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Este experto te explica todo lo que hemos entendido mal de las sanciones a Rusia
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Entrevista a Tom Keatinge

Este experto te explica todo lo que hemos entendido mal de las sanciones a Rusia

El investigador británico ha visitado España en el marco de su misión para analizar el progreso en la implementación de sanciones a Rusia

Foto: Tom Keatinge. (Cedida)
Tom Keatinge. (Cedida)

¿Están funcionando las sanciones contra Rusia? ¿Es esta la mejor manera de intentar frenar la invasión de Ucrania? Estas son algunas de las preguntas que rondan por las cabezas de muchos europeos y que titulan muchos artículos de análisis desde que empezó la guerra en febrero del año pasado.

Este es también uno de los principales objetos de estudio de Tom Keatinge, director del Centro de Delitos Financieros y Estudios de Seguridad (CFCS) en el think tank RUSI. El centro lidera la European Sanctions and Illicit Finance Monitoring and Analysis Network (SIFMANet), una red de centros de investigación europeos con la misión de analizar el progreso en la implementación de sanciones contra Rusia en la UE. Tras visitar seis Estados miembros y reunirse con diferentes autoridades, Keatinge se reúne con El Confidencial para intentar dar respuesta a algunas de las preguntas más comunes con respecto a las sanciones.

Foto: Los líderes del G7 en la cumbre de Hiroshima, en Japón. (EFE/EPA)

PREGUNTA. En Europa, las sanciones a Rusia no son algo nuevo. Ya se empezó a tomar esta medida en 2014 tras la anexión de Crimea y en 2022 con motivo de la invasión. ¿Cómo crees que ha cambiado la respuesta europea en estos últimos ocho años?

RESPUESTA. Es importante tener en cuenta lo que pasó en 2014 por dos razones. La primera se basa en las lecciones que ha aprendido la Unión Europea. En ese momento, la implementación de las sanciones por parte de Occidente fue perezosa, no había un compromiso real ni un mantenimiento de la presión. Podríamos decir que fue una especie de medida simbólica. Y la UE no quiere cometer otra vez los mismos errores.

La segunda razón es que alguien más estaba aprendiendo de 2014 y ese es Vladímir Putin y el Kremlin. Por supuesto, nunca sabremos todos los detalles sobre esto, pero cuando los líderes occidentales amenazaron con sanciones masivas en diciembre de 2021 y enero de 2022, antes de la invasión a gran escala, ¿cómo lo interpretó Putin? ¿Pensó, quizá, que serían tan suaves como las de 2014? Y añado un tercer aspecto: la reacción europea en 2022 fue importante porque otra respuesta perezosa podría haber decepcionado mucho a los ucranianos. Esperaban, con razón, una respuesta firme en esta ocasión.

P. Llevamos meses leyendo noticias sobre las sanciones a Rusia. ¿Cómo resumirías las medidas importantes que se han llevado a cabo hasta ahora?

R. Primero resumiría lo que se ha conseguido en tres apartados. Tenemos, por un lado, las sanciones financieras, que son las más comunes, y en las que se congelan los activos por parte de los bancos. Se excluye a los bancos rusos de los mercados internacionales. Luego tenemos las sanciones a los oligarcas, de las que hablaré más tarde. Y después las sanciones comerciales, que son muy importantes. Con este tipo de medidas me refiero a, por ejemplo, vetar las importaciones de gas ruso o las exportaciones de bienes tecnológicos.

"UK no ha podido seguir ignorando la entrada de dinero ruso en el país"

La mayoría de personas, cuando piensa en las sanciones, piensa en los castigos a los oligarcas y a los bancos rusos. Pero yo me imagino las sanciones como un iceberg en las que todo eso es solo una pequeña parte del iceberg, la superficie. Lo realmente grande, y cuando digo grande me refiero a impactante, son las sanciones comerciales, y esas están por debajo de la superficie porque son realmente las más difíciles de implementar para el sector privado. La UE está teniendo conversaciones con terceros países como Kazajistán, Turquía o Emiratos Árabes Unidos para intentar que no ayuden a Rusia a evitar estas sanciones. El hecho de que el Kremlin se esté esforzando es esquivarlas demuestran que son importantes.

P. ¿Y qué pasa con las sanciones a los oligarcas?

R. Yo trabajo en Londres, conocido como Londongrad porque hay muchos rusos que han puesto allí todo su dinero. Reino Unido tiene una larga historia de entrada de dinero ruso al país y otra larga historia en la que ha estado ignorando el problema. Cuando Rusia comenzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero pasado, se hizo imposible para el Gobierno de Boris Johnson seguir ignorándolo, como han hecho durante 25 años.

Esta fue la oportunidad del Gobierno para tomar partido contra los oligarcas, pero yo creo que tenemos que ser realistas y hacernos una pregunta. ¿Van a cambiar estas sanciones los planes de Vladímir Putin y frenar las acciones militares en Ucrania? La respuesta es no. Los oligarcas son conocidos como las billeteras de Putin, por lo que son los guardianes de parte de su dinero. Son ricos porque Putin les permite ser ricos. Pero el verdadero resultado de estas medidas contra ellos son los titulares. Imagínate un titular que dice que el Chelsea Football Club ha sido sancionado, eso crea una conciencia y visibiliza mucho más la situación que si el titular va sobre las sanciones a las exportaciones de componentes microelectrónicos. Ese titular no es sexy, aunque esas sanciones hacen más daño al Kremlin.

