Reinos de Taifas en la derecha: Orbán monta su propio grupo en el Parlamento Europeo
La extrema derecha se hace fuerte en los gobiernos nacionales, pero se agrieta en la UE. A Meloni y Le Pen se suman ahora los patriotas de Orbán.
El objetivo, el sueño y la ambición eran la unión en torno a una única familia. Ya son tres. Y, aunque improbable, podría llegar hasta cuatro. Las fuerzas de extrema derecha europeas confirman su mejor momento desde la Segunda Guerra Mundial. La última prueba es la apabullante victoria de Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas. Pero todo ello contrasta con sus fracturas para organizarse de cara al nuevo ciclo legislativo en la Eurocámara. La derecha radical se hace fuerte en los gobiernos nacionales, pero se fragmenta dentro de la UE.
Sus fuerzas se han vuelto a escindir. Si ya había dos grupos en el Parlamento Europeo, los Conservadores y Reformistas (ECR) — liderados por la italiana Giorgia Meloni y familia de Vox y el más radical Identidad y Democracia (ID) comandado por Marine Le Pen y Matteo Salvini — en las últimas horas ha entrado en escena un nuevo actor: los patriotas con Viktor Orbán a la cabeza.
El domingo los partidos de derecha radical del continente dejaron varios titulares. Por un lado, Marine Le Pen sacudió el tablero galo y europeo con una contundente victoria que destrozaba al macronismo. Mientras los franceses acudían a las urnas, el primer ministro húngaro anunciaba desde Viena la creación de una nueva familia en el Parlamento Europeo. Flanqueado por Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad (FPÖ) austríaco, y por el checo Andrej Babiš, comandante de ANO, anunció el nacimiento del partido Patriotas por Europa. Su germen pivota sobre la base soberanista y se nutre de la defensa de una Europa de “naciones fuertes, orgullosas, independientes”.
El nuevo “frente patriótico” cuenta con el umbral mínimo de 23 eurodiputados que exige el reglamento europeo. Pero no con el requisito de diversidad, que obliga a contar con la representación de parlamentarios de al menos siete Estados miembros. Al tridente formado por el Fidesz, FPÖ y ANO se ha unido en las últimas horas el Partido portugués Chega, según ha confirmado el portavoz de Orbán, Zoltan Kovacs.
Si Orbán ha dado este paso, todo hace presuponer que será capaz de formar la familia. Aspira a ser, según sus propias palabras, “el mayor grupo de orientación derechista” del nuevo Hemiciclo. Otro de los fichajes que podrían sumarse en las próximas horas son el Smer eslovaco de Robert Fico o el esloveno SDS de Janez Janša.
“El cambio político en Europa ha comenzado (...) Los europeos quieren tres cosas: paz, orden y desarrollo. Todo lo que obtienen de la élite actual de Bruselas es guerra, inmigración y parálisis”, apuntó el mandatario magiar durante la presentación.
Los tres líderes populistas han firmado la Biblia que guiará su agenda estratégica. El ‘Manifiesto de los Patriotas por el Futuro de Europa’ afirma que Europa se encuentra en un punto de inflexión histórico. “Las elecciones recientes al Parlamento Europeo marcaron el final de una era política que comenzó con la caída del muro de Berlín en 1989”, afirmó Orbán. Entre sus prioridades destaca la protección de los valores de la familia tradicional, combatir las “amenazas terroristas y la inmigración descontrolada”, tumbar la política verde y el pacto migratorio cocinados en Bruselas.
Conexión Le Pen-Orbán
El líder del Fidesz dio este paso porque no tenía más remedio. Sus 13 eurodiputados ya capearon más de la mitad de la legislatura saliente, apartados y huérfanos en los no inscritos, tras ser expulsados de las filas del Partido Popular Europeo. Durante la campaña electoral, Orbán pidió una unión de las “dos mujeres” al frente del cambio en Europa: Meloni y Le Pen. No fue posible. Y tampoco encontró encaje en ninguna de estas dos familias. La italiana aceptó en sus filas a la Alianza para la Unión con los Rumanos (AUR), que en Budapest es vista como hungarófoba. Y en ID su protagonismo quedaría eclipsado por la francesa.
Pero todo hace presuponer que Orbán no ha dado este paso sin coordinarlo y dialogar con Le Pen. “Queremos ampliar el perímetro de un grupo fuerte, patriótico y cohesionado que se oponga a los errores previos. Valoramos muy favorablemente las palabras de líderes como Herbert Kickl, Viktor Orbán y Andrej Babiš”, se apresuró a reaccionar Matteo Salvini, colíder del grupo ID y uno de los grandes aliados de la francesa, pocos minutos del anuncio del nuevo grupo.
Identidad y Democracia se está quedando rezagado en la formación de su nueva familia. Durante la campaña expulsó a Alternativa por Alemania (AfD) por blanquear al nazismo y ahora ha perdido a la delegación austríaca del FPÖ. Le Pen estaría sopesando sus próximos pasos en medio de su ascenso meteórico en las urnas nacionales. Aunque es menos probable, no se descarta que los nuevos patriotas y los antiguos identitarios se fusionen unidos, además, por su simpatía con Rusia y sus resistencias a la ayuda a Ucrania.
“Aman a Putin, el dinero y el poder sin control. Y ya están en el poder o están intentando alcanzarlo desde el Este hasta el Oeste de Europa. Están uniendo filas en el Parlamento Europeo”, ha denunciado a través de X Donald Tusk, primer ministro polaco y expresidente del Consejo Europeo.
El cronómetro corre
El zafarrancho en el mapa de las fuerzas de la derecha radical, con sensibilidades diferentes y egos destacables, no termina ahí. La semana pasada cobraron fuerza los rumores de que AfD estaba llevando a cabo negociaciones para formar una cuarta familia. Se apuntaba a los tres eurodiputados del agitador Alvise como unos de sus aliados. Finalmente, su co-líder Alice Weidel lo desmintió asegurando en declaraciones a la cadena DW que se estaba muy lejos de ello.
El último culebrón llega de la mano de ECR. La familia de Meloni se reunió el miércoles pasado en Bruselas para terminar de constituir el grupo. Pero el encuentro saltó por los aires y fue pospuesto hasta el próximo 3 de junio por las diferencias internas de los polacos de Ley y Justicia (PiS), divididos en torno a si bailar de la mano de Meloni o de Orbán. Finalmente, la agencia polaca PAP avanza que las delegaciones italiana y polaca han llegado a un acuerdo que se consagrará el próximo miércoles, un día antes de la fecha establecida para que se compongan los grupos, ya que el jueves comenzará el reparto de cargos internos de la cámara.
El objetivo, el sueño y la ambición eran la unión en torno a una única familia. Ya son tres. Y, aunque improbable, podría llegar hasta cuatro. Las fuerzas de extrema derecha europeas confirman su mejor momento desde la Segunda Guerra Mundial. La última prueba es la apabullante victoria de Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas. Pero todo ello contrasta con sus fracturas para organizarse de cara al nuevo ciclo legislativo en la Eurocámara. La derecha radical se hace fuerte en los gobiernos nacionales, pero se fragmenta dentro de la UE.
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