momento tendrá que presionar a los israelíes. Israel, oficialmente y de forma orgullosa, viola el derecho internacional humanitario de cualquier forma que te puedas imaginar", concluye.

Piden cerrar Sde Teiman

A pesar de los múltiples llamamientos ejercidos desde las organizaciones humanitarias que piden cerrar este centro de detención, en un momento en el que el Trubunal Supremo está debatiendo su cierre, Netanyahu argumentó a la Corte que Sde Teiman debe permanecer abierto, pero solo para arrestar a “corto plazo” a sospechosos capturados en Gaza en el marco de la guerra.

“La posición del primer ministro es que se deben tomar todas las medidas necesarias para que el centro de Sde Teiman permanezca abierto, como centro de detención temporal de corto plazo para prisioneros, con el único propósito de ser interrogados y procesados ​​antes de ser transferidos a centros de detención permanentes”, ha indicado la Fiscalía General en un documento difundido por la prensa local.

Esta decisión, sin embargo, va en contra de la voluntad de su ministro de Seguridad Nacional, el extremista antiárabe Itamar Ben Gvir, quien no solo rechaza cerrar el centro de detención, sino que aboga por empeorar las condiciones de los reclusos e incluso aplicarles la pena de muerte. “Uno de los principales objetivos que me he fijado es empeorar las condiciones de los terroristas en las cárceles”, dijo el ultraderechista. "Hay que matar a los prisioneros palestinos disparándoles en la cabeza y, hasta que se apruebe la ley (de pena de muerte para árabes), les daremos poco para vivir", recalcó Ben Gvir en un vídeo.

A 30 kilómetros de Gaza, donde los gazatíes viven en lo que la UNRWA describe como "el infierno en la tierra", los palestinos atraviesan otro calvario. Uno en el que las torturas ocurren en un silencio cuidadosamente mantenido por los guardias israelíes y en el que las organizaciones humanitarias cada vez tienen menos margen de acción. Algunos informes declaran que la situación es incluso peor que en las cárceles iraquíes de Abu Ghraib y Guantánamo.

Conflicto árabe-israelí Israel
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