Foto: Una persona sostiene un cartel con la fotografía del presidente de Rusia, Vladímir Putin. (EFE/José Méndez)

P. Algunos países como Estonia están intentando adoptar medidas para congelar los activos de ciudadanos rusos en el país y utilizar ese dinero para reconstruir Ucrania después de la guerra. ¿Qué piensas acerca de la viabilidad de esta medida?

R. En Bruselas, llaman a este debate "congelar y aprovechar". Primero, me gustaría aclarar que existe una medida que se basa en congelar los activos del banco central de Rusia e iniciar un proceso legal para que esos activos se utilicen como reparaciones a Ucrania. Ese dinero, por lo tanto, proviene del Estado ruso. Este es un proceso y el otro se centra en los activos de los oligarcas. No se puede negar que es una idea atractiva pero, hagamos lo que hagamos, tenemos que asegurarnos de respetar el Estado de derecho.

Es importante recordar que las sanciones son una herramienta administrativa. No son una herramienta legal ni criminal. Tomar esos bienes de alguien va a ser muy difícil, a menos que se pueda pasar de la vía administrativa, que es la sanción, a la vía penal, que luego permite confiscar los bienes porque se ha cometido un delito. Lo que creo que están tratando de hacer es descubrir cómo se crea un marco legal que pase de las sanciones administrativas al ámbito penal.

Pero para eso necesitaremos comprobar que el oligarca en cuestión ha cometido el crimen. Es un tema complejo de gestionar, no sé si se podrá encontrar una vía para hacerlo, pero, de nuevo, creo que pasamos mucho tiempo hablando de oligarcas. No estoy seguro de que centrar necesariamente nuestro tiempo en ellos sea el uso más eficiente de nuestro tiempo cuando hay muchas otras cosas que deberíamos estar haciendo.

P. ¿Cuál crees que ha sido (o es) el principal desafío de la implementación de las sanciones por parte de Europa?

R. El año pasado, la UE se centró en sacar adelante los paquetes de sanciones de la manera más rápida posible. La razón por la que estamos en Madrid es un programa que estamos llevando a cabo para ver cómo los Estados miembros los están implementando. El problema es que no creo que nadie, durante 2022, diera un paso atrás y se planteara si la estrategia está funcionando. No se han preguntado cuáles son los retos y cómo hacerles frente. Esto está empezando a suceder este año. La UE ha nombrado a David O’Suillivan enviado especial internacional para la Implementación de Sanciones y está de gira por Europa y por otros países para entablar conversaciones, como cuál puede ser la manera en que convenzamos a Emiratos Árabes Unidos para que imponga sanciones como lo están haciendo los países europeos. Por eso creo que este año se caracterizará por ponernos al día en muchos aspectos que dejamos de lado el año anterior.

placeholder Protesta contra la guerra de Ucrania en Washington, en febrero de 2022. (EFE/Michael Reynolds)
Protesta contra la guerra de Ucrania en Washington, en febrero de 2022. (EFE/Michael Reynolds)

P. La financiación ilícita es una de sus principales áreas de estudio. ¿Qué papel juega en todo esto?

R. Tenemos que recordar que el dinero ruso ha estado llegando a nuestras sociedades durante muchos años. Nosotros celebramos la apertura de las fronteras, aunque eso a veces puede tener efectos colaterales, como que están abiertas también para el dinero. No tenemos control de capitales y las inversiones van y vienen. Existen leyes para frenar, por ejemplo, el dinero que proviene del tráfico de drogas, pero no hemos pensado tanto en el dinero de criminales que llega para sobornar a miembros del Parlamento Europeo, para hacer una gran donación a un partido político o para comprar influencia.

Muchos países de la UE tienen una influencia muy negativa de Rusia y algunos ciudadanos rusos están utilizando ese tipo de financiación para socavar nuestras democracias. En este sentido, las sanciones son temporales, cuando acabe la guerra es posible que muchas se levanten, pero no se habrá arreglado el problema de la financación ilícita, eso es algo que no podemos olvidar.

P. Algunos países en Europa han decidido desrusificar su economía, mientras que otros han tomado medidas más laxas en lo que respecta a las sanciones. ¿Crees que la cohesión es importante?

R. En primer lugar, cualquier adversario se aprovechará de una división de los aliados. Sin embargo, lo estamos viendo, por ejemplo, en el caso de Polonia, que ha desrusificado su economía y, por otro lado, Alemania, que ha mantenido algunas relaciones comerciales con Rusia. Eso es entendible, porque las naciones que pertenecían a la URSS tienen claro que no quieren volver a esos tiempos, y quieren desvincularse lo máximo posible de Rusia.

