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Un vídeo falso de Putin llamando a la movilización: el 'deepfake' llega a las grandes ligas
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Con intención de generar pánico

Un vídeo falso de Putin llamando a la movilización: el 'deepfake' llega a las grandes ligas

Este lunes, un Vladímir Putin de rostro serio aparecía en varias televisiones locales rusas asegurando que las tropas ucranianas "habían entrado" en varias regiones de Rusia

Foto: Foto de archivo de un discurso de Putin. (Reuters/Anton Vaganov)
Foto de archivo de un discurso de Putin. (Reuters/Anton Vaganov)

Los deepfakes llegan a las grandes ligas. Este lunes, un Vladímir Putin de rostro serio aparecía en algunas televisiones locales rusas asegurando que las tropas ucranianas "habían entrado" en varias regiones territorio adentro de Rusia, declaraba la "ley marcial" en las provincias fronterizas y anunciaba la "movilización general" de la Federación Rusa. El discurso del presidente ruso, pese a que eran su rostro y su voz, era falso.

La tecnología de deepfake, por la que se genera un vídeo falso a partir de imágenes reales del rostro de alguien, es ya parte de nuestro ecosistema imaginativo, desde futuros a lo Black Mirror a anuncios de cerveza Cruzcampo resucitando a Lola Flores. También han arruinado vidas con el revenge porn y reconstrucción de caras de mujeres en escenas eróticas. Incluso han llegado ya a la política: en la campaña a las elecciones turcas, el candidato de la oposición acusó al presidente Recep Tayyip Erdogan —de la mano de Rusia, incluso— de utilizar un vídeo manipulado en el que ponía en su boca polémicas declaraciones. Pero, con este vídeo en las televisiones rusas, llegamos a un nuevo nivel: intentar cambiar el curso de una guerra.

Tras la publicación del vídeo en algunas cadenas de televisión de las regiones fronterizas rusas de Kursk, Voronezh, Belgorod y Bryansk, la oficina de la presidencia rusa tuvo que salir al paso, afirmando que se trataba de "un mensaje falso" y que ya "estaba bajo control", mientras que las autoridades locales afirmaron que se había tratado de un hackeo ucraniano "con el objetivo de sembrar el pánico".

Por suerte para Rusia, el hackeo fue limitado, porque las consecuencias de una distribución masiva del vídeo podrían haber sido gravísimas para el país. El pasado septiembre, cuando el presidente Vladímir Putin anunció —esta vez sí, de verdad— una "movilización militar parcial" con el objetivo de reclutar 300.000 hombres para reponer las bajas en las filas del Ejército ruso, los rusos reaccionaron con un éxodo masivo hacia Europa o los países fronterizos del Cáucaso y Asia Central. En apenas una semana, cientos de miles de hombres bloquearon las fronteras, las búsquedas de "cómo romperse una pierna" o métodos para evitar el reclutamiento se multiplicaron exponencialmente en el país.

La cuestión de la movilización total del país para hacer frente a la guerra lanzada contra Ucrania es crítica para Vladímir Putin. Ya desde el inicio, el Kremlin ha jugado con el apoyo tácito de sus ciudadanos, siempre contando con que la guerra les iba a afectar más tangencialmente. Pese a las numerosas bajas entre sus filas y la necesidad de reposición de reclutas, el Ejecutivo no ha llegado a declarar nunca la movilización general total, sino que está apostando por otro tipo de técnicas, sabedoras de lo delicado de cambiar ese pacto tácito con la población, lo que podría generar protestas o un nuevo éxodo en una población ya muy mermada.

Foto: Un cartel promocionando la 'operación militar especial' con el texto "El soldado ruso guerrero libertador". (EFE)

De ahí la intención del mensaje en el hackeo ucraniano, especialmente en un contexto en los últimos días en los que sí se han producido ataques e incursiones de fuerzas proucranianas en provincias como Bélgorod.

Sin embargo, este tipo de deepfakes siguen estando lejos de tener poder real de cambiar el curso de una guerra, aunque este episodio abre un nuevo mundo de posibilidades. Aunque la herramienta es cada vez más fácil y barata de usar, al alcance de prácticamente todo el mundo, y que gracias al acelerón en el apartado técnico —utilizando técnicas de inteligencia artificial— genera contenido cada vez más realista, hasta el punto de ser casi imposibles de detectar, todavía tiene sus límites. En algo tan crucial como una retirada o una evacuación en un contexto de guerra, es muy sencillo comprobar el engaño, y los desmentidos —como en este caso— son fáciles y rápidos.

No es la primera vez que los deepfake saltan al primer plano de la guerra de Ucrania. Pocos días después de que comenzara la invasión, un vídeo falso de Volodímir Zelenski mandando un mensaje de rendición a militares y civiles estuvo circulando por redes sociales. "Su objetivo es desorientar, sembrar el pánico, descreer de los ciudadanos e incitar a nuestras tropas a retirarse", recalcaron entonces desde Kiev. En aquel caso, se trataba de un intento mucho más burdo y fácil identificar, ya que los movimientos y la voz eran muy poco naturales.

Desde hace tiempo, los especialistas han advertido de que, para ser efectivos, los vídeos falsos tendrían que ir acompañado de algún tipo de ciberataque, similar a lo que habría ocurrido ahora, de modo que permita emitir ese contenido en televisiones, algo que dispara el aumento de la credibilidad (por ejemplo, se puede emitir un telediario). Lo que está por ver es cuánto puede aguantar la mentira y el impacto real que pueda tener en el curso de una guerra. Para que las imágenes calen de verdad, no solo tienen que parecer creíbles, sino también tener la mayor verosimilitud posible.

Los deepfakes llegan a las grandes ligas. Este lunes, un Vladímir Putin de rostro serio aparecía en algunas televisiones locales rusas asegurando que las tropas ucranianas "habían entrado" en varias regiones territorio adentro de Rusia, declaraba la "ley marcial" en las provincias fronterizas y anunciaba la "movilización general" de la Federación Rusa. El discurso del presidente ruso, pese a que eran su rostro y su voz, era falso.

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