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Si crees que ahora hay desinformación sobre las elecciones, aún no has visto nada: prepárate para la IA
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Si crees que ahora hay desinformación sobre las elecciones, aún no has visto nada: prepárate para la IA

Plataformas como Facebook, Twitter y TikTok se han vuelto esenciales para que los candidatos interactúen con los votantes. Pero también se han convertido en una amenaza

Foto: Un visitante al Mobile World Congress (MWC) de Barcelona habla por teléfono mientras pasa por un 'stand' de inteligencia artificial. (EFE/Andreu Dalmau)
Un visitante al Mobile World Congress (MWC) de Barcelona habla por teléfono mientras pasa por un 'stand' de inteligencia artificial. (EFE/Andreu Dalmau)

En los últimos meses, el uso de sistemas de inteligencia artificial generativa (IA), ejemplificados por plataformas como ChatGPT y Bard, se ha convertido en un tema de discusión crucial en varios aspectos de la vida moderna, incluyendo los procesos electorales.

El uso de redes sociales y herramientas digitales en los procesos electorales a nivel global ha crecido exponencialmente. Plataformas como Facebook, Twitter, TikTok e Instagram se han vuelto herramientas esenciales para que los candidatos interactúen con los votantes, promocionen sus mensajes y construyan redes de apoyo de manera efectiva. Estas plataformas permiten a los candidatos conectar directamente con el electorado, a menudo eludiendo medios de comunicación tradicionales y favoreciendo un enfoque más personalizado y con menor inversión financiera.

Foto: Foto: Reuters/Kevin Coombs.

La IA generativa posibilita la creación de nuevo contenido, como texto, imágenes o videos, aprendiendo patrones y estructuras de datos existentes. Genera contenido específico para grupos segmentados con patrones similares, siguiendo la lógica y las líneas de contenidos escritos o desarrollados por humanos.

La combinación de redes sociales, análisis de datos e inteligencia artificial está transformando la forma en que las campañas políticas recopilan, analizan y utilizan datos de los electores. La microfocalización de mensajes, adaptados a segmentos específicos, permite una comunicación y estrategias persuasivas más efectivas en tiempo real. Esto es posible gracias al análisis de los datos demográficos, de comportamiento, de sentimientos, entendiendo las tribus sociales a las que pertenecen los votantes, y logrando refinar cada vez más un mensaje personalizado al votante.

La importancia de las plataformas de mensajería, como WhatsApp y Telegram, también se ha incrementado en los últimos años. Estas plataformas proporcionan a los candidatos y partidos políticos una forma directa e inmediata de comunicarse con los simpatizantes y votantes, eludiendo los medios de comunicación tradicionales y los algoritmos de las redes sociales. Permiten compartir noticias, actualizaciones, materiales de campaña e incluso facilitan los esfuerzos de movilización a nivel de base.

Pero no todo es positivo con la IA, el análisis de datos y las plataformas de redes sociales. La manipulación de Twitter, la desinformación a través de las plataformas de mensajería instantánea y el caso de Cambridge Analytica son ejemplos de cómo las plataformas de redes sociales y el análisis de datos pueden utilizarse para manipular la opinión pública e influir en los resultados políticos, violando la privacidad de los datos y los principios éticos rectores de la democracia.

Cambridge Analytica ganó notoriedad por su papel en la influencia de los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos y el referéndum del Brexit en el Reino Unido. La firma utilizó técnicas de minería de datos y perfilado psicográfico para analizar los datos de las redes sociales e identificar posibles votantes que podrían ser objeto de mensajes personalizados. Al adaptar los mensajes a grupos específicos de votantes basándose en sus rasgos de personalidad y otras características, Cambridge Analytica pudo influir en la opinión pública e inclinar los resultados de las elecciones a favor de sus clientes. El uso que hizo la empresa de análisis de datos y técnicas de mensajería dirigida planteó serias preocupaciones sobre la integridad de los procesos electorales y la posibilidad de que estas tecnologías se utilicen para manipular la opinión pública y socavar los sistemas democráticos.

En el caso de la manipulación de Twitter, los bots y las cuentas falsas pueden utilizarse para amplificar ciertos mensajes y crear la ilusión de un gran respaldo de la opinión pública. Esto puede dificultar que las personas diferencien entre lo que es genuino y lo que es fabricado, llevando a una visión distorsionada de la realidad. También puede utilizarse para acosar e intimidar a individuos, especialmente a aquellos que mantienen opiniones minoritarias o que son críticos con individuos o instituciones. En general, el uso de la manipulación de redes sociales puede minar la confianza en las plataformas y la información que difunden, y tener graves consecuencias para el discurso público y los procesos democráticos.

Con las plataformas de mensajería, uno de los principales riesgos es la falta de transparencia y responsabilidad en torno a las fuentes y la autenticidad de la información que se comparte. Se deja a los usuarios la responsabilidad de verificar la autenticidad de la información que reciben, generando en muchos casos ambientes de polarización o de exacerbación de la opinión pública sobre aspectos falsos, sin que alguien asuma responsabilidad sobre su contenido.

El auge de las redes sociales y las herramientas digitales en el proceso electoral genera nuevos desafíos y preocupaciones. La propagación de la desinformación, amplificada por los algoritmos de las redes sociales y la naturaleza viral del contenido en línea, representa una amenaza significativa para la integridad de los procesos electorales que se avecinan en diferentes regiones del mundo. Los problemas relacionados con la privacidad y la protección de los datos son cada vez más relevantes, ya que el debate sobre cómo las plataformas de IA generativa captan la información de los usuarios aún no ha sido resuelto.

El uso de la IA en el proceso electoral presenta un nuevo conjunto de desafíos y riesgos que deben abordarse. Uno de estos riesgos es el potencial de que actores malintencionados utilicen la IA para crear contenido falso, como programas de televisión simulados con avatares para manipular a la opinión pública. Esto es especialmente preocupante en el contexto de campañas políticas que informan resultados falsos, o que incitan a la violencia o crean caos generalizado, amenazando la estabilidad de los sistemas democráticos.

Foto: (Inteligencia artificial - Midjourney - Novaceno - OK)

La prevalencia de la inteligencia artificial generativa, las plataformas de redes sociales y las herramientas digitales en el proceso electoral son una oportunidad para mejorar la comunicación con los electores de forma personalizada, pero también son un riesgo que puede poner en peligro la democracia, debido a la desinformación, y violación de la privacidad y seguridad de los datos.

El potencial de que actores malintencionados utilicen la IA y otras tecnologías para manipular la opinión pública e influir en los resultados electorales es un desarrollo preocupante. Como resultado, los ciudadanos pueden sentir que sus votos ya no son el factor más importante en el proceso electoral, y la base misma de la democracia puede verse comprometida. Es imperativo que se desarrollen pautas éticas, regulaciones y controles tecnológicos que garanticen que estas tecnologías se utilicen de manera transparente, responsable y respetuosa con los principios democráticos.

*Victor Muñoz es analista del European Council on Foreign Relations

En los últimos meses, el uso de sistemas de inteligencia artificial generativa (IA), ejemplificados por plataformas como ChatGPT y Bard, se ha convertido en un tema de discusión crucial en varios aspectos de la vida moderna, incluyendo los procesos electorales.

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