Teniendo esto en cuenta, las sanciones se deciden en Bruselas, pero cada Estado miembro decide cómo implementarlas. España, por ejemplo, puede decidir si se veta a una empresa controlada por un oligarca ruso. Creo que el hecho de que cada uno decida por su cuenta, es decir, la falta de armonización, puede provocar brechas de las que se puede aprovechar la empresa o persona sancionada.

P. ¿Crees que la posición ambigua de China con respecto a la guerra en Ucrania puede cambiar sus relaciones económicas y comerciales con países de la UE?

R. Lo primero que me gustaría recordar son los análisis que se han publicado sobre las lecciones que podría estar tomando China de la guerra en pleno conflicto con Taiwán. Las diferencias son obvias, pero Pekín ha visto cómo Occidente ha reaccionado a la invasión, en términos de sanciones. Por eso, yo creo que más allá de los liderazgos políticos en los países de la UE, sería irresponsable no reevaluar su relación con China para reflejar las lecciones que podría extraer de la experiencia de Rusia. Esta es una conversación que deberíamos tener para pensar cómo queremos seguir relacionándonos con el gigante asiático.

"La UE no ha hecho un buen trabajo para comunicar la estrategia de las sanciones"

Está claro que las relaciones con China son complejas, por su importancia económica y comercial. Por eso, es casi imposible desvincularse totalmente de ellos. Pero lo que sí podemos hacer es pensar en las áreas en las que podemos seguir trabajando con ellos y en las que debemos ser más precavidos. Quizás hasta replantear las relaciones comerciales. Pero, como dije, sería irresponsable que líderes como el de España no estén aprendiendo las lecciones que ha dejado la invasión rusa.

P. Muchas personas esperaban un colapso de la economía rusa tras las sanciones. ¿Era este el objetivo de los castigos?

R. Primero, todos los datos económicos que nos llegan de Rusia son cuestionables. Lo segundo es que creo que algunos líderes occidentales no han sido responsables a la hora de informar sobre las sanciones, porque dieron la impresión de que provocarían el colapso de la economía rusa. Ese enfoque es simplista. Las sanciones no son un interruptor. No basta con pulsarlo y todo cambia. Las sanciones son parte de una estrategia con otras herramientas, como proporcionar armas militares a los ucranianos, ayuda financiera, etc. No creo que la UE haya hecho un buen trabajo al comunicar la estrategia de sanciones, se ha comunicado el porqué, pero no cuál es el objetivo y cómo lo está haciendo.

Respecto a la economía, Rusia la está remodelando para conseguir algunos productos de otros socios, aunque sean más caros y de menor calidad. Esto demuestra que las sanciones están funcionando, porque el Kremlin está haciendo todo lo posible para evitar que impacten en las cuentas del país.

Foto: Guardias abren las puertas del Gran Palacio del Kremlin a la llegada del presidente ruso, Vladímir Putin. (EFE/Alexey Druginyn)

P. ¿Qué vamos a ver próximamente en Europa con respecto a las sanciones?

R. La UE está discutiendo ahora su nuevo paquete de sanciones, y creo que hay algunas ideas más agresivas al respecto. Vale la pena tener en cuenta que la UE históricamente se ha opuesto al uso de sanciones como una base extraterritorial. Los estadounidenses las utilizan, por ejemplo, contra un país que esté haciendo negocios con Irán. Las llamadas sanciones secundarias no eran una opción en Europa, pero en los últimos meses, el bloque ha reescrito algunos de sus principios. La UE está frustrada por los terceros países que permiten que Rusia esquive las sanciones y creo que veremos más medidas para frenar las actividades de países como Emiratos Árabes Unidos por sus alianzas con Rusia.

P. Has comentado anteriormente el objetivo de tu visita a España. ¿En qué se han centrado las reuniones?

R. Queremos saber cómo ha sido la experiencia de España con la imposición de sanciones, tanto por parte de los bancos como del Gobierno y del sector privado. Básicamente, las conversaciones han estado centradas en los retos que han tenido y tienen que afrontar, y los mensajes que quieren transmitir a Bruselas. ¿Cómo se puede mejorar el sistema? ¿Hay algún tipo de sanción que no esté dando los resultados esperados? Preguntas como estas aparecen en estas reuniones y es importante conocer el punto de vista de España, porque aquí hay bancos muy grandes, como Santander, y España asumirá ahora también la presidencia del Consejo Europeo.

Los retos, en general, son más o menos los mismos en todos los países europeos y en estas reuniones hemos escuchado también cosas nuevas que son muy interesantes sobre la agenda de España con respecto a las sanciones. No puedo dar detalles, pero sí puedo decir que el objetivo del país es asegurar que las medidas que tenemos funcionan y que es necesario encontrar maneras de evitar que Rusia se libre del impacto de algunas sanciones. Con eso, te puedes imaginar que la agenda de España irá por este camino.

¿Están funcionando las sanciones contra Rusia? ¿Es esta la mejor manera de intentar frenar la invasión de Ucrania? Estas son algunas de las preguntas que rondan por las cabezas de muchos europeos y que titulan muchos artículos de análisis desde que empezó la guerra en febrero del año pasado.

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